Sádicamente enloquecido en la alegría
de ser yo todo una bandera de fuego
como un escapado de los jardines de Nerón,
no he vivido ni despierto ni dormido:
soy un volatinero en el trapecio del insomnio.
Roja linterna anunciando peligros,
mi corazón cierra de mi sangre todos los caminos:
...apenas si he sido el invitado que vino de la fiesta para aburrirse,
y para aventurero me faltó entusiasmo.
Sin embargo, enfáticamente, adoro a la vida;
mi alma, de rodillas,
le besa los pies o se los muerde.
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