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También a ti la vida te ha cogido entre sus fuertes brazos, y entre sus fuertes brazos
te ha estrujado. También a ti la vida te ha seducido con sus grandes senos, y sobre sus grandes senos te ha doblado tu cuello y ha hecho desflorarse tus labios. También a ti la vida, ¡oh corazón!, como a cualquier otro, te ha puesto sobre su falda y te ha reblandecido con sus besos y te ha dislocado en el torno de sus caderas. |
martes, 21 de octubre de 2014
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