domingo, 12 de febrero de 2012
El ingenuo
Cada aurora (nos dicen) maquina maravillas
Capaces de torcer la más terca fortuna;
Hay pisadas humanas que han medido la luna
Y el insomnio devasta los años y las millas.
En el azul acechan públicas pesadillas
que entenebran el día. No hay en el orbe una
Cosa que no sea otra, o contraria, o ninguna.
A mí sólo me inquietan las sorpresas sencillas.
Me asombra que una llave pueda abrir una puerta,
Me asombra que mi mano sea una cosa cierta,
Me asombra que del griego la eleática saeta
Instantánea no alcance la inalcanzable meta,
Me asombra que la espada cruel pueda ser hermosa,
Y que la rosa tenga el olor de la rosa.
sábado, 11 de febrero de 2012
Sol y carne
| Rodin |
¡Si volviera el tiempo, el tiempo que fue!
Porque el hombre ha terminado, el hombre
representó ya todos sus papeles.
En el gran día, fatigado de romper los ídolos,
resucitará, libre de todos sus dioses,
y, como es del cielo, escrutará los cielos.
El ideal, el pensamiento invencible, eterno,
todo el dios que vive bajo su arcilla carnal
se alzará, se alzará, arderá bajo su frente.
Y cuando le veas sondear el inmenso horizonte,
vencedor de los viejos yugos, libre de todo miedo,
te acercarás a darle la santa redención.
Espléndida, radiante, del seno de los mares,
tú surgirás, derramando sobre el Universo
con sonrisa infinita el amor infinito,
el mundo vibrará como una inmensa lira
bajo el estremecimiento de un beso inmenso...
El mundo tiene sed de amor: tú la apaciguarás,
¡oh esplendor de la carne! , ¡oh esplendor ideal
¡Oh renuevo de amor, triunfal aurora
en la que doblegando a sus pies los dioses y los héroes,
la blanca Calpigia y el pequeño Eros cubiertos con
nieve de las rosas
las mujeres y las flores su bellos pies cerrados!
Porque el hombre ha terminado, el hombre
representó ya todos sus papeles.
En el gran día, fatigado de romper los ídolos,
resucitará, libre de todos sus dioses,
y, como es del cielo, escrutará los cielos.
El ideal, el pensamiento invencible, eterno,
todo el dios que vive bajo su arcilla carnal
se alzará, se alzará, arderá bajo su frente.
Y cuando le veas sondear el inmenso horizonte,
vencedor de los viejos yugos, libre de todo miedo,
te acercarás a darle la santa redención.
Espléndida, radiante, del seno de los mares,
tú surgirás, derramando sobre el Universo
con sonrisa infinita el amor infinito,
el mundo vibrará como una inmensa lira
bajo el estremecimiento de un beso inmenso...
El mundo tiene sed de amor: tú la apaciguarás,
¡oh esplendor de la carne! , ¡oh esplendor ideal
¡Oh renuevo de amor, triunfal aurora
en la que doblegando a sus pies los dioses y los héroes,
la blanca Calpigia y el pequeño Eros cubiertos con
nieve de las rosas
las mujeres y las flores su bellos pies cerrados!
viernes, 10 de febrero de 2012
Corriendo van por la vega
![]() |
| Ulibin |
Corriendo van por la vega
a las puertas de Granada
hasta cuarenta gomeles
y el capitán que los manda.
Al entrar en la ciudad,
parando su yegua blanca,
le dijo éste a una mujer
que entre sus brazos lloraba:
«Enjuga el llanto, cristiana
no me atormentes así,
que tengo yo, mi sultana,
un nuevo Edén para ti.
Tengo un palacio en Granada,
tengo jardines y flores,
tengo una fuente dorada
con más de cien surtidores,
y en la vega del Genil
tengo parda fortaleza,
que será reina entre mil
cuando encierre tu belleza.
Y sobre toda una orilla
extiendo mi señorío;
ni en Córdoba ni en Sevilla
hay un parque como el mio.
Allí la altiva palmera
y el encendido granado,
junto a la frondosa higuera,
cubren el valle y collado.
Allí el robusto nogal,
allí el nópalo amarillo,
allí el sombrío moral
crecen al pie del castillo.
Y olmos tengo en mi alameda
que hasta el cielo se levantan
y en redes de plata y seda
tengo pájaros que cantan.
Y tú mi sultana eres,
que desiertos mis salones
están, mi harén sin mujeres,
mis oídos sin canciones.
Yo te daré terciopelos
y perfumes orientales;
de Grecia te traeré velos
y de Cachemira chales.
Y te dará blancas plumas
para que adornes tu frente,
más blanca que las espumas
de nuestros mares de Oriente.
Y perlas para el cabello,
y baños para el calor,
y collares para el cuello;
para los labios... ¡amor!»
«¿Qué me valen tus riquezas
-respondióle la cristiana-,
si me quitas a mi padre,
mis amigos y mis damas?
Vuélveme, vuélveme, moro
a mi padre y a mi patria,
que mis torres de León
valen más que tu Granada.»
Escuchóla en paz el moro,
y manoseando su barba,
dijo como quien medita,
en la mejilla una lágrima:
«Si tus castillos mejores
que nuestros jardines son,
y son más bellas tus flores,
por ser tuyas, en León,
y tú diste tus amores
a alguno de tus guerreros,
hurí del Edén, no llores;
vete con tus caballeros.»
Y dándole su caballo
y la mitad de su guardia,
el capitán de los moros
volvió en silencio la espalda.
Jose Zorrilla
jueves, 9 de febrero de 2012
CANCIÓN DE INVIERNO
Cantan. Cantan.
¿Dónde cantan los pájaros que cantan?
Ha llovido. Aún las ramas
están sin hojas nuevas. Cantan. Cantan
los pájaros. ¿En dónde cantan
los pájaros que cantan?
No tengo pájaros en jaulas.
No hay niños que los vendan. Cantan.
El valle está muy lejos. Nada...
Yo no sé dónde cantan
los pájaros -cantan, cantan-
los pájaros que cantan.
¿Dónde cantan los pájaros que cantan?
Ha llovido. Aún las ramas
están sin hojas nuevas. Cantan. Cantan
los pájaros. ¿En dónde cantan
los pájaros que cantan?
No tengo pájaros en jaulas.
No hay niños que los vendan. Cantan.
El valle está muy lejos. Nada...
Yo no sé dónde cantan
los pájaros -cantan, cantan-
los pájaros que cantan.
miércoles, 8 de febrero de 2012
Sueño para el invierno
| Rodin |
En el invierno viajaremos en un vagón de tren
con asientos azules.
Seremos felices. Habrá un nido de besos
oculto en los rincones.
Cerrarán sus ojos para no ver los gestos
en las últimas sombras,
esos monstruos huidizos, multitudes oscuras
de demonios y lobos.
Y luego en tu mejilla sentirás un rasguño...
un beso muy pequeño como una araña suave
correrá por tu cuello...
Y me dirás: «¡búscala!», reclinando tu cara
-y tardaremos mucho en hallar esa araña,
por demás indiscreta.
martes, 7 de febrero de 2012
lunes, 6 de febrero de 2012
La metamorfosis del vampiro
La mujer, entre tanto, de su boca de fresa
Retorciéndose como una sierpe entre brasas
Y amasando sus senos sobre el duro corsé,
Decía estas palabras impregnadas de almizcle:
«Son húmedos mis labios y la ciencia conozco
De perder en el fondo de un lecho la conciencia,
Seco todas las lágrimas en mis senos triunfales.
Y hago reír a los viejos con infantiles risas.
Para quien me contempla desvelada y desnuda
Reemplazo al sol, la luna, al cielo y las estrellas.
Yo soy, mi caro sabio, tan docta en los deleites,
Cuando sofoco a un hombre en mis brazos temidos
O cuando a los mordiscos abandono mi busto,
Tímida y libertina y frágil y robusta,
Que en esos cobertores que de emoción se rinden,
Impotentes los ángeles se perdieran por mí.»
Cuando hubo succionado de mis huesos la médula
y muy lánguidamente me volvía hacia ella
A fin de devolverle un beso, sólo vi
Rebosante de pus, un odre pegajoso.
Yo cerré los dos ojos con helado terror
y cuando quise abrirlos a aquella claridad,
A mi lado, en lugar del fuerte maniquí
Que parecía haber hecho provisión de mi sangre,
En confusión chocaban pedazos de esqueleto
De los cuales se alzaban chirridos de veleta
O de cartel, al cabo de un vástago de hierro,
Que balancea el viento en las noches de invierno.
Retorciéndose como una sierpe entre brasas
Y amasando sus senos sobre el duro corsé,
Decía estas palabras impregnadas de almizcle:
«Son húmedos mis labios y la ciencia conozco
De perder en el fondo de un lecho la conciencia,
Seco todas las lágrimas en mis senos triunfales.
Y hago reír a los viejos con infantiles risas.
Para quien me contempla desvelada y desnuda
Reemplazo al sol, la luna, al cielo y las estrellas.
Yo soy, mi caro sabio, tan docta en los deleites,
Cuando sofoco a un hombre en mis brazos temidos
O cuando a los mordiscos abandono mi busto,
Tímida y libertina y frágil y robusta,
Que en esos cobertores que de emoción se rinden,
Impotentes los ángeles se perdieran por mí.»
Cuando hubo succionado de mis huesos la médula
y muy lánguidamente me volvía hacia ella
A fin de devolverle un beso, sólo vi
Rebosante de pus, un odre pegajoso.
Yo cerré los dos ojos con helado terror
y cuando quise abrirlos a aquella claridad,
A mi lado, en lugar del fuerte maniquí
Que parecía haber hecho provisión de mi sangre,
En confusión chocaban pedazos de esqueleto
De los cuales se alzaban chirridos de veleta
O de cartel, al cabo de un vástago de hierro,
Que balancea el viento en las noches de invierno.
domingo, 5 de febrero de 2012
127. El vino de los amantes
El vino de los amantes
¡Hoy el espacio es fabuloso!
Sin freno, espuelas o brida,
Partamos a lomos del vino
¡A un cielo divino y mágico!
Cual dos torturados ángeles
Por calentura implacable,
En el cristal matutino
Sigamos el espejismo.
Meciéndonos sobre el ala
De la inteligente tromba
En un delirio común,
Hermana, que nadas próxima,
Huiremos sin descanso
Al paraíso de mis sueños.
¡Hoy el espacio es fabuloso!
Sin freno, espuelas o brida,
Partamos a lomos del vino
¡A un cielo divino y mágico!
Cual dos torturados ángeles
Por calentura implacable,
En el cristal matutino
Sigamos el espejismo.
Meciéndonos sobre el ala
De la inteligente tromba
En un delirio común,
Hermana, que nadas próxima,
Huiremos sin descanso
Al paraíso de mis sueños.
sábado, 4 de febrero de 2012
Me gusta recordar esas desnudas épocas...
![]() |
| Aguiar |
Me gusta recordar esas desnudas épocas
En que placía a Febo las estatuas dorar ,
En tanto hombre y mujer, en su esplendor más alto,
Sin angustia gozaban y sin mentira alguna,
Y, el amoroso cielo envolviendo sus cuerpos,
La salud de su noble máquina ejercitaban.
Mostrábase Cibeles fértil y generosa,
No hallando que sus hijos fuesen gravosa carga;
Antes bien, loba henchida de ternezas comunes,
Nutría al universo con sus oscuras ubres.
Elegante y robusto, el hombre se preciaba
Entre bellezas múltiples que por rey le acataban.
Frutos aún no ultrajados y carentes de grietas,
¡Cuya bruñida pulpa incitaba al mordisco!
Hoy el Poeta, cuando pretende imaginar
Tal nativa grandeza y acude a los lugares
En que hombres y mujeres sin velos aparecen,
Siente envuelto su espíritu en tenebroso frío,
Ante ese negro cuadro que rebosa de espanto.
¡Oh monstruosidades llorando sus vestidos!
¡Oh ridículos torsos que son propios de máscaras!
Pobres cuerpos torcidos, fláccidos o ventrudos,
Que el Señor de lo útil, sereno e implacable,
Envolvió desde niños en pañales de bronce.
Y vosotras, mujeres, pálidas como cirios,
En quienes la lujuria se ceba, y esas vírgenes
Arrastrando la herencia de los maternos vicios
¡Y todos los horrores de la fecundidad!
Tenemos, ello es cierto, naciones corrompidas,
A los antiguos pueblos de ignorado esplendor:
Los rostros devorados por las llagas cordiales
Y algo que llamaríamos desmayadas bellezas;
Más esas invenciones de las musas tardías,
Jamás impedirán a las razas decrépitas
Rendir a las más jóvenes un profundo homenaje,
-A la juventud santa de simple y dulce frente,
De mirar claro y limpio como agua saltarina,
Y que marcha, inconsciente, por doquier esparciendo,
como el azul del cielo, las flores y los pájaros,
Sus perfumes, sus cánticos y sus suaves calores.
viernes, 3 de febrero de 2012
Le dije a la tórtola
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| Díaz Caneja |
Le dije a la tórtola: ¡Pase mi señora!
Y se fue por el medio y medio del otoño
por entre los abedules, sobre el río.
Mi ángel de la guardia, con las alas bajo el brazo derecho,
en la mano izquierda la calabaza de agua,
mirando a la tórtola irse, comentó:
-Cualquier día sin darte cuenta de lo que haces
dices: ¡Pase mi señora!
y es a tu alma a quien despides como un ave
en una mañana de primavera
o en un atardecer de otoño.
De "Herba aquí ou acolá" 1980
Versión de César Antonio Molina
jueves, 2 de febrero de 2012
HOSTIA ALARGADA
No creas en los versos,
sus palabras construyen la mentira.
Nuestro credo es el beso de septiembre,
el temblor de los cuerpos en la curva sin fin.
El beso es la verdad,
permanece en mis labios
como hostia alargada.
(De “Sueltos” de José García Pérez)
miércoles, 1 de febrero de 2012
Londres
Vago sin fin por las censadas calles,
junto a la orilla del censado Támesis,
y en cada rostro que me mira advierto
señales de impotencia, de infortunio.
junto a la orilla del censado Támesis,
y en cada rostro que me mira advierto
señales de impotencia, de infortunio.
En cada grito Humano,
en cada chillido Infantil de miedo,
en cada voz, en cada prohibición,
escucho las cadenas forjadas por la mente:
en cada chillido Infantil de miedo,
en cada voz, en cada prohibición,
escucho las cadenas forjadas por la mente:
y escucho cómo el grito del Deshollinador
hace palidecer las oscuras Iglesias,
y el dolor del Soldado infortunado
ensangrienta los muros de Palacio.
hace palidecer las oscuras Iglesias,
y el dolor del Soldado infortunado
ensangrienta los muros de Palacio.
Pero, al fin, en las calles de medianoche escucho
cómo la maldición de la joven Ramera
deseca el llanto del recién nacido,
y asola la carroza fúnebre de los Novios.
cómo la maldición de la joven Ramera
deseca el llanto del recién nacido,
y asola la carroza fúnebre de los Novios.
Trad. Jordi Doce
London
I wandered through each chartered street,
Near where the chartered Thames does flow,
A mark in every face I meet,
Marks of weakness, marks of woe.
Near where the chartered Thames does flow,
A mark in every face I meet,
Marks of weakness, marks of woe.
In every cry of every man,
In every infant’s cry of fear,
In every voice, in every ban,
The mind-forged manacles I hear:
In every infant’s cry of fear,
In every voice, in every ban,
The mind-forged manacles I hear:
How the chimney-sweeper’s cry
Every blackening church appals,
And the hapless soldier’s sigh
Runs in blood down palace-walls.
Every blackening church appals,
And the hapless soldier’s sigh
Runs in blood down palace-walls.
But most, through midnight streets I hear
How the youthful harlot’s curse
Blasts the new-born infant’s tear,
And blights with plagues the Marriage hearse.
How the youthful harlot’s curse
Blasts the new-born infant’s tear,
And blights with plagues the Marriage hearse.
martes, 31 de enero de 2012
Descanso
![]() |
| Tapies |
Con ternura, con paz, con inocencia,
con una blanda tristeza o el cansancio
que viene a ser un perro fiel que acariciamos,
estoy sentado en mi sillón y soy feliz,
y soy feliz
porque no siento la necesidad de pensar algo preciso.
Con una fatiga que no es un desengaño,
con un gozo que no alienta esperanzas,
estoy en mi sillón, y estoy
en algo que quizás sólo es amor.
Sé que floto
y nada me parece sin embargo indiferente;
sé que nada me alegra ni me duele
y que sin embargo todo me enternece;
sé que eso es el amor,
o que quizá solamente es un dulce cansancio;
sé que soy feliz
porque no siento la necesidad de pensar algo preciso.
lunes, 30 de enero de 2012
Cold in hand blues
y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo
y qué es lo que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué
tengo miedo
domingo, 29 de enero de 2012
Porvenir
![]() |
| Jose Hernandez |
Te llaman porvenir
porque no vienes nunca.
Te llaman: porvenir,
y esperan que tú llegues
como un animal manso
a comer en su mano.
Pero tú permaneces
más allá de las horas,
agazapado no se sabe dónde.
!Mañana! Y mañana será otro día tranquilo
un día como hoy, jueves o martes,
cualquier cosa y no eso
que esperamos aún, todavía, siempre.
sábado, 28 de enero de 2012
Tú que solo eres tú
viernes, 27 de enero de 2012
Nadadora de noche, nadadora
![]() |
| Millares |
entre olas y tinieblas.
Brazos blancos hundiéndose, naciendo,
con un ritmo
regido por designios ignorados,
avanzas
contra la doble resistencia sorda
de oscuridad y mar, de mundo oscuro.
Al naufragar el día,
tú, pasajera
de travesías por abril y mayo,
te quisiste salvar, te estás salvando,
de la resignación, no de la suerte.
Se te rompen las alas, desbravadas,
hecho su asombro espuma,
arrepentidas ya de su milicia,
cuando tú les ofreces, como un pacto,
tu fuerte pecho virgen.
Se te rompen
las densas ondas anchas de la noche
contra ese afán de claridad que buscas,
brazada por brazada, y que levanta
un espumar altísimo en el cielo;
espumas de luceros; sí, de estrellas,
que te salpica el rostro
con un tumulto de constelaciones;
de mundos. Desafía
mares de siglos, siglos de tinieblas,
tu inocencia desnuda.
Y el rítmico ejercicio de tu cuerpo
soporta, empuja, salva
mucho más que tu carne. Así tu triunfo
tu fin será, y al cabo, traspasadas
el mar, la noche, las conformidades,
del otro lado ya del mundo negro,
en la playa del mundo que alborea,
morirás en la aurora que ganaste.
Pedro Salinas
jueves, 26 de enero de 2012
Si alguien llama a tu puerta, amiga mía
Si alguien llama a tu puerta, amiga mía,
y algo en tu sangre late y no reposa
y en su tallo de agua, temblorosa,
la fuente es una líquida armonía.
Si alguien llama a tu puerta y todavía
te sobra tiempo para ser hermosa
y cabe todo abril en una rosa
y por la rosa se desangra el día.
Si alguien llama a tu puerta una mañana
sonora de palomas y campanas
y aún crees en el dolor y en la poesía.
Si aún la vida es verdad y el verso existe.
Si alguien llama a tu puerta y estás triste,
abre, que es el amor, amiga mía.
García Márquez
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