domingo, 18 de octubre de 2015

Mar gruesa






Todo el país cubierto,
brumas al norte, en las profundidades.
Algún vistazo al norte
en la montaña, al mediodía.
Lluvias en el litoral. En el corazón,
como siempre, mar gruesa.

sábado, 17 de octubre de 2015

El mar llega a mis ojos consolándolos,





El mar llega a mis ojos consolándolos,
pues él me está diciendo que no todo es dolor,

que aquí el mundo aun alienta.

viernes, 16 de octubre de 2015

Poema revolución árabe




Tirano opresivo,
Amante de la oscuridad, enemigo de la vida.
Has ridiculizado los suspiros de la gente débil.
Tu palma está empapada con su sangre.
Deformaste la magia de la existencia
Y plantaste las semillas del dolor en los campos.
Espera. No te dejes engañar por la primavera.
La claridad del cielo o la luz del alba.
ya que en el horizonte
yace el horror de la oscuridad,
el estruendo de la tormenta
y el temible ulular del viento.

Cuidado porque debajo de las cenizas hay fuego.
Y el que hace crecer espinas, come heridas.
Busca allí, he cosechado las cabezas de la humanidad y las flores de la esperanza
Y he regado el corazón de la tierra con sangre
Y la empapé de lágrimas hasta que se quedó ahíta.
El río de sangre te barrerá
Y la ardiente tormenta te devorará.

jueves, 15 de octubre de 2015

Tarde cenicienta y mustia







Es una tarde cenicienta y mustia,
destartalada, como el alma mía;
y es esta vieja angustia
que habita mi usual hipocondría.

La causa de esta angustia no consigo
ni vagamente comprender siquiera;
pero recuerdo y, recordando, digo:
–Sí, yo era niño, y tú, mi compañera.

Y no es verdad, dolor, yo te conozco,
tú eres nostalgia de la vida buena
y soledad de corazón sombrío,
de barco sin naufragio y sin estrella.

Como perro olvidado que no tiene
huella ni olfato y yerra
por los caminos, sin camino, como
el niño que en la noche de una fiesta
se pierde entre el gentío
y el aire polvoriento y las candelas
chispeantes, atónito, y asombra
su corazón de música y de pena,
así voy yo, borracho melancólico,
guitarrista lunático, poeta,
y pobre hombre en sueños,
siempre buscando a Dios entre la niebla.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Volver a hacer el mundo





Para aquel que no quiere ver
Que las dictaduras, los vértigos, las doctrinas,
Las drogas,
Las orquestas, las herejías, los horizontes
Están cuestionados.
No habría que confundir
El sistema de alcantarillado y el motocultivo
Con el paraíso.
Algunos han resbalado sobre esta viscosa palabra: lujo
Y se han matado.
Hemos advertido el fallecimiento
De un gran número de comerciantes franceses
Que habían querido dejar de pertenecer a
Órdenes contemplativas.
Un ministro negro inaugura el osario:
Con un arrebato cabruno.
Cogió por la cintura a la cantante subvencionada
Que recitaba la oda fúnebre
En un vestido de pana naranja
Con encajes de Irlanda en las mangas,
Y el himno a la producción se le quedó en la garganta.
El combate entre gordos y flacos terminó.
Las masacres entre flacos empiezan.
Un jugador de golf no produce calorías.
Si hay que quitar refinamientos
No se perderá gran cosa.
Muchedumbres cargadas de odio
Paciendo la desconfianza en los pastos de asfalto
Vacilan a la hora de las bebidas heladas,
Sobre un mundo anémico por sangrientas locuras.
Escalas pobres, catálogos de sensualidad,
Ninguna evasión por este lado.
Sin arriesgar encantamientos
Podemos hacer el peritaje de nuestro corazón:
El peso del mundo está mal repartido,
Hay que volver a empezar desde cero,
Hay que volver a empezar desde el nivel de la tierra
Y del mar.
Prestad vuestra ayuda a una obra de caridad:
Hay que volver a hacer el mundo.

martes, 13 de octubre de 2015

Volga




Aunque estés lejos, te contemplo.
Aunque estés lejos, te entregas a mí
En un presente que nada puede destruir.
Rodeas mi vida, eres mi paisaje.
Me envuelves una y otra vez con tu risueña grandeza.
El sol despunta sobre tus altas iglesias,
Asciende sobre tus orillas amplias, infinitas,
Ilumina tus bosques cada mañana.
Cuando vuelva a oscurecer,
El cielo de junio iluminará la noche;
Cuando llegue la madrugada, el agudo graznido
De las gaviotas atravesará la niebla que cubre tus olas…
¡Aunque no hubiera reposado en tus orillas,
No habría dejado de conocer tu grandeza,
Porque la marea de mis sueños
Me lleva hasta tus enormes soledades!

lunes, 12 de octubre de 2015

EL CURA VERDUGO DE OCAÑA







Muy de mañana, aún de noche,
Antes de tocar diana,
Como presagio funesto
Cruzó el patio la sotana.
¡Más negro, más, que la noche
Menos negro que su alma
El cura verdugo de Ocaña!
Llegó al pabellón de celdas,
Allí oímos sus pisadas
Y los cerrojos lanzaron
Agudos gritos de alarma.
“¡Valor, hijos míos,
que así Dios lo manda!”
Cobarde y cínico al tiempo
Tras los civiles se guarda,
¡Más negro, más, que la noche
Menos negro que su alma
El cura verdugo de Ocaña!
Los civiles temblorosos
Les ataron por la espalda
Para no ver aquellos ojos
Que mordían, que abrasaban.
Camino de Yepes van,
Gigantes de un pueblo heroico,
Camino de Yepes van.
Su vida ofrendan a España,
Una canción en los labios
Con la que besan la Patria.
El cura marcha detrás,
Ensuciando la mañana.
¡Más negro, más, que la noche
Menos negro que su alma
El cura verdugo de Ocaña!
Diecisiete disparos
Taladraron la mañana
Y fueron en nuestros pechos
Otras tantas puñaladas.
Los pájaros lugareños
Que sus plumas alisaban,
Se escondieron en los nidos
Suspendiendo su alborada.
La Luna lo veía y se tapaba
Por no fijar su mirada
En el libro, en la cruz
Y en la “star” ya descargada.
¡Más negro, más, que la noche
Menos negro que su alma
El cura verdugo de Ocaña!

domingo, 11 de octubre de 2015

El lagarto está llorando.





El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.
El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.
Han perdido sin querer
su anillo de desposados.
¡Ay, su anillito de plomo,
ay, su anillito plomado!
Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.
El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.
¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!
¡Ay, cómo lloran y lloran,
¡ay! ¡ay! cómo están llorando!

sábado, 10 de octubre de 2015

A veces





Escribir un poema se parece a un orgasmo:
mancha la tinta tanto como el semen,
empreña también más en ocasiones.
Tardes hay, sin embargo,
en las que manoseo las palabras,
muerdo sus senos y sus piernas ágiles,
les levanto las faldas con mis dedos,
las miro desde abajo,
les hago lo de siempre
y, pese a todo, ved:
¡no pasa nada!
Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo:
“Lo digo y no me corro”.
Pero él disimulaba

viernes, 9 de octubre de 2015

Que lástima





¡Que lástima
que yo no pueda cantar a la usanza
de este tiempo lo mismo que los poetas de hoy cantan!
¡Que lástima
que yo no pueda entonar con una voz engolada
esas brillantes romanzas
a las glorias de la patria!
¡Que lástima
que yo no tenga una patria!
Sé que la historia es la misma, la misma siempre, que pasa
desde una tierra a otra tierra, desde una raza
a otra raza,
como pasan
esas tormentas de estío desde esta a aquella comarca.
¡Que lástima
que yo no tenga comarca,
patria chica, tierra provinciana!
Debí nacer en la entraña
de la estepa castellana
y fui a nacer en un pueblo del que no recuerdo nada:
pase los dias azules de mi infancia en Salamanca,
y mi juventud, una juventud sombria, en la Montaña.
despues… ya no he vuelto a echar el ancla,
y ninguna de estas tierras me levanta
ni me exalta
para poder cantar siempre en la misma tonada
al mismo rio que pasa
rodando las mismas aguas,
al mismo cielo, al mismo campo y en la misma casa.
¡Que lástima que yo no tenga una casa!
Una casa solariega y blasonada,
una casa
en que guardara.
a mas de otras cosas raras,
un sillon viejo de cuero, una mesa apolillada
y el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla.
¡Que lastima
que yo no tenga un abuelo que ganara
una batalla,
retratado con una mano cruzada
en el pecho, y la otra mano en el puño de la espada!
Y, ¡que lastima
que yo no tenga siquiera una espada!
Porque…, ¿que voy a cantar si no tengo ni una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla,
ni un sillon viejo de cuero, ni una mesa, ni una espada?
!Que voy a cantar si soy un paria que apenas tiene una capa!
Sin embargo…
en esta tierra de España
y en un pueblo de la Alcarria
hay una casa
en la que estoy de posada
y donde tengo, prestadas,
una mesa de pino y una silla de paja.
Un libro tengo tambien. Y todo mi ajuar se halla
en una sala
muy amplia
y muy blanca
que esta en la parte mas baja
y mas fresca de la casa.
Tiene una luz muy clara
esta sala
tan amplia
y tan blanca…
Una luz muy clara
que entra por una ventana
que da a una calle muy ancha.
Y a la luz de esta ventana
vengo todas las mañanas.
Aqui me siento sobre mi silla de paja
y venzo las horas largas
leyendo en mi libro y viendo cómo pasa
la gente al traves de la ventana.
Cosas de poca importancia
parecen un libro y el cristal de una ventana
en un pueblo de la Alcarria,
y, sin embargo, le basta
para sentir todo el ritmo de la vida a mi alma.
Que todo el ritmo del mundo por estos cristales pasa
cuando pasan
ese pastor que va detras de las cabras
con una enorme cayada,
esa mujer agobiada
con una carga de leña en la espalda,
esos mendigos que vienen arrastrando sus miserias de Pastrana
y esa niña que va a la escuela de tan mala gana.
!Oh, esa niña! Hace un alto en mi ventana
siempre y se queda a los cristales pegada
como si fuera una estampa.
!Que gracia
tiene su cara
en el cristal aplastada
con la barbilla sumida y la naricilla chata¡
Yo me rio mucho mirandola
y la digo que es una niña muy guapa…
Ella entonces me llama ¡tonto!. y se marcha.
¡Pobre niña! Ya no pasa
por esta calle tan ancha
caminando hacia la escuela de muy mala gana,
ni se para
en mi ventana,
ni se queda a los cristales pegada
como si fuera una estampa.
Que un dia se puso mala,
muy mala
y otro dia doblaron por ella a muerto las campanas.
Y en una tarde muy clara,
por esta calle tan ancha,
al traves de la ventana,
vi como se la llevaban
en una caja muy blanca…
En una caja
muy blanca
que tenia un cristalito en la tapa.
Por aquel cristal se la veia la cara
lo mismo que cuando estaba
pegadita al cristal de mi ventana…
Al cristal de esta ventana
que ahora me recuerda slempre el cristalito de
tan blanca.
Todo el ritmo de la vida pasa
por este cristal de mi ventana…
Y la muerte tambien pasa!
!Que lástima
que no pudiendo cantar otras hazañas,
porque no tengo una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla
ni un sillón viejo de cuero, ni una mesa, ni una espada,
y soy un paria
que apenas tiene una capa…
venga, forzado, a cantar cosas de poca importancia!

jueves, 8 de octubre de 2015

A Aristómenes de Egina, vencedor en la palestra







(…) Pero los éxitos no dependen de los hombres; la divinidad los da,
lanzando unas veces a uno a lo alto, y aplastando a otro.
Avanza con mesura. Tienes el premio ganado en Mégara,
y el del valle de Maratón, y en el certamen local de Hera
tres victorias, Aristómenes, conquistaste tu empeño. 

Sobre cuatro adversarios arremetiste
desde lo alto, planeando su daño.
Para ellos no se decidió de igual modo que para ti
en Delfos un regreso jubiloso,
ni al llegar de vuelta junto a su madre una suave sonrisa
suscitó el regocijo. Por las callejuelas,
a escondidas de sus enemigos
se deslizan temerosos, desgarrados por su fracaso.
pero quien ha obtenido algún reciente triunfo
muy airoso se eleva
impulsado por su gran esperanza
sobre los alados poderes de su hombría,
y tiene una meta superior a la riqueza.
En breve espacio crece la dicha de los mortales. E igual
de pronto cae por tierra, zarandeada por un designio ineluctable.
¡Seres de un día! ¿Qué es uno? ¿Qué no es? (…)

miércoles, 7 de octubre de 2015

Caldero roto






Pero la vida es un hábito
de hastíos y renuncias.
Y a fin de cuentas, la belleza
más deslumbrante acaba siendo,
tarde o temprano, un caldero roto
despreciado por cíngaros y grajos.

martes, 6 de octubre de 2015

LA COPA





¡Provenzales, mirad la copa
Que nos viene de los catalanes:
Por turno bebamos juntos el vino de nuestras viñas!
¡Copa santa y desbordante,
Derrama hasta el borde
Derrama a chorros
Los entusiasmos y la energía de los fuertes!
Copa santa…
De una raza que renace
Somos quizá el primer brote;
Somos quizá de la patria
Los pilares y los jefes.
Copa santa…
Derrámanos las esperanzas
Y los sueños de los jóvenes,
Del pasado los recuerdos
Y del futuro la fe.
Copa santa…
Derrámanos el conocimiento
De lo Verdadero y lo bello,
Y las grandes alegrías
Que se ríen de la tumba.
Copa santa…
Derrámanos la Poesía
Para cantar todo lo que vive,
Pues es ella la ambrosía
Que al hombre en dios convierte.
Copa santa…
¡Por la gloria de la tierra
Vosotros, por fin, ser cómplices,
Catalanes alejados, oh hermanos,

Comulguemos todos juntos!

lunes, 5 de octubre de 2015

Juventud sin valores





Los desastres dimanados de esta fuente
fluyeron hasta la patria y el pueblo:
la muchacha precoz gusta de aprender danzas jónicas
y, ya desde ahora, se acicala con artificio
y piensa desde su infancia, en impúdicos amores;
luego, busca amantes más jóvenes
durante los convites del marido,
y, marchitos ya sus encantos, no elige
a quien, a escondidas, pueda otorgar prohibidos placeres,
sino que, obediente, a la vista de todos, se levanta
no sin que el marido lo sepa,
ya le llame un mercader,
ya el capitán de una nao española
comprador a buen precio de su deshonra.
Una juventud no nacida de estos padres
colmó el mar de sangre púnica
y destrozó a Pirro y al gran Antíoco y al feroz Aníbal;
era la viril descendencia de rústicos soldados
experta en trabajar la tierra con azadas sabinas
y en trasportar maderos,
cortados a gusto de sus rígidas madres,
cuando el sol desplaza las sombras de los montes;
y quitaban el yugo a los cansados bueyes,
pasando sus ratos libres en su viajero carro.
¿Qué no deteriora el funesto paso del tiempo?
La edad de nuestros padres, peor que la de nuestros abuelos,
nos trajo a nosotros, todavía peores,
que luego engendraremos
unos hijos aún más corrompidos.

domingo, 4 de octubre de 2015

Antepasados





Los míos no dejaron documentos.
Nada se sabe de ellos, más allá
De algunas conjeturas. Fueron pobres,
Nunca hicieron preguntas, aceptaron
Todo cuanto el buen Dios les destinó.
Comieron, engendraron y murieron
Sin orgullo y sin odio, jubilosos
Si llegaban a viejos, y afligidos
Si debían marcharse antes de hora.
En catalán se amaron e insultaron,
Y en catalán se despidieron de este mundo,
Y me siento un traidor al evocarlos
En una lengua que ellos no entendían.
Dejaron pocas fotos, escasas posesiones,
Ningún escudo heráldico. Fueron campesinos,
Cocheros, empleados, cocineros:
Gente sin importancia que no ensució la Historia
Porque la Historia, por suerte, no se acordó de ellos.
Si protestaron, siempre fue en voz baja.
Los oyeron sus hijos, sus mujeres, sus amos,
Pero nunca el buen Dios, duro de oído.
Y ahora están mezclados con la tierra
Y forman el paisaje de un suburbio.
Son esquinas, colmados, adoquines
Y cafés llenos de humo. Son caballos
Rodeados de tábanos. Son tapias.
Son plazuelas desiertas con farolas,
Tal vez cascotes, grúas, barro. Sé
Que nadie los reclama ni recuerda.
Con ellos no fue próspera esta isla,
Ni tampoco más pobre. Nada deben.
Nada importante hicieron o dejaron.
Ni siquiera yo sé cuál es su historia,
Y aunque la conociera, también sería inútil.
¿Quién podrá redimirlos, devolviéndoles
Todo cuanto les fuera arrebatado?
De nada servirán estas palabras.
Irán, como las vidas de los míos,
Como su amor y su fe, su alegría
Y su temor, a perderse muy pronto
En esta oscuridad que nos envuelve.

sábado, 3 de octubre de 2015

Presencia del mar II





Es la imagen de un mar en lejanía
la primera que vive en la memoria
unida a la quietud de la enramada
en los días de agosto.

Era un mar parcelario, entre las lomas,
como senos cuajados de olivares,
contemplaba el edén de nuestro mundo
alzando su presencia.

De aquel mar silencioso y alejado
nunca se oyó la voz, sólo en la noche
el zumbar de los barcos de traíñas
remontando cañadas.

viernes, 2 de octubre de 2015

Sonetos certeros




No hay Ducati en esta recta de la vida que te
pueda superar en tu carrera. Desde el día que
tomaste la salida, ya se vieron
en este circuito tus maneras.

jueves, 1 de octubre de 2015

Proverbios y Cantares


                

               X

La envidia de la virtud
hizo a Caín criminal.
¡Gloria a Caín! Hoy el vicio
es lo que se envidia más.