sábado, 31 de agosto de 2013

TORERILLO EN TRIANA


Torerillo en Triana,
      frente a Sevilla.
Cántale a la sultana
      tu seguidilla.
Sultana de mis penas
      y mi esperanza.
Plaza de las Arenas
      de la Maestranza.
Arenas amarillas,
      palcos de oro.
Quién viera a las mulillas
      llevarme el toro.
Relumbrar de faroles
      por mí encendidos.
Y un estallido de oles
      en los tendidos.
Arenal de Sevilla,
      Torre del Oro.
Azulejo a la orilla
      del río moro.
Azulejo bermejo,
      sol de la tarde.
No mientas, azulejo,
      que soy cobarde.
Guadalquivir tan verde
      de aceite antiguo.
Si el barquero me pierde
      yo me santiguo.
La puente no la paso,
      no la atravieso.
Envuelto en oro y raso
      no se hace eso.
Ay, río de Triana,
      muerto entre luces,
no embarca la chalana
      los andaluces.
Ay, río de Sevilla,
      quién te cruzase
sin que mi zapatilla
      se me mojase.
Zapatilla escotada
      para el estribo.
Media rosa estirada
      y alamar vivo.
Tabaco y oro. Faja
      salmón. Montera.
Tirilla verde baja
      por la chorrera.
Capote de paseo.
      Seda amarilla.
Prieta para el toreo
      la taleguilla.
La verónica cruje.
      Suenan caireles.
Que nadie la dibuje.
      Fuera pinceles.
Banderillas al quiebro.
      Cose el mihura
el arco que le enhebro
      con la cintura.
Torneados en rueda,
      tres naturales.
Y una hélice de seda
      con arrabales.
Me perfilo. La espada.
      Los dedos mojo.
Abanico y mirada.
      Clavel y antojo.
En hombros por tu orilla,
      Torre del Oro.
En tu azulejo brilla
      sangre de toro.
Si salgo en la Maestranza,
      te bordo un manto,
Virgen de la Esperanza,
      de Viernes Santo.
Adiós, torero nuevo,
      Triana y Sevilla,
que a Sanlúcar me llevo
      tu seguidilla.

viernes, 30 de agosto de 2013

A UN POETA MUERTO:

Así como en la roca nunca vemos 
La clara flor abrirse, 
Entre un pueblo hosco y duro 
No brilla hermosamente 
El fresco y alto ornato de la vida. 
Por esto te mataron, porque eras 
Verdor en nuestra tierra árida 
Y azul en nuestro oscuro aire.

Leve es la parte de la vida 
Que como dioses rescatan los poetas. 
El odio y destrucción perduran siempre 
Sordamente en la entraña 
Toda hiel sempiterna del español terrible, 
Que acecha lo cimero 
Con su piedra en la mano.

Triste sino nacer 
Con algún don ilustre 
Aquí, donde los hombres 
En su miseria sólo saben 
El insulto, la mofa, el recelo profundo 
Ante aquel que ilumina las palabras opacas 
Por el oculto fuego originario.

La sal de nuestro mundo eras, 
Vivo estabas como un rayo de sol, 
Y ya es tan sólo tu recuerdo 
Quien yerra y pasa, acariciando 
El muro de los cuerpos 
Con el dejo de las adormideras 
Que nuestros predecesores ingirieron 
A orillas del olvido.

Si tu ángel acude a la memoria, 
Sombras son estos hombres 
Que aún palpitan tras las malezas de la tierra; 
La muerte se diría 
Más viva que la vida 
Porque tú estás con ella, 
Pasado el arco de tu vasto imperio, 
Poblándola de pájaros y hojas 
Con tu gracia y tu juventud incomparables.

Aquí la primavera luce ahora. 
Mira los radiantes mancebos 
Que vivo tanto amaste 
Efímeros pasar junto al fulgor del mar. 
Desnudos cuerpos bellos que se llevan 
Tras de sí los deseos 
Con su exquisita forma, y sólo encierran 
Amargo zumo, que no alberga su espíritu 
Un destello de amor ni de alto pensamiento.

Igual todo prosigue, 
Como entonces, tan mágico, 
Que parece imposible 
La sombra en que has caído. 
Mas un inmenso afán oculto advierte 
Que su ignoto aguijón tan sólo puede 
Aplacarse en nosotros con la muerte, 
Como el afán del agua, 
A quien no basta esculpirse en las olas, 
Sino perderse anónima 
En los limbos del mar.

Pero antes no sabías 
La realidad más honda de este mundo: 
El odio, el triste odio de los hombres, 
Que en ti señalar quiso 
Por el acero horrible su victoria, 
Con tu angustia postrera 
Bajo la luz tranquila de Granada, 
Distante entre cipreses y laureles, 
Y entre tus propias gentes 
Y por las mismas manos 
Que un día servilmente te halagaran.

Para el poeta la muerte es la victoria; 
Un viento demoníaco le impulsa por la vida, 
Y si una fuerza ciega 
Sin comprensión de amor 
Transforma por un crimen 
A ti, cantor, en héroe, 
Contempla en cambio, hermano, 
Cómo entre la tristeza y el desdén 
Un poder más magnánimo permite a tus amigos 
En un rincón pudrirse libremente.

Tenga tu sombra paz, 
Busque otros valles, 
Un río donde del viento 
Se lleve los sonidos entre juncos 
Y lirios y el encanto 
Tan viejo de las aguas elocuentes, 
En donde el eco como la gloria humana ruede, 
Como ella de remoto, 
Ajeno como ella y tan estéril.

Halle tu gran afán enajenado 
El puro amor de un dios adolescente 
Entre el verdor de las rosas eternas; 
Porque este ansia divina, perdida aquí en la tierra, 
Tras de tanto dolor y dejamiento, 
Con su propia grandeza nos advierte 
De alguna mente creadora inmensa, 
Que concibe al poeta cual lengua de su gloria 
Y luego le consuela a través de la muerte.

jueves, 29 de agosto de 2013

Dicen que me case yo:



Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
Más quiero vivir segura
en esta sierra a mi soltura,
que no estar en la aventura
 de si casaré bien o no.
Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
Madre, no seré casada
por no ver vida cansada,
o quizá mal empleada
la gracia que Dios me dio.
Dicen que me case yo:
no quiero marido, no.
No será ni es nacido
tal para ser mi marido;
y pues que tengo sabido
que la flor ya me la ,
dicen que me case yo:
no quiero marido, no.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Agua de remanso



Agua de remanso

Ternura: honda manera
cristalina de mi ser.
Agua de remanso, brisa
mansa, luz de amanecer.

Nunca es la pena que muerde.
Jamás la turbia esquivez,
el apego al gris, la fría
concha que enciende en el alma
una brasa de malogro.

Es el gusto de la vida,
amor a la claridad,
canción de fiesta los lances
triviales de cada día.

Puede ser melancolía:
más serena en su verdad.
Apaciguado conmigo,
mi ser me sabe y me planta
en el fulcro de la vida.

Soy: estoy y canto.

martes, 27 de agosto de 2013

No me digas que te has dejado el coñac
























NO ME DIGAS QUE TE HAS DEJADO EL COÑAC

Nada,
écha mano del coñac.
no me digas que ahora prescindes
y vas
por el mundo a cuerpo.
Montonadas de polvo
tanta conjura oratoria vermicular
lustres eméticos
cólicos
medio seupultos
piadosas autoridades
que descienden
el bien
como besos intáctiles
aguas timoladas
una gota de sangre
y el bestial
estupor
de las señoras.
Ayes diestramente bajo la m molecular
de las familias
la buena fe
de los poderes
salud interior-glucosas
e ínclitas
diabetes seculares
pueblos cegados y la muerte demorada
ser hombre con el aburrimiento de un liceo
envilecer un escote millonario
y el presidio-amor.
jardines untándose de rosas
membranas humanas
de obcecación
el heroísmo vano
la ignorancia congestionándose
hombres con el ropero y el corazón oficial,
pasado mañana
un mes
sobrevivir
la caries
la decencia
el matrimonio
las ocho y treintaiocho
febrero
los martes
la impotencia
¡no me digas que te has dejado el coñac!

Vicente Verdú, Poleo Menta

lunes, 26 de agosto de 2013

Romance del Reino Perdido


Las huestes de don Rodrigo
desmayaban y huían
cuando en la octava batalla
sus enemigos vencían.
Rodrigo deja sus tiendas
y del real se salía,
solo va el desventurado,
sin ninguna compañía;
el caballo de cansado
ya moverse no podía,
camina por donde quiera
sin que él le estorbe la vía.
El rey va tan desmayado
que sentido no tenía;
muerto va de sed y hambre,
que verle era gran mancilla;
iba tan tinto de sangre
que una brasa parecía.
Las armas lleva abolladas,
que eran de gran pedrería;
la espada lleva hecha sierra
de los golpes que tenía;
el almete de abollado
en la cabeza se hundía;
la cara llevaba hinchada
del trabajo que sufría.
Subióse encima de un cerro,
el más alto que veía;
desde allí mira su gente
cómo iba de vencida;
de allí mira sus banderas
y estandartes que tenía,
cómo están todos pisados
que la tierra los cubría;
mira por los capitanes,
que ninguno aparecía;
mira el campo tinto en sangre,
la cual arroyos corría.
Él, triste de ver todo esto,
gran mancilla en sí tenía,
llorando de los sus ojos
de esta manera decía:
«Ayer era rey de España,
hoy no lo soy de una villa;
ayer villas y castillos,
hoy ninguno poseía;
ayer tenía criados
y gente que me servía,
hoy no tengo ni una almena,
que pueda decir que es mía.
¡Desdichada fue la hora,
desdichado fue aquel día
en que nací y heredé
la tan grande señoría,
pues lo había de perder
todo junto y en un día!
¡Oh muerte!, ¿por qué no vienes
y llevas esta alma mía
de este cuerpo mezquino,
pues se te agradecería?»

domingo, 25 de agosto de 2013

L´HOMME



L´HOMME

No: toda palabra está demás. ¡Sosiega!
Deja solo de tu voz el silencio anterior.
Cual vago mar a playa desierta, llega
          A mi corazón dolor.
¿Qué dolor? No lo sé. ¿Quién sabe saber qué siente?
Ni un gesto. Sobreviva sólo a cuanto ha de morir
El luar, y la hora, y el vago perfume indolente,
          Y las palabras por decir.

sábado, 24 de agosto de 2013

La misa del amor


Mañanita de San Juan,
mañanita de primor,
cuando damas y galanes
van a oír misa mayor.
Allá va la mi señora,
entre todas la mejor;
viste saya sobre saya,
mantellín de tornasol,
camisa con oro y perlas
bordada en el cabezón.
En la su boca muy linda
lleva un poco de dulzor;
en la su cara tan blanca,
un poquito de arrebol,
y en los sus ojuelos garzos
lleva un poco de alcohol;
así entraba por la iglesia
relumbrando como el sol.
Las damas mueren de envidia,
y los galanes de amor.
El que cantaba en el coro,
en el credo se perdió;
el abad que dice misa,
ha trocado la lección;
monaguillos que le ayudan,
no aciertan responder, non,
por decir amén, amén,
decían amor, amor.


viernes, 23 de agosto de 2013

Soneto LXXXV


Quien dice que la ausencia causa olvido
merece ser de todos olvidado.
El verdadero y firme enamorado
está, cuando está ausente, más perdido.
Aviva la memoria su sentido;
la soledad levanta su cuidado;
hallarse de su bien tan apartado
hace su desear más encendido.
No sanan las heridas en él dadas,
aunque cese el mirar que las causó,
si quedan en el alma confirmadas,
que si uno está con muchas cuchilladas,
porque huya de quien lo acuchilló
no por eso serán mejor curadas.

jueves, 22 de agosto de 2013

Cuando pitos, flautas

Da bienes, Fortuna,
que no están escritos:
cuando pitos, flautas,
cuando flautas, pitos.
¡Cuán diversas sendas
se suelen seguir
en el repartir
honras y haciendas!
A uno da encomiendas
a otros sambenitos.
Cuando pitos, flautas,
cuando flautas, pitos.
A veces despoja
de choza y apero
al mayor cabrero,
y a quien se le antoja;
la cabra más coja
parió dos cabritos.
Cuando pitos, flautas,
cuando flautas, pitos.
Porque en una aldea
un pobre mancebo
hurtó un solo huevo,
al sol bambolea,
y otro se pasea
con cien mil delitos.
Cuando pitos, flautas,
cuando flautas, pitos.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Poderoso caballero..


Poderoso caballero
es don dinero
Madre yo al oro me humillo;
él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado,
de continúo anda amarillo;
que pues, doblón o sencillo,
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es don dinero
Es galán y es como un oro,
tiene quebrado el color,
persona de gran valor,
tan cristiano como moro.
Pues que da y quita el decoro
y quebranta cualquier fuero
poderoso caballero
es don dinero
Son sus padres principales,
y es de nobles descendiente,
porque en las venas de Oriente
todas las sangres son reales;
y pues es quien hace iguales
al rico y al pordiosero,
poderoso caballero
es don dinero
¿A quién no le maravilla
ver en su gloria sin tasa
que es lo más ruín de su casa
doña Blanca de Castilla?
Mas que su fuerza humilla
al cobarde y al guerrero,
poderoso caballero
es don dinero
Sus escudos de armas nobles
son siempre tan principales,
que sin sus escudos reales
no hay escudos de armas dobles;
y pues que a los mismos nobles
da codicia su minero,
poderoso caballero
es don dinero
Por importar en los tratos
y dar tan buenos consejos,
en las casas de los viejos
gatos le guardan de gatos.
Y pues él rompe recatos
y ablanda al juez más severo,
poderoso caballero
es don dinero
Es tanta su majestad
(aunque son sus duelos hartos),
que aun con estar hecho cuartos,
no pierde su calidad;
pero pues da autoridad
al gañán y al jornalero
poderoso caballero
es don dinero
Nunca vi damas ingratas
a su gusto y afición,
que a las caras de un doblón
hacen sus caras baratas;
y pues las hace bravatas
desde una bolsa de cuero,
poderoso caballero
es don dinero
Más valen en cualquier tierra
(¡mirad si es harto sagaz!)
sus escudos en la paz
que rodelas en la guerra.
Pues al natural destierra
y hace propio al forastero,
poderoso caballero
es don dinero

martes, 20 de agosto de 2013

Varios efectos del amor


Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.


lunes, 19 de agosto de 2013

Lo fatal


Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura, porque ésa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido, y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida, y por la sombra, y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos...!

domingo, 18 de agosto de 2013

Hoy estoy triste, estoy triste.



Hoy estoy triste, estoy triste.
Alegre estaré mañana.
Lo que se siente consiste
En cosa que siempre es vana.
Sea lluvia, sol, pigricia,
Todo influye y nos transforma...
En el alma no hay justicia
Ni en la sensación hay forma.
Una verdad cada día...
Un mundo por sensación...
Estoy triste. Tarde fría.
Mañana, sol y razón.

sábado, 17 de agosto de 2013

En paz


Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas noches de mis penas;
mas no me prometiste tú sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!

viernes, 16 de agosto de 2013

El día menos


¡Ya se arreglarán los sueños,
mañana se arreglarán!
¡Hoy, a soltar y a gozar!
Hoy para encontrar el amigo,
para olearse en los dos ríos,
para hablar con duras mujeres;
hoy para irisarse de césped,
para ventear a caballo,
para silbear en el árbol,
para acerarse en las montañas,
para huir por las luces anchas
perdido entre glorias ruidosas...
Hoy para la gran tensión fresca
de un vivir sin casa ni venda.
¡Ya se ordenarán los sueños,
mañana se ordenarán!
¡Hoy, a romper y a cantar!

miércoles, 14 de agosto de 2013

Me viene, hay días, una gana ubérrima...


Me viene, hay días, una gana ubérrima, política,
de querer, de besar al cariño en sus dos rostros,
y me viene de lejos un querer
demostrativo, otro querer amar, de grado o fuerza,
al que me odia, al que rasga su papel, al muchachito,
a la que llora por el que lloraba,
al rey del vino, al esclavo del agua,
al que ocultóse en su ira,
al que suda, al que pasa, al que sacude su persona en mi alma.
Y quiero, por lo tanto, acomodarle
al que me habla, su trenza; sus cabellos, al soldado;
su luz, al grande; su grandeza, al chico.
Quiero planchar directamente
un pañuelo al que no puede llorar
y, cuando estoy triste o me duele la dicha,
remendar a los niños y a los genios.
Quiero ayudar al bueno a ser su poquillo de malo
y me urge estar sentado
a la diestra del zurdo, y responder al mundo,
tratando de serle útil en
lo que puedo, y también quiero muchísimo
lavarle al cojo el pie,
y ayudarle a dormir al tuerto próximo.
¡Ah querer, éste, el mío, éste, el mundial,
interhumano y parroquial, proyecto!
Me viene a pelo
desde el cimiento, desde la ingle pública,
y, viniendo de lejos, da ganas de besarle
la bufanda al cantor,
y al que sufre, besarle en su sartén,
al sordo, en su rumor craneano, impávido;
al que me da lo que olvidé en mi seno,
en su Dante, en su Chaplin, en sus hombros.
Quiero, para terminar,
cuando estoy al borde célebre de la violencia
o lleno de pecho el corazón, querría
ayudar a reír al que sonríe,
ponerle un pajarillo al malvado en plena nuca,
cuidar a los enfermos enfadándolos,
comprarle al vendedor,
ayudar a matar al matador —cosa terrible—
y quisiera yo ser bueno conmigo
en todo.

martes, 13 de agosto de 2013

La poesía es un arma cargada de futuro


Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos tres veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, y apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica, qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que látigo de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto llevamos dentro.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos.

lunes, 12 de agosto de 2013

Preguntas



Preguntas

Ya que navegas por mi sangre
y conoces mis límites,
y me despiertas en la mitad del día
para acostarme en tu recuerdo
y eres furia de mi paciencia para mí,
dime qué diablos hago,
por qué te necesito,
quien eres, muda, sola, recorriéndome,
razón de mi pasión,
por qué quiero llenarte solamente de mí,
y abarcarte, acabarte, 
mezclarme en tus cabellos
y eres única patria
contra las bestias del olvido.

domingo, 11 de agosto de 2013

Cancioncilla


Otros querrán mausoleos
Donde cuelguen los trofeos,
Donde nadie ha de llorar,
Y yo no los quiero, no
(que lo digo en un cantar)
porque yo
morir quisiera en el viento,
como la gente del mar
en el mar.
Me podrían enterrar
en la ancha fosa del viento.
Oh, qué dulce descansar,
ir sepultado en el viento,
como un capitán del viento;
como un capitán del mar,
muerto en medio de la mar

sábado, 10 de agosto de 2013

La vida sencilla


Llamar al pan y que aparezca
sobre el mantel el pan de cada día;
darle al sudor lo suyo y darle al sueño
y al breve paraíso y al infierno
y al cuerpo y al minuto lo que piden;
reír como el mar ríe, el viento ríe,
sin que la risa suene a vidrios rotos;
beber y en la embriaguez asir la vida,
bailar el baile sin perder el paso,
tocar la mano de un desconocido
en un día de piedra y agonía
y que esa mano tenga la firmeza
que no tuvo la mano del amigo;
probar la soledad sin que el vinagre
haga torcer mi boca, ni repita
mis muecas el espejo, ni el silencio
se erice con los dientes que rechinan:
estas cuatro paredes —papel, yeso,
alfombra rala y foco amarillento—
no son aún el prometido infierno;
que no me duela más aquel deseo,
helado por el miedo, llaga fría,
quemadura de labios no besados:
el agua clara nunca se detiene
y hay frutas que se caen de maduras;
saber partir el pan y repartirlo,
el pan de una verdad común a todos,
verdad de pan que a todos nos sustenta,
por cuya levadura soy un hombre,
un semejante entre mis semejantes;
pelear por la vida de los vivos,
dar la vida a los vivos, a la vida,
y enterrar a los muertos y olvidarlos
como la tierra los olvida: en frutos...
Y que a la hora de mi muerte logre
morir como los hombres y me alcance
el perdón y la vida perdurable
del polvo, de los frutos y del polvo.


viernes, 9 de agosto de 2013

No te salves


No te quedes inmóvil
al borde del camino,
no congeles el júbilo,
no quieras con desgana
no te salves ahora,
ni nunca.
                 No te salves,
no te llenes de calma,
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo,
no dejes caer los párpados
pesados como juicios,
no te quedes sin labios,
no te duermas sin sueño,
no te pienses sin sangre,
no te juzgues sin tiempo.
Pero si
              pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo,
y quieres con desgana,
y te salvas ahora,
y te llenas de calma,
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo,
y dejas caer los párpados
pesados como juicios,
y te secas sin labios,
y te duermes sin sueño,
y te piensas sin sangre,
y te juzgas sin tiempo,
y te quedas inmóvil
al borde del camino,
y te salvas
                     entonces
no te quedes conmigo.


jueves, 8 de agosto de 2013

A un joven poeta



A un joven poeta
A ti, que escribes sin cesar
poemas sobre la alborada,
a ti, que tiemblas contemplando
los reflejos del sol en el agua,

a ti, poeta inexplicable,
extraño ser entre la lucha
de un mundo nuevo que amanece
y otro viejo que se derrumba,

a ti te escribo, a ti te llamo
desde este lado de la vida,
para que sientas y hagas tuya
la verdadera poesía.

Nada es durable entre nosotros
y mil caminos nos arrastran
con el furor de un torbellino
hacia dudosas esperanzas.

Apártate de los que aplauden
tus negros sueños, tus conjuros,
de los que piden que te eleves
sobre este sucio y raro mundo.

En tus manos está el cambiar
el pulso, el ritmo de la historia,
si haces que brille en el poema
la realidad esplendorosa.

Une tu canto al coro inmenso
de esta asolada humanidad.
Juega a la vida, si estás vivo.
Sólo la vida seguirá.

1968

miércoles, 7 de agosto de 2013

Respuesta


Quisiera que tú me entendieras a mí sin palabras.
Sin palabras hablarte, lo mismo que se habla mi gente.
Que tú me entendieras a mí sin palabras
como entiendo yo al mar o a la brisa enredada en un álamo verde.
Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte,
Hace ya mucho tiempo aprendí hondas razones que tú no comprendes.
Revelarlas quisiera, poniendo en mis ojos el sol invisible,
la pasión con que dora la tierra sus frutos calientes.
Me preguntas, amigo, y no sé qué respuesta he de darte.
Siento arder una loca alegría en la luz que me envuelve.
Yo quisiera que tú la sintieras también inundándote el alma,
yo quisiera que a ti, en lo más hondo, también te quemase y te hiriese.
Criatura también de alegría quisiera que fueras,
criatura que llega por fin a vencer la tristeza y la muerte.
Si ahora yo te dijera que había que andar por ciudades perdidas
y llorar en sus calles oscuras sintiéndose débil,
y cantar bajo un árbol de estío tus sueños oscuros,
y sentirte hecho de aire y de nube y de hierba muy verde...
Si ahora yo te dijera
que es tu vida esa roca en que rompe la ola,
la flor misma que vibra y se llena de azul bajo el claro nordeste,
aquel hombre que va por el campo nocturno llevando una antorcha,
aquel niño que azota la mar con su mano inocente...
Si yo te dijera estas cosas, amigo,
¿qué fuego pondría en mi boca, qué hierro candente,
qué olores, colores, sabores, contactos, sonidos?
Y ¿cómo saber si me entiendes?
¿Cómo entrar en tu alma rompiendo sus hielos?
¿Cómo hacerte sentir para siempre vencida la muerte?
¿Cómo ahondar en tu invierno, llevar a tu noche la luna,
poner en tu oscura tristeza la lumbre celeste?
Sin palabras, amigo; tenía que ser sin palabras como tú me entendieses.