Hipérbole del amoroso |
Te amo tanto que duermo con los ojos abiertos.
Te amo tanto que hablo con los árboles. Te amo tanto que como ruiseñores. Te amo tanto que lloro joyas de oro. Te amo tanto que mi alma tiene trenzas. Te amo tanto que me olvido del mar. Te amo tanto que las arañas me sonríen. Te amo tanto que soy una jirafa. Te amo tanto que a Dios telefoneo. Te amo tanto que acabo de nacer. |
viernes, 31 de octubre de 2014
jueves, 30 de octubre de 2014
Tercera ausencia del amor
Tercera ausencia del amor |
Este amor que ha venido de repente
Y sabe la razón de la hermosura. Este amor, amorosa vestidura Ceñida al corazón exactamente. Este amor que es harina en la ternura, Que es infancia de sueños en la frente, Que es líquido de música en la fuente Y es lucero nostálgico en la altura. Este amor que es el verso y es la rosa, Y es saber que la vida en cada cosa Se nos repite cada vez más fuerte. Tan eterno, este amor tan resistible, Que comparado al tiempo es imposible Saber dónde limita con la muerte. |
miércoles, 29 de octubre de 2014
HOY QUIERO VER LOS COLORES
Hoy quiero ver los colores,
despertar del sueño que siempre me ahoga en el fondo de los mares. Hoy quiero oír la primavera y sentir el caluroso frío del invierno; notar el crujir de las hojas y escuchar el canto del jilguero. Oler el rocío fresco que baña el aroma de las azucenas y las rosas. Besar dulcemente la miel y danzar como las mariposas, volar como las palomas por la luz de los caminos perdidos. Hoy lo quiero todo, hasta robarle el tiempo al tiempo enmudecido. Hoy quiero vivir la vida, como el alegre cantor que odia la despedida. |
martes, 28 de octubre de 2014
MIS DOS HIJAS
MIS DOS HIJAS |
Vedlas, vedlas, cuán alegres,
¡oh Ventura! y cuán hermosas. En el fresco claroscuro de la tarde encantadora que lentamente se extiende por valles, montes y lomas, la mayor parece un cisne, la chiquilla una paloma. A la entrada del jardín se han sentado las dos solas, y para verlas se inclina, temblando amante en la sombra, fresco ramo de claveles que en blanca jarra marmórea sobre delicados tallos da a la brisa níveas hojas; como si vida tuviera, mira las cabezas blondas, y sobre el vaso parece bandada de mariposas que ante las cándidas niñas se detuvieran absortas. |
lunes, 27 de octubre de 2014
Persistencia del olvido
Persistencia del olvido |
Recuerdo una ciudad como recuerdo un cuerpo.
Caía ya la luz sobre las calles ya caía en tu cuerpo -en un hotel oscuro, o en no sé qué habitación sin muebles de no sé qué ciudad- la luz agonizante de velas encendidas. Un temblor de velas, o un temblor de árboles, en el otoño sucedía -no lo sé- en la ciudad que no recuerdo -ya esa desmemoriada sensación de haber estado allí, ignoro adónde, con alguien que no sé, quizás en la ciudad que siempre olvido. Tal vez era la lluvia: mi pasado ocupa un escenario de calles desoladas. Sin duda era la lluvia golpeando los cristales de un taki, con alguien a mi lado, con alguien que ha perdido sus rasgos con el tiempo. O era yo -no lo sé-, tal vez yo mismo reflejado en cristales mojados por la lluvia. Quizás era en verano, no recuerdo, y era otra ciudad la que ahora olvido. Una ciudad con bares junto al mar, donde tú nunca estabas. No sé bien qué ciudad era aquélla en que la luz tenía la apariencia de una flor abrasada, pero tus manos frías estaban en mis manos, tal vez en algún cine con palcos de oro viejo, en su caliente oscuridad. Una ciudad se vive como un cuerpo, se olvida como él. Posiblemente ahora evoco ciudades que existieron al lado de esos cuerpos que existieron en ciudades que existen tal vez en el olvido. Que deben existir, pero no sé. |
domingo, 26 de octubre de 2014
Si escribo
Si escribo, no me publican;
si me publican, no me leen;
si me leen, no me entienden;
si me entienden, no están de acuerdo;
y si están de acuerdo,
me dicen que no debiera haber escrito aquello.
sábado, 25 de octubre de 2014
Soledades
Soledades |
Nos van dejando solos los mayores. Se irán
la fresca juventud y los amores cálidos. Y partirán de pronto, sucederán qué cosas, propiciarán qué cartas, y qué libros amargos. Alzando va ya el tiempo la alta torre de la soledad, que nubla el cielo. Y nos llama la sombra con su mano enemiga. Y se adentra en lo oscuro nuestra herida memoria. Ya nos lleva la vida por senda entenebrada, solos ante la destrucción de cuanto amamos. Y ese viento que ahuyenta las estrellas... |
viernes, 24 de octubre de 2014
OFERTA DE EMPLEO
OFERTA DE EMPLEO |
Preciso señorita de ojos negros,
melena negra derramada en cascada por la espalda, uno setenta y tres de altura, estudiante de cuarto de Arquitectura, domiciliada en Vía Layetana, 17, octavo C, Barcelona, su teléfono ha de ser el 2 45 67 81. Imprescindible que haya leído tres veces La Gran Eulalia de Paola Capriolo y que cumpla años (24 esta primavera) el 17 de abril. Se ha de llamar Marta Trullols Aymé. Se le propone salir a tomar algo (aunque no sea en serio). Interesadas llamar al 4 53 17 04. Absténganse quienes incumplan uno solo de todos estos requisitos. |
jueves, 23 de octubre de 2014
MÁLAGA
MÁLAGA |
Por encima del hombro de la dicha
yo aceché la llegada de otra dicha mayor. Perdí el hoy y el mañana: tú no vuelves dos veces. Debió satisfacerme tu disfraz de mancebo, o debí adivinarte -divina adivinanza- y asirte de las alas, entonces no visibles, para que no te fueras, por encima del hombro. |
miércoles, 22 de octubre de 2014
Mano vacante
Mano vacante
La mano del pintor –su mano viva–
no puede ser ligera o minuciosa,
apresar, perseguir, ni puede ociosa,
dibujar sin razón, ni ser activa,
ni sabia, ni brutal, ni pensativa,
ni artesana, ni loca, ni ambiciosa,
ni puede ser sutil ni artificiosa;
la mano del pintor –la decisiva–
ha de ser una mano que se abstiene
–no muda, ni neutral, ni acobardada–,
una mano, vacante, de testigo,
intensa, temblorosa, que se aviene
a quedar extendida, entrecerrada:
una mano desnuda, de mendigo.
martes, 21 de octubre de 2014
He
HE |
También a ti la vida te ha cogido entre sus fuertes brazos, y entre sus fuertes brazos
te ha estrujado. También a ti la vida te ha seducido con sus grandes senos, y sobre sus grandes senos te ha doblado tu cuello y ha hecho desflorarse tus labios. También a ti la vida, ¡oh corazón!, como a cualquier otro, te ha puesto sobre su falda y te ha reblandecido con sus besos y te ha dislocado en el torno de sus caderas. |
lunes, 20 de octubre de 2014
EL CRÍTICO Y LA MARGARITA
EL CRÍTICO Y LA MARGARITA |
Tú sí
tú no tú sí tú no tú sí tú no tú sí tú no tú sí tú no... y en cuanto a ti no sé mejor será que espere a ver qué dice la competencia, no vaya a ser que a estas alturas me coma algún marrón. |
domingo, 19 de octubre de 2014
Me nombro umbría
¿ Quién pone coto a tu humedad,
pasión,
qué inútil soledumbre, qué ansia fría
oficia su quebranto,
roba señales al pesar, desnuda,
obediente temblar, su frágil sueño ?
¡ Oh ya noviembre mío,
oh tan encinta de esperar, oh miedo,
de que el dolor incendie otra alta noche !
Isabel Abad.
sábado, 18 de octubre de 2014
DESAFIO A LA VEJEZ
DESAFIO A LA VEJEZ |
Cuando yo llegue a vieja
-si es que llego- y me mire al espejo y me cuente las arrugas como una delicada orografía de distendida piel. Cuando pueda contar las marcas que han dejado las lágrimas y las preocupaciones, y ya mi cuerpo responda despacio a mis deseos, cuando vea mi vida envuelta en venas azules, en profundas ojeras, y suelte blanca mi cabellera para dormirme temprano -como corresponde- cuando vengan mis nietos a sentarse sobre mis rodillas enmohecidas por el paso de muchos inviernos, sé que todavía mi corazón estará -rebelde- tictaqueando y las dudas y los anchos horizontes también saludarán mis mañanas. |
viernes, 17 de octubre de 2014
A menudo me dice el fiel espejo
A menudo me dice el fiel espejo,
el ánimo cansado y tez mudada, y la destreza y fuerza derrengada: «No te escondas de ti, sábete viejo. Acatar natural es buen consejo, que combatirlo es vano y sólo enfada». Yo, entonces, como fuego agua anonada, un largo y grave sueño rompo y dejo, y veo bien que vuela nuestra vida, y no más de una vez arde su llama; y dentro de mí suena voz sentida de aquella cuya alma hoy se derrama, y aquí fue por tan única tenida que a todas, si no yerro, quitó fama. |
jueves, 16 de octubre de 2014
VIDA MIA NO TE PIDO RASGOS...
Vida mía, no te pido rasgos
fijos, rostros plausibles o poseídos. En tu girar inquieto el mismo sabor tienen ya miel y ajenjo. . El corazón que desprecia todo movimiento raramente es agitado por sobresaltos. Así suena a veces en el silencio del campo un disparo de fusil. |
miércoles, 15 de octubre de 2014
A una estancia donde esperaba a su amada
A una estancia donde esperaba a su amada |
¡Venturosa prisión, cárcel suave,
no por amor, no por venganza fiera, me tiene la más linda carcelera a quien es bien que agradecido alabe! Otros cautivos, al sonar la llave, temen llegada su hora postrimera; mas yo me alegro, que el placer me espera, no juez severo, ni sentencia grave. Me aguarda el más cortés recibimiento, libre plática exenta de embarazos, dulces halagos y caricias siento: de cadenas en vez, floridos lazos, y besos sabrosísimos sin cuento, y largos, estrechísimos abrazos. |
martes, 14 de octubre de 2014
Después de haber reconocido a algunos
Después de haber reconocido a algunos
me fijé más y conocí la sombra de aquel que miserable hizo la gran renuncia. |
lunes, 13 de octubre de 2014
CUAL VEMOS DEL ROSADO Y RICO ORIENTE.
Cual vemos del rosado y rico oriente
la blanca y dura piedra señalarse y en todo, aunque pequeña, aventajarse a la mayor del Cáucaso eminente, tal este (humilde al parecer) presente puede y debe mirarse y admirarse, no por la cantidad, mas por mostrarse ser en su calidad tan excelente. El que navega por el golfo insano del mar de pretensiones verá al punto del cortesano laberinto el hilo. ¡Felice ingenio y venturosa mano qu'el deleite y provecho puso junto en juego alegre, en dulce y claro estilo! |
domingo, 12 de octubre de 2014
A CUALQUIER COMPATRIOTA
A CUALQUIER COMPATRIOTA |
Van llegando, por más que no lo creas,
los tiempos en que emigran las ideas. Qué es, en el fondo, el negro despotismo un fantasma con miedo de sí mismo. Muchas veces se mira una bandera protegiendo el cubil de una pantera. Para ser digno y libre ¿a quién esperas? Lo serás, si es que quieres, cuando quieras. Pueblo viril que de su honra cuida, perdona acaso, pero nunca olvida. ¿Naciste en la colonia? Muy bien hecho, serás el Jeremías del derecho. ¿Justicia? ¡Qué palabra tan hermosa! Pero es una palabra y no otra cosa. ¿Derecho? En esta tierra infortunada, es aire, es humo, es ilusión, es nada. |
sábado, 11 de octubre de 2014
NADIE ESTA SOLO
Nadie está solo |
En este mismo instante
hay un hombre que sufre, un hombre torturado tan sólo por amar la libertad. Ignoro dónde vive, qué lengua habla, de qué color tiene la piel, cómo se llama, pero en este mismo instante, cuando tus ojos leen mi pequeño poema, ese hombre existe, grita, se puede oír su llanto de animal acosado, mientras muerde sus labios para no denunciar a los amigos. ¿Oyes? Un hombre solo grita maniatado, existe en algún sitio. ¿He dicho solo? ¿No sientes, como yo, el dolor de su cuerpo repetido en el tuyo? ¿No te mana la sangre bajo los golpes ciegos? Nadie está solo. Ahora, en este mismo instante, también a ti y a mí nos tienen maniatados. |
viernes, 10 de octubre de 2014
POEMA DE LA MALETA
POEMA DE LA MALETA |
Ya tengo la maleta,
una maleta grande, de madera: la que mi abuelo se llevó a La Habana, mi padre a Venezuela. La tengo preparada: cuatro fotos, una escudilla blanca, una batea, un libro de Galdós y una camisa casi nueva. La tengo ya cerrada y rodeándola un hilo de pitera. Ha servido de todo. Como banco de viajar en cubierta, y como mesa y, si me apuran mucho, como ataúd me han de enterrar en ella. Yo no sé dónde voy a echar raíces. Ya las eché en la aldea. Dejé el arado y el cuchillo grande, las cuatro fanegadas de la vieja... - La hostelería es buena, me dijeron. Y cogí la bandeja.- Si señor, no señor, lo que usted mande, servida está la mesa... Yo por vivir entre los míos hago lo que sea. Vi a las mujeres pálidas del norte arrebatarse como hogueras y llevarse las caras como platos de mojo con morena, tanto que aquí no dejan ni rubor para tener vergüenza... Vi vender nuestras costas en negocios que no hay quién los entienda: vendía un alemán, compraba un sueco, ¡y lo que se vendía era mi tierra! Pero no importa, me quedé plantado. Aquí nací, de aquí nadie me echa. (Hasta que el otro día lo he sabido, y he hecho de nuevo la maleta.) He sabido que pronto van a venir de afuera técnicos de alambrar los horizontes, de encadenar la arena, de hacer nidos de muerte en nuestras fincas, de emponzoñar el aire y la marea, de cambiar nuestros timples por tambores, las isas por arengas, las palabras de amor por ultimátums, por tumbas las acequias... Si se instalan los técnicos del odio sobre nuestras laderas, los niños africanos, desvelados bajo la lona de sus tiendas, mirarán con horror las siete islas, no como siete estrellas, sino como las siete plagas bíblicas, las siete calaveras desde donde su muerte, y nuestra muerte, indefectiblemente se proyectan. Yo por mi partecojo la maleta. La maleta que el viejo se llevó a las Américas en un barquillo de dos proas, ¡Qué valientes barquillas atuneras! Tienen dos proas, una a cada lado, para que nunca retrocedan. Vayan a donde vayan siempre avanzan. ¿Quién dijo popa? ¡Avante a toda vela! Y yo...voy a marcharme, reculando. Voy a dejar que crezca sobre esta tierra mía toda la mala hierba. Voy a volver la espalda al forastero que vendrá con sus máquinas de guerra para ensuciar de herrumbre las auroras, de miedo las conciencias... Pensándolo mejor, voy a sacarde la vieja maleta el libro, la escudilla, la camisa, la batea,voy a pintar y a barnizar de nuevo su gastada madera, voy a quitarle el hilo y a ponerle la cerradura nueva. Y con ella vacíame acercaré a la Isleta, y al primer forastero de la muerte que llegue a pisar tierra se la regalo, para siempre suya, y que la use y nunca la devuelva. ¡No quiero más maletas en la historia de la insular miseria! Ellos, ellos,que cojan ellos la maleta. Los invasores de la paz canaria que cojan la maleta. Los que venden la tierra que no es suya que cojan la maleta. Los que ponen la muerte en el futuro que cojan la maleta¡ Que cojan la maleta, que cojan para siempre la maleta! |
jueves, 9 de octubre de 2014
LA INQUIETUD
LA INQUIETUD |
¿Qué es, pues, lo que me turba y qué es lo que me espera?
En el pueblo, me aburro; me apena la ciudad. Los goces de mi edad no me alivian el tiempo que nunca se acelera. No ha mucho, la amistad, la estudiosa virtud, llenaban, sin esfuerzo, mis ocios apacibles. ¿Qué objeto tendrán mis deseos indecibles? Lo ignoro y lo persigo con creciente inquietud. Si para mí la dicha no era la alegría, y hoy, teniendo las lágrimas igual que la locura, si tampoco la encuentro en mi melancolía, ¿dónde hallar la ventura? |
miércoles, 8 de octubre de 2014
Necedad de la guerra
Necedad de la guerra |
Estúpida Penélope, de sangre bebedora,
que arrastras á los hombres con rabia embriagadora á la matanza loca, terrífica, fatal, ¿de qué sirves? ¡oh guerra! si tras desdicha tanta destruyes un tirano y un nuevo se levanta, y á lo bestial, por siempre, reemplaza lo bestial? |
martes, 7 de octubre de 2014
ÉBANO REAL
ÉBANO REAL |
Te vi al pasar, una tarde,
ébano, y te saludé; duro entre todos los troncos, duro entre todos los troncos, tu corazón recordé. Arará, cuévano, arará sabalú. —Ébano real, yo quiero un barco, ébano real, de tu negra madera... Ahora no puede ser, espérate, amigo, espérate, espérate a que me muera. Arará, cuévano, arará sabalú. —Ébano real, yo quiero un cofre, ébano real, de tu negra madera... Ahora no puede ser, espérate, amigo, espérate, espérate a que me muera. Arará, cuévano, arará sabalú. —Ébano real, yo quiero un techo, ébano real, de tu negra madera... Ahora no puede ser, espérate, amigo, espérate, espérate a que me muera. Arará, cuévano, arará sabalú. —Quiero una mesa cuadrada y el asta de mi bandera; quiero mi pesado lecho, quiero mi lecho pesado, ébano, de tu madera, ay, de tu negra madera... Ahora no puede ser, espérate, amigo, espérate, espérate a que me muera. Arará, cuévano, arará sabalú. Te vi al pasar, una tarde, ébano, y te saludé: Duro entre todos los troncos, duro entre todos los troncos, tu corazón recordé. 1947 |
GUILLÉN, NICOLÁS |
lunes, 6 de octubre de 2014
FUERA DEL MUNDO
FUERA del mundo que batalla y luce
Sin recordar a su infeliz cautivo, A mi trabajo servil sujeto vivo Que a la muerte temprano me conduce. Mas hay junto a mi mesa una ventana Por donde entra la luz; ¡y no daría Este rincón de la ventana mía Por la mayor esplendidez humana! |
domingo, 5 de octubre de 2014
Me han contado a Europa.
Me han contado a Europa.
Una y otra vez los buenos peregrinos la sustraen de la noche nevada. Mis queridos indianos entre cenas frugales y tazas de café amargo la deslizan ante mí dibujada en una servilleta allá en París o Rotterdam o en la Praga antigua. Ellos vieron al Giotto de mi alma y al enorme jayán de Brunelleschi contra el cielo de la sin par Florencia. Europa ya me sabe a café amargo y a comidas frugales. Confieso tener un mapa de Pompeya y una foto autografiada de Harold Lloyd que me parece fiable. Muchas veces, durante muchos años me contaron a Europa mientras las cariátides perdían mansamente las narices. |
sábado, 4 de octubre de 2014
Sólo el afán de un náufrago podría
Sólo el afán de un náufrago podría. José Martí Sólo el afán de un náufrago podría remontar este infierno que aborrezco. Crece mi furia y ante mi furia crezco y sólo junto al mar espero el día. Llegará y yo estaré sobre la arena, blanco esqueleto que no dice adiós. Decir adiós es acortar la pena, y yo me quedo porque yo soy dos. Andaré en otro tiempo envilecido pensando en el náufrago que fui. ¿Ansias de regresar? Sí, las tendré junto a la dicha de ya haber partido. Todo espanto fluirá siempre hacia mí, menos aquél, que no admitiré. |
viernes, 3 de octubre de 2014
Algunos poetas
ALGUNOS POETAS |
Como libros abiertos,
llenos de citas, llegan a las reuniones dejando caer nombres, obras y fechas como trofeos, esgrimiendo la lógica hasta el final de las consecuencias. Así quieren hacernos a su modo algunos poetas, siguiendo la vieja tradición paternalista tratan de adoptarnos a falta de poder apresar el viento, la fruta prohibida, la misteriosa fertilidad de nuestros poemas. |
jueves, 2 de octubre de 2014
La muerte de la rosa
Murió de mal de aroma
Rosa idéntica, exacta. Subsistió a su belleza, Sucumbió a su fragancia. No tuvo nombre: acaso La llamarían Rosaura, O Rosa-fina, o Rosa Del amor o Rosalía, O simplemente: Rosa, Como la nombra el agua. Más le hubiera valido Ser siempreviva, Dalia, Pensamiento con luna Como un ramo de acacia. Pero ella será eterna: Fue rosa y eso basta. Dios le guarde en su reino A la diestra del alba. |
miércoles, 1 de octubre de 2014
EL CALENDARIO
Viene un otoño apenas hilvanado
y una arboleda de papel me cubre; el tiempo del amor se llama octubre, para el dolor cualquiera está indicado. El tiempo, en la pared encuadernado, entre nombres y números se encubre, pero siempre, en enero, se descubre que la broma genial se ha prolongado. Que la broma de siempre va hacia arriba que no puede quedar sólo en espera, en nube más o menos fugitiva. Que llegaré peldaño tras peldaño, que el almanaque es sólo una escalera, una edición de Dios de cada año |
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