jueves, 11 de octubre de 2012

Testigo de excepción











Testigo de excepción 


Un mar, un mar es lo que necesito. 
Un mar y no otra cosa, no otra cosa. 
Lo demás es pequeño, insuficiente, pobre. 
Un mar, un mar es lo que necesito. 
No una montaña, un río, un cielo. 
No. Nada, nada, 
únicamente un mar. 
Tampoco quiero flores, manos, 
ni un corazón que me consuele. 
No quiero un corazón 
a cambio de otro corazón. 
No quiero que me hablen de amor 
a cambio del amor. 
Yo sólo quiero un mar: 
yo sólo necesito un mar. 
Un agua de distancia, 
un agua que no escape, 
un agua misericordiosa 
en que lavar mi corazón 
y dejarlo a su orilla 
para que sea empujado por sus olas, 
lamido por su lengua de sal 
que cicatriza heridas. 
Un mar, un mar del que ser cómplice. 
Un mar al que contarle todo. 
Un mar, creedme, necesito un mar, 
un mar donde llorar a mares 
y que nadie lo note. 


De: Testigo de excepción 
Fuente: Poemas del Alma 

No hay comentarios:

Publicar un comentario