lunes, 5 de enero de 2015
La pecera subterranea
30
Agujeros de gusano que no dan al paraíso.
Con la boca sujeto la brida gomosa, mi saliva de cuero
derretido baja por mi pecho dibujando un mapa de la certeza
y otro mapa de las cunetas.
Así se construye mi piel de rata mística, brillando debajo
del sudor.
El roce con el cuero animal alimenta un globo que, entre
los pulmones, está a punto de estallar, de hacer que mire a
través del agujero de gusano, que baje los ojos al surco más
profundo de la tierra
y es una fe.
Sólo mi durmiente traza círculos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario