jueves, 31 de julio de 2014

LA QUEJA QUERIDA




Poeta. Es decir, náufrago que grita,
que quiere sacudirse la tristeza
de su isla desierta y exquisita,
cuando la muerte a rodearlo empieza.
Su queja, cada día, arroja escrita
al mar: botella verde, uña, corteza.
Cada día, iza al cielo una infinita
bandera roja que arde en la maleza.
Y si algún transatlántico de espanto
sorprende su mensaje de humo y llanto,
es inútil la búsqueda, el viaje.
La expedición arribará a la playa
y el poeta, en su cueva más salvaje,
esperará de nuevo a que se vaya.

Mínimas del ciprés y los labios, 1958

miércoles, 30 de julio de 2014

LEJOS Y EN LA MANO






Delicada, prudente, generosa,
su palabra es sencilla, amortiguada
por una levedad que le conduce
donde apenas sus pasos seguir puedes.
No siempre fue feliz, pero su vida
conoce la fragancia de los nardos,
el tacto de la seda, el terciopelo,
la secreta dulzura de la sombra.
Un gesto de tristeza le acompaña,
mezclado extrañamente a su sonrisa
que muere tan fugaz como se esboza.
Y te miran sus ojos fijamente,
y el corazón, rendido, a sí se dice:
amor mío, tan lejos y en la mano.

martes, 29 de julio de 2014

Don de la ebriedad





SIEMPRE la claridad viene del cielo;
es un don: no se halla entre las cosas
sino muy por encima, y las ocupa
haciendo de ello vida y labor propias.
Así amanece el día; así la noche
cierra el gran aposento de sus sombras.
Y esto es un don. ¿Quién hace menos creados
cada vez a los seres? ¿Qué alta bóveda
los contiene en su amor? ¡Si ya nos llega
y es pronto aún, ya llega a la redonda
a la manera de los vuelos tuyos
y se cierne, y se aleja y, aún remota,
nada hay tan claro como sus impulsos!
Oh, claridad sedienta de una forma,
de una materia para deslumbrarla
quemándose a sí misma al cumplir su obra.
Como yo, como todo lo que espera.
Si tú la luz te la has llevado toda,
¿cómo voy a esperar nada del alba?
Y, sin embargo –esto es un don-, mi boca
espera, y mi alma espera, y tú me esperas
ebria persecución, claridad sola
mortal como el abrazo de las hoces,
pero abrazo hasta el fin que nunca afloja.

lunes, 28 de julio de 2014

Soneto para empezar un amor



Ocurre que el olvido, antes de serlo,
fue grande amor, dorado cataclismo;
muchacha en el umbral de mi egoísmo,
¿qué va a pasar? mejor es no saberlo.

Muchacha con amor, ¿dónde ponerlo?
Amar son cercanías de uno mismo.
Como siempre, rodando en el abismo,
se irá el amor, sin verlo ni beberlo.

Tumbarse a ver qué pasa, eso es lo mío;
cumpliendo años irás en mi memoria,
viviendo para ayer, como una brasa,

porque no llegará la sangre al río,
porque un día seremos sólo historia
y lo de uno es tumbarse a ver qué pasa.

domingo, 27 de julio de 2014

Mi poema





      Mi poema está ahí
      Uno más
      Entre millones
      Que andan dispersos por el mundo
      Son tantos los poemas
      Como son tantas
      Las doradas hojas del otoño
      Pero un día
      De pronto
      Por algún motivo o sin ningún motivo
      Tu mirada se detiene en él
      Y mi poema se ilumina
      Tus ojos lo observan
      Y mi poema se siente hermoso
      Tus ojos lo leen
      Y ese poema brilla
      Como una estrella
      Luego mientras tú prosigues el camino,
      Mientras te alejas
      Llevando sobre ti
      Algo de ese brillo
      Que se va apagando
      Mi corazón agradecido
      Te grita "gracias".

sábado, 26 de julio de 2014

Calle sin nombre

  

III

Ha amanecido. Y cada esquina canta,
tiembla recién llovida. Están muy altos
el cemento y el cielo.
Me está llamando el aire con rutina,
sin uso.
El violeta nuevo de las nubes
vacila, se acobarda. Y muy abiertas
vuelan las golondrinas y la ciudad sin quicios,
el bronce en flor de las campanas. ¿Dónde,
dónde mis pasos?
Tú no andes más. Di adiós.
Tú deja que esta calle
siga hablando por ti, aunque nunca vuelvas.
 

viernes, 25 de julio de 2014

Al sueño



Imagen espantosa de la muerte,
Sueño crüel, no turbes más mi pecho,
Mostrándome cortado el nudo estrecho,
Consuelo solo de mi adversa suerte.

Busca de algún tirano el muro fuerte,
De jaspe las paredes, de oro el techo,
O el rico avaro en el angosto lecho
Haz que temblando con sudor despierte.

El uno vea el popular tumulto
Romper con furia las herradas puertas,
O al sobornado siervo el hierro oculto.

El otro sus riquezas, descubiertas
Con llave falsa o con violento insulto,
Y déjale al amor sus glorias ciertas.

jueves, 24 de julio de 2014

Al Céfiro

 

 

Oda sáfica

Dulce vecino de la verde selva,
Huésped eterno del abril florido,
Vital aliento de la madre Venus,
                Céfiro blando;

Si de mis ansias el amor supiste,
Tú, que las quejas de mi voz llevaste,
Oye, no temas, y a mi ninfa dile,
                Dile que muero.

Filis un tiempo mi dolor sabía;
Filis un tiempo mi dolor lloraba;
Quísome un tiempo, mas ahora temo,
                Temo sus iras.

Así los dioses con amor paterno,
Así los cielos con amor benigno,
Nieguen al tiempo que feliz volares
                Nieve a la tierra.

Jamás el peso de la nube parda
Cuando amanece en la elevada cumbre,
Toque tus hombros ni su mal granizo
                Hiera tus alas.

miércoles, 23 de julio de 2014

Canción a las ruinas de Itálica




Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora
campos de soledad, mustio collado,
fueron un tiempo Itálica famosa.
Aquí de Cipión la vencedora
colonia fue; por tierra derribado
yace el temido honor de la espantosa
muralla, y lastimosa
reliquia es solamente
de su invencible gente.
Sólo quedan memorias funerales
donde erraron ya sombras de alto ejemplo
este llano fue plaza, allí fue templo;
de todo apenas quedan las señales.
Del gimnasio y las termas regaladas
leves vuelas cenizas desdichadas;
las torres que desprecio al aire fueron
a su gran pesadumbre se rindieron.
Este despedazado anfiteatro,
impío honor de los dioses, cuya afrenta
publica el amarillo jaramago,
ya reducido a trágico teatro,
¡oh fábula del tiempo, representa
cuánta fue su grandeza y es su estrago!
¿Cómo en el cerco vago
de su desierta arena
el gran pueblo no suena?
¿Dónde, pues fieras hay, está, el desnudo
luchador? ¿Dónde está el atleta fuerte?
Todo desapareció, cambió la suerte
voces alegres en silencio mudo;
mas aun el tiempo da en estos despojos
espectáculos fieros a los ojos,
y miran tan confusos lo presente,
que voces de dolor el alma siente,
Aquí nació aquel rayo de la guerra,
gran padre de la patria, honor de España,
pío, felice, triunfador Trajano,
ante quien muda se postró la tierra
que ve del sol la cuna y la que baña
el mar, también vencido, gaditano.
Aquí de Elio Adriano,
de Teodosio divino,
de Silo peregrino,
rodaron de marfil y oro las cunas;
aquí, ya de laurel, ya de jazmines,
coronados los vieron los jardines,
que ahora son zarzales y lagunas.
La casa para el César fabricada
¡ay!, yace de lagartos vil morada;
casas, jardines, césares murieron,
y aun las piedras que de ellos se escribieron.

Fabio, si tú no lloras, pon atenta
la vista en luengas calles destruidas;
mira mármoles y arcos destrozados,
mira estatuas soberbias que violenta
Némesis derribó, yacer tendidas,
y ya en alto silencio sepultados
sus dueños celebrados.
Así a Troya figuro,
así a su antiguo muro,
y a ti, Roma, a quien queda el nombre apenas,
¡oh patria de los dioses y los reyes!
Y a ti, a quien no valieron justas leyes,
fábrica de Minerva, sabia Atenas,
emulación ayer de las edades,
hoy cenizas, hoy vastas soledades,
que no os respetó el hado, no la muerte,
¡ay!, ni por sabia a ti, ni a ti por fuerte.
Mas ¿para qué la mente se derrama
en buscar al dolor nuevo argumento?
Basta ejemplo menor, basta el presente,
que aún se ve el humo aquí, se ve la llama,
aun se oyen llantos hoy, hoy ronco acento;
tal genio o religión fuerza la mente
de la vecina gente,
que refiere admirada
que en la noche callada
una voz triste se oye que llorando,
'Cayó Itálica', dice, y lastimosa,
eco reclama 'Itálica' en la hojosa
selva que se le opone, resonando
«Itálica», y el claro nombre oído
de Itálica, renuevan el gemido
mil sombras nobles de su gran ruina:
¡tanto aún la plebe a sentimiento inclina!
Esta corta piedad que, agradecido
huésped, a tus sagrados manes debo,
les do y consagro, Itálica famosa.
Tú, si llorosa don han admitido
las ingratas cenizas, de que llevo
dulce noticia asaz, si lastimosa,
permíteme, piadosa
usura a tierno llanto,
que vea el cuerpo santo
de Geroncio, tu mártir y prelado.
Muestra de su sepulcro algunas señas,
y cavaré con lágrimas las peñas
que ocultan su sarcófago sagrado;
pero mal pido el único consuelo
de todo el bien que airado quitó el cielo
Goza en las tuyas sus reliquias bellas
para envidia del mundo y sus estrellas.

martes, 22 de julio de 2014

Canción



¡Oh libertad preciosa,
No comparada al oro,
Ni al bien mayor de la espaciosa tierra!
Más rica y más gozosa
Que el precioso tesoro
Que el mar del sur entre su nácar cierra;
Con armas, sangre y guerra,
Con las vidas y famas,
Conquistada en el mundo;
Paz dulce, amor profundo,
Que el mal apartas y a tu bien nos llamas:
En ti sola se anida
Oro, tesoro, paz, bien, gloria y vida.


Cuando de las humanas
Tinieblas vi del cielo
La luz, principio de mis dulces días,
Aquellas tres hermanas
Que nuestro humano velo
Tejiendo, llevan por inciertas vías,
Las duras penas mías
Trocaron en la gloria
Que en libertad poseo,
Con siempre igual deseo,
Donde verá por mi dichosa historia,
Quien más leyere en ella,
Que es dulce libertad lo menos della.


Yo pues, señor exento
Desta montaña y prado,
Gozo la gloria y libertad que tengo.
Soberbio pensamiento
Jamás ha derribado
La vida humilde y pobre que sostengo.
Cuando a las manos vengo
Con el muchacho ciego,
Haciendo rostro embisto,
Venzo, triunfo y resisto
La flecha, el arco, la ponzoña, el fuego,
Y con libre albedrío
Lloro el ajeno mal y canto el mío.


Cuando el aurora baña
Con helado rocío
De aljófar celestial el monte y prado,
Salgo de mi cabaña,
Riberas deste río,
A dar el nuevo pasto a mi ganado,
Y cuando el sol dorado
Muestra sus fuerzas graves,
Al sueño el pecho inclino
Debajo un sauce o pino,
O ya gozando el aura,
Oyendo el son de las parleras aves,
Donde el perdido aliento se restaura.


Cuando la noche oscura
Con su estrellado manto
El claro día en su tiniebla encierra,
Y suena en la espesura
El tenebroso canto
De los nocturnos hijos de la tierra,
Al pie de aquesta sierra
Con rústicas palabras
Mi ganadillo cuento
Y el corazón contento
Del gobierno de ovejas y de cabras,
La temerosa cuenta
Del cuidadoso rey me representa.


Aquí la verde pera
Con la manzana hermosa,
De gualda y roja sangre matizada,
Y de color de rosa
La cermeña olorosa
Tengo, y la endrina de color morada;
Aquí de la enramada
Parra que al olmo enlaza,
Melosas uvas cojo;
Y en cantidad recojo,
Al tiempo que las ramas desenlaza
El caluroso estío,
Membrillos que coronan este río.


No me da descontento
El hábito costoso
Que de lascivo el pecho noble infama;
Es mi dulce sustento
Del campo generoso
Estas silvestres frutas que derrama;
Mi regalada cama
De blandas pieles y hojas,
Que algún rey la envidiara,
Y de ti, fuente clara,
Que bullendo, el arena y agua arrojas,
Estos cristales puros,
Sustentos pobres, pero bien seguros.


Estése el cortesano
Procurando a su gusto
La blanda cama y el mejor sustento;
Bese la ingrata mano
Del poderoso injusto,
Formando torres de esperanza al viento;
Viva y muera sediento
Por el honroso oficio,
Y goce yo del suelo,
Al aire, al sol y al hielo,
Ocupado en mi rústico ejercicio;
Que más vale pobreza
En paz, que en guerra mísera riqueza.


Ni temo al poderoso
Ni al rico lisonjeo,
Ni soy camaleón del que gobierna,
Ni me tiene envidioso
La ambición y deseo
De ajena gloria ni de fama eterna;
Carne sabrosa y tierna,
Vino aromatizado,
Pan blanco de aquel día,
En prado, en fuente fría,
Halla un pastor con hambre fatigado;
Que el grande y el pequeño
Somos iguales lo que dura el sueño.

lunes, 21 de julio de 2014

AVENTURA DE UNA DESTRUCCIÓN

 
 




CÓMO conozco el algodón y el hilo de esta almohada
herida por mis sueños,
sollozada y desierta,
donde crecí durante quince años.
Sí, en esta almohada desde la que mis ojos
vieron el cielo
y la pureza de la amanecida
y el resplandor nocturno
cuando el sudor, ladrón muy huérfano, y el fruto transparente
de mi inocencia, y la germinación del cuerpo
eran ya casi bienaventuranza.

La cama temblorosa
donde la pesadilla se hizo carne,
donde fue fértil la respiración,
audaz como la lluvia,
con su tejido luminoso y sin ceniza alguna.

Y mi cama fue nido
y ahora es alimaña;
ya su madera sin barniz, oscura,
sin amparo.

No volveré a dormir en este daño, en esta
ruina,
arropado entre escombros, sin embozo,
sin amor ni familia:
entre la escoria viva.
Y al mismo tiempo quiero calentarme
en ella, ver
cómo amanece, cómo
la luz me da en mi cara, aquí, en mi cama.
La vuestra, padre mío, madre mía,
hermanos míos,
donde mi salvación fue vuestra muerte.

domingo, 20 de julio de 2014

Soneto para acabar un amor



He quemado el pañuelo por si acaso
se pudiera tejer de nuevo el lino.
Le sobra la mitad del vaso al vino
y más de media noche al cielo raso.

Tenía que pasar esto. Y el caso
es que estando yo siempre de camino
y estando tú parada, no te vi y no
me ha cogido el amor nunca de paso.

Puede que salga a relucir la historia
porque nunca se acaba lo que acaba,
que se queda a vivir en la memoria.

Echa a andar el amor que te he tenido
y se va no sé dónde. Donde estaba.
De donde no debiera haber salido.

sábado, 19 de julio de 2014

A la frialdad VII





VII

Si interrumpe la amargura
el jardín desarreglado,
la pausa es la hoja
impura entre el soplo y el nevado.

Ya la curva del granado
no aprisiona propia hondura;
la ceja del alterado,
metamorfosis impura.

Los cambios del remolino
en el ojo no es el celo
del gamo que está de fuga.

Que si depura, el desvelo
el último punto enjuga
madriguera del mohíno.

viernes, 18 de julio de 2014

A la frialdad VI






VI

Si ya el que el ayer adivina
lo que sin signo previene,
el aire no desafina,
leve crepúsculo viene.

Las chispas que arremolina
el aire que lento adviene,
detrás de la oreja afina,
sierpe el oído deviene.

Perdida en mar de tintero
la sirenita, si yace
aprisiona sólo huellas.

Tirando del instantero
dormida abeja ya pace
el árbol de las estrellas.


jueves, 17 de julio de 2014

A la frialdad V







V

Caída la hoja miro,
ya que tu olvido decrece
la calidad del suspiro
que firme en la voz se mece.

La sombra de tu retiro
no a la noche pertenece,
si insisto y la sombra admiro
 tu ausencia no viene y acrece.

La sustancia del vacío
sólo halla su concierto
elaborando el desvelo
que presagia el cuerpo yerto.

Diosa perdida en el cielo,
yo con el cuerpo porfío.


miércoles, 16 de julio de 2014

A la frialdad IV






IV

Entre la flecha y el punto
el insecto bordonea.
El arco del cejijunto
crea paréntesis, crea.

La lluvia, que no es conjunto,
arco y violín puntea.
Cuando la escala está en punto
el reloj suave gotea.

Siento que no me siento;
borro, y hostiga la nada.
Frente a la muralla el ojo
traza la ciudad cansada.

Rasgada flecha o rastrojo
suman un solo lamento.


martes, 15 de julio de 2014

A la frialdad III





III

Sigo una voz, desconcierta;
si una huella, me revela
que la mansión más incierta
no es la que de noche vela.

Banal idea no recela
de la nube, la incierta,
fácil onda no se hiela
porque busque boca yerta.

Paradoja sonreída:
la pasión hecha jauría
quiere ser siempre vencida.

La serpiente es mano alzada.
Corona del desvarío,
Mano en la mano ocultada.


lunes, 14 de julio de 2014

A la frialdad II





II

Disperso, suave y atado,
haciendo un fugaz saludo
al ángulo del desnudo
techo, frío y aprisionado.

Al saludar lo pensado,
colmo sutil del menudo
río que fue elaborado
por un tritón barbudo.

Olvido de la corriente,
esencia del sacrificio
y candelas de la orilla.

Cuerpo que se mancilla
ya con el nuevo artificio:
ausente, no estás ausente.


domingo, 13 de julio de 2014

A la frialdad






I

El sueño que se apresura
no es el mismo que revierte.
La muerte cuando es la muerte,
Pierde la boca madura.

La esencia que no se advierte
suele ser la más impura. 7
El amarillo en la muerte,
seda es contra natura.

Ser en el ser desafía
a la unidad mensajera
que de sí mismo se fía
y sólo un rumor desaltera.

Cuando el fruto está vecino
la mano yerra sin tino

sábado, 12 de julio de 2014

En el principio fue el número



 
Creárase la soledad,
el doble de ella misma,
e incluso el triple y llegárase al siete de la nota,
al lugar del descanso, al punto geométrico,
al triángulo exacto de la transmigración perenne
-el alma que se escapa entre los brazos quietos
y el triángulo -viejo- con sus catetos rotos-.
Y de nuevo hacia el uno, 
hacia la sola agua. Consonancia perfecta
el uno con el dos y cada nota, fija, en esa vibración,
exactamente el doble en las octavas altas.
Creárase la soledad, el infinito nunca de la música,
el punto equidistante entre la nada.
La piel del hombre, un árbol.
En su interior, lo solo y el dos y el tres en su
costado
y el cuatro y nuevamente el cinco con sus dedos
correctos
y el seis (como de hombre) y el siete del retorno.
El ser, así, girando en desmesura, como un sonido
ciego
y un estuche, desnudo en cada muerte.
 

viernes, 11 de julio de 2014

Oh madre!




Oh madre! Te suplico que no me eches
esas carisangrientas
doncellas con cabezas de dragones,
que ya me están saltando a la redonda.
Ay de mí! ¿Qué haré?, ay, que me matan!

jueves, 10 de julio de 2014

Soneto amoroso.


Burla y blasona la corcilla o gama,
bien guarecida entre su bosque espeso,
del gran lebrel y acosador sabueso
cuyo ladrido la amenaza y llama.

Mas si, engañada de la hierba y grama,
al raso campo extiende el pie travieso,
muriendo paga su ligero exceso
y en vano el gremio de las selvas ama.

Así, mientras cerrado en mi aspereza
viví, burlaba, Amor, de tus rigores;
más engañóme un rostro lisonjero.

Salí de mí, siguiendo la belleza
de un paraíso con perpetuas flores,
donde a tus manos rigurosas muero.

miércoles, 9 de julio de 2014

Piel iluminada II




Entre los hilos de la bruma,
mecida en la soledad de la noche,
le asombra dorado un sueño,
la nostalgia de un primer amor
que arrastra entre las olas
las voces que le nombran…
…Y de manzanas
los pliegues de la cama
con su calor alumbran
nuevos sueños sonoros por venir.

martes, 8 de julio de 2014

Piel iluminada




Esa especie de síntesis cosmológica
o esa otra piel más espesa y dura
extendida
paralelamente,
obelisco de la escarpada tierra,
figura de barro y piel
cocida en el sexo del sol,
mi cuerpo hincado en el cuerpo
de la mujer que duerme…

lunes, 7 de julio de 2014

El hogar





Más allá de la ambición,
más allá del logro,
está el hogar.
Alegría,
sin contenido;
paz

sin razón.

domingo, 6 de julio de 2014

Da pudor







Da pudor
salir a la calle
con esta pena
polvorienta.

Andar

entre los robles
con esta sombra
a cuestas.

El sol
de septiembre
no tiene piedad
con la tristeza.

sábado, 5 de julio de 2014

La Belleza



Siempre que la Belleza mira,
el Amor también está allí;
siempre que la belleza muestre una mejilla sonrosada
el Amor enciende su fuego con esa llama.
Cuando la belleza mora en los oscuros vallecitos de la noche
el Amor viene y encuentra un 
corazón
enredado en los cabellos.
La Belleza y el Amor son cuerpo y alma.
La Belleza es la mina, el Amor, el diamante.
Juntos han estado
desde el principio de los tiempos,
lado a lado, paso a paso.

viernes, 4 de julio de 2014

La extraña



                              La fatiga e'sedersi senza farse notare.
                                             Cesare Pavese: "Il vino triste". 


Me levanté sin que se dieran cuenta
y salí sin hacerme notar.
Había estado todo el día
entre ellos, intentando
hacerme oír,
procurando decirles
lo que me habían encargado.
Pero el recado que me dieron
no era preciso. El humo,
la música, el ruido de las risas
y de los besos -estallaban
como las rosas en el aire-,
eran más fuertes que mi voz. Cansada
de mi trabajo inútil,
me levanté,
abrí la puerta
y salí del hermoso lugar.
Desde la calle
miré por la ventana: nadie había
advertido mi ausencia.
Caminé. Volví el rostro:
ninguno me seguía.

jueves, 3 de julio de 2014

Las Flores y la Vida del Hombre


 

Éstas que fueron pompa y alegría
Despertando al albor de la mañana,
A la tarde serán lástima vana
Durmiendo en brazos de la noche fría.

Este matiz que al cielo desafía,
Iris listado de oro, nieve y grana,
Será escarmiento de la vida humana:
¡Tanto se emprende en término de un día!

A florecer las rosas madrugaron,
Y para envejecerse florecieron:
Cuna y sepulcro en un botón hallaron.

Tales los hombres sus fortunas vieron:
En un día nacieron y expiraron;
Que pasados los siglos, horas fueron.

 

miércoles, 2 de julio de 2014

Judías blandas avistando la muerte





Sellado y transparente,
reverberando allí como ese Cristo muerto,
el mar. 
No más la piel del mar que ocultara a aquel perro
dormido que, a la sombra de la arena, cobija
todas sus inquietudes.
La chuleta que verá levitar,
por ese mandamiento, sobre el hombro desnudo
de la mujer prohibida.
El pan de cada día que en las guerras 
se nos hace más grave.
Y esa trasparencia de la luz,
los relojes que, blandos, avistan hacia nada.
El ojo de Mae West como un péndulo fijo.
El sexo que, cual rosa, viene a dar a la mar.
No más esa mujer, ventana,
observando, tranquila, la cara de la vida
y un montón de pinceles, desnudos,
esperando la muerte, o el ocaso.

martes, 1 de julio de 2014

Las golondrinas




...Están ya aquí, Platero, las golondrinas, y apenas se las oye, como otros años, cuando el primer día de llegar lo saludan y lo curiosean todo, charlando sin tregua en su rizado gorjeo. Le contaban a las flores lo que habían visto en Africa, sus dos viajes por el mar, echadas en el agua, con el ala por vela, o en las jarcias de los barcos; de otros ocasos, de otras auroras, de otras noches con estrellas...