miércoles, 8 de abril de 2015

LIBRO DE CUENTOS







Sobre la antigua mesa de juegos infantiles
el volumen de cuentos escogidos.
El sol, igual que entonces,
derrama su promesa de luz inagotable sobre las viejas páginas.
Hoy vuelvo a ver, con dedos asombrados,
el paisaje de mis primeros sueños.
El corazón se comba bajo el peso del tiempo como una flor nevada.
Hubo un día que soñé con palacios de oro detenidos
al borde de un estanque. Con diamantes
lloviendo sobre el barro. Con montañas sonámbulas, con dragones domésticos.
Los años han pasado con esa exactitud impertinente.
Ahora,
ya conozco el sabor
-agridulce y perplejo-
de la hierba que crece al otro lado.
Y no siempre es más verde.
He visto transformarse muchas veces
sueños en calabazas,
promesas en harapos,
palabras en ratones asustados.
Quien cruza una frontera, apuñala las horas.
Ahora,
en este tiempo del que huyen las respuestas,
cuando vuelan los pájaros
tras comerse las migas derramadas sobre el musgo del bosque.

¿Cómo encontrar de nuevo el camino de regreso?

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