Por el camino de la mar vino el pirata, mensajero del Espíritu Malo, con su cara de un solo mirar y con su monótona pata de palo. Por el camino de la mar. Hay que aprender a recordar lo que las nubes no pueden olvidar. Por el camino de la mar, con el jazmín y con el toro, y con la harina y con el hierro, el negro para fabricar el oro; para llorar en su destierro por el camino de la mar. ¿Cómo vais a olvidar lo que las nubes aún pueden recordar? Por el camino de la mar, el pergamino de la ley, la vara del malmedir, y el látigo de castigar, y la sífilis del virrey, y la muerte, para dormir sin despertar, por el camino de la mar. ¡Duro recuerdo recordar lo que las nuber no pueden olvidar por el camino de la mar! Nicolás Guillén |
domingo, 18 de diciembre de 2011
Elegía
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