jueves, 16 de mayo de 2013

DIETA



Mi comida, pobre en calorías,
tan bien pensada:
La empanada minúscula de carne,
el trocito de queso con galletas
sin sal,
la fruta que me tienta,
el té de las señoras
acompañado, sin mojarla nunca,
de una tortita de miel de flores exóticas
americanas.
Un bombón pequeñito,
varios sorbitos de agua Perrier
para la digestión
y, como tercer postre,
en la Estafeta de Correos,
un sobre con mi granito de arena,
un cheque nimio
para la dieta de los irremediables de este mundo
que no llegarán nunca a ser iguales, los pobres,
a nosotros
y, como pájaros escuálidos sin norte,
picotean semillas imaginarias
entre las matas y la tierra secas.

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