viernes, 23 de mayo de 2014

Miserere en la tumba de RN





Ya sé que el alma es de su Dios. Ahora
 sé que también el cuerpo vuela. Nada
somos, en nada, uno de otro, hijo
y padre, amigo y enemigo, amante
y amado, vivo y muerto. Si tu cuerpo
tan al alcance de mi mano me huye
para qué sirve, qué es de mí, responde
qué queda entre él y yo, por qué he venido
y qué azar me ha guiado hasta tus restos…”

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