jueves, 22 de mayo de 2014
FANAL DE UVA DORMIDA
FANAL DE UVA DORMIDA
Oigo cantar tus cuadros, Diego Jesús Jiménez.
Miro tu poesía y escucho tu pintura.
Color. Calor. Paisaje. Oreo de palabras.
Lienzo hablado. Pincel. Luz elevándose.
Poesía y verdad de tu pintura:
Amor, temblor, fanal de uva dormido.
miércoles, 21 de mayo de 2014
De la primera mirada al Homero de Chapman
De la primera mirada al Homero de Chapman
Mucho he viajado en las regiones de oro
Y tantas buenas tierras y reinos tengo vistos
Alrededor de tantas islas del occidente estuve
Donde los bardos guardan devoción a Apolo.
A menudo de amplios horizontes me han dicho
Que Homero, de hondos ojos, regía cual su heredad
Más nunca respiré tan pura serenidad
Hasta que oí a Chapman hablar fuerte y osado.
Me sentí pues como el vigía de los cielos
Cuando un nuevo planeta ancla en su entendimiento
O como el fornido Cortés cuando escudriñó el Pacífico
Con ojos de águila –y todos sus hombres
Se miraron unos a otros, con salvaje anticipación-
Silenciosos, en la cumbre… en Darién.
On First Looking into Chapman’s Homer
Much have I travell'd in the realms of gold,
And many goodly states and kingdoms seen;
Round many western islands have I been
Which bards in fealty to Apollo hold.
Oft of one wide expanse had I been told
That deep-brow'd Homer ruled as his demesne;
Yet did I never breathe its pure serene
Till I heard Chapman speak out loud and bold:
Then felt I like some watcher of the skies
When a new planet swims into his ken;
Or like stout Cortez when with eagle eyes
He star'd at the Pacific—and all his men
Look'd at each other with a wild surmise—
Silent, upon a peak in Darien.
martes, 20 de mayo de 2014
Coro de animas
Seres
que amé, páginas
de un libro antiguo, huesos
oxidados, medallas, craneos difuntos que se deshacen
bajo la luz, voces
que se quejan, gritos
de desamparo. Veo sólo deshonra ante la muerte, miedo,
desconsuelo tal vez.
He aquí todo cuanto un hombre
puede tocar con su memoria, medir con el recuerdo
de su vida. Somos los restos Somos
de un amor, que la piedad diluye en el olvido.
el cazador de fieras
y la fiera encerrada, la esperanza del águila
y su jaula. Se oyen allí los rezos , los conjuros, las músicas
donde el hombre soñó. Mas no hay nada,
sabed, sólo el vacío habita
nuestra sangre. Sólo
el perdido disfraz de todo lo que amamos
nos habla.
lunes, 19 de mayo de 2014
Soneto
En el que el poeta toma prestadas las palabras
de John Donne para desabrigar infundados temores...
¿Qué haremos en invierno -me preguntas-,
sin un mal cobertor que nos defienda
del frío? ¿ Qué participada prenda
abrigará las desnudeces juntas ?
No te sé contestar. Y descoyuntas,
pura, abierta, entregada a la contienda
del amor, ese cuerpo, a suelta rienda.
y se me escapa el alma por las puntas.
Aún es verano, y la calor es tanta
que no comprendo la frialdad. Y sudo
cuanta humedad rehuye la garganta.
¿Pero existe el invierno? ¿Y es tan crudo
su rigor? Si es así, ¿qué mejor manta
para tu desnudez, que, yo, desnudo?
domingo, 18 de mayo de 2014
Sepultureros
Los sepultureros
desenterraron el vacío de mis entrañas,
efímeros llenan el hueco con risas
e historias secretas
Luego llega el momento
Partida irrevocable llorando en silencio
Se abre el hueco
Y yo vuelvo a él
sábado, 17 de mayo de 2014
Irrumpieron los ángeles
Irrumpieron los ángeles
Venían de las olas,
de las aguas primeras creadas con plegaria,
de los mares proféticos latiendo entre los montes,
de los ojos sagrados con pestañas de hierba.
de las aguas primeras creadas con plegaria,
de los mares proféticos latiendo entre los montes,
de los ojos sagrados con pestañas de hierba.
Venían de las ondas morosas sin rüido,
de las blancas corrientes de leches estelares,
de los fondos profundos de líquidas esencias,
de los abismos bíblicos donde callan las voces.
de las blancas corrientes de leches estelares,
de los fondos profundos de líquidas esencias,
de los abismos bíblicos donde callan las voces.
Venían de los líquenes de espuma nacarada,
de los esbeltos iris sin raíces de tierra,
de las alas de cisne no holladas por el aire,
de las diáfanas linfas sin sorpresa de riscos.
de los esbeltos iris sin raíces de tierra,
de las alas de cisne no holladas por el aire,
de las diáfanas linfas sin sorpresa de riscos.
Venían de las claras cortinas de la lluvia,
de las áureas cascadas iluminando árboles,
de metales y hogueras, de resinas ardiendo,
de sahumerios perdidos ofrendados a dioses.
de las áureas cascadas iluminando árboles,
de metales y hogueras, de resinas ardiendo,
de sahumerios perdidos ofrendados a dioses.
Venían de las gemas y del cristal de roca
y eran igual que flores con carne de diamante,
eran igual que estrellas con ojos de berilo,
frágiles e intocables rosáceas de los hielos.
y eran igual que flores con carne de diamante,
eran igual que estrellas con ojos de berilo,
frágiles e intocables rosáceas de los hielos.
Salían de las fraguas de volcanes bullentes,
del cáliz de los cráteres abiertos como bocas;
semejantes a espadas, a hojas de oro fundidas,
echando por los labios la lava de sus coros.
del cáliz de los cráteres abiertos como bocas;
semejantes a espadas, a hojas de oro fundidas,
echando por los labios la lava de sus coros.
Se deslizaban suaves u la par que las nubes,
ascendiendo muy alto como huecas calandrias,
fontanas y torrentes les servían de túnica
y eran sus trenzas frescos chorros de surtidores.
ascendiendo muy alto como huecas calandrias,
fontanas y torrentes les servían de túnica
y eran sus trenzas frescos chorros de surtidores.
Chocaron contra el mármol teñido de crepúsculo,
chocaron contra el cielo sus voces y tiórbas
y eran los instrumentos en sus brazos amantes
dóciles bestezuelas gimiendo de ternura.
Se escaparon las brisas cautivas en zampoñas,
la luz de primavera tintineó en los sistros,
el telar de las arpas desplegó sus praderas
y las cuerdas soltaron los triálogos secretos.
Al temblor de las cañas huyeron los faisanes,
galoparon corceles al retumbar tambores,
todas las sensitivas quejumbres de las dalias
revelaron sus ecos al besarse los címbalos.
chocaron contra el cielo sus voces y tiórbas
y eran los instrumentos en sus brazos amantes
dóciles bestezuelas gimiendo de ternura.
Se escaparon las brisas cautivas en zampoñas,
la luz de primavera tintineó en los sistros,
el telar de las arpas desplegó sus praderas
y las cuerdas soltaron los triálogos secretos.
Al temblor de las cañas huyeron los faisanes,
galoparon corceles al retumbar tambores,
todas las sensitivas quejumbres de las dalias
revelaron sus ecos al besarse los címbalos.
La gracia se volcaba por míticos paisajes
como una cabellera caía con desmayo,
como una cabellera por los hombres del bosque.
esmaltando de fuego las colinas seráficas.
Todos los elementos dejaron la materia,
cesaron en sus cargos al sentir el concierto;
ni nubes, ni metales, ni gemas, ni amapolas
irrumpieron los ángeles.
Oratorio de San Bernardino.
(1952)
viernes, 16 de mayo de 2014
Cancion hacia dentro
¡No me recuerdes! ¡Siénteme!
Hay un sólo trino entre tu amor y mi alma.
Mis dos ojos navegan
el mismo azul sin fin donde tú danzas.
Tu arco-iris de sueños en mí tiene
siempre pradera abierta entre montañas.
Una vez se perdieron mis sollozos,
y los hallé, abrigados, en tus lágrimas.
¡No me recuerdes! ¡Siénteme!
Un ruiseñor nos tiene en su garganta.
Los ríos que me traje de mis riscos,
desembocan tan sólo por tus playas.
Hay confusión de vuelos en el aire?
¡El viento que nos lleva en sus sandalias !
¡No me recuerdes! ¡Siénteme!
Mientras menos me pienses, más me amas.
jueves, 15 de mayo de 2014
Fragmento
Madre, una estrella se ahoga
entre las aguas del río.
Va blanca de luz de luna
llena de miedo y de frío.
miércoles, 14 de mayo de 2014
Aspiración a la alegría
En mi aposento, asaltado a veces
por el hosco lebrel de la esperanza, palpando
ntre mis manos su vaho turbador,
juzgo ahora
mi propia aspiración a la alegría.
¿Podrá existir (digo en la noche)
una palabra, la única
sobreviviente, donde pueda
almacenar mis sueños, defenderlos
de toda vanidad, irlos
purificando en mi interior
tiranía callada, reagruparlos
en una misma fuente igualatoria?
Pero estoy solo frente
al llamamiento del mundo: amo
su fundación, vigilo
sus mudanzas, trabajo cada día e
n las contestaciones
de mi propia experiencia,
junto mi vida en un papel.
Y las palabras,
al borde de ser dichas,
próximas ya a mi sueño, pretenden
suplantarme: soy el azar
que se traduce en vano. (Nadie
puede ser el espejo de sí mismo.)
Feliz aquel que nunca
puso nombre a su vida.
martes, 13 de mayo de 2014
lunes, 12 de mayo de 2014
Que transparecia
¡Qué transparencia tiene la lluvia en el huerto!
Recta, afilada, continua...;
El cielo está más bajo. Se respira el gran aliento
del mar.
¡Recta, afilada, continua..., qué transparencia
tiene la lluvia en el huerto!
domingo, 11 de mayo de 2014
Copla XVI
De dos montañas distintas
corren al mar dos arroyos,
y en el camino se juntan
para no caminar solos.
sábado, 10 de mayo de 2014
viernes, 9 de mayo de 2014
Poema para una amiga muy bella
Bella te digo porque así se llaman
esas mujeres que han nacido
para la vida siempre: dulce y ácida.
Tú eres la colorada piel, la fruta,
la pierna, el pecho soberano que alzas,
pequeña porque así son los naranjos,
blanca y morena, 0 sea, cálida.
Amiga, ¿es la amistad la que nos manda
o acaso es el amor? Las dos preguntas
tienen en sí respuesta dada.
Si la verdad llegara a verse un día,
si nuestra fe se confirmara...,
pero no, amiga mía misteriosa,
que las palabras siempre engañan.
Que las palabras no sonríen nunca,
que eres tú la que ríes, dices, andas,
pones luego los ojos apartados,
muy expresivamente callas.
En estos tiempos sabe todo el mundo
guardar la ropa cuando está mojada,
hurtarse, dar olvido, fingir burla
del sentimiento porque es lágrima.
Por eso siempre estamos tan contentos,
tan campantes, tan fuertes -¡tiene gracia!-;
por dentro va la procesión, lo dicen
los gestos bruscos, las miradas.
Cuerpo de uva garnacha,
hembra de vino fuerte y alegría,
bella mujer de amor y madrugada.
Haces, querida amiga, maravillas
para evitar heridas, para
que no te vea tan hermosa, ¿sabes?
tan femeninamente en cuerpo y alma.
Y así está el pueblo de suspiros, sueños,
besos dados al rostro de la nada,
así estoy yo y así los que no quieren
confesarse que te aman.
Da miedo ver tan cerca la hermosura
cuando está viva y quema duele tanta
pasión, que así se llama, contenida
a penas duras, tiempo y trampas.
Muy bellamente estabas
cuando mis ojos una vez. Ahora
en el recuerdo vives clara.
Si se leyeran las cenizas luego,
que dicen, arden más que muchas brasas,
si alguien pusiera en claro nuestras vidas
fondo común de la desgracia.
Pero la muerte mete tanta prisa,
somos tan poca cosa, tan lejana
queda nuestra ciudad, sin nombre apenas
nosotros y los nuestros, nuestra casa...
Tus pies, tus manos y tu cara.
La tela del vestido, oh, dulces olas,
redondas islas cubre con sus aguas.
Seas amiga si la tarde, el tiempo,
corre a su puesta como el sol; hermana
si desvalidamente sufres; novia
si me recuerdas en la distancia.
Eres muy lista, mi pequeña,
eres la niña cariñosa y mala
que descubre de pronto a los mayores
todo lo que les pasa.
Temo que te sospeches cuánto he puesto
mis brazos hacia ti, cómo esperaba
volver a estar contigo, sin que nunca
me vieras cuando te miraba.
Los secretos no sé por qué se guardan;
y este secreto no interesa a nadie,
la vida es sólo cotidiana.
Pero yo escribo para ti estos versos
aunque no tengan importancia.
Mi bella amiga, ¡muchas gracias!
jueves, 8 de mayo de 2014
Soneto 118
Soneto 118
Así tal nuestros apetitos crecen
Con sabores que a paladares urgen,
Para prevenir el mal que apetecen
Buscamos medicinas que nos purguen.
Y aunque estando lleno de tu dulzura,
Amargos alimentos ingerí,
Cansado de no sentir amargura
Antes de tiempo enfermo me sentí.
Costumbre de amor es anticipar
Las enfermedades que sufriremos,
Y traer medicina, y adelantar
La cura de lo que nunca tendremos.
De esto aprendemos lección verdadera:
En amor, unos de otros se envenenan.
Sonnet 118
Like as to make our appetites more keen
With eager compounds we our palate urge,
As to prevent our maladies unseen
We sicken to shun sickness when we purge:
Even so, being full of your ne'er-cloying sweetness,
To bitter sauces did I franie my feeding.
And, sick of welfare, found a kind of meetness
To be diseased ere that there was true needing.
Thus policy in love, t'anticipate
The ills that were not, grew to faults assured,
And brought to medicine a healthful state
Which, rank of goodness, would by ill be cured.
But thence I learn, and find the lesson true,
Drugs poison him that so fell sick of you.
With eager compounds we our palate urge,
As to prevent our maladies unseen
We sicken to shun sickness when we purge:
Even so, being full of your ne'er-cloying sweetness,
To bitter sauces did I franie my feeding.
And, sick of welfare, found a kind of meetness
To be diseased ere that there was true needing.
Thus policy in love, t'anticipate
The ills that were not, grew to faults assured,
And brought to medicine a healthful state
Which, rank of goodness, would by ill be cured.
But thence I learn, and find the lesson true,
Drugs poison him that so fell sick of you.
miércoles, 7 de mayo de 2014
Invitación a la vida
Pasan las aguas por el cauce
y no terminan de pasar;
mas si de un agua no bebimos
nunca aquel agua tornará.
Y mientras corre el tiempo y llega
la hora feliz que imaginamos,
se va la vida, huyendo siempre,
cual se va el agua entre las manos...
Gocemos hasta marchitarlas
todas las flores del camino,
ya que el dolor jamás perdona
ni un paso de nuestro destino.
Gocemos la vida, gocemos...
¿Quién del mañana gozará?
Gocemos hasta embriagarnos
con una absurda saciedad.
Y aunque de luz se abrase el alma,
presto vayamos a la luz...
¡No hay más que al fin de los caminos,
sobre una lápida, la cruz!
y no terminan de pasar;
mas si de un agua no bebimos
nunca aquel agua tornará.
Y mientras corre el tiempo y llega
la hora feliz que imaginamos,
se va la vida, huyendo siempre,
cual se va el agua entre las manos...
Gocemos hasta marchitarlas
todas las flores del camino,
ya que el dolor jamás perdona
ni un paso de nuestro destino.
Gocemos la vida, gocemos...
¿Quién del mañana gozará?
Gocemos hasta embriagarnos
con una absurda saciedad.
Y aunque de luz se abrase el alma,
presto vayamos a la luz...
¡No hay más que al fin de los caminos,
sobre una lápida, la cruz!
martes, 6 de mayo de 2014
El Umbral
Mírala aquí delante.
Es la playa donde empieza el extraño
mar de la realidad. Toma su mano breve
y déjate llevar sin preguntar.
Esta mirada clara
ya la habías soñado; este cabello
rubio tiene la luz de tu ilusión más niña,
y, sin embargo, nada se parece.
No te sirve, ahora tienes
que comenzar por la primera letra.
Anda, llama a tus sueños, amánsalos, resígnalos
a fermentar ya hacerse de verdad.
Y tú, sal de tu miedo
antiguo, corazón, pasa el umbral
sin agacharte, ten valor para la dicha,
acepta la hermosura; ya eres hombre.
Échate a las espaldas
tu cariño empeñado en ser amor,
tu ceguedad, tu mundo; toca a Dios en su peso,
única voz que de El podrás sentir.
Anda, obedece y calla,
porque para eso fuiste siempre niño
bueno y sumiso; haciendo la costumbre y el símbolo
de esta nueva obediencia más profunda.
Sí, ahora eres digno
de la vida. Hasta ella te ha elevado
tu soñar doloroso de adolescencia, como
una oración que pide lo que ignora.
Y no por prepararte
-ya ves todo qué extraño, qué distinto-,
sino por esa gota de nobleza en los ojos
con que vas a aprender la realidad.
De “La espera”
lunes, 5 de mayo de 2014
Ser hombre
Ser hombre
Ser hombre es competir con la amargura,
lidiar con la tristeza, abrirle brecha
a Dios desde la cruz hasta la fecha
de la muerte. Ser hombre es la postura
sabida y siempre nueva. ¿Hay quien acierte?
¿Hay quien lo haga mejor, quien la figura
componga ante el silencio, ante la altura
de Dios? ¿Hay quien alegre se despierte
sabiéndose hombre, y hombre sin remedio,
amenazado siempre y siempre en medio
de esta contienda a muerte que es la vida?
¿Hay hombre frente al hombre que responda?
¿Hay quien escuche al hombre y no se esconda
para dar la pregunta por no oída?
lidiar con la tristeza, abrirle brecha
a Dios desde la cruz hasta la fecha
de la muerte. Ser hombre es la postura
sabida y siempre nueva. ¿Hay quien acierte?
¿Hay quien lo haga mejor, quien la figura
componga ante el silencio, ante la altura
de Dios? ¿Hay quien alegre se despierte
sabiéndose hombre, y hombre sin remedio,
amenazado siempre y siempre en medio
de esta contienda a muerte que es la vida?
¿Hay hombre frente al hombre que responda?
¿Hay quien escuche al hombre y no se esconda
para dar la pregunta por no oída?
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