jueves, 13 de septiembre de 2012

Espejo de Edimburgo



Despierta el frío del amanecer.
Empenumbrado,
me asomo al espejo del crepúsculo:
la reyerta del pálido Sol
con la paulatina niebla
abandonada por el insomne mar.
Duda la noche, duda la mañana.
Témpano de saltadas venas en destello,
la prístina cumbre del Arthur’s Seat aparece
al equívoco rayo de la aurora,
al desolado triunfo del día sobre las tinieblas
que impone el necio parpadeo
del íntimo vislumbre de mi silueta,
temblando, en el vaho de la ventana.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

CONOCIMIENTO DEL REINO SUBMARINO


Viola


CONOCIMIENTO DEL REINO SUBMARINO

Ahora sólo soy huesos. Los peces me conocen
y atraviesan confiados las cuencas de mis ojos.
Se han disuelto mis manos en la sal y mis piernas
crecen entre raíces en las rocas y el fango.
Recuerdo vagamente mi vida y sueño a veces
que hay plantas abisales coronando mi cráneo.
Por la noche mis huesos están tristes y echan
de menos el sonido de un corazón latiendo
y el pulso de la carne
que sirvió de alimento a la fauna marina.
Es la vuelta al origen. Me resigno y me digo
que ya andarán mis ojos entre perlas y estrellas,
como siempre quisieron cuando eran sólo ojos,
ni claros ni serenos, de un hombre en un naufragio.

martes, 11 de septiembre de 2012

LAS AFUERAS




LAS AFUERAS

por más que se extiendan las ciudades hasta juntarse
unas con otras por más desengaños que el sexo la muerte
o las oposiciones nos deparen quedarán siempre las afueras

la oscuridad de los polígonos industriales la ineficacia
el ministerio de obras públicas por más que se empeñen
colectivos ciudadanos asociaciones de vecinos seguirán

amaneciendo los restos del amor en las afueras

lunes, 10 de septiembre de 2012

Un hidalgo


Heinz Minsenn

Ufano de su talle y su persona,
con la altivez de un rey en el semblante,
aunque rotas quizá, viste arrogante
sus calzas, su ropilla y su valona;
cuida más que su hacienda su tizona,
sueña empresas que olvida en un instante,
reza con devoción, peca bastante,
y en lugar de callarlo, lo pregona;
intentó por su dama una quimera
y le mataron sin soltar la espada;
sólo quiso, al morir, que se le hiciera,
si algo quedó en su bolsa malgastada,
una tumba de rey, donde dijera:
“Nació para ser mucho…y no fue nada”

domingo, 9 de septiembre de 2012

A batallas de amor, campo de plumas







Ningún vestigio tan inconsolable
como el que deja un cuerpo
entre las sábanas
                             y más
cuando la lasitud de la memoria
ocupa un espacio mayor
del que razonablemente le corresponde.

Linda el amanecer con la almohada
y algo jadea cerca, acaso un último
estertor adherido
a la carne, la otra vez adversaria
emanación del tedio estacionándose
entre los utensilios de la noche.

Despierta, ya es de día, mira
los restos del naufragio
bruscamente esparcidos
en la vidriosa linde del insomnio.

Sólo es un pacto a veces, una tregua
ungida de sudor, la extenuante
reconstrucción del sitio
donde estuvo asediado el taciturno
material del deseo.

                              Rastros
hostiles reptan entre un cúmulo
de trofeos y escorias, amortiguan
la inerme acometida de los cuerpos.
A batallas de amor campo de plumas.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Tú y yo nos encontramos






Tú y yo nos encontramos

en Washington Square.
Me invistaste a cenar
en un club, y la orquesta
tocó para nosotros
"Indian summer"...Bailamos
inmersos en la noche
neoyorquina. Más tarde, mi vestido
brillaba abandonado sobre el suelo
de aquel apartamento, donde era
muy distinta la música : palabras
y suspiros mezclados con sirenas
del los barcos lejanos...
Pero, ¿será posible
que no recuerde ahora,
mientras abro los ojos,
cómo se titulaba la película
donde vi estas escenas ?



viernes, 7 de septiembre de 2012

Mi corazón perdido





En su cuerpo de espuma nacían las espigas
que en ráfagas de viento llenan con sus rumores
mi corazón perdido en el mar de su lengua
mi corazón hallado en medio del desierto
por cadenas de voces en oasis de sangre.


Mi corazón perdido busca entre sus encajes
la llama que devore las ansias de su sombra
y las nieves que bajen de las altas montañas



jueves, 6 de septiembre de 2012

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Rondel de Don Presumido

Granell


Sí. Si tuviera naranjos
de hoja larga, verde viva,
sí, si tuviera naranjos
la calle te rondaría.

Si tuviera olor de patios,
surtidores de agua fina,
arroyo de piedras bajas,
y estrellas de celosías,
si tuviera olor de dulces
la calle te rondaría.

Balcones de resolana,
ventana de anochecida,
y en una quiebra del suelo
una cadena de hormigas
que se me llevará el tiempo
que la espera muy deprisa,
si tu calle fuera así,
la calle te rondaría,
como no es así tu calle
no he de rondarla en la vida.

martes, 4 de septiembre de 2012

Caballo de los sueños




Innecesario, viéndome en los espejos
con un gusto a semanas, a biógrafos, a papeles,
arranco de mi corazón al capitán del infierno,
establezco cláusulas indefinidamente tristes.

Vago de un punto a otro, absorbo ilusiones,
converso con los sastres en sus nidos:
ellos, a menudo, con voz fatal y fría
cantan y hacen huir los maleficios.

Hay un país extenso en el cielo
con las supersticiosas alfombras del arco iris
y con vegetaciones vesperales:
hacia allí me dirijo, no sin cierta fatiga,
pisando una tierra removida de sepulcros un tanto frescos,
yo sueño entre esas plantas de legumbre confusa.

Paso entre documentos disfrutados, entre orígenes,
vestido como un ser original y abatido:
amo la miel gastada del respeto,
el dulce catecismo entre cuyas hojas
duermen violetas envejecidas, desvanecidas,
y las escobas, conmovedoras de auxilios,
en su apariencia hay, sin duda, pesadumbre y certeza.
Yo destruyo la rosa que silba y la ansiedad raptora:
yo rompo extremos queridos: y aún más,
aguardo el tiempo uniforme, sin medidas:
un sabor que tengo en el alma me deprime.

Qué día ha sobrevenido! Qué espesa luz de leche,
compacta, digital, me favorece!
He oído relinchar su rojo caballo
desnudo, sin herraduras y radiante.
Atravieso con él sobre las iglesias,
galopo los cuarteles desiertos de soldados
y un ejército impuro me persigue.
Sus ojos de eucaliptos roban sombra,
su cuerpo de campana galopa y golpea.

Yo necesito un relámpago de fulgor persistente,
un deudo festival que asuma mis herencias.


lunes, 3 de septiembre de 2012

El regreso




El regreso para morir es grande.
(Lo dijo con su aventura el rey de Itaca.)
Mas amo el sol de mi patria,
el venado rojo que corre por los cerro,
y las nobles voces de la tarde que fueron
mi familia.
Mejor morir sin que nadie
lamente glorias matinales, lejos
del verano querido donde conocí dioses.
Todo para que mi imagen pasada
sea la última fábula de la casa.

domingo, 2 de septiembre de 2012

La ceniza no tiene nombre




En el fuego vencido
ya no hay rasgos humanos,
no hay bocas gritando,
no hay huesos destruidos,
ni narices ni rodillas.
todo se transforma
en materia sombría
untuosa y anónima donde intentamos
leer en vano. La ceniza
no tiene nombre.
Sin embargo la conocemos
en lo profundo del esqueleto
sin embargo cae, despacio,
y cubre nuestros rasgos.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Si vienes






Si vienes por ejemplo a las cuatro...
comenzaré a ser feliz desde las tres



viernes, 31 de agosto de 2012

Tristeza





Una tristeza dulce y anterior
al suspiro y las lágrimas,
anterior al idilio de la tarde
azul y jacaranda,
invade la memoria con su música,
su brisa, su nostalgia :
Es la tristeza de mirar el cielo
cautivo entre las ramas



jueves, 30 de agosto de 2012

La transfiguración

Heinz Minsen


El animal muere en los límites de un país conocido
y allí los ojos se le abren: parece que esta nieve
-el silencio, más oscuro en los abetos- y el animal escucha
la significación de los árboles. El animal es un mundo
y sus costumbres discurren en el ámbito natural:
es opaco, transparente ya la vez denso- helado
o soplado el cristal: se trataba del cuerpo,
su olor más acre, cómo respira, los silencios,
lo que tenemos en los brazos, la palpitación intensa
de la que nunca se habla, el secreto de la piel
que no se entrega del todo, el vaho, lo tibio:
el animal acaso acepta el sentido de la vida,
como esta luz en los bosques expirantes
-y el animal, en el límite, y jadeante aún,
las escarchas de invierno-.
Los ojos, muy empañados, apenas ven
más que un verdor muy lejano y difuso,
como un puñado de nieve que nos arrojaran al rostro:
para el animal es dulce sentir ese frío -como cuando, durmiendo, responde
a un movimiento leve, sólo un estremecimiento,
y le palmeamos la espalda, y el animal se mueve,
y quién dirá que aquella cosa tibia nos pertenece,
porque es como si el mundo físico nos perteneciera: cuando muere,
el animal no conoce ni la idea de cambio:
estaba en el mundo y permanece en él. No, nunca puede sentir
como cosa a él ajena al aire helado de invierno
y los copos de nieve caduca en el esgrafiado de abetos:
es como volver al propio país -aunque muy difuso,
lo que ahoga el corazón, la nostalgia del cierzo, el viento, las viejas fábulas,
la llamada de una urraca en los bosques solitarios,
el silencio, las viejas escopetas de caza,
las nieblas en el pantano, los aguaceros de otoño,
un seco sonido de revólveres entre el pajar y la madera,
las tijeras hundidas en el pecho de una sola punzada.
Nunca hombre alguno piensa en la muerte tal como la ven,
los ojos del animal: una oscuridad azul,
los ojos del lobo, las aguas, y, ascendiendo como neblina,
temblorosas fresas en las manos: es la serenidad
de lo que morirá, y también su espasmo,
como cuando un animal buscaba el cuerpo de otro,
cuando se encuentran dos cuerpos, el pasado en los calderos,
como campana de bronce o quemado encinar,
con rumor de difuntos y raídos ropajes,
el badajo que convoca por la noche a las lechuzas,
una hoz en las gavillas de trigo y paja seca.
Y los dos cuerpos se recogen para dormir; cada uno siente el jadeo del otro;
acércate más, acércate más
-el invierno
cerrará las transiciones de los seres naturales,
sin serenidad sin esperanzas, sin
desesperación, sin amor, ni dolor, más allá
de la memoria, del cansancio: sólo
estos dos cuerpos mueren en la oscura fusión
de los metales y la nieve -y la mortaja es de oro.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Apenas la caricia de tu mano.




Apenas la caricia de tu mano.
Mi piel es de cristal cuando me tocas.
¿Qué apaciguada luz, qué temblor hecho brasa
se deslíe en mis ojos si me miras ?
¿Dónde hiere tu risa y por qué hiere
si con ella me abres la mañana del mundo?
Tu existir me hace un dios y tú me creas.
No hay mayor claridad ni otro misterio 

martes, 28 de agosto de 2012

El imposible amor




El imposible amor de nuevo en sus disfraces.
Espera en las esquinas ¿de qué ciudad?
¿En qué ciudad aguarda su mano de mendigo,
su labio aleteante, junto a un cuerpo?


El imposible amor desvanecido
en el triste diván de la rutina,
en el desván del sueño, donde una muchacha
espera un autobús que llega tarde.


El imposible amor se ha disfrazado
con laureles de invierno y se despide



lunes, 27 de agosto de 2012

Yo se





Yo sé que de tu pecho los latidos
están cantados. Corazón, haz lento
tu misericordioso movimiento
y leve tus quejidos doloridos


por ese cuerpo, donde mis sentidos
ponen todo su amor, donde me siento
morir a cada golpe ceniciento
de tus redobles graves y oprimidos.


Y tú, ventana de mi amor, aldea
mía de paz, caricia que sestea,
umbral del mundo, amor de cada día.


Dame tu fe, tu claridad, mi estrella,
dime que existe lo que yo sabía
cuando era niño en la ciudad aquella...