viernes, 30 de noviembre de 2012

ENDECHA DE GOYO MARTICORENA



ENDECHA DE GOYO MARTICORENA

Echalar arriba, palomas de muerte,
en la niebla roja rasgada la red.
Desde Ibardin grazna el gavilán,
plumas ponzoñosas, garras de ónice,
timón de ceniza, pico pedernal,
y las anchas alas esparcid pavesas,
Echalar arriba, palomas sin ojos,
desgarrad la piel de la madrugada,
enviad al mar libación caliente
por los atanores amargos del sueño.
Bebedoras de lágrimas,
mensajeras de la tiniebla última,
habéis roído su corazón
y entregado su carne
al despiadado mar de los vascos,
Echalar arriba, palomas aciagas,
pájaros bermejos por la arisca lluvia,
hoy,
primer día del mes del lobo,
cuando devolvemos el cuerpo de Martico
a la tierra campesina de sus padres.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Neguri


NEGURI

Fue aquí, declive abrupto
de chalets en ruinas.

El tamboril risueño
del Mar de Mármara.

Los papagayos mudos
de Tristán da Cunha.

Mi infancia torturada
en Wonderland.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Soneto a un mojón (con perdón)



Quintaesencia del cuerpo complaciente;
natural y apremiante en su destino;
del noble, del burgués y del rabino,
de estampido sutil, pólvora ardiente

se evoca su nombre discretamente..
su olor no es de perfume parisino
mas nadie en su trono, sin desatino
hace ascos a su brillo refulgente

ni un pincel de pintor lo pintaría
nace débil, crece en el digestivo,
para morir fuerte en compuerta impía

me places más que el abrazo unitivo
me sirves de terapia y compañía
mojón de mis tristezas lenitivo


martes, 27 de noviembre de 2012

JURAMENTO DE LA ALEGRÍA




Sobre la roja España blanca y roja,
blanca y fosforescente,
una historia de polvo se deshoja,
irrumpe un sol unánime, batiente.

Es un pleno de abriles,
una primaveral caballería,
que inunda de galopes los perfiles
de España: es el ejército del sol, de la alegría.

Desaparece la tristeza, el día
devorador, el marchitado tallo,
cuando, avasalladora llamarada,
galopa la alegría en un caballo
igual que una bandera desbocada.

A su paso se paran los relojes,
las abejas, los niños se alborotan,
los vientres son más fértiles, más profusas las trojes,
saltan las piedras, los lagartos trotan.

Se hacen las carreteras de diamantes,
el horizonte lo perturban mieses
y otras visiones relampagueantes,
y se sienten felices los cipreses.

Avanza la alegría derrumbando montañas
y las bocas avanzan como escudos.
Se levanta la risa, se caen las telarañas
ante el chorro potente de los dientes desnudos.

La alegría es un huerto del corazón con mares
que a los hombres invaden de rugidos,
que a las mujeres muerden de collares
y a la piel de relámpagos transidos.

Alegraos por fin los carcomidos,
los desplomados bajo la tristeza:
salid de los vivientes ataúdes,
sacad de entre las piernas la cabeza,
caed en la alegría como grandes taludes.

Alegres animales,
la cabra, el gamo, el potro, las yeguadas,
se desposan delante de los hombres contentos.
Y paren las mujeres lanzando carcajadas,
desplegando su carne firmamentos.

Todo son jubilosos juramentos.
Cigarras, viñas, gallos incendiados,
los árboles del Sur: naranjos y nopales,
higueras y palmeras y granados,
y encima el mediodía curtiendo cereales.

Se despedaza el agua en los zarzales:
las lágrimas no arrasan,
no duelen las espinas ni las flechas.
Y se grita ¡Salud! a todos los que pasan
con la boca anegada de cosechas.

Tiene el mundo otra cara. Se acerca lo remoto
en una muchedumbre de bocas y de brazos.
Se ve la muerte como un mueble roto,
como una blanca silla hecha pedazos.

Salí del llanto, me encontré en España,
en una plaza de hombres de fuego imperativo.
Supe que la tristeza corrompe, enturbia, daña...
Me alegré seriamente lo mismo que el olivo.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Para la libertad



Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.



domingo, 25 de noviembre de 2012

Poema de la saeta: Sevilla






Sevilla es una torre 
llena de arqueros finos. 

Sevilla para herir. 
Córdoba para morir. 

Una ciudad que acecha 
largos ritmos, 
y los enrosca 
como laberintos. 
Como tallos de parra 
encendidos. 

¡Sevilla para herir! 

Bajo el arco del cielo, 
sobre su llano limpio, 
dispara la constante 
saeta de su río. 

¡Córdoba para morir! 

Y loca de horizonte, 
mezcla en su vino 
lo amargo de Don Juan 
y lo perfecto de Dioniso. 

Sevilla para herir. 
¡Siempre Sevilla para herir!

sábado, 24 de noviembre de 2012

Que no me rindo, Poeta.

Pongo las manos
sobre la tierra callada,
como ayer,
como siempre,
donde yacen los compañeros muertos,
donde orillan las semillas
del rubor de los niños nuevos.

Pongo los ojos
sobre la blanca vela
que sigue rasgando el horizonte,
donde las golondrinas negras
blancas y otra vez negras
se confunden con las estrellas.

Pongo mi carne y mi piel,
mis ganas, mi todo,
mi alma en el empeño
de ser aquel sueño
que una vez fuimos,

La luna sobre el estanque
pudorosamente quieta,
muda,
solemnemente hermosa,
canta su nana de la alegría,
los pasos se abren
las puertas vuelan
y los puentes retornan
como brazos de espuma
juntando continentes,

la luna reposa sobre el estanque
y en el corazón del mundo,
la voz del poeta
resuena gallarda y arde.

Que no, Poeta,
que no me rindo,
que pongo mi vida
en cada verso que firmo,
que voy soñando espacios,
mil rumbos distintos
en cada golpe que encajo,
abro a capotazos mi camino,
que no, Poeta,
que no me rindo,
que sigo en la arena
con la magna fuerza
de los bravos perdedores
que miran de frente a la muerte,
que no, Poeta,
que no me rindo,
que mis pies siguen
-cansados pero firmes-
haciendo mella en el rigor de mi destino.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Id, pues vagabundos, sin tregua





Id, pues, vagabundos, sin tregua " Id, pues, vagabundos, sin tregua, errad, funestos y malditos a lo largo de los abismos y las playas bajo el ojo cerrado de los paraísos. (...) Y nosotros que la derrota nos ha hecho, ay, sobrevivir, los pies magullados, los ojos turbios, la cabeza pesada, sangrantes, flojos, deshonrados, cansados, vamos, penosamente ahogando un lamento sordo. " 

miércoles, 21 de noviembre de 2012

En el balcón




En el balcón En el balcón las amigas miraban ambas como huían las golondrinas Una pálida sus cabellos negros como el azabache, la otra rubia Y sonrosada, su vestido ligero, pálido de desgastado amarillo Vagamente serpenteaban las nubes en el cielo Y todos los días, ambas con languideces de asfódelos Mientras que al cielo se le ensamblaba la luna suave y redonda Saboreaban a grandes bocanadas la emoción profunda De la tarde y la felicidad triste de los corazones fieles Tales sus acuciantes brazos, húmedos, sus talles flexibles Extraña pareja que arranca la piedad de otras parejas De tal modo en el balcón soñaban las jóvenes mujeres Tras ellas al fondo de la habitación rica y sombría Enfática como un trono de melodramas Y llena de perfumes la cama vencida se abría entre las sombras.



martes, 20 de noviembre de 2012

La fuente perdurable



Se estremeció al contacto de las manos
y ofrecía su cuerpo al alfarero
que ella siempre anheló: primero el rostro
después el talle luego las rodillas.

¡Oh sí! Mujer de barro que se vuelve
cántaro de aguamiel vasija húmeda
copa de vino para los desmayos
maceta de albahaca taza honda

cáliz de olor jofaina regalada
pila bajo la fuente perdurable
lamparilla de aceite que alumbrara

noches sin sueño y páginas de un libro
que está por escribir. ¡Oh sí; ser barro!
Barro que ha descubierto a su alfarero.

 


lunes, 19 de noviembre de 2012

Un barco con nombre de isla





Y cambiastes la rosa por las algas amargas,
la muchacha terrestre, por la fría sirena
y has cruzado, volando, el jardín de los buzos.
Donde el pez, de ojo inmóvil ve brotar la tormenta.
¿Dónde vas por la noche peligrosa del fondo,
tripulante de un barco sumergido y sin fuerzas?
¿Qué ¡Arriba España! has dado desde el frio abismo
que voló en un enjambre de burbujas esféricas?
Miradores de Cádiz o El Ferrol; las persianas
entornas; y el piano que enfundado no suena.
La novia que llora′junto al mar, y los faros
que buscando tu cuerpo, las gaviotas despiertan.
“Madre el agua está fría y recuerdo a los pájaros,
aunque estemos en mayo tengo heladas las venas.
Sé, que me está prohibido llegar hasta tu playa,
para ver tu ventana, vendré con las mareas”
Subirás una tarde, desmayado, del fondo
con tus ojos de ahogado a mirar las banderas.
Hoy que están los caballos del trigal en el agua,
el soldado en la espuma, y Peñiscola es nuestra.
Subirás en verano, de los turbios abismos
para ver las naranjas, y la novia y las huertas,
tú, sin peso y sin sombra, desterrado fantasma
cuyo cuerpo no puede ya dormir en la tierra.
¿Vas buscandó una tumba, las raíces de los árboles,
el lugar que no cambia y la lápida cierta?
Tu sepulcro es pagano , el coral no cobija
y eres tritón nostálgico del ciprés y la estrella.
Tu habitas un barco con nombre de isla
y la espuma, giraba, en sus hélices nuevas
y en el iris de aceite de su estrella saltaban
los delfines, lustrosos, como obuses de guerra.
¿Dónde estás, barco mío, trozo vivo de España,
ayer navegadora alegre fortaleza,
hoy montón inundado, tripulado por muertos,
quieto en un merídiano con la brújula quieta?
Ya no tornareís nunca al amor de las islas
cuando Mallorca tiene más dulces sus almendras,
con los barcos cautivos llenos de tanques rusos,
ni hablará, el alfabeto, gentil de las banderas.
Por terrazas que bajan al mar; donde la espuma
al escalón de mármol hace hervir de agua inquieta
bañaran los marinos de España, con coronas
y el jóven almirante traerá la rosa fresca.
Y te dirán, alzando el brazo, “Marinero,
el caracol de nácar encima de las flechas
en vez de un ramo fúnebre, por ti deshojaremos
la rosa de los vientos sobre tu tumba muerte”.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Joaquin Rodríguez, “Cagancho” (–fragmentos-)




Salió la luna redonda,
La sangre, la luna llena,
Y la luna se encendió
Con palideces de cera.
Todo el campo de Vejer
Se puso a parir hogueras
Crepitando soleares
Por sus laringes de leña....
... Cagancho –todo de negro-
se puso a ver las estrellas
y las quiso contar todas
y no llegó a la docena...
... Cagancho-de vida muerto-
brillante de piel morena
se le ríe la caoba
de sus mandíbulas recias...
... “Si yo no fuera torero,
me moriría de pena.
Si yo no fuera torero,
Lloverían las estrellas
Banderillas de dolor
Sobre mi nostalgia abierta...
Pero tengo tres capotes
Encendidos de vergüenza
Y trece ganaderías
Soñando por las dehesas”...

sábado, 17 de noviembre de 2012

Poeta




Lo he sentido en la música del viento,
y en las voces del mar que me llamaba.
Lo he visto en el velero que arrullaba
la espuma de mi sueño. En el tormento

de esconder el amor y el sentimiento
por lo que más se quiere. Cuando hablaba
la mano en el teclado. Cuando alzaba
los ojos, con rubor, mi amor contento.

Cuando la puerta se abre sola y gira
una mano en la llave, y alguien mira
y se acerca hacia mí volcando rosas

bajo la luna de la noche inquieta.
No los hombres, mujer, sino estas cosas
me dicen que he nacido y soy poeta.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Imágenes de arte del blog de un poeta

Copiado del blog del poeta Chencho Ríos

jueves, 15 de noviembre de 2012

miércoles, 14 de noviembre de 2012

EL DESCONCIERTO



Improvisación
Anda que güena t´espera;
´üeno está tu padre, güeno
p´arrimate tres zurrios
y no dejate i^pa´l pueblo
enjamás. ¿Onde has andao?
Dime ¿Qué diablos t´has jecho
toita la noche de Dió
sin acudir y sabiendo
que tós aquí t´aguardaban
como al santo venimiento
muertos de jambre?

- ¡Qué corcio!,
yo estuve en el desconcierto,
es decí, yo estuve juera,
que los que estaban por dentro
eran tós los señoracos,
la gente gorda der pueblo.

¡Vaya mozas peripuestas!
¡Vaya jembras de lo güeno!
¡vaya Marcos Reóndo
qu´estaba que pa coméselo!
Pos ¿y aquel del organillo?
¡no era naide con los deos!

Asín son las juegas, madre,
de los señores der pueblo,
asín da gusto, ¡qué contri!,
y no como aquí jacemos,
siempre empinando la bota,
cantando siempre lo mesmo.

Aquellos eran cantares
con tó lo suyo, por cierto
qu´a mi me páece mentira
qu´aquel mocino tan nuevo,
tan delgaino, cantara
tan juerte y con tanto genio.

¡Vaya un vozarrón, mi madre!,
retumbaba com´un trueno,
y endispués s´iba apagando
tiritando en el galguero,
jaciendo unos gorgoritos,
jormando un feligranero,
apretando y aflojando,
bajando y después subiendo,
destirajando la clopla
y queándose un momento
con un son d´esos mu juertes,
que los llaman dos de pecho,
lo mesmito que los mícales
jacen parás en el cielo.

¡Mecachi en dies, vaya un tio!
¿Onde l´enseñaron eso?
Pa mí que no es en España,
porque en España yo creo
que l´enseñan a uno
na más qu´a cantá flamenco.

Lo qu´a mí me da coraje
es qu´a lo mejó no entiendo
la letra de las tonás
que se canta con más genio.
Cúchili, fáchili, mochi
¡Anda, verigua tú eso!
Pos asín se las gastaban
las coplas del desconcierto.

Lo qu´es ´pa´l cante no hay otro
no pué ser que llegue haberlo
como ese Marcos, tan flaco,
tan delgaino, tan tieso,
que canta más qu´una máquina
cantaöra, ¡ya lo creo!

Y pa cuestíon de la música,
pa dal de prisa a los deos
no pué habel otro en el mundo
que maneje el estrumento
mejó, ni con tanto garbo,
con más gracia y más salero
como ese señor Echániz
qu´es un tio de cuerpo entero.

Y ya lo sabes tó, madre,
tó lo que pasa pol pueblo,
y da gracias a las gracias
que s´acabó el desconcierto,
que si no, manque m´hubiera
padre escachurroa los sesos
endispués, esta presona
no güerve pal rastrojeo,
no güerve con los avios,
ni güerve con los aperos,
y os saldrían relañas
en el estómago mesmo.

¡Vivan los Marcos Reóndos!
¡Vivan los músicos güenos!
¡Vivan las cars bonitas
de las muchachas del pueblo!

Y dile a padre que venga,
que no m´importa un pimiento
que m´atice tres zurrios
y me retuerza el pescuezo.

martes, 13 de noviembre de 2012

EL PARQUE DE MARIA LUISA

Villegas


Escuche usté amigo,
usté ha estao en Sevilla.
¿Ha visto usté el parque de María Luisa?
¿Que no lo conoce?, ¿que no ha estao usté allí?
¡Pos usté no sabe lo que es un jardín!
¡No señó, no lo sabe usté, se lo digo yo!

El parque, el paraíso,
está a la orilla del río más juncá y más cañí
que quizo Dios par lucirse jaciendo río:
el Guadarquibí,
el río de la gracia y del salero
que en eso da lecciones hasta al mar.

Porque el mar es más grande
y tié más agua, pero menos sal.
Un cachito de tierra, un cachito de gloria
se puso a echà flores, se puso a echá rosas
claveles y azahares y nardos y aromas.
Vamos, que las plantas se volvieron locas.

Y salió aquel Parque... ¡ay Jesú qué cosa!
como el regalo de una reina mora,
o para que los ángeles tuvieran alfombra;
un mantón de manila con mil bordados,
donde los pajarillos no son pintados sino de veras.
¡Hay ruiseñores que cantan por petenera!

Un mantón que deslumbra con su reflejo
donde las rosas nacen entre azulejo.
Y por hermosas también corren
la fuente sobre la rosa.
¿Quién bordó ese pañuelo de pedrerìa?
¡El sol, el sol bendito de Andalucía!

Pañuelo moro, al que dio por flecos sus rayos de oro.
En fin que es un Parque necto, serrano, andalú
con jechura, juncal, gitano, la maravilla
el pañolón... de flores de mi Sevilla.
Pos mié usté una cosa que no va a creer
a ese jardiniyo lo giso un francé.

¿Qué tendrá esa tierra, yo me jago cruces,
que hasta los franceses los guerve andaluces?
¿Qué dirá el gabacho cuando vaya al Roa?
Esto es cualquier cosa, pa jardìn allá.
Y querrá de fijo si se va a París
gacer otro Parque como lo guiso aquí.

Y no va a salirle, ¡qué le va a salir!,
si el sol de su tierra parece un candil
y las jembras dicen, madam... por gachí
que vengan primero si quieren lucí
a aprender el Sena del Guadarquibí.

Los claveles del Parque de mi Sevilla
se suben ellos sola a la mantilla
con los que en mayo nacen en su lindero
hay pa cubrir de rosas el mundo entero.
Ca naranjiyo tiene diez ruiseñores
y es aquello una orgía de luz y flores.

Cuando entre los rosales que besa el río
pasa dándoles celos el mujerío
aquello es gloria pura que Dios envía,
vamos, ¡la borrachera de la alegría!
¿Y usté no ha estao nunca en el Parque aquel?
Pues usté no sabe lo que es un vergel.
No señó, no lo sabe usté, se lo digo yo.

lunes, 12 de noviembre de 2012

domingo, 11 de noviembre de 2012

Pensionistas

Una tenía quince años, la otra dieciséis Y ambas dormían en la misma pequeña habitación Esto sucedió una sofocante noche de Septiembre Quebrantables asuntos! Ojiazules y con mejillas de marfil Para refrescar sus delicados cuerpos, se despojaron De las exquisitas camisas perfumadas de ámbar La más joven levantó sus manos inclinándose hacia atrás Y su amiga, con sus manos en sus pechos, la besó. Entonces bajó a sus rodillas, y, en un arrebato Pegó a la pierna de la otra su mejilla, y su boca Acarició el dorado oro entre las grises sombras Y durante todo ese tiempo la mas joven contaba Con sus queridos dedos los prometidos valses Y sonrojándose, inocentemente sonreía.

sábado, 10 de noviembre de 2012

SIN LLAVES Y A OSCURAS



Era uno de esos días en que todo sale bien.
Había limpiado la casa y escrito
dos o tres poemas que me gustaban.
No pedía más.
Entonces salí al pasillo para tirar la basura
y detrás mío, por una correntada,
la puerta se cerró.
Quedé sin llaves y a oscuras
sintiendo las voces de mis vecinos
a través de sus puertas.
Es transitorio, me dije;
pero así también podría ser la muerte:
un pasillo oscuro,
una puerta cerrada con la llave adentro
la basura en la mano.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Cuando todo suceda





Digo: comience el sendero a serpear
delante de la casa. Vuelva el día
vivido a transportarme
lejano entre los chopos.

Allí te esperaré.
Me anunciará tu paso el breve salto
de un pájaro en ese instante fresco y huidizo
que determina el vuelo,
y la hierba otra vez como una orilla
cederá poco a poco a tu presencia.

Te volveré a mirar, a sonreír
desde el borde del agua.
Sé lo que me dirás. Conozco el soplo
de tus labios mojados:
tardabas en llegar. Y luego un beso
repetido en el río.

De nuevo en pie siguiendo tu figura
regresaré a la casa lentamente
cuando todo suceda.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Aldaba de noviembre




Una tristeza dulce y anterior
al suspiro y las lágrimas,
anterior al idilio de la tarde
azul y el jacaranda,
invade la memoria con su música,
su brisa, su nostalgia:
Es la tristeza de mirar el cielo
cautivo entre las ramas.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

El miedo




Todos me piden que dé saltos,
que tonifique y que futbole,
que corra, que nade y que vuele.
Muy bien.

Todos me aconsejan reposo,
todos me destinan doctores,
mirándome de cierta manera.
Qué pasa?

Todos me aconsejan que viaje,
que entre y que salga, que no viaje,
que me muera y que no me muera.
No importa.

Todos ven las dificultades
de mis vísceras sorprendidas
por radioterribles retratos.
No estoy de acuerdo.

Todos pican mi poesía
con invencibles tenedores
buscando, sin duda, una mosca,
Tengo miedo.

Tengo miedo de todo el mundo,
del agua fría, de la muerte.
Soy como todos los mortales,
inaplazable.

Por eso en estos cortos días
no voy a tomarlos en cuenta,
voy a abrirme y voy a encerrarme
con mi más pérfido enemigo.

martes, 6 de noviembre de 2012

Melancolía



Me siento, a veces, triste
como una tarde del otoño viejo;
de saudades sin nombre,
de penas melancólicas tan lleno...
Mi pensamiento, entonces,
vaga junto a las tumbas de los muertos
y en torno a los cipreses y a los sauces
que, abatidos, se inclinan... Y me acuerdo
de historias tristes, sin poesía... Historias
que tienen casi blancos mis cabellos.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Cosas en común



Habernos conocido
un otoño en un tren que iba vacío;
La radiante, aunque cruel
promesa del deseo.
La cicatriz de la melancolía
y el viejo afecto con el que entendemos
los motivos del lobo.
[...]
Los poemas, que son cartas anónimas
escritas desde donde no imaginas
a la misma muchacha que un otoño
conocí en aquel tren que iba vacío.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Otra edad




OTRA EDAD
Se me pasó la edad de ser poeta
porque todo se pasa, es ley de vida;
aunque siga, por vicio o por querencia,
hablándole a un papel, la poesía
ya no es mi patria, ni mi territorio.
Sólo regreso a veces, de visita,
como quien vuelve a donde fue dichoso.
Los mejores años, 1991.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Alma ausente



El otoño vendrá con caracolas,
uva de niebla y montes agrupados,
pero nadie querrá mirar tus ojos
porque te has muerto para siempre.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Despedida al pie de un rosa


Si no hay conocimientos en las cenizas
dejémoslas caer en la belleza frágil
de este rosal que tiembla en el otoño.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Poema 6



Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.
[...]
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.