sábado, 24 de enero de 2015
Debajo de la concha rosácea
Debajo de la concha rosácea de molusco brillante, de puntas escabrosas, debajo de la suave y venenosa escama de lagarto, debajo de la beatífica gris y púrpura llena de ácaros , debajo de la viscosa y dulce transparente, del talco enmohecido, de la grasa animal, ahí
brota mi sangre.
Sucia y resplandeciente.
Padre obrero de las fábricas de la paciencia
padre en cuyos ojos crecen las flores del invierno
en mi retina duerme un millón de cadáveres. Vientres abiertos debajo de la tierra ansiosos de grasa y pan. Y el anhelo de soñar con caballos.
Subo sobre su grupa invisible. No galopo.
De La pecera subterránea (Amargord ediciones, 2011)
viernes, 23 de enero de 2015
Poética
Promiscuo, generoso, como un higo chumbo reventado en el suelo, regalando sus tripas púrpuras a los bichos que pasan.
jueves, 22 de enero de 2015
LA LLUVIA ha terminado.
Nubes
sobre los charcos
alejan su cerveza
hacia el pasado del que hablaba
Borges el ciego.
Cuando me acerco hasta una gota
donde la luz se ha solidificado,
veo el contorno
de mi cabeza negra
cavilando
en que quizá pensar
sea poner fronteras a la muerte.
Ojalá el mundo fuera un sueño.
miércoles, 21 de enero de 2015
De cuando aquellas noches
Dicen tus hoyuelos que no hay besos olvidados,
tu sonrisa miente,
pero miente despacio y es balsámica y sanadora,
convierte la noche áspera en una escalera elíptica
de escalones innumerables, marea arquimediana.
Pero entonces, sobre tus manos,
sabes como hacerme deshojar el corazón
vertiendo cada pétalo como un licor de amapolas hasta llenar la copa.
Te miro y se me antoja inédito el gesto de tus labios enjuagados,
inédita, también, la timidez de tus mejillas, el color de tus pupilas.
Pero esta noche es solemne y no entiende de conjuras,
a pesar del frío que producen dos agotadas caricias de mármol.
Quizá, tras el sendero de los años,
si acaso recordaremos, sobre el suelo, nuestras ropas
y éstas conserven la quietud y la nostalgia de las ruinas clásicas
martes, 20 de enero de 2015
El hombre que me muerde
El hombre que me muerde
no muerde en mí la carne, el pecho, el labio.
El hombre que me muerde
muerde de mí el instante
y sólo permanezco por su boca.
lunes, 19 de enero de 2015
(Contrapuntos…)
A ciertas horas tontas del recuento
siempre le ocurre igual al perdedor:
desprecia el marchitable rostro de los piropos
y esquiva esa dulzura ingrata de los tristes
que sienten compasión y dan consejos.
Amor de pacotilla que abarata
y hace más negro el túnel de la vida.
Lo propio del momento es el sablazo,
esa huida hacia adentro que no comparte nadie
y usar de la baraja a contraluz. Apostar otra vez.
Jugador contumaz. Temerario rival su propio espejo.
Ni siquiera contigo el juego es plenitud,
saludable, ni llegar. Pero el canalla insiste.
domingo, 18 de enero de 2015
EL PASAJERO
A veces, raras veces, siento la fatiga
de una travesía demasiado larga.
Se me cierran los ojos, llego a puerto.
¡Tantos queridos rostros me sonríen!
Es de nuevo la casa de la infancia,
el patio, el río, mi madre que me llama,
el verano en París, el cuarto diminuto
donde por primera vez no estuve solo
y luego, por primera vez, estuve solo.
Cierro los ojos. En la sombra el mundo
y a una nueva luz todas las cosas
que alguna vez amé, que tuve y que perdí.
Todas me esperan al final de todo.
Están muy cerca ya. ¿No se divisa
la tierra firme tras de aquellas nubes?
Miro la lenta estela de mi vida,
incesante se borra frente a mí.
El pasado, el futuro, espuma blanca,
monótona escritura que no acierto
a descifrar. Sueño en llegar a casa,
en acabar un viaje demasiado largo,
sin ilusiones ya, con agua apenas.
Estoy listo, adiós, adiós, la maleta
rebosa de impaciencia y de regalos.
Sueño en los rostros que me aguardan
–¡otra vez juntos tras de tanto tiempo!–
allá, en el puerto, bajo la tierra leve.
sábado, 17 de enero de 2015
Tripudio profano
Dibujo ondas en un papel
cuando quiero pensarte escrito,
no sé a qué atribuir
ese matiz inconsciente.
Me pregunto si se asemejan
a tu desnudez
y a lo que haría yo
en esa circunstancia.
viernes, 16 de enero de 2015
De “Antología de Drik River”
El futuro es incierto y quién sabe
si el misterio se impondrá a los prejuicios
queda claro que en Drink River
se emborracha cada noche un escéptico
que morirá asesinado o no
y es más eso no importa
lo que importa es que aquí se detenga la corriente
que riega campos de golf y deseca ciénagas
que el agua es vida y la vida
es de todos patrimonio
la niña es un afluente que nos llama
y nos dice que la risa y la ternura también sacian
la niña carece de la máscara
y la luz inunda su rostro de un amor indescriptible
ese es el crimen más obsceno de occidente
cegar el manantial en los ojos de los niños
condenarlos en nombre del amor a ser adultos
y exigirles que no abandonen la esperanza
en que es posible mejorar el mundo
predicar que la belleza de la flor es eterna
si resguardas su semilla de la lluvia
y la elevas por encima de la tierra
ese es el crimen más obsceno de occidente
y no importa porque es crimen productivo
jueves, 15 de enero de 2015
HAIKU fotográfico
Aínda non é tempo de paraugas nas papeleiras
nin de tolleitas follas.
É hora de mudar
pelellos vellos
por ouveos
espidos.
miércoles, 14 de enero de 2015
Tardes de calor prehistórico,
Tardes
de calor
prehistórico,
ciénagas criando –
y todos a punto de creer que algo
está a punto de surgir
(y quizás
es sólo que algo se va retirando,
por dejar este espacio).
Desde esa banda de gravilla
donde el mar se intuye
pero aún no es posible
sentirlo
y que la voz no pese,
el ojo
va descendiendo
con los ríos,
hasta llegar aquí,
donde el impulso
se desmenuza en reposo
y hábito
correspondido.
Si la palabra
pregunta
qué somos,
el tacto dirá
gachas,
prendeduras,
trombos,
pero es podre
satisfacción,
inclusa.
de calor
prehistórico,
ciénagas criando –
y todos a punto de creer que algo
está a punto de surgir
(y quizás
es sólo que algo se va retirando,
por dejar este espacio).
Desde esa banda de gravilla
donde el mar se intuye
pero aún no es posible
sentirlo
y que la voz no pese,
el ojo
va descendiendo
con los ríos,
hasta llegar aquí,
donde el impulso
se desmenuza en reposo
y hábito
correspondido.
Si la palabra
pregunta
qué somos,
el tacto dirá
gachas,
prendeduras,
trombos,
pero es podre
satisfacción,
inclusa.
martes, 13 de enero de 2015
En números rojos cosechar mandrágora
En números rojos
cosechar mandrágora
y pescar pulpos en las rocas negras de la bajamar,
en números rojos
contar estrellas en la mia capanetta,
y si hay que amar, en la rendición total,
y si hay que hablar, sólo verdad o locura.
No hace falta haber matado o robado para empezar de nuevo,
báñate desnudo en el turquesa lechoso,
y si la vas a desenterrar, haz un círculo grande primero,
no le vayas a cortar sus largos brazos,
las flores moradas, te las comes o las entierras con cuidado,
dos cangrejos dan sabor a una olla de arroz,
y en números rojos grita conmigo:
¿Dónde están los dueños de la tierra?
¿Dónde los límites y las vallas?
En números rojos
veo los pueblos de África, allí darían su vida por estar aquí,
y la dan, y la dan, y yo en números rojos
juego con las zodiacs hechas jirones,
y con esa patera azul que parece hecha con cajas de tomates,
cosechar mandrágora, cosechar mandrágora...
y la arena es cous-cous,
planetas sin número,
stultifera navis en la orilla prometida.
De "Las aventuras de Imperio Sevilla"(Baile del Sol, 2007)
lunes, 12 de enero de 2015
Jacinto en el alba
Verde y pequeño, entre espadas,
jacinto, tu flor abrasa.
Mis pies van buscando tierra.
Todo el jardín es estrella
de la noche, en que la hoguera
de tu flor tierna naufraga.
Que, aunque pequeña, entre espadas,
jacinto, tu flor abrasa.
Yo estoy, como tú, cautivo
de aroma. Tu aroma sigo...
Y, como tú, en él me olvido,
humilde marfil en llamas...
Que, aunque pequeño, entre espadas,
jacinto, tu flor abrasa.
Diminuto, en ti me quedo
temblando, en el blando fuego
que, en invertidos luceros,
de tu corola derramas.
Que, aunque pequeña, entre espadas,
jacinto, tu flor abrasa.
Como tú, al nacer, no olvidas
el suelo y hasta él inclinas
tu olor y nieve, fl or cándida,
en él mi desmayo salvas.
Y aunque pequeña, entre espadas,
jacinto, tu flor abrasa.
Y, en ti, contigo, hallo tierra.
Y de nuevo en la alameda
la estrella luce entreabierta
mientras el surtidor canta:
–Verde y pequeño, entre espadas,
jacinto, tu flor abrasa
domingo, 11 de enero de 2015
Suceso en la orilla del mar
Suceso en la orilla del mar
¿Han observado la mirada de la ballena varada en la orilla del mar?
No suplica ayuda ni clama salvación
Los humanos, tan solidarios, se unen para devolver al gigante
Esperan mantenerlo con vida hasta la nueva marea
Se equivocan
No entienden la condición
Ojos húmedos clavados en el cielo
El océano restante por surcar
sábado, 10 de enero de 2015
Lágrimas que dejé tras la montaña
Ojos que no veré sino en la muerte.
A través del adiós, ¿quién me acompaña
Si mis ojos que ven no pueden verte?
Lágrimas y ojos que estarán mañana
Tan atrás del ayer.
Aquí, donde no se abre la ventana:
Aquí la tierra mana
Lágrimas y ojos que no te han de ver
viernes, 9 de enero de 2015
La sangre de Noviembre 86
La playa era un erial
de arena negra y mojada.
Era una playa desierta,
era una playa lejana,
pedregosa, gris, oscura,
sola y sucia, como el alma.
jueves, 8 de enero de 2015
Coloca una planta cactácea
Coloca una planta cactácea
a un lado del ordenador. El papel secante
absorbe radiaciones. Con el paso de las mañanas
come el silencio e irradia perfiles de espinas
poco a poco, al picar el teclado,
nace en su carne un falso esqueje».
miércoles, 7 de enero de 2015
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