sábado, 31 de enero de 2009

SÓLO ESO: PISAR, SENTIR LA TIERRA...

























Sólo eso: pisar, sentir la tierra
por la mañana con la fresca; que el rastrojo
cruja bajo tus pies cuando lo andas;
que tu perro te busque la caricia,
y el belfo de tu potro el verde tierno.
En la penumbra de la estancia luego,
quedarse quieto sin pensar, sintiendo
sólo el pasar del tiempo sin sentirlo.
La tarde, ya la promesa del jazmín cumplida,
no perderse un instante de su gozo.
Y en el corazón Rosa latiendo.
No fuera esto lo sumo. O demasiado.

José Antonio Muñoz Rojas

viernes, 30 de enero de 2009

Poema al p-edo de Quev-edo

























Poema al pedo

Alguien me pregunto un día
¿Qué es un pedo?
y yo le conteste muy quedo:
el pedo es un pedo,
con cuerpo de aire y corazón de viento
el pedo es como un alma en pena
que a veces sopla, que a veces truena
es como el agua que se desliza
con mucha fuerza, con mucha prisa.

El pedo es como la nube que va volando
y por donde pasa va fumigando,
el pedo es vida, el pedo es muerte
y tiene algo que nos divierte;
el pedo gime, el pedo llora
el pedo es aire, el pedo es ruido
y a veces sale por un descuido
el pedo es fuerte, es imponente
pues se los tira toda la gente.

En este mundo un pedo es vida
porque hasta el Papa bien se lo tira
hay pedos cultos e ignorantes
los hay adultos, también infantes,
hay pedos gordos, hay pedos flacos,
según el diámetro de los tacos
hay pedos tristes, los hay risueños
según el gusto que tiene el dueño

Si un día algún pedo toca tu puerta
no se la cierres, déjala abierta
deja que sople, deja que gire
a ver si hay alguien que lo respire.

También los pedos son educados
pues se los tiran los licenciados,
el pedo tiene algo monstruoso
pues si lo aguantas te lleva al pozo
este poema se ha terminado
con tanto pedo que me he tirado.


Francisco de Quevedo

jueves, 29 de enero de 2009

Córdoba

























Canción del jinete

Córdoba.
Lejana y sola.

Jaca negra, luna grande,
y aceitunas en mi alforja.
Aunque sepa los caminos
yo nunca llegaré a Córdoba.

Por el llano, por el viento,
jaca negra, luna roja.
La muerte me está mirando
desde las torres de Córdoba.

¿Ay qué camino tan largo!
¡Ay mi jaca valerosa!
¡Ay que la muerte me espera,
antes de llegar a córdoba!

Córdoba.
Lejana y sola.

miércoles, 28 de enero de 2009

La vida es sueño
























¡Válgame el cielo, qué veo!
¡Válgame el cielo, qué miro!
Con poco espanto lo admiro,
con mucha duda lo creo.

¿Yo en palacios suntuosos?
¿Yo entre telas y brocados?
¿Yo cercado de criados
tan lucidos y briosos?

¿Yo despertar de dormir
en lecho tan excelente?
¿Yo en medio de tanta gente
que me sirva de vestir?

Decir que sueño es engaño;
bien sé que despierto estoy.
¿Yo Segismundo no soy?
Dadme, cielos, desengaño.

Decidme: ¿qué pudo ser
esto que a mi fantasía
sucedió mientras dormía,
que aquí me he llegado a ver?

Pero sea lo que fuere,
¿quién me mete en discurrir?
Dejarme quiero servir,
y venga lo que viniere.

Diálogo de Segismundo de La vida es sueño
Calderón de la Barca

martes, 27 de enero de 2009

La desesperación atribuido a Espronceda


























La Desesperación


Me gusta ver el cielo
con negros nubarrones
y oír los aquilones
horrísonos bramar,
me gusta ver la noche
sin luna y sin estrellas,
y sólo las centellas la tierra iluminar.

Me agrada un cementerio
de muertos bien relleno,
manando sangre y cieno
que impida el respirar,
y allí un sepulturero
de tétrica mirada
con mano despiadada
los cráneos machacar.

Me alegra ver la bomba
caer mansa del cielo,
e inmóvil en el suelo,
sin mecha al parecer,
y luego embravecida
que estalla y que se agita
y rayos mil vomita
y muertos por doquier.
Que el trueno me despierte
con su ronco estampido,
y al mundo adormecido
le haga estremecer,
que rayos cada instante
caigan sobre él sin cuento,
que se hunda el firmamento
me agrada mucho ver.

La llama de un incendio
que corra devorando
y muertos apilando
quisiera yo encender;
tostarse allí un anciano,
volverse todo tea,
y oír como chirrea
¡qué gusto!, ¡qué placer!

Me gusta una campiña
de nieve tapizada,
de flores despojada,
sin fruto, sin verdor,
ni pájaros que canten,
ni sol haya que alumbre
y sólo se vislumbre
la muerte en derredor.

Allá, en sombrío monte,
solar desmantelado,
me place en sumo grado
la luna al reflejar,
moverse las veletas
con áspero chirrido
igual al alarido
que anuncia el expirar.

Me gusta que al Averno
lleven a los mortales
y allí todos los males
les hagan padecer;
les abran las entrañas,
les rasguen los tendones,
rompan los corazones
sin de ayes caso hacer.

Insólita avenida
que inunda fértil vega,
de cumbre en cumbre llega,
y arrasa por doquier;
se lleva los ganados
y las vides sin pausa,
y estragos miles causa,
¡qué gusto!, ¡qué placer!

Las voces y las risas,
el juego, las botellas,
en torno de las bellas
alegres apurar;
y en sus lascivas bocas,
con voluptuoso halago,
un beso a cada trago
alegres estampar.

Romper después las copas,
los platos, las barajas,
y abiertas las navajas,
buscando el corazón;
oír luego los brindis
mezclados con quejidos
que lanzan los heridos
en llanto y confusión.

Me alegra oír al uno
pedir a voces vino,
mientras que su vecino
se cae en un rincón;
y que otros ya borrachos,
en trino desusado,
cantan al dios vendado
impúdica canción.

Me agradan las queridas
tendidas en los lechos,
sin chales en los pechos
y flojo el cinturón,
mostrando sus encantos,
sin orden el cabello,
al aire el muslo bello...
¡Qué gozo!, ¡qué ilusión!


Atribuido a Espronceda

lunes, 26 de enero de 2009

Salinero de Alberti




Salinero

...Y ya estarán los esteros
rezumando azul de mar.
¡Dejadme ser, salineros,
granito del salinar!


¡Qué bien, a la madrugada,
correr en las vagonetas,
llenas de nieve salada,
hacia las blancas casetas!


Dejo de ser marinero,
madre, por ser salinero.

Rafael Alberti

domingo, 25 de enero de 2009

Villalón





“¡Madre de la Soledad!

Qué malito es no ser libre

y tener necesidad.”




Fernando Villalón.

sábado, 24 de enero de 2009

Un soneto de Cervantes



























«Voto a Dios que me espanta esta grandeza
y que diera un doblón por describilla;
porque, ¿a quién no sorprende y maravilla
esta máquina insigne, esta riqueza?

Por Jesucristo vivo, cada pieza
vale más de un millón, y que es mancilla
que esto no dure un siglo, ¡oh gran Sevilla!,
Roma triunfante en ánimo y nobleza.

Apostaré que el ánima del muerto
por gozar este sitio hoy ha dejado
la gloria donde vive eternamente.»

Esto oyó un valentón, y dijo: «Es cierto
cuanto dice voacé, señor soldado.
Y el que dijere lo contrario, miente».

Y luego, incontinente,
caló el chapeo, requirió la espada,
miró al soslayo, fuese y no hubo nada.


DON MIGUEL

viernes, 23 de enero de 2009

Enamorados...


















Llevan una rosa en el pecho los enamorados y suelen besarse
entre un rumor de girasoles y hélices.

Hay pétalos de rosa abandonados por el viento en los pasillos
de las clínicas.

Los escolares hunden sus plumillas entre uña y carne y oprimen
suavemente hasta que la sangre empieza a brotar.
Algunos aparecen muertos bajo los últimos pupitres.

Estaré enamorado hasta la muerte y temblarán mis manos al
coger tus manos y temblará mi voz cuando te acerques
y te miraré a los ojos como si llorara.

Los camareros conocen a estos clientes que piden una ficha
en la madrugada y hacen llamadas inútiles, cuelgan
luego, piden una ginebra, procuran sonreír, están pensando
en su vida. A estas horas la noche es un pájaro azul.

Empieza a hacer frío y las muchachas rubias se miran temblando
en los escaparates. Un chorrear de estrellas silencioso se
extingue.

Luces en un cristal espejeante copian el esplendor lóbrego de
la primavera, sus sombrías llamaradas azules, sus flores de
azufre y de cal viva, el grito de los ánades llamando desde
el país de los muertos.




Pere Gimferrer

jueves, 22 de enero de 2009

Si quieres que te quiera

























XIII

Si quieres que te quiera, que te quiera,
deja que como pueda te lo diga,
te cante flor y te proclame espiga
y te busque en el mar y en la ribera.

Si quieres que me calle y que me muera
no extrañes que esta sombra te persiga
y fueras donde fueras, siempre siga,
y vayas donde vayas, siempre fuera.

Si quieres que este cuerpo habite un hombre,
que tengan estos ojos luz que miren,
que tenga el corazón sangre y alientos,

y tenga soledad y amor y nombre
para las cosas, deja que respiren
sobre tus hombros estos pensamientos.


José Antonio Muñoz Rojas
Sonetos. Abril del alma 1942-1943

miércoles, 21 de enero de 2009

Buenos días con poesía...

















Después de casi un año con la venia de mi ego, hoy nace una nueva criaturita.

Hace unos días estuvo Juan José Millas en el programa de Canal Sur 2 El público lee, y comentó que todas las mañanas empezaba el día leyendo una poesía. Dice que le da mucha felicidad y que se ve todo de distinto color y me han entrado ganas de seguir el consejo, así que a partir de mañana os daré la lata copiando poemas para empezar el día con buen pie.

Y como hoy es de noche a pesar de que pretendo escribir por las mañanas (bien empezamos), os dejo unas breves palabras de Juan Ramón Jiménez:

"Es preciso soñar la realidad de mañana"