domingo, 31 de marzo de 2013

Aires da miña terra



Escribir nada máis pra unha provincia,
ou, como os pobos árcades fixeron,
escribir sobre a casca dos cortizos,
case que todo vén a ser o mesmo.
A nosa voz, na soledá perdida,
morrerá sen deixar sequera ese eco
que a brisa melancólica do outono
deixa na copa azul dos ameneiros.
Non pode ser tampouco doutra sorte:
pasaron xa, pra non volver, os tempos
en que a linguaxe era unha cifra máxica
fácile sólo ó sacerdote hebreo.
As xentes tristes que no verbo humano
procuran os ideales que entreveron,
cando ó vate interrogan, novo oráculo,
queren revelaciós, que non misterios.
E escribir nunha lingua coñecida
daqueles só que onda nós naceron,
¿que é se non responder esas preguntas
en revesgados xeroglifos pérsicos?
Todo tende á unidá, lei de entre todas
a máis inexorable do progreso;
e el, que de cen nacións un pobo fixo,
un idioma fará de mil dialectos.
Como paran no mar tódolos ríos,
como os raios do sol paran nun centro,
tódalas linguas han de parar nunha,
que hemos de falar todos, tarde ou cedo.
¿Por que botar ó público este libro
se a división dialéctica condeno?,
diredes, con razón, os que leades,
se as ledes, estas páxinas. Diréivolo:
Cando tódalas linguas o fin topen
que marca a todo o providente dedo,
e cos vellos idiomas extinguidos
sola unha fala universal formemos,
esa fala pulida, idioma único,
máis ca hoxe enriquecido e máis perfecto,
resume das palabras mais sonoras
que aquelas nos deixaran como en herdo,
ese idioma, compendio dos idiomas,
como unha serenata pracenteiro,
como unha noite de luar docísimo,
será, ¿que outro se non?, será o galego.
Fala de miña nai, fala harmoniosa
en que o rogo dos tristes sube ó ceo
i en que descende a plácida esperanza
ós afogados e doridos peitos;
fala dos meus avós, fala en que os parias,
de tréboa e polvo e de suor cubertos,
piden á terra o gran da cor do sangue
que ha de cebar á besta do laudemio...
Lingua enxebre, en que as ánimas dos mortos
nas negras noites de silencio e medo
encomendan ós vivos as obrigas
que, ¡malpocados!, sen cumprir morreron.
Idioma en que garulan os paxaros,
en que falan os ánxeles ós nenos,
en que as fontes saloucan e murmuran
entre as follosas árbores os ventos.
Non, ti non morrerás, céltica musa
nada da Suevia nos chouzales pechos,
último amor do pálido Macías
atravesado o corazón cun ferro;
fecundo nume do único rei sabio
que no solio de España tivo asento,
arpa inmortal da doce Rosalía,
do infortunado Añón himno postreiro;
ti non podes morrer... ¡Iso quixeran
os desleigados que te escarneceron!
¡Mais ti non morrerás, Cristo das linguas,
non, ti non morrerás, ouh Nazareno!
Apóstol teu, anque o máis ruín de todos, 
pra onde quer levarei teu Evanxeo,
o fatelo vestindo da ignominia
que pra mofa nas costas che puxeron.
No teu nome, por terras e por mares,
ofrecerei paz e salú ós enfermos,
falareilles da patria ós desterrados,
de liberdade e redención ós servos.
Anunciarei o día do teu triunfo
por cidades e vilas e desertos,
e se por te anunciar me apedrearen,
¡inda ó morrer te mentarán meus beizos!

sábado, 30 de marzo de 2013

Estancia-club





Estancia-club
El poeta es aquel que se embadurna de aceite
Antes de haber usado las máscaras de supervivencia
Ayer por la tarde el mundo era dócil,
Soplaba una brisa sobre las radiantes palmeras
Y yo estaba a la vez en otra parte y en el espacio,
Conocía el Sur y las tres direcciones
En el cielo empobrecido se dibujaban estelas,
Me imaginaba a los ejecutivos sentados en sus aviones
Y los pelos de sus piernas, muy similares a los míos
Y sus valores morales, y sus amantes hindúes
El poeta es aquel, casi igual a nosotros,
Que menea la cola en compañía de los perros.
Me habría podido pasar tres años junto a la piscina
Sin llegar a distinguir el cuerpo de los veraneantes,
La agitación de los cuerpos atraviesa mi retina
Sin despertar en mí ningún vivo deseo.

viernes, 29 de marzo de 2013

Nel Bosco




Ti penso 
ad unghia ad 
unghia, mia
piatta di 
biscotto, sei
di sfoglia, di
rosso marmellata,
sei burro che
non ingrassa, sei
l’impasto di
ogni mio

pane



Pienso en ti
uña a 
uña, mi
llana de galleta, eres
de hojaldre, de 
rojo mermelada,
eres mantequilla que
no engorda, eres
la masa de
todos mis
panes.

jueves, 28 de marzo de 2013

Amanece lloviendo.



LXIII

Amanece lloviendo. Bien peinada
la mañana chorrea el pelo fino.
Melancolía está amarrada;
y en mal asfaltado oxidente de muebles hindúes,
vira, se asienta apenas el destino.
Cielos de puna descorazonada
por gran amor, los cielos de platino, torvos
de imposible.
Rumia la majada y se subraya
de un relincho andino.
Me acuerdo de mí mismo. Pero bastan
las astas del viento, los timones quietos hasta
hacerse uno,
y el grillo del tedio y el jiboso codo inquebrantable.
Basta la mañana de libres crinejas
de brea preciosa, serrana,
cuando salgo y busco las once
y no son más que las doce deshoras.

miércoles, 27 de marzo de 2013

AUTO DE TERMINACIÓN



AUTO DE TERMINACIÓN

Una larga sequía
bebe los ríos de la patria mía.

Salgo de casa y miro cómo pasa
la gente. Cómo vive.
Cómo mueren algunos este invierno
(Carlos, Dámaso, Jaime). Tristemente
miro los ríos de la patria mía
que van a dar a la melancolía.

martes, 26 de marzo de 2013

Sobre las palabras



Sobre las palabras

No se puede salir con las palabras, siempre te comprometen.

Hay palabras que tratadas convenientemente acaban por adquirir el brillo único de esos cristales que son como luces abandonadas a la orilla del mar.

Algunas vienen envueltas en la niebla que entorna la melancolía. Se comenta de ellas que nacen en la soledad de los puertos al amanecer.

La palabra nace – afirma Herbert Conway – cuando en el silencio, en el primer silencio, un hombre imita a un papagayo.

El invento de la palabra pez supuso grandes dificultades. La palabra escama (surgió de inmediato) hizo aún más difícil la captura de aquélla. Alguien, tiempo después, dijo: Mereció la pena tanto esfuerzo. Sin embargo, una muchacha se sonrojó ante las imágenes sugeridas por aquella palabra.

Muy estricta en sus gustos, y gran conocedora del poder persuasivo de los sofismas, Gemma Steven declara sin mucho convencimiento: Primero es la palabra, después la rosa.

Nunca escribas estas palabras en una misma línea: tigre y paloma, pues es fácil que la primera devore a la segunda.

lunes, 25 de marzo de 2013

La semana adelantada





La semana adelantada
Un tío enfermo y en edad anciana
casó con su sobrina (¡muy mal hecho!),
doncella alegre, joven y lozana,
pronta a cobrar el marital derecho.

Díjola el novio: «Te prevengo, Juana,
ya que vas a estrenar el nupcial lecho,
que yo sólo una vez cada semana
podré servirte en algo de provecho.»

Conformose la ninfa; y recibiendo
en singular aquel tributo frío,
repetía entre sí: «Peor es nada.»

Mas llamado el anciano reverendo
le instaba humilde: «Vaya, tío mío,
siquiera una semana adelantada.»

domingo, 24 de marzo de 2013

ME DESTIERRO...


ME DESTIERRO...
Me destierro a la memoria,
voy a vivir del recuerdo.
Buscadme, si me os pierdo,
en el yermo de la historia,

que es enfermedad la vida
y muero viviendo enfermo.
Me voy, pues, me voy al yermo
donde la muerte me olvida.

Y os llevo conmigo, hermanos,
para poblar mi desierto.
Cuando me creáis más muerto
retemblaré en vuestras manos.

Aquí os dejo mi alma?libro,
hombre?mundo verdadero.
Cuando vibres todo entero,
soy yo, lector, que en ti vibro.

sábado, 23 de marzo de 2013

OTRA VEZ



OTRA VEZ
Siempre la primavera
y estas ganas de huir de las paredes.
Gira la rueda
ser otra vez virgen
para dejar otra vez de serlo
gira la rueda
mojarme en la tormenta
con un paraguas de risa
como una niña mala
gira que gira
la sangre savia verde
germina en mis caderas.

viernes, 22 de marzo de 2013

ROSA DE MELANCOLIA



ROSA DE MELANCOLIA
Era yo otro tiempo un pastor de estrellas,
y la vida, como luminoso canto.
Un símbolo eran las cosas más bellas
para mí: la rosa, la niña, el acanto.

Y era la armoniosa voz del mundo,
una onda azul que rompe en la playa de oro,
cantando el oculto poder de la luna
sobre los destinos del humano coro.

Me daba Epicuro sus ánforas llenas,
un fauno me daba su agreste alegría,
un pastor de Arcadia, miel de sus colmenas.

Pero hacia el ensueño navegando un día,
escuché lejano canto de sirenas
y enfermó mi alma de Melancolía.

jueves, 21 de marzo de 2013

El abrigo de Gógol



El abrigo de Gógol

Vago con el abrigo de Gógol y no me canso de leer los puentes. 
Oigo al gélido fantasma de Europa correr a zancadas por el 
hielo. Es la áspera libertad y su frío de rigor. Así miras sintiéndote 
responsable los árboles fustigados ayer, en los zapatos los pies 
cada vez más pesados. Así piensas sintiéndote responsable en 
la basura que es marca del otoño. En el fango que es la historia 
de las nubes. No temas al fantasma que reclama tu abrigo. Suele 
estar congelado. Y tú deberías pensar que la muerte es un general 
alemán que ahora deposita su ojo azul en la mesa y se marcha 
cojeando. Es la áspera libertad.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Meditación en Lagunitas




Meditación en Lagunitas
El nuevo pensamiento es todo pérdida.
En eso se parece al antiguo pensamiento.
La idea, por ejemplo, de que cada particular borra
la luminosa claridad de una idea general.
Que el pájaro carpintero cara de payaso
que escudriña el esculpido tronco muerto
de aquel abedul es, por su sola presencia,
alguna trágica caída de un mundo primigenio
de luz indivisa. O la otra noción que dice
que, como en este mundo no hay una sola cosa
que corresponda al arbusto de la zarzamora,
una palabra es la elegía de lo que significa.
De esto hablamos anoche ya tarde y en la voz
de mi amigo había un delgado hilo de pena,
un tono casi de queja. Un rato después entendí
que, al hablar así, todo se disuelve:
justicia, pino, cabello, mujer, tú y yo.
Una vez hice el amor a una mujer y recuerdo cómo,
al tomar sus pequeños hombros entre mis manos,
sentí un violento asombro ante su presencia,
una sed de sal, sed del río de mi niñez
con sus cauces insulares, tonta música del barco
del placer, charco donde atrapamos aquel pececillo
naranja y plata llamado semilla de calabaza.
Apenas si tenía que ver con ella. Anhelo, decimos,
porque el deseo está lleno de distancias infinitas.
A ella yo le daba igual seguramente.
Pero cómo recuerdo la manera en que sus manos partían el pan,
lo que su padre le dijo para herirla, lo que soñaba.
Hay momentos en que el cuerpo es tan luminoso como las palabras,
días que son la carne buena prolongándose.
Una ternura tal, aquellas tardes y noches

repitiendo zarzamora, zarzamora, zarzamora



There are moments when the body is as numinous
as words, day that are the good flesh continuing.
Such tenderness, those afternoons and evenings,

saying blackberry, blackberry, blackberry.


martes, 19 de marzo de 2013

VELEIDAD




VELEIDAD
Me vienes y te vas,
tu rastro por mi cieno
mi rostro por tu altar.

Me vienes y te vas...

Mis límites más ciertos
invades y, al pasar,
hambre y dolor de tu verbo.

Y sin embargo te vas...

lunes, 18 de marzo de 2013

En el estudio del pintor




Para Ahmed el-Yahainy

Todas las tardes 
regreso a casa
tras dejar,en el taller,
mi rostro sobre el lienzo.
A la noche
me desprendo del marco de madera
y mis ojos escrutan las galerías de la sala:
los colores duermen en sus palestras,
los pinceles reposan en sus cuencos de aceite
y los cuadros dormitan.
Yo vigilo el lugar.
Mi cometido:
proteger las mortajas de los faraones
con las que el pintor
envolvió las momias de los antepasados,
de blanco;
protegerlas de los caprichos del azul, el verde y el marrón
para que lo blanco siga siendo blanco,
como la historia.
Y al alba,
vuelvo al bastidor
y cierro los ojos un instante
para echar una cabezada
antes de que el rostro impreso en la tela,
que es el mío,
se someta, una vez más, al pincel
de Ahmed el Yanayni.

domingo, 17 de marzo de 2013

Cebo




Cebo

La poesía nunca puede hablar de mí,
ni yo de la poesía.
Yo estoy solo, el poema está solo,
y el resto es de los gusanos.
Me detuve en las calles donde viven las palabras,
libros, cartas, informes,
y esperé.
Siempre supe esperar.
Las palabras, con sus formas claras u oscuras,
me volvieron más oscuro o más claro.
Los poemas me alcanzaron
y se reconocieron como objetos.
Yo pude verlo y verme.
No tiene fin esta adicción.
Escuadrones de poemas están buscando sus poetas.
Vagan sin mando por el amplio 
territorio de las palabras 
y aguardan el cebo de su perfecta,
hermética, condensada, acabada 
e irreductible 
forma.

sábado, 16 de marzo de 2013

Oracion





Señor,
Los que lo tienen todo no son felices.
Haz que no tengan nada
Para que sepan lo que es felicidad.

Medardo Fraile en Cuadernos del matemático

viernes, 15 de marzo de 2013

Un amor más allá del amor...




Un amor más allá del amor,
por encima del rito del vínculo,
más allá del juego siniestro 
de la soledad y de la compañía.
Un amor que no necesite regreso,
pero tampoco partida.
Un amor no sometido
a los fogonazos de ir y de volver,
de estar despiertos o dormidos,
de llamar o callar.
Un amor para estar juntos
o para no estarlo
pero también para todas las posiciones
intermedias.
Un amor como abrir los ojos.
Y quizá también como cerrarlos.

jueves, 14 de marzo de 2013

Alegraos





Alegraos con las flores que embriagan,
Las que están en nuestras manos.
Que sean puestos ya 
Los collares de flores.
Nuestras flores del tiempo de lluvia,
Fragantes flores,
Abren ya sus corolas.
Por allí anda el ave,
Parlotea y canta,
Viene a conocer la casa de dios.
Sólo con nuestros cantos
Perece vuestra tristeza.
Oh señores, con esto,
Vuestro disgusto se disipa.
Las inventa el Dador de la vida,
Las ha hecho descender
El inventor de sí mismo,
Flores placenteras,
Con ellas vuestro disgusto se disipa.

miércoles, 13 de marzo de 2013

El Arbolito




En el patio de mi casa
he sembrado un arbolito:
crece y crece tan bonito
que en tamaño ya me pasa!

Yo lo riego diariamente
con esmero y con amor:
ya da frutos, ya da flor
y me lo admira la gente....

martes, 12 de marzo de 2013

DESCANSO


Con ternura, con paz, con inocencia,
con una blanda tristeza o el cansancio
que viene a ser un perro fiel que acariciamos,
estoy sentado en mi sillón y soy feliz,
y soy feliz
porque no siento la necesidad de pensar algo preciso.

Con una fatiga que no es un desengaño,
con un gozo que no alienta esperanzas,
estoy en mi sillón, y estoy
en algo que quizás sólo es amor.

Sé que floto
y nada me parece sin embargo indiferente;
sé que nada me alegra ni me duele
y que sin embargo todo me enternece;
sé que eso es el amor,
o que quizá solamente es un dulce cansancio;
sé que soy feliz
porque no siento la necesidad de pensar algo preciso.

lunes, 11 de marzo de 2013

Rocío




De Sevilla un patio "salpicao" de flores,
una fuente en medio con un surtidor,
rosas y claveles de todos colores,
que no los soñaba mejor ni un pintor.
Tras de su cancela de hierro "forjao",
hay una mocita de tez "bronceá",
y juntito a ella, moreno y "plantao",
un mozo "encendío", que hablándole está.

La luna rosa de plata
bañó el patio con su luz,
muy cerquita de su novia
dijo el mocito andaluz:

"Rocío, ¡ay mi Rocío!
Manojito de claveles,
capullito "florecío".
De pensar en tus "quereres"
voy a perder el "sentío"
porque te quiero mi "vía"
como a nadie yo he "querío"
Rocío, ¡ay mi Rocío!"

Ahora es otro el patio "salpicao" de rosas,
patio de las monjas de la "Cariá",
donde hasta la fuente llora silenciosa,
la canción amarga de su soledad.
Regando las flores hay una monjita
que como ella tiene carita de flor,
y que se parece a aquella mocita,
que tras la cancela, le hablaba de amor.

La luna rosa de plata,
el patio "bañao" de luz,
más ya no suena esa copla
de aquel mocito andaluz:

"Rocío, ay mi Rocío…"

domingo, 10 de marzo de 2013

SEÑORES DEL SUR




Señores del sur
he comprometido mis raíces con ustedes
mi palabra llegará como un río
a recoger la tierra y su origen
Llámenme agricultor
cuando el trigo se despierte
cuando cruja la semilla
y el invierno se levante en una mano
Llámenme soldado
cuando el agua y la piedra se reúnan
entonces seré el puñal
que desgarre ceniza y envoltura
No digan al Maule como me llamo
me reconocerá por la voz
por los susurros que mis labios
llevarán hasta su lecho
No digan nada en Constitución
o en Pelluhue o en Chanco o en Curanipe
mi nombre fue encontrado en una ola
no es necesario que digan nada
Señores del sur
mi casa es mi mejor emblema
Pueden ver a través de las ventanas
o a través de mis ojos
lo que les tengo preparado
Abriré de una en una mis heridas
y escupiré poemas en vez de sangre
y a todos les diré mi nombre
Porque no quiero ver a Pedro
arrinconado en un museo
o a Manuel Francisco
retenido en una boca
Ellos sabían cantar
eran dos vientos de distinto oficio
dos gotas que el Maule
sacudió con violencia
Y yo ¿quién soy?
algo tengo de todos
cara de pan o de hormiga
muslos comprometidos
con el sabor de la tierra
hombros de padre
dientes de inquilino o de patrón
Soy una flor con espinas
y pétalos de mármol
un poema preparado
con la lluvia de cada día

sábado, 9 de marzo de 2013

Porque se llama Manuel




Porque se llama Manuel
y Machado se apellida,
en su verso Muerte y Vida
juegan partida y nivel.
¿Quién vence? Tablas. Y él,
banderillero de Apolo,
supo, cantó y está solo:
ese poeta chapado
que se apellida Machado
y le llamaban Manolo.

viernes, 8 de marzo de 2013

La oportunidad




Compadre, yo no le pido
mayormente caridad,
pero sí que a mi marido
le dé la oportunidad.

La guitarra tiene rota
pero en bombo canta igual.
Si tuviera un par de botas
lo vería zapatear.

Pa’l machete era machazo
pero el ingenio cerró.
De conchabo no hubo caso
en todo el alrededor.

Vendimos la taperita,
la chiva y hasta el telar
y así con cinco guagüitas
en tren a la Capital.

Resulta que una sobrina
nos brinda acomodación
pero siete en la cocina
requiere retribución.

Mi marido se levanta
y de changa en changa va.
Si el trabajo no le aguanta
será por fatalidá’.

Aunque es mozo bien plantado
y de regular altor
nadie le presta cuidado
para artista del folclor.

Y aquí estamos dagüeltando
mal que bien y bien que mal
hasta que llegue ese cuando
lo llamen de un festival.

jueves, 7 de marzo de 2013

A CÁDIZ




Tras navegación penosa
por una mar alterada
te presentaste a mis ojos,
lucero de las Españas!
Y a la claridad dudosa
que vierte en pos la alborada
me pareciste salida
improviso de las aguas.
¡Salud, plantel de recuerdos,
antemural de la patria,
salud, oh Cádiz famosa
por tu brío y por tus damas!
De Santa Cruz de Tinerfe
al alejarme, vagaban
por mi ardiente fantasía
tus sombras tornasoladas;
esa rica vestidura
con que te ciñó la fama,
y que tiendes en las olas,
cual si fueras su sultana.
Al verte sentí el influjo
que ejerces sobre las almas,
y absorto quedé mirando
mi ilusión ya realizada...

¡Oh, qué bella al navegante
te muestras, Cádiz la clara,
en el perfil del Océano
adormida, recostada!
Quién te cree una Nereida;
quién se figura una maga;
quién la diosa del combate
ve en ti, Cádiz la bizarra;
quién a Venus en la mente
con su séquito de gracias
se forja, cual tú nacida
de las espumas rizadas...
Pero yo que allá dejé
de Santa Cruz en las playas
hijos y esposa... pedazos
del corazón... ¡Oh gitana!
Yo te contemplé a la lumbre
de la aurora nacarada,
no cual la diosa de amores,
no cual deidad de las armas,
mas sí como tierna amiga
que los brazos me alargaba,
para reponer mis fuerzas
por el viaje quebrantadas.
¡Bendita seas!... En breve
de peregrino la marcha
volveré a emprender, dejando,
como dejé las Canarias,
tus paseos concurridos,
tus hermosuras galanas,
tus flores, tu argentería,
tus balcones, tus murallas...
Pero en Sevilla... la perla
de Andalucía nombrada,
en Madrid... donde la corte
esparce todas sus galas,
do quier que el paso dirija,
do quier fije mis miradas,
recordaré tus hechizos,
ciudad, hija de las aguas,
y bendeciré de nuevo
tus brisas hospitalarias! 




Cádiz, Junio de 1851.

miércoles, 6 de marzo de 2013

A ERNESTO





Quis tam patiens ut teneat se?

(JUVENAL)

Déjame, Arnesto, déjame que llore
los fieros males de mi patria, deja
que su ruïna y perdición lamente;
y si no quieres que en el centro obscuro
de esta prisión la pena me consuma,
déjame al menos que levante el grito
contra el desorden; deja que a la tinta
mezclando hiel y acíbar, siga indócil
mi pluma el vuelo del bufón de Aquino.

¡Oh cuánto rostro veo a mi censura
de palidez y de rubor cubierto!
Ánimo, amigos, nadie tema, nadie,
su punzante aguijón, que yo persigo
en mi sátira al vicio, no al vicioso.
¿Y qué querrá decir que en algún verso,
encrespada la bilis, tire un rasgo
que el vulgo crea que señala a Alcinda,
la que olvidando su orgullosa suerte,
baja vestida al Prado, cual pudiera
una maja, con trueno y rascamoño
alta la ropa, erguida la caramba,
cubierta de un cendal más transparente
que su intención, a ojeadas y meneos
la turba de los tontos concitando?
¿Podrá sentir que un dedo malicioso,
apuntando este verso, la señale?
Ya la notoriedad es el más noble
atributo del vicio, y nuestras Julias,
más que ser malas, quieren parecerlo.

Hubo un tiempo en que andaba la modestia
dorando los delitos; hubo un tiempo
en que el recato tímido cubría
la fealdad del vicio; pero huyóse
el pudor a vivir en las cabañas.
Con él huyeron los dichosos días,
que ya no volverán; huyó aquel siglo
en que aun las necias burlas de un marido
las Bascuñanas crédulas tragaban;
mas hoy Alcinda desayuna al suyo
con ruedas de molino; triunfa, gasta,
pasa saltando las eternas noches
del crudo enero, y cuando el sol tardío
rompe el oriente, admírala golpeando,
cual si fuese una extraña, al propio quicio.
Entra barriendo con la undosa falda
la alfombra; aquí y allí cintas y plumas
del enorme tocado siembra, y sigue
con débil paso soñolienta y mustia,
yendo aún Fabio de su mano asido,
hasta la alcoba, donde a pierna suelta
ronca el cornudo y sueña que es dichoso.
Ni el sudor frío, ni el hedor, ni el rancio
eructo le perturban. A su hora
despierta el necio; silencioso deja
la profanada holanda, y guarda atento
a su asesina el sueño mal seguro.

¡Cuántas, oh Alcinda, a la coyunda uncidas
tu suerte envidian! ¡Cuántas de Himeneo
buscan el yugo por lograr tu suerte,
y sin que invoquen la razón, ni pese
su corazón los méritos del novio,
el sí pronuncian y la mano alargan
al primero que llega! ¡Qué de males
esta maldita ceguedad no aborta!
Veo apagadas las nupciales teas
por la discordia con infame soplo
al pie del mismo altar, y en el tumulto,
brindis y vivas de la tornaboda,
una indiscreta lágrima predice
guerras y oprobrios a los mal unidos.
Veo por mano temeraria roto
el velo conyugal, y que corriendo
con la impudente frente levantada,
va el adulterio de una casa en otra.
Zumba, festeja, ríe, y descarado
canta sus triunfos, que tal vez celebra
un necio esposo, y tal del hombre honrado
hieren con dardo penetrante el pecho,
su vida abrevian, y en la negra tumba
su error, su afrenta y su despecho esconden.

¡Oh viles almas! ¡Oh virtud! ¡Oh leyes!
¡Oh pundonor mortífero! ¿Qué causa
te hizo fiar a guardas tan infieles
tan preciado tesoro? ¿Quién, oh Temis,
tu brazo sobornó? Le mueves cruda
contra las tristes víctimas, que arrastra
la desnudez o el desamparo al vicio;
contra la débil huérfana, del hambre
y del oro acosada, o al halago,
la seducción y el tierno amor rendida;
la expilas, la deshonras, la condenas
a incierta y dura reclusión. ¡Y en tanto
ves indolente en los dorados techos
cobijado el desorden, o le sufres
salir en triunfo por las anchas plazas,
la virtud y el honor escarneciendo!

¡Oh infamia! ¡Oh siglo! ¡Oh corrupción! Matronas
castellanas, ¿quién pudo vuestro claro
pundonor eclipsar? ¿Quién de Lucrecias
en Lais os volvió? ¿Ni el proceloso
océano, ni lleno de peligros,
el Lilibeo, ni las arduas cumbres
de Pirene pudieron guareceros
de contagio fatal? Zarpa, preñada
de oro, la nao gaditana, aporta
a las orillas gálicas, y vuelve
llena de objetos fútiles y vanos;
y entre los signos de extranjera pompa
ponzoña esconde y corrupción, compradas
con el sudor de las iberas frentes.
Y tú, mísera España, tú la esperas
sobre la playa, y con afán recoges
la pestilente carga y la repartes
alegre entre tus hijos. Viles plumas,
gasas y cintas, flores y penachos,
te trae en cambio de la sangre tuya,
de tu sangre ¡oh baldón! y acaso, acaso
de tu virtud y honestidad. Repara
cuál la liviana juventud los busca.

Mira cuál va con ellos engreída
la imprudente doncella; su cabeza,
cual nave real en triunfo empavesada,
vana presenta del favonio al soplo
la mies de plumas y de agrones y anda
loca, buscando en la lisonja el premio
de su indiscreto afán. ¡Ay triste, guarte,
guarte, que está cercano el precipicio!
El astuto amador ya en asechanza
te atisba y sigue con lascivos ojos;
la educación y la caricia el lazo
te van a armar, do caerás incauta,
en él tu oprobrio y perdición hallando.
¡Ay, cuánto, cuánto de amargura y lloro
te costarán tus galas! ¡Cuán tardío
será y estéril tu arrepentimiento!

Ya ni el rico Brasil, ni las cavernas
del nunca exhausto Potosí nos bastan
a saciar el hidrópico deseo,
la ansiosa sed de vanidad y pompa.
Todo lo agotan: cuesta un sombrerillo
lo que antes un estado; y se consume
en un festín la dote de una infanta.
Todo lo tragan; la riqueza unida
va a la indigencia; pide y pordiosea
el noble, engaña, empeña, malbarata,
quiebra y perece, y el logrero goza
los pingües patrimonios, premio un día
del generoso afán de altos abuelos.
¡Oh ultraje! ¡Oh mengua! Todo se trafica:
Parentesco, amistad, favor, influjo,
y hasta el honor, depósito sagrado,
o se vende o se compra. Y tú, Belleza,
don el más grato que dio al hombre el cielo,
no eres ya premio del valor, ni paga
del peregrino ingenio; la florida
juventud, la ternura, el rendimiento
del constante amador ya no te alcanzan.
Ya ni te das al corazón, ni sabes
de él recibir adoración y ofrendas.
Ríndeste al oro. La vejez hedionda,
la sucia palidez, la faz adusta,
fiera y terrible, con igual derecho
vienen sin susto a negociar contigo.
Daste al barato, y tu rosada frente,
tus suaves besos y sus dulces brazos,
corona un tiempo del amor más puro,
son ya una vil y torpe mercancía.

martes, 5 de marzo de 2013

ÚLTIMA SOLEDAD


ÚLTIMA SOLEDAD

Para la pintura de Jesús María Lazkano


Tal vez como si nunca hubiera estado allí.
Tal vez como si no se hubiera ido de allí.
Testigo del naufragio, de todos los naufragios.
Miró sobre los días nevascas y aluviones,
Inciertos sinclinales, tal vez como si nunca,
tal vez como si no, cantiles que alcanzaron
la estatura del miedo, la luz aquilatada,
ciudades irreales: la tuya, Vinogrado
de los muelles tendidos al viento del dolor.

Tal vez como si nunca hubiera estado allí,
tal vez como si nunca, tal vez como si siempre,
tal vez como si no, como si dulcemente
muriéramos de pronto en un naufragio gris.
Fábricas erigidas sobre la tierra yerma,
sobre la nieve cándida el fuego convertido,
tal vez como si siempre hubiese sido así,
en aire polvoriento, el aire en agua tersa,
y la ausencia del hombre en tiempo irredimible.

lunes, 4 de marzo de 2013

A GARCILASO




Cisnes de Betis que en su gran ribera,
las divinas canciones entonando,
volvéis el triste invierno en primavera;
y cuando el aura dulce está espirando
soléis ir con templado movimiento,
sublimes por las ondas paseando;
pues recebís de Apolo el sacro aliento
y de las musas sois favorecidos,
trocad la voz en lamentable acento.

domingo, 3 de marzo de 2013

A MIS CRÍTICOS




Ardiendo, Zoilo, en cólera inclemente,
contra mis versos, dicen que te irritas,
y que siempre frenético vomitas
de injuriosos dicterios un torrente:


Serena, Zoilo, la arrugada frente,
que se aumente tu mal cuanto más gritas;
y ese excesivo ardor con que te agitas
es de tu frenesí prueba evidente.


No en criticar consiste la cultura,
que para esto es idóneo cualquier labio
del necio que halla en maldecir dulzura;


da otro ejemplo mejor como hace el sabio,
que si escribir no puedes con cordura,
desprecio y risa premiarán tu agravio.

sábado, 2 de marzo de 2013

CÁDIZ








CÁDIZ
Para María Paz y Manolo

Después de tanto tiempo, vastas edades,
siglos, migraciones allí sorprendidas
frente al vocerío de las aguas sin límite
y asentadas en su espera
hasta confundirse con el polvo calcáreo,
hasta no dejar otra huella que sus muertos
vestidos con abigarrados ornamentos
de origen incierto, escarabajos egipcios,
pomos con ungüentos fenicios,
armas de la Hélade, coronas etruscas,
después de tales cosas, la piedra
ha venido a ser una presencia
de albas porosidades, laberintos minúsculos,
ruinas de minuciosa pequeñez,
de brevedad sin término,
y así las paredes, los patios, las murallas,
los más secretos rincones, el aire mismo
en su labrada transparencia también
horadado por el tiempo, la luz y sus criaturas.
Y llego a este lugar y sé que desde siempre
ha sido el centro intocado del que manan
mis sueños, la absorta savia
de mis más secretos territorios,
reinos que recorro, solitario destejedor
de sus misterios, señor de la luz que los devora,
herencia sobre la cual los hombres
no tienen ni la más leve noticia,
ni la menor parcela de dominio.
Y en el patio donde jugaron mis abuelos,
con su pozo modesto y sus altos muros
labrados como madréporas sin edad,
en la casa de la calle de Capuchinos
me ha sido revelada de nuevo y para siempre
la oculta cifra de mi nombre,
el secreto de mi sangre, la voz de los míos.
Yo nombro ahora este puerto que el sol
y la sal edificaron para ganarle al tiempo
una extensa porción de sus comarcas
y digo Cádiz para poner en regla mi vigilia
para que nada ni nadie intente en vano
desheredarme una vez más de lo que sido
“el reino que estaba para mí”.

viernes, 1 de marzo de 2013

Biblioteca particular



Biblioteca particular
(Jack London, The Sea-Wolf)


Comparecen los libros en lugares
anómalos, se juntan
con indolente asimetría:
un tropel
de vestigios locuaces,
pendencieros, irresolutos, lerdos.
He pugnado con ellos
durante muchos años: los he visto nacer,
durar, languidecer. Han resistido
intemperies, saqueos, turbamultas.
Algunos llevan dentro
la ponderada prueba de mi envidia,
los más el distintivo
incorregible de la decepción.
Mi error fue abrir un día un libro.