lunes, 23 de noviembre de 2015

Mentiras de azúcar





Hemos de procurar no mentir mucho.

Sé que a veces mentimos para no hacer un muerto,

para no hacer un hijo o evitar una guerra.

De pequeña mentía con mentiras de azúcar,

decía a las amigas: "Tengo cuarto de baño"

—mi casa era pobre con el retrete fuera—.

"Mi padre es ingeniero" y era sólo fumista,

¡pero yo le veía ingeniero ingenioso!

Me costó la costumbre de arrancar la mentira,

me tejí un vestido de verdad que me cubre,

a veces voy desnuda.

Desde entonces me quedo sin hablar muchos días.

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