Cual vemos del rosado y rico oriente
la blanca y dura piedra señalarse y en todo, aunque pequeña, aventajarse a la mayor del Cáucaso eminente, tal este (humilde al parecer) presente puede y debe mirarse y admirarse, no por la cantidad, mas por mostrarse ser en su calidad tan excelente. El que navega por el golfo insano del mar de pretensiones verá al punto del cortesano laberinto el hilo. ¡Felice ingenio y venturosa mano qu'el deleite y provecho puso junto en juego alegre, en dulce y claro estilo! |
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario