domingo, 11 de diciembre de 2011

Carnet de identidad























Nadie avisó. Más tarde o más temprano 
se supusieron que lo aprendería. 
Nadie me dijo: riega a la alegría, 
los muertos son terreno de secano. 


Todo lo que me importa está lejano. 
Si yo hubiera sabido a qué venía 
os juro que vivir —yo qué sabía— 
no me hubiera ganado por la mano. 


Me dijeron vivir a quemarropa: 
siglo XX —acordaron—, en Europa, 
en Málaga, en Enero y en Manolo. 


Todo lo dispusieron: hambre y guerra, 
España dura, noche y día, tierra 
y mares... luego me dejaron solo.


Manuel Alcántara

sábado, 10 de diciembre de 2011

Disyuntiva



La tentación se llama amor
o chocolate.
Es mala la adicción.
Sin paliativos.
Si algún médico, demonio o alquimista
supiera de mi mal
cosa sería
de andar toda la vida por curarme.
Pues tan sólo una droga,
con su cárcel
del olvido me salva de la otra.
Y así, una vez más, es el conflicto:
O me come el amor,
o me muero esta noche de bombones.

(De Alada mía, 1996)

viernes, 9 de diciembre de 2011

Una oscura pradera me convida





Una oscura pradera me convida,
sus manteles estables y ceñidos,
giran en mí, en mi balcón se aduermen.
Dominan su extensión, su indefinida
cúpula de alabastro se recrea.
Sobre las aguas del espejo,
breve la voz en mitad de cien caminos,
mi memoria prepara su sorpresa:
gamo en el cielo, rocío, llamarada.
Sin sentir que me llaman
penetro en la pradera despacioso,
ufano en nuevo laberinto derretido.

Allí se ven, ilustres restos,
cien cabezas, cornetas, mil funciones
abren su cielo, su girasol callando.
Extraña la sorpresa en este cielo,
donde sin querer vuelven pisadas
y suenan las voces en su centro henchido.
Una oscura pradera va pasando.
Entre los dos, viento o fino papel,
el viento, herido viento de esta muerte
mágica, una y despedida.
Un pájaro y otro ya no tiemblan.

jueves, 8 de diciembre de 2011

No me fio de la rosa





No me fío de la rosa
de papel,
tantas veces que la hice
yo con mis manos.
Ni me fío de la otra
rosa verdadera,
hija del sol y sazón,
la prometida del viento.
De ti que nunca te hice,
de ti que nunca te hicieron,
de ti me fío, redondo
seguro azar. 

Pedro Salinas - Fe mía.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Soledad

Bacarisas


Soledad sabe una copla
que tiene su mismo nombre:
Soledad.

Tres renglones nada más:
tres arroyos de agua amarga,
que van, cantando, a la mar.

Copla tronchada, tu verso
primero, ¿dónde estará?

¿Qué jardinero loco,
con sus tijeras de plata
le cortó al ciprés la punta,
Soledad?

¿Qué ventolera de polvo
se te llevó la veleta,
Soledad?

¿O es que, por llegar más pronto
te viniste sin sombrero,
Soledad?

Y total:
¿qué mas da?
Tres versos: ¿para qué más?

Si con tres sílabas basta
para decir el vacío
del alma que está sin alma:
¡Soledad!

martes, 6 de diciembre de 2011

Por más poderoso que sea el que agravia



 



POR MÁS PODEROSO QUE SEA EL QUE AGRAVIA, DEJA ARMAS PARA LA VENGANZA


Tú, ya, ¡oh ministro!, afirma tu cuidado
en no injuriar al mísero y al fuerte;
cuando les quites oro y plata, advierte
que les dejas el hierro acicalado.
Dejas espada y lanza al desdichado,
y poder y razón para vencerte;
no sabe pueblo ayuno temer muerte;
armas quedan al pueblo despojado.
Quien ve su perdición cierta, aborrece,
más que su perdición, la causa della;
y ésta, no aquélla, es más quien le enfurece.
Arma su desnudez y su querella
con desesperación, cuando le ofrece
venganza del rigor quien le atropella.
.

lunes, 5 de diciembre de 2011

La renuncia


He renunciado a ti. No era posible
Fueron vapores de la fantasía;
son ficciones que a veces dan a lo inaccesible
una proximidad de lejanía.

Yo me quedé mirando cómo el río se iba
poniendo encinta de la estrella...
hundí mis manos locas hacia ella
y supe que la estrella estaba arriba...

He renunciado a ti, serenamente,
como renuncia a Dios el delincuente;
he renunciado a ti como el mendigo
que no se deja ver del viejo amigo;

Como el que ve partir grandes navíos
como rumbo hacia imposibles y ansiados continentes;
como el perro que apaga sus amorosos brios
cuando hay un perro grande que le enseña los dientes;

Como el marino que renuncia al puerto
y el buque errante que renuncia al faro
y como el ciego junto al libro abierto
y el niño pobre ante el juguete caro.

He renunciado a ti, como renuncia el loco a la palabra que su boca pronuncia;
como esos granujillas otoñales,
con los ojos estáticos y las manos vacías,
que empañan su renuncia, soplando los cristales en los escaparates de las confiterías...

He renunciado a ti, y a cada instante
renunciamos un poco de lo que antes quisimos
y al final, !cuantas veces el anhelo menguante
pide un pedazo de lo que antes fuimos!

Yo voy hacia mi propio nivel. Ya estoy tranquilo.
Cuando renuncie a todo, seré mi propio dueño;
desbaratando encajes regresaré hasta el hilo.
La renuncia es el viaje de regreso del sueño...

domingo, 4 de diciembre de 2011

Poetica





Escribir o levitar.
El poema es sólo el espejismo del poema que soñamos.
Hondo, al final de la llaga está el poema.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Credo




Creo en las piernas femeninas
que andan muy seguras de sí mismas
creo en las mujeres de pechos rebosantes
casi con toda la vía láctea sobre el torso
y en las que tienen pechos como alondras
alondras que gimen al amanecer
para avisar al mundo que va a salir el sol
creo en las caderas todopoderosas
y en las cinturas flexibles y volátiles
en cuyo cuarto vibra un ombligo parabólico
creo en las espaldas desnudas
que se estremecen como cañas
al ser rozadas con las yemas de los dedos
creo en los glúteos flotantes y fluctuantes
y en su liviana dureza de seda y aluminio
creo en fin en el diamante negro
en el melocotón dorado
y en la encarnada antorcha
que en la entrepierna ocultan las  mujeres.

viernes, 2 de diciembre de 2011

O mio babbino caro






O mio babbino caro
Mi piace è bello, bello
Vo' andare in Porta Rossa
a comperar l'anello!
Sì, sì, ci voglio andare!
e se l'amassi indarno,
andrei sul Ponte Vecchio,
ma per buttarmi in Amo!
Mi struggo e mi tormento!
O Dio, vorrei morir!
Babbo, pietà, pietà!
Babbo, pietà, pietà!



jueves, 1 de diciembre de 2011

El desayuno



Me gustas cuando dices tonterías, 
cuando metes la pata, cuando mientes, 
cuando te vas de compras con tu madre 
y llego tarde al cine por tu culpa. 
Me gustas más cuando es mi cumpleaños 
y me cubres de besos y de tartas, 
o cuando eres feliz y se te nota, 
o cuando eres genial con una frase 
que lo resume todo, o cuando ríes 
(tu risa es una ducha en el infierno), 
o cuando me perdonas un olvido. 
Pero aún me gustas más, tanto que casi 
no puedo resistir lo que me gustas, 
cuando, llena de vida, te despiertas 
y lo primero que haces es decirme: 
«Tengo un hambre feroz esta mañana. 
Voy a empezar contigo el desayuno».

miércoles, 30 de noviembre de 2011

La renuncia





De un tiempo a esta parte
el corazón elude, con astucia,
ese don de la tierra: el roce de los cuerpos.
A qué volver a mendigar
el fulgor inexperto de unos labios fértiles
pero inconstantes,
derrotados de antemano por la siega del tiempo.

Cada beso olvidado es una espiga seca,
una lengua de ceniza que habita y desbarata
la grieta de la lengua, la vencida humedad.

martes, 29 de noviembre de 2011

PROSA Y POESÍA



La prosa es bella
-dicen los lectores.
La poesía es tediosa:
no hay en ella argumento,
ni sexo, ni aventura,
ni paisajes,
ni drama, ni humorismo,
ni cuadros de la época.
Eso quiere decir que los lectores
tampoco entienden la prosa.

lunes, 28 de noviembre de 2011

TODO POEMA ES UN ESCRITO PÓSTUMO…



Todo poema es un escrito póstumo
el que escribió esto ya está muerto
cada palabra es una paletada de tiempo sobre la anterior
no hay tiempo ni de fabricar a gritos una despedida
el cero es un pozo sin fondo
vivo en caída libre dentro de él
el poema es una piedra estrellándose contra el agua
aún no escucho nada
El silencio de lo que cae, 2000.

domingo, 27 de noviembre de 2011

MÁS ALLÁ DE LAS ÁVIDAS BOCAS SE ENGENDRA EL POEMA



Más allá del sentimiento de lo humano y lo inhumano
se engendra el poema:
antigua criatura
hecha con el humor del mundo; visible
en todo cuanto existe; escrita
sobre un espejo de agua
con lápiz que trasuda
el semen del cielo y los infiernos
que moja las piernas ancestrales de la noche.
El poema
ambigua criatura gestada
más allá de las ávidas bocas
de la ardiente realidad
en la que todos actuamos desesperadamente
con los labios resecos.
Hojarasca, 2005

sábado, 26 de noviembre de 2011

POEMA AL MAR




Oh mar! oh mito! oh largo lecho!
Y sé por qué te amo. Sé que somos muy viejos.
Que ambos nos conocemos desde siglos.
Sé que en tus aguas veneradas y rientes ardió la aurora de la Vida.
(En la ceniza de una tarde terciaria vibré por primera vez en tu seno).
Oh proteico, yo he salido de ti.
¡Ambos encadenados y nómadas;
Ambos con una sed intensa de estrellas;
Ambos con esperanzas y desengaños;
Ambos, aire, luz, fuerza, obscuridades;
Ambos con nuestro vasto deseo y ambos con nuestra grande miseria

Borges

viernes, 25 de noviembre de 2011

POETAS DE HOY


Ferrán García Sevilla


El inglés tan razonable, filólogo de harmonía.
El alemán delicado, soledad de la elegía.
Seguro de su poder
el francés, el matemático, perfecciona su manía.
La gracia del español
por sus sentidos vapora aromas de Andalucía
o apasionado combate
entre la fe y la razón –pelotari en agonía;
o en sus sueños mexicanos
matiza nocturna magia, palabra de idolatría.
(Como el hombre, la poesía)
Sueño y poesía, 1952.

jueves, 24 de noviembre de 2011

A VENECIA




Allí está, Venecia, la dueña opulenta
De antiguos, y nobles, y libres blasones,
Venecia la hermosa, la villa que cuenta
Que a sueldo tenía soberbias naciones,
Señora del mar.

Que cuenta que un día imperios y reyes
Su gala envidiaron, su nombre temieron,
Y el mar y la tierra besaron sus leyes,
-Y enviáronla buques, soldados la dieron;
Porque ella supiera batirse y triunfar.

Un día a sus ojos la tierra callaba,
Un día su nombre la tierra llenaba:
Pasaron los días, Venecia pasó.
Hoy es una viuda y hermosa Sultana,
Que tiene su corte ridícula y vana
Allá en un palacio que el Sultán la dió.

¡Venecia la encantadora,
La de los pardos pilares,
De las ciudades señora,
La señora de los mares,
La corona de jardines
Colgada sobre canales!
No son tu gala y festines
Los que valen lo que vales.
Hechizo de Italia, sí,
Mas del poeta la lira
No es por ti por quien suspira,
No, Venecia, no es por ti.

¿Qué valen tus gondoleros,
Y tus regatas vistosas,
Tus republicanos fueros,
Tus máscaras revoltosas,
Y tus timbres altaneros,
Sin los ojos hechiceros
De tus hermosas?

¡Ay, que tus días pasaron!....
Venecia, la maravilla,
A quien monarcas doblaron
Otro tiempo la rodilla,
Tus timbres ¡ay! se borraron,
Tus señores olvidaron
La hermosa villa.

Antigua reina del mar,
Mal encubres tu caída
Tus bodas al celebrar
Con la posesión perdida.
Llora, Venecia, sí, llora,
Haz duelo en amargo llanto,
Que tus esclavos, señora,
Escupen sobre tu manto.
Reina, tu Adriático brama
Lejos ya de tus confines,
Olvídale, noble dama,
Entre danzas y festines.

Tu patrono ha encanecido,
Tu raudo león no vuela,
Sobre sus garras dormido,
Por tu grandeza no vela;
Brioso alazán herido,
Su caballero ha perdido
Freno y espuela.

Un capricho que pasó,
Matrona opulenta, fuiste;
Tu Príncipe te olvidó;
Hermosa, ya envejeciste
Y tu tez se marchitó:
¡No pienses, Venecia, no,
En lo que fuiste!