sábado, 3 de diciembre de 2011

Credo




Creo en las piernas femeninas
que andan muy seguras de sí mismas
creo en las mujeres de pechos rebosantes
casi con toda la vía láctea sobre el torso
y en las que tienen pechos como alondras
alondras que gimen al amanecer
para avisar al mundo que va a salir el sol
creo en las caderas todopoderosas
y en las cinturas flexibles y volátiles
en cuyo cuarto vibra un ombligo parabólico
creo en las espaldas desnudas
que se estremecen como cañas
al ser rozadas con las yemas de los dedos
creo en los glúteos flotantes y fluctuantes
y en su liviana dureza de seda y aluminio
creo en fin en el diamante negro
en el melocotón dorado
y en la encarnada antorcha
que en la entrepierna ocultan las  mujeres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario