jueves, 5 de noviembre de 2015

Esperando la mano de nieve




No escuches el ruido mentiroso
De un mundo estrepitoso y palabrero. 

Escucha en el silencio de tu alma
Tu corazón, que también es silencio.
Vienes de un mundo de mortal memoria
Y vas a otro de inmortal olvido.
Entre los dos no sabes en cuál vives
Ni quién eres tú mismo.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Fonemorama




Si canto soy un cantueso
Si leo soy un león
Si emano soy una mano
Si amo soy un amasijo
Si lucho soy un serrucho
Si como soy como soy
Si río soy un río de risa
Si duermo enfermo de dormir
Si fumo me fumo hasta el humo
Si hablo me escucha el diablo
Si miento invento una verdad
Si me hundo me Carlos Edmundo

martes, 3 de noviembre de 2015

Don Cogito lee el periódico





En primera página
la noticia de la matanza de 120 soldados
la guerra ya duraba mucho
uno puede acostumbrarse
justo al lado información
de un crimen espectacular
con el retrato del asesino
la mirada de Don Cógito
salta indiferente
la hecatombe de los soldados
para sumergirse con deleite
en la descripción del espanto cotidiano
un agricultor de unos treinta años
en una depresión nerviosa
mató a su mujer
y a sus dos pequeñuelos
con precisión se describen
la ejecución del crimen
la posición de los cuerpos
y otros detalles
a los 120 caídos
inútil es buscar en un mapa
la excesiva lejanía
los oculta como una jungla
no estimulan la imaginación
son demasiados
la cifra cero al final
los transforma en una abstracción
un tema para meditar:
la aritmética de la compasión.

lunes, 2 de noviembre de 2015

VOY A ESCRIBIR UN LIBRO






Voy a escribir un libro que hable de las (poquísimas)
mujeres de mi vida. De mi primera novia,
me enseñó el amor y las puertas secretas
del cielo y del infierno; de Isabel, que se fue
al país de los sueños con el pequeño Nemo,
porque aquí lo pasaba fatal; de Margarita,
recordando unos jeans blancos y unos lunares
estratégicamente dispuestos; de Ginebra,
que le dejó a Lanzarote plantado por mi culpa
y fundó una familia respetable a mi costa;
de Susana, que sigue tan guapa como entonces;
de Macarena, un dulce que me amargó la vida
dos veranos enteros; de Carmen, que era bruja
y veía el futuro con ojos de muchacho;
de la red que guardaba los cabellos de Paula
cuando me enamoré de su melancolía;
de Arancha, de Paloma, de Marta y de Teresa;
de sus besos, que izaron la bandera del triunfo
sobre la negra muerte, y también de su helado
desdén, que recluyó tantas veces mi espíritu
en la triste mazmorra de la desesperanza.
Voy a escribir un libro que hable de las mujeres
que han escrito mi vida.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Canción



Canción
“Llueve en este poema”
Eduardo Carranza.
Llueve. La tarde es una
hoja de niebla. Llueve.
La tarde está mojada
de tu misma tristeza.
A veces viene el aire
con su canción. A veces…
Siento el alma apretada
contra tu voz ausente.
Llueve. Y estoy pensando
en ti. Y estoy soñando.
Nadie vendrá esta tarde
a mi dolor cerrado.
Nadie. Solo tu ausencia
que me duele en las horas.
Mañana tu presencia regresará en la rosa.
Yo pienso —cae la lluvia—
nunca como las frutas.
Niña como las frutas,
grata como una fiesta
hoy esta atardeciendo
tu nombre en mi poema.
A veces viene el agua
a mirar la ventana
Y tú no estás
A veces te presiento cercana.
Humildemente vuelve
tu despedida triste.
Humildemente y todo
humilde: los jazmines
los rosales del huerto
y mi llanto en declive.
Oh, corazón ausente:
qué grande es ser humilde!
31 de diciembre de 1944

sábado, 31 de octubre de 2015

(“Nuevas promociones”, II)



Escupía mis clases —muy poquitas por suerte—
y después a vivir. ¡Tarará, tararí!
(“Nuevas promociones”, II)

viernes, 30 de octubre de 2015

Quietud,...



Quietud, pereza, languidez, sosiego…
un sol desencajado el suelo dora,
y a su valiente luz deslumbradora
que le ha dejado fascinado y ciego.

El mar latino, y andaluz, y griego,
suspira dejos de cadencia mora,
y la jarra gentil que perlas llora
se columpia en la siesta de oro y fuego.

Al rojo blanco la ciudad llamea;
ni una brisa los árboles cimbrea,
arrancándoles lentas melodías.


Y sobre el tono de ascuas del ambiente,
frescas cubren su carmín rïente
en sus rasgadas bocas las sandías.

jueves, 29 de octubre de 2015

LLEGADA





EN una rosa está tu lecho, amada. A ti misma
(yo, ay, nadador contra la corriente de aroma)
te he perdido. Así como ante el umbral de la vida
son tres por tres (de fuera no contables) los meses,
así hacia dentro vertido seré. De pronto,
dos mil años antes de la criatura aquella
que saboreamos cuando el contacto se inicia,
súbitamente, frente a ti, naceré a tus ojos.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Meditaciones rurales





...Todo llega y todo pasa.
Nada eterno:
ni gobierno
que perdure,
ni mal que cien años dure.

- Tras estos tiempos vendrán
otros tiempos y otros y otros,
y lo mismo que nosotros,
otros se jorobarán.

martes, 27 de octubre de 2015

La Diosa Blanca




El clima del pensamiento pocas veces se ha descrito.
No es el terror de la escarcha caucasiana,
ni ese cavilante calor hindú
para el que un taparrabos y un plato de arroz
alcanza hasta que llega el pestilente monzón.
Pero, sin invierno, la sangre se adelgazaría;
o, sin verano, los hogares arderían demasiado.
En el pensamiento las estaciones coinciden.
El pensamiento tiene un mar al cual mirar, sin viajar;
colinas para quebrar el borde de un cielo blando,
que no deben escalarse en busca de un paisaje aún más blando,
pocos pájaros, lo bastante para los gusanos
cuyo destino no es volverse mariposas;
pocas mariposas, lo bastante para las flores
que son el lujo de un huerto henchido;
algunas veces, viento, en las chimeneas del atardecer;
lluvia en el techo del alba, en la mirada adormecida;
rayas de nieve en la cumbre de la colina, alimentando
el tierno arroyo a la entrada del valle
que reverdece el valle y parte los labios;
el sol, simple como un vecino del campo;
la luna, grandiosa, sin nubes que la adornen

lunes, 26 de octubre de 2015

Melancolía del desaparecer




Y pensar que, después que yo me muera,
aún surgirán mañanas luminosas;
que, bajo un cielo azul, la primavera,
indiferente a mi mansión postrera,
encarnará en la seda de las rosas.
Y pensar que desnuda, azul, lasciva,
sobre mis huesos danzará la vida,
y que habrá nuevos cielos de escarlata
bañados por la luz del sol poniente,
y noches llenas de aquella luz de plata
que inundaron mi vieja sementera
cuando aun cantaba Dios bajo mi frente.

Y pensar que no puedo, en mi egoísmo,
llevarme al sol ni al cielo en mi mortaja;
que he de marchar yo solo hacia el abismo,
y que la Luna brillará lo mismo
y que ya no la veré desde mi caja.

domingo, 25 de octubre de 2015

En tus mejores años





Cuando te veo ahora en tus mejores años
con toda la belleza de una copa de vino,
brillándote en los ojos el deseo y las noches
estrelladas de agosto, imagino ese invierno
en que, vieja y cansada, te entregues al recuerdo.

He querido llegar antes que tú a ese día.
Y revivir los tiempos en que tú levantaste
de esta ruina una casa, plantaste en ella higueras,
y alimentaste fuegos que a todos nos hicieron
imaginar una vida muy lejos de los muertos.

Ya ves que ahora han llegado, siniestros, silenciosos.
Por eso tu poeta ha venido contigo
a recorrer de nuevo nuestras amadas ruinas,
si ayer fue tu risa, hoy será tu silencio,

cuando, vieja y cansada, de nada sirve el sueño.

sábado, 24 de octubre de 2015

Dieppe






Qué haría yo sin este mundo sin rostro sin preguntas
En el que estar no dura sino instantes en el que cada instante
Se vierte en el vacío olvidando haber sido
Sin esta onda en la que al fin
Cuerpo y sombra se sumergen juntos
Qué haría sin el silencio fosa de los murmullos
Jadeando furioso hacia el socorro y el amor
Sin este cielo que se eleva 

Sobre el polvo de grava
Qué haría yo yo haría como ayer como hoy
Mirando por mi tragaluz si no estoy solo
Errando y dando vueltas lejos de toda vida
En un títere espacio
Sin voz entre las voces
Encerradas conmigo.

viernes, 23 de octubre de 2015

...Aquel otro hombre








...
Aquel otro hombre en quien soñé
Patán jactancioso y borracho
Y sin embargo le aludo en la canción;
También él abandonó su papel
En la comedia fortuita;
También él ha sido transformado a su vez,
Mudado radicalmente:
Ha nacido una terrible belleza

miércoles, 21 de octubre de 2015

Pensamientos nocturnos






En ideas amargas, destructoras
De esa tranquilidad que deseamos
Por el postigo obscuro, puerta falsa
De los tiempos que atrás hemos dejado
Cautamente se entra, y prevalido
De la quietud nocturna, a lentos pasos,
Como asesino que a la luz se ofusca,
Domestico ladrón intimidado,
Las estancias discurre que vacías
En busca de placeres que pasaron:
En busca de desdichas propiamente
El tiempo de la noches ha malgastado:
Y ¿qué encontró?… un desierto… un numeroso
Concurso de fantasmas que formaron
Pasadas alegrías… ¡Como lloro
esas grandezas de mi antiguo estado!
¡Como lamento el colmo de placeres
Que en mejor tiempo me lisonjearon!
Tiemblo de haber amado aquellas distracciones.

martes, 20 de octubre de 2015

Un soneto antielectoral





El circo electoral ha comenzado.
Hay títeres, payasos, marionetas,
Bufones de la Corte del pasado
Y artistas en el cambio de chaqueta.
Es época de mítines y fotos;
Al menos mientras dure la campaña,
Que luego, cuando ya se emita el voto,
Saldrán a relucir esas patrañas.
Hay poco domador y mucha fiera,
Y fieras que resultan indomables.
Algún funambulista, que aunque quiera,
Su arte no resulta practicable.
Hoy día no es el circo lo que era,
Pues ya ni se respeta al respetable.

lunes, 19 de octubre de 2015

Goya (El sueño de la razón produce monstruos)






Huye de las celadas de la mente.
Ay de aquel que perdido en laberintos
de su aliento a caducas reflexiones
y pábulo a los monstruos engendrados
por sueños de razón.

Mata el empeño ciego por indagar la sombra,
o ver ascua de nieve en medio de la noche.
Bástete con la muda presencia de lo oscuro
velando tu mirada.

Por lo demás, qué importa
si es la vida quien cruza los umbrales del tiempo
o está inmóvil la vida y el tiempo la traspasa.

La luz de amanecida, que ignora estos asuntos,
no olvida, en cambio, su costumbre, y filtra
su viva impertinencia por entre la persiana.

Así, el tiempo y la vida, de la mano
-con desprecio por todos tus terrores-,
se aprestan a ofrecer un nuevo día:
otro umbral u otra espada entre la niebla.