Mira, amigo: cuando libres al mundo tu pensamiento, cuida que sea, ante todo, denso, denso. Y cuando sueltes la espita que cierra tu sentimiento, que en tus cantos éste mane denso, denso. Y el vaso en que vino escancies de tu sentir los anhelos, de tu pensar los cuidados, denso, denso. Mira que es largo el camino y corto, muy corto, el tiempo: parar en cada posada no podemos. Dinos en pocas palabras, y sin dejar el sendero, lo más que decir se pueda, denso, denso. Con hebra recia de ritmo, hebrosos queden tus versos, sin grasa, con carne prieta, densos, densos. Miguel de Unamuno |
sábado, 31 de diciembre de 2011
Denso, denso.
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