martes, 19 de mayo de 2009

Pienso, luego existo

























Pienso, luego existo;
y me respondió el objetual:
Los objetos existen,
luego piensan.
Y para redundar en lo dicho
empujé al suelo el jarrón utilizado
de pretexto hasta entonces:
Y sufren — añadí —
en silencio.

3 comentarios:

  1. Desde pequeña he tenido la impresión de que los objetos sentían.
    Buen mensaje el que transmiten tus letras.

    Un abrazo

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  2. Ojala fueran mis letras y tuviera la capacidad de expresar en un poema como Rafael Pérez Estrada hacía. Fue un abogado de Málaga, al que no tuve el placer de conocer por no tener interes en las letras ni en la pintura en mis primeros años de ejercicio. Tenía sin duda, una sensibilidad exquisita y me han contado numerosas anécdotas buenísimas, los compañeros que sí tuvieron la suerte de tratarlo.

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  3. No conocía a este poeta, hoy me lo descubres y me alegró saber que era abogado.

    Un besito muy fuerte niñoooo.

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