miércoles, 24 de abril de 2013

Ay



¿Cómo fue? Me encontraba yo fuera
y mi niño cayó muy enfermo.
Me llamó con un parte su madre
y vine corriendo.

¡Pobrecillo! Sintiendo mis pasos,
hacia mí revolvía sus ojos.
No me vio, y lloró. ¡Los tenía
ya ciegos del todo!

No me acuerdo del tiempo que estuve
en la cuna de dolor doblado,
sólo sé que me erguí con mi niño
sin vida, en los brazos.

Mariposa de alillas doradas
que a la cuna vacía has venido,
si por él me preguntas, ya sabes
qué fue de mi niño.

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