martes, 10 de septiembre de 2013

TRENOS DE VINOGRADO


TRENOS DE VINOGRADO


II

Ha enrojecido la yedra
en las paredes de Mallona.

Voz súbita
del tiempo inapelable.
Inesperada advertencia
de mi trigésimo otoño.

Tomo a traición mi vida. Calzadas de Begoña.
Ascao. Breve y sombría
calle de la Esperanza.

Besos arrebatados
en rellanos oscuros.
Pieles acariciadas
en madrugadas lentas.
Vinogrado insepulto.
Noches
de amor.
Vísperas
de tinieblas.



VI

Arroja al agua el último cigarro
y da la espalda al día que agoniza
como una rosa desventrada.

Como el viejo jesuita, bibliotecario en Patmos,
que cruza el puente interminable
hacia la otra ribera. Horas letales.

Frontera de la noche. Vinogrado.



VII

Partiré un día,
entre la lluvia tenue, Vinogrado.
Húmedas calles me verán marchar.
Plazas donde agoniza nuestra historia
de pueblo imperceptible.
Alamedas tediosas. Derrocadas
esquinas que veláis la soledad.

Cuándo nació el rencor. No me preguntes.
No hay visitas que hacer. Huele a mostaza.
Por el suelo, grasientas servilletas
y rodajas marchitas de limón.




No hay comentarios:

Publicar un comentario