martes, 26 de marzo de 2013

Sobre las palabras



Sobre las palabras

No se puede salir con las palabras, siempre te comprometen.

Hay palabras que tratadas convenientemente acaban por adquirir el brillo único de esos cristales que son como luces abandonadas a la orilla del mar.

Algunas vienen envueltas en la niebla que entorna la melancolía. Se comenta de ellas que nacen en la soledad de los puertos al amanecer.

La palabra nace – afirma Herbert Conway – cuando en el silencio, en el primer silencio, un hombre imita a un papagayo.

El invento de la palabra pez supuso grandes dificultades. La palabra escama (surgió de inmediato) hizo aún más difícil la captura de aquélla. Alguien, tiempo después, dijo: Mereció la pena tanto esfuerzo. Sin embargo, una muchacha se sonrojó ante las imágenes sugeridas por aquella palabra.

Muy estricta en sus gustos, y gran conocedora del poder persuasivo de los sofismas, Gemma Steven declara sin mucho convencimiento: Primero es la palabra, después la rosa.

Nunca escribas estas palabras en una misma línea: tigre y paloma, pues es fácil que la primera devore a la segunda.

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