martes, 31 de diciembre de 2013
Los bienaventurados
Los bienaventurados
…ellos poseerán la tierra
Los fieles, los constantes,
los condenados a lo eterno,
los asombrados de una sola vez,
los que sólo confían en el miedo,
los que edifican sobre el desengaño,
los cuidadosos que cosechan paso,
los fareros de la rutina,
los cómplices tenaces del trabajo,
los que se mueren razonablemente,
esos que en tantas ocasiones
desearían con urgencia
que hubiese un dios al que pedir socorro.
De: Ensayo general: poesía completa, 1966-2000
lunes, 30 de diciembre de 2013
Huelen las rosas
Sobre la mesa han puesto un barro humilde
con unas rosas que lo justifican
igual que justifica el hombre
un claro destello, una esperanza, una sonrisa.
Huelen las rosas, y sentir su aroma
también es dar constancia de la vida,
es percibir la realidad que llega
en su increíble y breve maravilla,
huelen las rosas, qué delgado mundo
de fragancia nos llega en su caricia,
qué prodigioso mecanismo se hace necesario
hasta dar con esta mina sutil de olor,
cuántos secretos reinos botánicos,
qué incógnitas provincias de vegetal acción,
desde la tierra suben elaboradas, resumidas,
adelgazadas hasta lo indecible
para ser un milagro entre la brisa de la mañana,
un invisible copo de aroma hacia la tarde,
un terciopelo de perfume solar al mediodía.
Trabajaron obreros diminutos y subterráneos
por las galerías donde la gota de agua
y las substancias germinales se alían.
La nieve puso un dedo entre los labios,
el viento golpeó las ramas niñas,
deshilvanó la lluvia sus collares, y entre tanto,
en la arcilla, porosa y maternal,
manos minúsculas manipulaban
ciegas en la alquimia del delgado perfume de las rosas,
para que al fin se derramara un día
desde esta mesa en la que he puesto un barro humilde,
y nos regale su delicia. ¿Porqué?¿Porqué?
¿Las hemos merecido?
¿Merecemos que sea así la vida tan hermosa y fragante,
que penetre por los sentidos su verdad sencilla
tan misteriosa y generosamente?.
Algo hay que nos responde por las rosas,
una respuesta de perfume, escrita en el aire,
las cosas que manejan nuestra manos
¿porqué han de ser distintas de los rosales?
Con amor ¿por qué no son también aroma concedida?
Vivir no es mas difícil que un rosal,
lo que anula su aroma es la injusticia."
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domingo, 29 de diciembre de 2013
Playa de El Palo
PLAYA DE EL PALO |
Aún eres mío, porque no te tuve.
Cuánto tardan , sin ti, las olas en pasar ... Cuando el amor comienza, hay un momento en que Dios se sorprende de haber urdido algo tan hermoso. Entonces se inaugura - entre el fulgor y el júbilo - el mundo nuevamente, y pedir lo imposible no es pedir demasiado. Fue a la vera del mar, a medianoche. Supe que estaba Dios, y que la arena y tú y el mar y yo y la luna éramos Dios. Y lo adoré. |
sábado, 28 de diciembre de 2013
EPITAFIO PARA UNA MUCHACHA
EPITAFIO PARA UNA MUCHACHA |
Porque te fue negado el tiempo de la dicha
tu corazón descansa tan ajeno a las rosas. Tu sangre y carne fueron tu vestido más rico y la tierra no supo lo firme de tu paso. Aquí empieza tu siembra y acaba juntamente -tal se entierra a un vencido al final del combate-, donde el agua en noviembre calará tu ternura y el ladrido de un perro tenga voz de presagio. Quieta tu vida toda al tacto de la muerte, que a las semillas puede y cercena los brotes, te quedaste en capullo sin abrir, y ya nunca sabrás el estallido floral de primavera. |
viernes, 27 de diciembre de 2013
Quiero el día que yo muera
Quiero el día que yo muera
poder donar mis riñones, mis ojos y mis pulmones. Que se los den a cualquiera. Si hay un paciente que espera por lo que yo ofrezco aquí espero que se haga así para salvar una vida. Si ya no puedo respirar, que otro respire por mí. Donaré mí corazón para algún pecho cansado que quiera ser restaurado y entrar de nuevo en acción. Hago firme donación y que se cumpla confío antes de sentirlo frío, roto, podrido y maltrecho que lata desde otro pecho si ya no late en el mío. La pinga la donaré y que se la den a un caído y levante poseído el vigor que disfruté. Pero pido que después se la pongan a un jinete, de esos que les gusta el brete. Eso sería una gran cosa yo descansando en la fosa y mi pinga dando fuerte. Entre otras donaciones me niego a donar la boca. Pues hay algo que me choca por poderosas razones. Sé de quien en ocasiones habla mucha bobería; mama lo que no debía y prefiero que se pierda antes que algún comemierda mame con la boca mía. El culo no lo donaré pues siempre existe un confuso que pueda darle mal uso al culo que yo doné. Muchos años lo cuidé lavándomelo a menudo. Para que un cirujano chulo en dicha transplantación se lo ponga a un maricón y muerto me den por culo. |
jueves, 26 de diciembre de 2013
CÓRDOBA
CÓRDOBA |
A Carlos Castilla
«¿A quién pediremos noticias de Córdoba?» Porque las piedras que amabas a la tarde han sido derribadas, talados los cipreses y su claustro de salmos silencioso, destruidos los arcos, el capitel rodó sobre la ortiga y los artesonados aplastaron blasones, soberbia, yelmos, gules... Corrió la lagartija sobre lises y las manos falaces arrasaron vergeles, enmudeció la esquila en la espadaña, abatieron dinteles, picaron tracerías, hundieron hornacinas y a la venta pusieron atauriques, teselas, surtidores, plata ilustre de ofrendas y cobraron monedas de la traición tus hijos, subastaron tus lágrimas, oh madre, patria mía. No había más belleza en este mundo. Por las calles de cal, cuando furtiva ajena sombra iba enamorada, incansable de sol a sol, tejiendo el embeleso luna a luna, telones de murallas, celosías de altas clausuras, palmas de sombra sobre tapias blancas, era ya sólo amor el escenario, la letanía armoniosa de los nombres: Muro de la Misericordia, Alcázar Viejo, Plaza de los Aguayos, Piedra Escrita, Tesoro, Hoguera, Cidros, Mucho Trigo. ¿Qué ramos de tristeza los naranjos al cielo levantaban? ¿Qué soledad y sus arpas de relente enfriaban heridas como joyas? Fuentes cegadas, oigo vuestros caños por la memoria, vivas gargantas sollozantes. Palpo el mármol, los fustes, las verdinas sobre bronces ecuestres. Aromas como anillos ciñen nupcias, suben por galerías desvaídas: jazmín morisco, lilas, ajedrea. Edén siempre perdido, concédeme el recuerdo y su llave de niebla. Don Luis se alejó por la calleja, el Duque miró el ángel dorado del ocaso, volvió al baño Lucano y tus hijos de la campiña fueron a trabajar a Düsseldorf. Amarillas banderas como présagas aves codiciosas enlutaron terrazas. Usura y avaricia la heredad repartieron destruyéndola, dividieron tu duelo, echaron suertes sobre el solar patricio, fonsque sophiae, mientras te disfrazaban percalinas para un siniestro carnaval turístico, oh inmortal, eterna, augusta siempre, oh flor pisoteada de España. |
miércoles, 25 de diciembre de 2013
Olor de amor
Olor de amor |
Hueles de una manera diferente.
Amar es una forma de olor. El cuerpo impone su presencia de aroma que subleva esa selva, ese bosque que somos. No te veo. No llego a tu contacto. Llegan flores raras, deshechas, invisibles. Certidumbre de ti en medio de la noche. Un salvaje rosal es tu olor. Una paloma es, y su vuelo recorre hasta mí el aire. Una profunda cabellera esparcida en el borde de mi memoria. Tu enredado aroma entre mis dedos algo tuyo esconde. Hasta mi llegas cada día hecha olor enmarañado de azucenas y áloes. Trasminas existencias. Te declaras realidad amorosa que responde a mi busca. Llamada que su contestación en mi recoge. Rastro exhalado, huella reconocible, evanescente torre de olorosa verdad. Humano aroma de mujer junto al hombre. Amar es una forma de olor. Llegas fragante. Llego. Nos acoge la onda que huele a vida enamorada, a claveles que en dos bocas se rompen. |
martes, 24 de diciembre de 2013
ENSALADILLA DE NAVIDAD
ENSALADILLA DE NAVIDAD |
José de Valdivieso
La ñora y la aceña, madroños, la braña, lueñes los rebaños, añil la montaña, armiños que añudan piñas y castaña. El gañán ordeña. Gruñe y acompaña al puño mañoso la pezuña huraña. La campiña tañe zampoñas de caña. Retoña la viña. Pequeña, la araña su pañuelo-enseña ciñe a la espadaña. La dueña, en escaño, corpiños de laña, el paño teñido con alheña extraña, hiñe en los barreños, piñatas apaña, cañutos aliña, gañotes rebaña. Bruñen ruiseñores mañanas que empaña la leña, gañidos, cañada y cabaña. Plañen añafiles: —Señora y Compaña... El Niño soñando la ñorba. Y España. |
lunes, 23 de diciembre de 2013
Si esta especie de piel
Si esta especie de piel
que me divide del mundo no fuera tan sutil, podría aun soportar el peso de tu cercanía, el frío del invierno y mi mudo destino de poeta. |
domingo, 22 de diciembre de 2013
Ella
Ella |
Acecha en los crepúsculos de Turner...
J.L. BORGES . Crece el rojo centauro de cuernos de oro. Nubes sangrientas queman el cobre macizo de las montañas. . El mar sofoca el sueño interminable, hiere la niebla Con malvados esplendores. . El ocaso ya se impone, como un milagro, y enferma La soledad de las postales. El ala salvaje entre las ramas Rompe su vuelo con violeta salvaje. La pupila distante entonces intenta su regreso. Incesante en las secretas palabras que el tiempo Acuñara en la piedra o en la nieve, El crepúsculo es un dios de oro en un mundo oscuro. Yo abro los ojos v brama el desierto Desde sus magníficas arenas. Yo no sov el crepúsculo, pero en mí está su esplendor. . Sobre la hierba gris se elevan torres gigantescas. El mar enciende sus vitr ales. Por las paredes ardientes sube el color de mis ojos, Tiembla el horizonte sobre el mármol amarillo como la cabellera De una mujer,] Empaña de esplendor los espejos y los recios Árboles con sus antiguos cantos en las ramas. ¿Quién puede ser más feliz a esta hora en que duerme el cielo Y sueña con magos y milagrerías? De entre las cenizas de la tarde renacen tigres Que al llegar la noche mueren con los ojos fijos en el mar. Mira el paisaje donde habrás de morir un día, Bajo este resplandor de cien espadas hallarás El último rostro, Los terribles colores, la hermosura infinita de los sueños De aquellos que no sueñan, dispersa por las playas, Y verás mi rostro encendido Y amarás mi música Y colocarás esta flor de fuego en tu pecho. Los labios mortales dirán tu nombre con fulgor En las palabras, William Turner. |
sábado, 21 de diciembre de 2013
LIBRE TE QUIERO
Libre te quiero
como arroyo que brinca de peña en peña, pero no mía. Grande te quiero como monte preñado de primavera, pero no mía. Buena te quiero como pan que no sabe su masa buena, pero no mía. Alta te quiero como chopo que al cielo se despereza, se despereza, pero no mía. Blanca te quiero como flor de azahares sobre la tierra, pero no mía. Pero no mía ni de Dios ni de nadie ni tuya siquiera. |
viernes, 20 de diciembre de 2013
Emoción breve
Emoción breve |
Por la escalera azul de la mañana
el deshollinador. Su piel de escamas y sus cejas serpentinas, felices bailan. Todo podrá cambiarse, dice. Nada me toca. |
jueves, 19 de diciembre de 2013
Viejo País
VIEJO PAÍS |
Qué te puedo decir,
a ti, viejo País, que te yergues altivo sobre tu soledad. Tú que sabes del mar por lo que cuenta el viento y que escuchas las piedras bajo de ti, crepitar. Y que el cielo repite, al final de la tarde todo el gran horizonte donde te pierdes tú: Qué te puedo decir, a ti, mi viejo País. Tú que labras las manos de las gentes antiguas que ene l campo trabajan la simiente del pan, que con ojos cansados lloran por tanta ausencia como piedras y trenes les anuncian que hay. Y al final de sus vidas se cobijan ingenuos en el seno tremendo de tu vientre ancestral. Qué te puedo decir, a ti, mi viejo País. Qué te puedo decir a ti, viejo País, si tu barro me sabe al recuerdo infantil de juegos escondidos, olvidados en ti, en plazas, en callejas, en paisajes sin fin. A tu sed de paloma de barraca de feria y a ese secano humilde que te hace infeliz: Qué te puedo decir, a ti, mi viejo País. Tú que entre tus paredes guardas restos de historias con figuras de piedra sin corona y sin lid, tú, que aúpas el vientre de ese Ebro tremendo que te salva a diario de dejar de existir. Y que con ironía desprecias a los vientos que de tierras lejanas te quieren sonreír: Qué te puedo decir, a ti, mi viejo País. |
miércoles, 18 de diciembre de 2013
ETNOLOGÍA: MUJER
ETNOLOGÍA: MUJER |
HACIA QUÉ INFINITO lugar
lanza sus ojos? En sus manos cabe toda geografía de la Tierra y en su gesto un paisaje lunar se llena de silencios. Queda, guarda el recuerdo. Como una sombra emerge y huye a la cadiera: el tiempo ha dibujado sobre su frágil soledad la difícil ternura de los hijos. |
martes, 17 de diciembre de 2013
YO SÉ QUE YA MI VOZ SE VA PERDIENDO...
A Pedro Camacho
Yo sé que ya mi voz se va perdiendo, yo sé que ya mis ojos vuelan poco, sé que de tanto ya sentirme loco loco me estoy volviendo. Sé que mi amor sé fue sin haber sido, que mi vida se va porque así quiere, y que mi anhelo de vivir se muere en pasmo convertido. Sé que esto ya no cuenta y que no es cuento ni el velo ni el desvelo de la noche. Apenas siento deslizarse el río. Al corazón pongo el oído atento. Como Rubén siento pasar un coche y pasa por mi carne un largo frío. |
lunes, 16 de diciembre de 2013
Fábula de la Rosa y el velocípedo
-Cuidado, Doña Perfecta,
-dijo a la rosa el biciclo-.
¿Por qué me sales al paso?
Si no te apartas, te piso....
-Pasa ya, tonto de acero;
no tienes miedo al ridículo.
-El jaramago te adora.
-¡Mentiroso!
-Yo lo he visto.
-Yo nací con la manzana;
vi a Eva en el Paraíso
y habrá rosas de mi estirpe
en el Día del Juicio.
-No sigas, rosa perfecta,
de eso a mí me da lo mismo;
tienes una vida efímera.
-Todo en la vida es efímero
domingo, 15 de diciembre de 2013
PÍOS DESEOS PARA EMPEZAR EL AÑO
PÍOS DESEOS PARA EMPEZAR EL AÑO |
Pasada ya la cumbre de la vida,
justo del otro lado, yo contemplo un paisaje no exento de belleza en los días de sol, pero en invierno inhóspito. Aquí sería dulce levantar la casa que en otros climas no necesité, aprendiendo a ser casto y a estar solo. Un orden de vivir, es la sabiduría. Y qué estremecimiento, purificado, me recorrería mientras que atiendo al mundo de otro modo mejor, menos intenso, y medito a las horas tranquilas de la noche, cuando el tiempo convida a los estudios nobles, el severo discurso de las ideologías -o la advertencia de las constelaciones en la bóveda azul... Aunque el placer del pensamiento abstracto es lo mismo que todos los placeres: reino de juventud. |
sábado, 14 de diciembre de 2013
A una que se bañó en el Río de la cintura abajo y enfermó del aire que le dio
A echar el ojo en remojo
fuiste, Juana, y con donaire diz que echaste el ojo al aire: ¡Mira tú a qué echaste el ojo! Gallego era el aire y luego se te entró a hacerte mal; que sólo por ojo tal se entrara, Juana, un gallego. |
viernes, 13 de diciembre de 2013
Después del primer sueño
Después del primer sueño |
Se casaron los dos, y al otro día
la esposa, con acento candoroso, al despertar, le preguntó al esposo: -¿Me quieres todavía?- |
jueves, 12 de diciembre de 2013
miércoles, 11 de diciembre de 2013
Doce cerditos
Doce cerditos |
Ocho tetitas
tiene mi cerda, ocho tetitas -y orgullosa de ellas. Doce lechoncitos tuvo mi cerda, ocho están gorditos y los otros dan pena. Cuatro biberones para los lechones prepara la abuela, los cría uno a uno con santa paciencia, con mucho cariño, con leche de oveja. Los cuatro cerditos no pueden crecer (biberón de oveja no les sienta bien). En vez de gruñir sólo dicen ¡beee! |
martes, 10 de diciembre de 2013
YO SOY AQUEL DELINCUENTE
Yo soy aquel delincuente,
porque a llorar te acomodes,
que vivió como un Herodes,
murió como un inocente.
Advertid los pasajeros
de lugares encumbrados,
que menos que degollados
no aplacareis los copleros.
Hoy hago glorioso ya-
y antaño el proprio Cantó-
don Rodrigo, Calderó-
nirá el tiempo cómo pa-
Cocodrilos descubiertos
son poetas vengativos;
que a los que se comen vivos
los lloran después de muertos.
Nadie con ellos se meta
mientras tuviere sentido;
que, al fin, a cada valido
se le llega su poeta.
Mi sentencia me azuzaron
con décimas que escribieron;
ellos la copla me hicieron,
y muerto me epitafiaron.
Los que priváis con los reyes
mirad bien la historia mía:
guardaos de la poesía
que se va metiendo a leyes.
lunes, 9 de diciembre de 2013
En la selva
EN LA SELVA |
Cuatro monos muy remonos
alborotan en la selva saltando de rama en rama mientras juegan a las prendas. Pasa de quinientos kilos la elefanta Josefina, se le metio en la cabeza que quiere ser bailarina. Y con su traje de rayas, una cebra que es muy cursí, en mitad de la sabana baila una danza batusi. El cocodrilo Manolo se empeña en ser submarino y se mete bajo el agua, siempre nadando muy fino. ¡Qué animales tan marchosos! siempre les gusta cantar, en la selva se divierten pues sólo quieren jugar. |
domingo, 8 de diciembre de 2013
¿QUÉ TE RÍES, FILÓSOFO CORNUDO?
¿QUÉ TE RÍES, FILÓSOFO CORNUDO?
INSINÚA CON DONAIRE QUE LAS MISERIAS DE ESTA VIDA DIGNAMENTE PUEDEN SER MOTIVO DE LLANTO
Y DE RISA TAMBIEN
SONETO
¿Qué te ríes, filósofo cornudo?
¿Qué sollozas, filósofo anegado?
Sólo cumples, con ser recién casado,
como el otro cabrón, recién vïudo.
¿Una propia miseria haceros pudo
cosquillas y pucheros? ¿Un pecado
es llanto y carcajada? He sospechado
que es la taberna más que lo sesudo.
¿Que no te agotes tú; que no te corras,
bufonazo de fábulas y chistes,
tal, que ni con los pésames te ahorras?
Diréis, por disculpar lo que bebistes,
que son las opiniones como zorras,
que uno las toma alegres y otro tristes.
sábado, 7 de diciembre de 2013
LUTO POÉTICO
LUTO POÉTICO |
Por una negra señora
un negro galán doliente negras lágrimas derrama de un negro pecho que tiene. Hablóla una negra noche, y tan negra, que parece que de su negra pasión el negro luto le viene. Lleva una negra guitarra, negras las cuerdas que tiene, negras también las clavijas, pues negro es el que las tuerce. —«Negras pascuas me dé Dios, si más negros no me tienen los negros amores tuyos que el negro color de allende. »Un negro favor te pido, si negros favores vendes, y si con negros favores un negro pagarse debe.» La negra señora entonces, entafada del negrete, con estas negras razones al galán negro entristece: —«Vaya muy en hora negra el negro que tal pretende, que para galanes negros se hicieron negros desdenes.» El negro señor entonces, no queriendo ennegrecerse más de lo negro, quitóse el negro sombrero y fuese. |
viernes, 6 de diciembre de 2013
A MI PADRE
¿Por qué no hablamos nunca, largamente,
tú y yo padre, cuando esto era posible, como dos hombres, como dos amigos o dos desconocidos que se encuentran en el camino y echan un cigarrillo y se sientan al borde de la vida mirando pasar la tarde y el camino y hablan, hablan y callan, pausas de humo, miradas vagas, las palabras caen y se quedan flotando en el silencio, a veces dicen su verdad primera, el origen, la fuente, y se desnudan, las palabras desnudas amanecen, por qué no hablamos nunca, solos, largo?… |
jueves, 5 de diciembre de 2013
Mi estado
Busco la paz, y en triste lucha espiro;
espero y temo, abrásome y me hielo;
odio la tierra sin amar el cielo;
vehemente anhelo, exánime suspiro:
Pido la libertad, siervo me miro;
me elevo ardiente, caigo yerto al suelo;
ciego confío, suspicaz recelo,
vivo en el ocio y a la gloria aspiro:
El dogal que circunda el cuello mío
ni me acaba ni libra, y vivo ahogado;
hallo el placer y mátame el hastío,
odio mi ser, te adoro despechado;
lloro sin pena y sin contento río...
Por ti, cruel, me miro en tal estado.
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Serafín Estébanez Calderón (El Solitario)
miércoles, 4 de diciembre de 2013
LAS PARADOJAS
LAS PARADOJAS |
Hay cansancio en la voluntad de vivir
en la tenacidad del animal en celo y en la quietud aparente del vegetal que se expande a través de estos muros. Hay cansancio también en la quietud de las piedras muertas y en el espíritu díscolo de aquéllas capaces de rodar. El cansancio descansa en el centro mismo del reposo pero se lo percibe sólo como efecto de la acción. En la medida en que la vida lo es todo resulta cansancio. Reconforta saberlo en el corazón de la extenuación. La alegría de sentir que la lentitud ha vencido a la fatiga toda vez que nos repetimos bajo la mecánica de una acción indiscernible (impulso del impulso) no deja de ser una alegría también indiscernible. Qué es el cansancio de la materia, del cuerpo, el cansancio muscular, el agotamiento de las fuerzas, de los impulsos sostenidos en la acción encadenada a la acción, de los impulsos sostenidos en la quietud asimilada a la quietud. La muerte a su vez cansa entendida como posibilidad, negada como posibilidad. El cansancio de la muerte es cansancio de lo inexorable. Esto, después de todo, también cansa. |
martes, 3 de diciembre de 2013
SUBVENCIÓN
SUBVENCIÓN |
Soy una bandera.
En esta torre selección de poemas nacidos y se convierte en verdad fuertes indefenso como un globo, que el futuro por la esperanza o de su toque y el tuyo, dios doble que es uno, como el pan que comparten sus cuerpos, la batalla el amor de la carne. Todo el mundo pertenece esta naturaleza, pero no por la posesión el mundo y las cosas. Era mi afán sin condiciones, su contacto final? Lo que quedó de la vida salir fugaz y adolescente, si otra nueva mentira disfrazada Me reconozco más, uno y diferente? Nadie domina desde una elevación que amenaza el vértigo. |
lunes, 2 de diciembre de 2013
EL ÁRBOL
EL ÁRBOL |
---Permanece en silencio, solitario,
en mitad de la plaza como un pájaro olvidado o quizás como una nube amaestrada por vientos tramontanos No es ni sombra ni cobijo de pájaros urbanos. No es, apenas, el pudor de la tierra izándose desde la tierra misma hacia los cielos. Es, tan sólo, un árbol ciudadano bajo de mi ventana, más próximo al cemento que a las grandes praderas donde están sus hermanos asentados. Tiene la palidez de un empleado de banco y la turbia timidez de los abandonados. Tan sólo cuando pierde las hojas recuerdo que es un árbol y lo amo. |
domingo, 1 de diciembre de 2013
Vendrá el pasado
Vendrá el pasado y
me encontrará muerta con el pelo enmarañado en el polvo y los dedos de los pies esmaltados de rojo. Y contenta, por Dios, contenta. |
sábado, 30 de noviembre de 2013
Anécdota
Anécdota |
La bolsa dice: Yo vengo
como el arca do moré que es el arca de ''Noé'' que quiere decir: ''no tengo |
viernes, 29 de noviembre de 2013
Añoranza
Añoranza |
Íbamos en la tarde que caía
rápidamente sobre los caminos. Su belleza, algo exótica, ponía aspavientos en ojos campesinos. -Gozaremos el libro- me decía de tus epigramáticos y finos versos. En el crepúsculo moría un desfile de pájaros marinos... Debajo de nosotros, la espesura aprisionaba en forma de herradura la población. Y de un charco amarillo surgió la luna de color de argento, y a lo lejos, con un recogimiento sentimental, lloraba un caramillo... |
AGUSTINI, DELMIRA |
jueves, 28 de noviembre de 2013
A Ch...
A Ch... |
Si supieras, niña ingrata,
lo que mi pecho te adora; si supieras que me mata la pasión que por ti abrigo; tal vez, niña encantadora, no fueras tan cruel conmigo. Si supieras que del alma con tu desdén ha volado fugaz y triste la calma, y que te amo más mil veces, que las violetas al prado y que a los mares los peces; tal vez entonces, hermosa, oyeras el triste acento de mi querella amorosa; y atendiendo a mi reclamo, mitigaras mi tormento con un beso y un "yo te amo". Si supieras, dulce dueño, que tú eres del alma mía el solo y único sueño; y que al mirar tus enojos, la ruda melancolía baña en lágrimas mis ojos; tal vez entonces me amaras, y con tus labios de niño mis labios secos besaras; y cariñosa y sonriente a mi constante cariño no fueras indiferente. Ámame, pues, niña pura ya que has oído el acento del que idolatrarte jura; y atendiendo a mi reclamo, ven y calma mi tormento con un beso y un "yo te amo". |
miércoles, 27 de noviembre de 2013
Al Guadalquivir
Al Guadalquivir |
Tú, a quien ofrece el apartado polo,
hasta donde tu nombre se dilata, preciosos dones de luciente plata que envidia el rico Tajo y el Pactolo; para cuya corona, como a solo rey de los ríos, entreteje y ata Palas su oliva con la rama ingrata que contempla en tus márgenes Apolo; claro Guadalquivir, si impetuoso con crespas ondas y mayor corriente cubrieres nuestros campos mal seguros, de la mejor ciudad, por quien famoso alzas igual al mar la altiva frente, respeta humilde los antiguos muros. |
martes, 26 de noviembre de 2013
A CÁDIZ
A CÁDIZ |
No es sueño, es la verdad ¡oh mar! te veo...
no es sueño, es la verdad, ¡estoy contigo!... no es sueño, es la verdad, tus ondas sigo y sacio en contemplarte mi deseo; aquí está la verdad en que yo creo, aquí habita el Señor que yo bendigo, y siento entre estas vívidas montañas el hondo palpitar de sus entrañas. ¡Tú eres el mar!... ¡el mar!... no eres el río; el horizonte con tus brazos llenas, y en vez de murmurar bramas y truenas maravillando el pensamiento mío, pero en tu seno con placer confío recuerdos, dichas, esperanzas, penas, sin que un instante me acobarde el miedo de que en tus ondas sumergirme puedo. ¿Miedo de ti? ¿Por qué? ¿No es de la tierra de dónde vengo yo? ¡Por qué temerte! ¿Amenazas tú más que con la muerte ni tienes sino el agua que dé guerra? ¿En dónde tu maldad ¡oh mar! se encierra para que así nos acobarde el verte? ¿Qué me puedes hacer? ¿Tragar mi barca?... La Francia se ha tragado a su monarca. ¿A dónde vais, pobres gaviotas, huyendo así del horizonte oscuro? ¿No teméis el morir al pie del muro en sangre tintas vuestras alas rotas? Hubo una edad entre las más remotas, en que la tierra fue asilo seguro; pero lanzados ya de aquel asilo, el torrente del mar es más tranquilo. ¡Ah! yo no sé; pero al mirar de lejos la vasta soledad del agua hermosa, me siento de vosotras envidiosa que podéis habitar en sus espejos; los marinos nos dan tristes consejos, porque huyamos del agua borrascosa; pero al lanzarnos de tan bella casa, no saben ahora lo que en tierra pasa. ¡Cuánto más blando el mar que nos rodea, aunque el torrente abata vuestros vuelos, será que las pasiones, los desvelos de esa región que a nuestra vista humea! ¡No os vais del mar! El alma se recrea soñándose suspensa entre dos cielos, y si no tengo yo en las verdes salas, menos debéis temer que tenéis alas. ¿Qué he de temer? ¿Que el mar en sus extremos de sal inunde mi entreabierta boca? ¡La sed que en medio el agua nos sofoca en la salada lluvia saciaremos! Más salado es el llanto y lo bebemos en tierra seca, y no en corriente poca, siempre con ansia igual, con igual daño un día y otro, uno y otro año. ¡Oh mil veces feliz ave y marino, que cruzan sin temor esas montañas, y más dichosa tú la que te bañas, Cádiz, en ese golfo cristalino! Allá te veo entre el flotante lino salir, hermosa, honor de las Españas, cual salen las palomas por el río cuando a bañarse van en el estío. Hija de las entrañas de Océano, como sus conchas y sus peces eres, y las que guardas célicas mujeres son perlas escogidas por tu mano, a bordo de tu buque soberano Siempre embarcados, tus felices seres, Gozan en paz de la ilusión divina De este viaje que jamás termina. Cuando del muro los estrechos lazos salta y el onda tu cabeza baña, dicen que quiere con terrible saña tragarte el mar en míseros pedazos, pero es que te acaricia entre sus brazos como a sus tiernos hijos la alimaña, y cuando más parece que te abruma te da la leche de su blanca espuma. ¡Ciudad de torres solitaria y bella! todo es hermoso en tu recinto amigo; el pobre halla limosna y halla abrigo, y aun da a otros pobres el sobrante de ella. Cuando me lleve mi contraria estrella lejos de ti; me soñaré contigo... si es que duerme bastante para el sueño quien nada espera dulce ni risueño. ¡Ah, sí! me queda la ilusión divina de este mar tan inmenso y tan profundo, donde ha de hallar, al fin, descanso el mundo cuando lo quiera Dios. Alma vecina del mar, mejor comprende y adivina lo que es Dios, lo que el pueblo moribundo, que encerrado se agita y despedaza ser contra ser y raza contra raza. Ya le voy a dejar, nada en la vida sino el dolor profundo es duradero, y por lo misino que mirarlo quiero, tengo que darle ya mi despedida; todo placer va siempre de partida muy pronto por la vida, muy ligero, y basta que la mar mi encanto sea para que nunca más su encanto vea. ¡Adiós, amigos!... ¡tierra hospitalaria!... Las lagrimas más dulces que he vertido ¡oh Cádiz, Cádiz! en tu seno han sido; y si en medio del agua solitaria ves en el barco un rostro, que afligido te mira, yo seré que entre la varia gente y la nube del vapor que humea «¡Adiós, adiós, diré mientras te vea!» Cádiz, |
La mariposa y el canario
La mariposa y el canario |
En una jaula dorada,
bien comido y bien cuidado, cierto Canario encerrado vida hacía descansada. < < si no, callo todo el día. De cañamones y alpiste me llenan el comedero, y me preguntan, qué quiero, cuando piensan que estoy triste. Si hace sol, en la ventana cuelgan mi hermoso aposento, y entonces la voz al viento suelto, como tengo gana. En la sala, si hace frío, de las visitas disfruto, y en amoroso tributo les ofrezco un dulce pío. <<¿Quién jamás tener logró una suerte más dichosa?>> le dijo a una Mariposa, que a la jaula se acercó, y que alegre revolando, iba de sí alarde haciendo, por unos hierros saliendo, y por otros entrando. Ella la risa soltó al oír tal bobería, y con gran soflamería de este modo respondió: < que aunque más goces aquí nos gozas de libertad?>>. Miserables Cortesanos; esclavos de la opinión; encargos y honores vanos sin la libertad ¿qué son? |
lunes, 25 de noviembre de 2013
Mi poesía es rezagada
Mi poesía es rezagada
porque se ha quedado en mí como un remanso de agua. Como una corriente clara que transparenta hasta el fondo del cauce que la remansa. Se me ha quedado en el alma posando la turbulencia sonora de mis palabras. Como una voz que se apaga y va abriéndole al silencio su música más callada. |
domingo, 24 de noviembre de 2013
DEPREDADORAS DE ALEGRÍA
Depredadoras de alegrías
nocturnas, cuerpo que me amaba con el odio tímido y violado de sus rincones aburridos. Hoy que ya haya pasado, ¿me recuerdan, alguna vez, sin recordarme? Corales en coro, subcutáneas navegaciones, luz anclada, escafandra de asfixia, flechas lácteas, inmóviles, acuáticas, desove estéril que en la sangre desenrolla su espiral transida. ¿Me recuerdan, hoy que ya ha pasado el odiado amor, la carne triste? Las entretelas del herido de punta de ausencia, me cominan. Y el violado cuerpo que me amaba, a solas calienta y se consume. |
sábado, 23 de noviembre de 2013
Un poema
UN POEMA |
Tú, cuya mano me ha bañado
de un fuego transparente las espaldas, cuyos ojos en claros naufragios hundieron algunos principios elementales de mi alma, tú eres mi patria. Tú, que no tienes apellido, que no sé si eres pájaro o si alcándara, que de todos tus brazos las letras de plomo cayéndose han ido, como si fueran nueces vanas, tú eres mis padres y mi patria. Tú, que ni tú te acuerdas dónde tendiste a orear las nubes blancas, que de tantos amores que tienes confundes el nombre de todos los días de cada semana, tú eres mi Dios y mis padres y mi patria. Tú, que tan dulcemente besas que el cielo bocabajo se volcaba, y que no se sabía de quién ya la lengua, de quién la saliva, de puro sabrosa y templada, tú eres mis leyes y mi Dios y mis padres y mi patria. Tú, que apacientas calaveras por las praderas de la verde África y a los rojos leones les echas de pasto las rosas de leche de luna de Nuruquimagua, tú eres mi ejército y mis leyes y mi Dios y mis padres y mi patria. Eres mi ejército y mis leyes y mi Dios y mis padres y mi patria, y el ejército y Dios y las leyes y todas las patrias y padres se creen que tú no eres nada: que no eres nada. |
viernes, 22 de noviembre de 2013
El toro
EL TORO |
Es la noble cabeza negra pena,
que en dos furias se encuentra rematada, donde suena un rumor de sangre airada y hay un oscuro llanto que no suena. En su piel poderosa se serena su tormentosa fuerza enamorada que en los amantes huesos va encerrada para tronar volando por la arena. Encerrada en la sorda calavera, la tempestad se agita enfebrecida, hecha pasión que al músculo no altera: es un ala tenaz y enardecida, es un ansia cercada, prisionera, por las astas buscando la salida. |
jueves, 21 de noviembre de 2013
DEJAD QUE A VOCES DIGA EL BIEN QUE PIERDO
Dejad que a voces diga el bien que pierdo,
si con mi llanto a lástima os provoco;
y permitidme hacer cosas de loco:
que parezco muy mal amante y cuerdo.
La red que rompo y la prisión que muerdo
y el tirano rigor que adoro y toco,
para mostrar mi pena son muy poco,
si por mi mal de lo que fui me acuerdo.
Óiganme todos: consentid siquiera
que, harto de esperar y de quejarme,
pues sin premio viví, sin juicio muera.
De gritar solamente quiero hartarme.
Sepa de mí, a lo menos, esta fiera
que he podido morir, y no mudarme.
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