MÁLAGA |
Por encima del hombro de la dicha
yo aceché la llegada de otra dicha mayor. Perdí el hoy y el mañana: tú no vuelves dos veces. Debió satisfacerme tu disfraz de mancebo, o debí adivinarte -divina adivinanza- y asirte de las alas, entonces no visibles, para que no te fueras, por encima del hombro. |
jueves, 23 de octubre de 2014
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