miércoles, 18 de noviembre de 2015

El embargo




Señol jues, pasi usté más alanti
y que entrin tos esos,
no le dé a usté ansia
no le dé a usté mieo…
Si venís antiayel a afligila 

sos tumbo a la puerta. ¡Pero ya s’ha muerto!
¡Embargal, embargal los avíos,
que aquí no hay dinero: 

lo he gastao en comías pa ella 

y en boticas que no le sirvieron; 

y eso que me quea, 

porque no me dio tiempo a vendello,
ya me está sobrando, 

ya me está gediendo!
Embargal esi sacho de pico, 

y esas jocis clavás en el techo, 

y esa segureja 

y ese cacho e liendro…
¡Jerramientas, que no quedi una! 

¿Ya pa qué las quiero? 

Si tuviá que ganalo pa ella, 

¡cualisquiá me quitaba a mí eso! 

Pero ya no quio vel esi sacho, 

ni esas jocis clavás en el techo,
ni esa segureja
ni ese cacho e liendro…
¡Pero a vel, señol jues: cuidaíto
si alguno de ésos 

es osao de tocali a esa cama
ondi ella s’ha muerto: 

la camita ondi yo la he querío 

cuando dambos estábamos güenos; 

la camita ondi yo la he cuidiau, 

la camita ondi estuvo su cuerpo
cuatro mesis vivo 

y una nochi muerto!
¡Señol jues: que nenguno sea osao 

de tocali a esa cama ni un pelo,
porque aquí lo jinco
delanti usté mesmo!
Lleváisoslo todu, 

todu, menus eso, 

que esas mantas tienin 

suol de su cuerpo… 

¡y me güelin, me güelin a ella
ca ves que las güelo!…

martes, 17 de noviembre de 2015

Los heraldos negros





Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… Yo no sé!
Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema
Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!

lunes, 16 de noviembre de 2015

Si el hombre pudiera decir lo que ama,




Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.
Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

domingo, 15 de noviembre de 2015

BALADA DE UN DOMINGO DE MI INFANCIA





BALADA DE UN DOMINGO DE MI INFANCIA

Mañana el maestro dará prueba escrita
(Mi infancia no tuvo sino días malos).
Sentada en un banco mi infancia recita:
Colón ha partido del Puerto de Palos.


Es día domingo. Llovizna. Hace frío…
…el cuarto es muy grande, yo estoy solo en él.
Parece que arrastra en el cuarto sombrío.
Su cola de seda la reina Isabel.


Es día domingo. Con una constancia
que más dolorosa no pudo haber sido,
sentada en un banco, repite mi infancia:
del Puerto de Palos, Colón ha partido.

Las seis de la tarde. Se encienden candelas.
Se cierran las puertas. La casa es distinta…
Dan miedo, dan miedo, las tres carabelas
la Santa María, la Niña y la Pinta.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Planes de edificación




Tan vivo lo recuerdo cual si hoy pasado hubiese,
El día en que en un periódico vi mi primer poema.
En mi cuarto alquilado, yo fumaba tranquilo
Cigarro en mano, en sueños de placidez sumido.
“Haré un castillo aéreo que en todo el norte reluzca,
Dos alas tendrá: grande la una, pequeña la otra.
Habitará la grande un poeta inmortal;
Y en la otra una doncella me servirá la mesa”.
Yo encontraba en mi plan una hermosa armonía;
Lástima que surgieran luego en él contratiempos.
Al madurar su dueño, vio el castillo ridículo:
Chica era el ala grande; la pequeña hizo ruina.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Primavera en Eaton Hastings



(Poema bucólico con intermedios de llanto)



       

                                            VI

Hoy que llevo mis campos en mis ojos
y me basta mirar para verlos crecer
siento vuestra llamada, prados de verde edad,
oigo vuestra palabra, árboles de cien años,
y os busco inútilmente a través de la tarde.
Ni el vuelo de los trinos ni el canto de las ramas
han de romper el duro silencio de mi boca.
Si me quedase inmóvil, como esta buena encina,
vendrían vuestros pájaros a anidar a mi frente,
vendrían vuestras aguas a morder mis raíces
y aún seguiría viendo con su blancura intacta
quién sabe si dormida, la España que he perdido.




Abril-Mayo 1939

Poemas Primavera Eaton Hastings. Poema:


http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1020082083/1020082083_009.pdf

jueves, 12 de noviembre de 2015

Llegará la tarde vacía de azules





Llegará la tarde vacía de azules
anunciando la derrota.
Cuando intuya, amor, el tiempo del dolor
una sombra de mi talla
me cubrirá los pasos y la mirada,
el mineral de las manos.
Cuando llegue el tiempo del desasosiego
y la tarde sea de otro,
en el íntimo silencio del vacío
inventaré un olvido.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Médanos de la mente,




Médanos de la mente,
Formaciones fugaces de la memoria,
Ahogo y mansedumbre…
El látigo del sol
 fustiga las horas.
El tiempo alimenta la eternidad
Y no desmaya en su avance,
Pero el olvido es el río oculto
Donde se lavan los días
Para llegar purificador a la muerte.
Nada dicen los astros.
El augur agoniza de deseo.

martes, 10 de noviembre de 2015

El tiempo que estás perdiendo





El tiempo que estás perdiendo
Lo pierdes porque estás vivo.
Vivir es perder el tiempo.
Los que no pierden el tiempo,
Y es porque ya lo han perdido
Para siempre, son los muertos.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Tu risa






Quítame el pan, si quieres,
...

Mi lucha es dura y vuelvo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.

...

domingo, 8 de noviembre de 2015

No es consuelo




No es consuelo, silencio, no es olvido
lo que busco en tus manos como plumas;
lo que quiero de ti no son las brumas,
sino las certidumbres: lo perdido
con toda su verdad, lo que escondido
hoy descansa en tu seno, las espumas
de mi propio sufrir, y hasta las sumas
de las vidas y muertes que he vivido.
No es tampoco el recuerdo lo que espero
de tus manos delgadas, sino el clima
donde pueda moverme entre mis penas.

No esperar, mas tampoco el desespero.
Hacer, sí, de mí mismo aquella sima
en que pueda habitar como sin venas.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Los abanicos del caudillo.- Poema X




Me dulcifiqué en la divina Grecia
empapándome de las más variadas músicas
y regresé a España con nostalgias de matón de barrio.

Me dulcifiqué en Grecia
y me descubrí más sanguinario
cuanto más avancé en el amor
en el amor con caricias de garfio.

Si os parece contradicción
seguid amando sin tabús
y después bailadme los resultados.

Descubiertos en el amor mis deseos de crimen
hice del lenguaje mi matadero privado.

Y necesito asesinar
porque soy hijo de matarifes con escapulario.
Violo y acuchillo palabras
para resistir la tentación de asesinaros.

Ya sé qué busco envenenando las palabras:
busco la manera impune de reventaros.

viernes, 6 de noviembre de 2015

La mano del pintor




(…) ni sabia, ni brutal, ni pensativa,
ni artesana, ni loca, ni ambiciosa,
ni puede ser sutil ni artificiosa;
la mano del pintor -la decisiva-
ha de ser una mano que se abstiene
-no muda, ni neutral, ni acobardada-,
una mano, vacante, de testigo (…).

jueves, 5 de noviembre de 2015

Esperando la mano de nieve




No escuches el ruido mentiroso
De un mundo estrepitoso y palabrero. 

Escucha en el silencio de tu alma
Tu corazón, que también es silencio.
Vienes de un mundo de mortal memoria
Y vas a otro de inmortal olvido.
Entre los dos no sabes en cuál vives
Ni quién eres tú mismo.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Fonemorama




Si canto soy un cantueso
Si leo soy un león
Si emano soy una mano
Si amo soy un amasijo
Si lucho soy un serrucho
Si como soy como soy
Si río soy un río de risa
Si duermo enfermo de dormir
Si fumo me fumo hasta el humo
Si hablo me escucha el diablo
Si miento invento una verdad
Si me hundo me Carlos Edmundo

martes, 3 de noviembre de 2015

Don Cogito lee el periódico





En primera página
la noticia de la matanza de 120 soldados
la guerra ya duraba mucho
uno puede acostumbrarse
justo al lado información
de un crimen espectacular
con el retrato del asesino
la mirada de Don Cógito
salta indiferente
la hecatombe de los soldados
para sumergirse con deleite
en la descripción del espanto cotidiano
un agricultor de unos treinta años
en una depresión nerviosa
mató a su mujer
y a sus dos pequeñuelos
con precisión se describen
la ejecución del crimen
la posición de los cuerpos
y otros detalles
a los 120 caídos
inútil es buscar en un mapa
la excesiva lejanía
los oculta como una jungla
no estimulan la imaginación
son demasiados
la cifra cero al final
los transforma en una abstracción
un tema para meditar:
la aritmética de la compasión.

lunes, 2 de noviembre de 2015

VOY A ESCRIBIR UN LIBRO






Voy a escribir un libro que hable de las (poquísimas)
mujeres de mi vida. De mi primera novia,
me enseñó el amor y las puertas secretas
del cielo y del infierno; de Isabel, que se fue
al país de los sueños con el pequeño Nemo,
porque aquí lo pasaba fatal; de Margarita,
recordando unos jeans blancos y unos lunares
estratégicamente dispuestos; de Ginebra,
que le dejó a Lanzarote plantado por mi culpa
y fundó una familia respetable a mi costa;
de Susana, que sigue tan guapa como entonces;
de Macarena, un dulce que me amargó la vida
dos veranos enteros; de Carmen, que era bruja
y veía el futuro con ojos de muchacho;
de la red que guardaba los cabellos de Paula
cuando me enamoré de su melancolía;
de Arancha, de Paloma, de Marta y de Teresa;
de sus besos, que izaron la bandera del triunfo
sobre la negra muerte, y también de su helado
desdén, que recluyó tantas veces mi espíritu
en la triste mazmorra de la desesperanza.
Voy a escribir un libro que hable de las mujeres
que han escrito mi vida.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Canción



Canción
“Llueve en este poema”
Eduardo Carranza.
Llueve. La tarde es una
hoja de niebla. Llueve.
La tarde está mojada
de tu misma tristeza.
A veces viene el aire
con su canción. A veces…
Siento el alma apretada
contra tu voz ausente.
Llueve. Y estoy pensando
en ti. Y estoy soñando.
Nadie vendrá esta tarde
a mi dolor cerrado.
Nadie. Solo tu ausencia
que me duele en las horas.
Mañana tu presencia regresará en la rosa.
Yo pienso —cae la lluvia—
nunca como las frutas.
Niña como las frutas,
grata como una fiesta
hoy esta atardeciendo
tu nombre en mi poema.
A veces viene el agua
a mirar la ventana
Y tú no estás
A veces te presiento cercana.
Humildemente vuelve
tu despedida triste.
Humildemente y todo
humilde: los jazmines
los rosales del huerto
y mi llanto en declive.
Oh, corazón ausente:
qué grande es ser humilde!
31 de diciembre de 1944