domingo, 30 de noviembre de 2014

LA RAMA






LA RAMA en el ojo,
como en el árbol, desnuda,
que el viento bambolea.
Sube y baja con el viento,
azota, misteriosamente
se la ve desde un sótano,
al pie de una escalera.

sábado, 29 de noviembre de 2014

Cruzando el agua






Cruzando el agua



Lago negro, bote negro, dos personas recortadas en papel negro.
¿Adónde van los árboles negros que beben aquí?
Sus sombras deben cubrir Canadá.

Entre las flores acuáticas se filtra algo de luz
Sus hojas no desean apurarnos:
son redondas, planas y están llenas de avisos oscuros.

Del remo se sacuden mundos fríos.
El espíritu de la negrura está en nosotros, en los peces.
Un tronco levanta una mano pálida para decir adiós.

Las estrellas se abren entre los lirios.
¿No te encandilan sirenas tan inexpresivas?
Este es el silencio de las almas absortas.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Vago






XXX


Aquel que anda sangrante
entre los hombres
vestirá una sonrisa como un traje.
con los codos gastados,
una sonrisa como un farol de calle descompuesto
que iluminara noche y día.
Aquel que anda entre los hombres
con sonrisa encendida.

jueves, 27 de noviembre de 2014

MANUAL DEL MARINERO





MANUAL DEL MARINERO

Llevados varios días de navegación
y por no tener nada que hacer
estando la mar en calma
los recuerdos vigilantes
por no poder dormir,
por llevarte en la memoria
por no poder olvidar la forma de tus pies
el suave movimiento de ancas a estribor
tus sueños iodados
peces voladores
por no perderte en la casa del mar
me puse a hacer
un manual del marinero,
para que todos supieran cómo amarte, en caso de naufragio,
para que todos supieran cómo navegar
en caso de maniobras
y por si acaso
hacer señales
llamar con la o que es roja y amarilla
llamarte con la i
que tiene un círculo negro como un pozo
llamarte desde el rectángulo azul de la ese
suplicarte con el rombo de la efe
o los triángulos de la zeta,
tan ardientes como el follaje de tu pubis.
Llamarte con la i
hacer señales
alzar la mano izquierda con la bandera de la ele,
subir ambos brazos para dibujar
-en el relente nocturno-
las dulzuras lúgubres de la u.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

INADAPTACIÓN





INADAPTACIÓN

Mi brazo de mar no cabe en la cocina mi otra mano del Golfo de México tiene una fosforescencia de travesía y un garfio de estibador clavado en la palma y se abre como un delta para derramar su reguero de luciérnagas y estremecimientos

Maldito sea y tampoco mis labios tienen conducta ni sentido como una herida desesperada que mezcla en la sombra todas las brazas del ocio y de la noche
y tan ávidos
que bajo sus besos suelen dormir bellos cuerpos inciertos ¡tantas llamas exhalando el destello de la demencia y el olor de las dársenas!

También mi cabeza es inapta como un hormiguero usado como velador como una esperanza en este lugar de desencuentros como un indicador de caminos en este país de élitros rotos y de insectos aplastados por la luz
Estéril como un médano de mi lengua saborea el mar ponderando la delicia de la alimaña que orina en un cáliz
A cada paso pueden cortarme los pies pueden clavarme como a un murciélago sobre la puerta dorada del día
¡Y yo no tengo costumbres ni abuelos porque bebo mi vino y lo injurio para bendecir sus grandes resortes secretos que levantan en vilo el peso muerto de la tierra!

martes, 25 de noviembre de 2014

Cronicas de muertes dudosas








Maestro de simulacros el mar
con su furia y su agua verde.

Apoyada en la baranda de pino del Mimosa
Catherine Roberts - Davies
ve las colinas de Llandrillo
donde sólo hay abismo lento.
Pero en las colinas de Llandrillo
los muertos no se hunden:
flotan a ras de tierra 
en sus pequeñas barcas de madera
con una cruz por mástil
y una plegaria por velamen.
En las colinas de su pueblo
los muertos tienen domicilio fijo
una astilla en la piel de tierra
un polo magnético
hacia donde giran 
todas las agujas del dolor.


En el mar los muertos 
no se quedan quietos
se hunden
se hacen mancha borrosa
caen y caen en agua verde
y después en agua negra.
Algún  marinero le ha dicho
que allá abajo hay extraños peces luminosos.
Catherine Roberts – Davies
piensa en su hijo John
muerto a los once meses
en medio de la mar atlántica
y en su viaje vertical
y en su escolta de fosforescencias 
y en el manto blanco en que iba envuelto
y en el ruido sordo de la dentellada
con que el mar se lo tragó.

Ahora mira la foto,
la única de John y sus hermanos.
A la luz de la vela se esfuerza
por distinguir los rasgos de su hijo menor.
Esa mancha borrosa es todo lo que queda.
No es que el bebé se ha movido
- como insistía el fotógrafo -
es la muerte que ya comenzado a sumergirlo,
es la falsa transparencia del mar,
es un cruel reverbero del sol,
es un rostro que ya se aleja 
a lo hondo y a lo oscuro. 
- ¿Cómo no me di cuenta 
- dice Catherine -
que esa máquina  infame
que esa blasfemia química
que ese ojo del diablo
ya estaba viendo tu futuro?

Parada sobre la arena húmeda de New Bay
Catherine mira a su hombre y a sus hijos
arrancando tablas de lo queda de un barco.
Donde antes hubo naufragio
ahora hay canciones y alegría
que Catherine ya no entiende.
Sus hijos llevan cantando
la madera de pino hasta los refugios 
tallados en la roca blanda de la costa.
Dentro de veinte días
una de las tablas será la tapa de su féretro.


Inmóvil para todos los vientos
salvo el de los años,
mínimo naufragio en las costas del presente,
una barca de pino nos ha  traído
unos huesos
un botón
unos clavos oxidados
un anillo de oro
y la duda de un nombre fosforescente 
que se hunde, borroso,
en la falsa transparencia del tiempo.

lunes, 24 de noviembre de 2014

EL DESCANSO DEL GUERRERO





EL DESCANSO DEL GUERRERO

Los muertos están cada día más indóciles.

Antes era fácil con ellos:
les dábamos un cuello duro una flor
loábamos sus nombres en una larga lista:
que los recintos de la patria
que las sombras notables
que el mármol monstruoso.

El cadáver firmaba en pos de la memoria:
iba de nuevo a filas
y marchaba al compás de nuestra vieja música.

Pero qué va
los muertos
son otros desde entonces.

Hoy se ponen irónicos
preguntan.

Me parece que caen en la cuenta
de ser cada vez más la mayoría.

domingo, 23 de noviembre de 2014

Geología






Geología


Algunas veces salgo hacia las montañas
a mirar a lo lejos.

Piso unas lomas donde tierra vieja
se pone hermosa con el sol y veo
subir la sombra por los cuestos.
                                                        Ando
mucho tiempo en silencio.


Pero hay días que ando por estas lomas,
y miro hacia las montañas,
y ni allí hay libertad.


Y me vuelvo. Yo sé bien que es inútil
buscarla como a una llave perdida,
y que también es inútil


mirar al fondo de mi corazón.

sábado, 22 de noviembre de 2014

LA QUEJA DE ADÁN





LA QUEJA DE ADÁN


Hay quienes,
no importa qué les des,
también quieren la luna.

El pan,
la sal,
carne blanca y roja,
y todavía tienen hambre.

La cama matrimonial
y la cuna,
siguen con los brazos vacíos.

Les das la tierra,
su propia tierra bajo los pies,
y se lanzan al camino.

Y el agua: cava el pozo más hondo,
que no será suficiente
para beber en él la luna.

viernes, 21 de noviembre de 2014

ARQUITECTA




ARQUITECTA

cómo duele
esta impensada calma
esta perfecta geometría
esta arquitectura
esta precisión
con la que lentamente
construyes
un mundo sin mí

jueves, 20 de noviembre de 2014

Cabecera





Cabecera

Intratable.
Ya no quiero poner poemas en el papel
ni dar a conocer mi ternura.
Me doy aires de dura,
muy sobria y dura,
no pregunto
"¿de la sombra de aquel beso
qué haré?"
Es inútil
quedar a la escucha
o maniobrar la lupa
de la adivinación.
Dicho esto
el libro de cabecera cae al suelo.
Tu mano que se desliza
¿distraídamente?
sobre mi mano

miércoles, 19 de noviembre de 2014

LOS ARTILLEROS





LOS ARTILLEROS  


En este poema los artilleros están juntos.  
Blancos sus rostros, las manos  
entrelazando sus cuerpos o en los bolsillos.  
Algunos tienen los ojos cerrados o miran el suelo.  
Los otros te consideran.  
Ojos que el tiempo ha vaciado. Vuelven  
hacia ellos después de este intervalo.  
El reencuentro sólo les devuelve  
la certidumbre de su unión.

martes, 18 de noviembre de 2014

Este no es un poema...





Este no es un poema
para conquistarte
bailarina
sobre el difícil fiel
de la balanza
que pesa amor y no

éste es un poema
para sostenerte
equilibrista
sobre el único hilo
que queda
de aquella red
que nos unió

esto es sólo asombrarme
por lo frágil que es el amor
por lo que dura