Cantos a mi corazón
A Catalina de Burgos
Alef
Veo a los amigos que un día hicieron conmigo el prodigioso viaje de la juventud
y los hallo cambiados y desconocidos; la sombra de un cuidado se extiende sobre sus
frentes y, con la vista baja, parecen avergonzados de haber sido jóvenes un día.
En aquel tiempo, ya lejano, parecían tener alas y exhalaban un hálito de fuego por
sus ávidas bocas; sus frentes resplandecían como altas tiaras.
Pero hoy son semejantes a viudas que se envuelven entre velos; y con sus frías miradas parecen advertir que han muerto ya para el amor.
Veo a los amigos que un día hicieron conmigo el prodigioso viaje de la juventud
y los hallo cambiados y desconocidos; la sombra de un cuidado se extiende sobre sus
frentes y, con la vista baja, parecen avergonzados de haber sido jóvenes un día.
En aquel tiempo, ya lejano, parecían tener alas y exhalaban un hálito de fuego por
sus ávidas bocas; sus frentes resplandecían como altas tiaras.
Pero hoy son semejantes a viudas que se envuelven entre velos; y con sus frías miradas parecen advertir que han muerto ya para el amor.
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