lunes, 30 de marzo de 2015

El niño sin pasado






Monstruos complicados
no poblaron mis sueños de niño
porque el sací-pereré no hacía daño a nadie
y se limitaba el pilluelo a danzar el maxixe desenfrenadamente
en el mundo de las chicas de madera
que mi habilidoso tío me fabricaba.

La madre del agua sólo se preocupaba
de tomar baños aseadísima
en la piscina de la quinta que no tenía ducha.

De noche yo iba al fondo del corral
para ver si aparecía un gigante con trescientos años
que iba a llevarme en un zurrón,
pero no me creía nada.

Me quedé sin tradición sin costumbres ni leyendas
me encuentro ante el mundo
echado en la hamaca blanda
que todos los países balancean.

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