Me dulcifiqué en la divina Grecia
empapándome de las más variadas músicas
y regresé a España con nostalgias de matón de barrio.
Me dulcifiqué en Grecia
y me descubrí más sanguinario
cuanto más avancé en el amor
en el amor con caricias de garfio.
Si os parece contradicción
seguid amando sin tabús
y después bailadme los resultados.
Descubiertos en el amor mis deseos de crimen
hice del lenguaje mi matadero privado.
Y necesito asesinar
porque soy hijo de matarifes con escapulario.
Violo y acuchillo palabras
para resistir la tentación de asesinaros.
Ya sé qué busco envenenando las palabras:
busco la manera impune de reventaros.
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