domingo, 18 de diciembre de 2011

Elegía



Por el camino de la mar 
vino el pirata, 
mensajero del Espíritu Malo,
con su cara de un solo mirar
y con su monótona pata
de palo.
Por el camino de la mar.

Hay que aprender a recordar
lo que las nubes no pueden olvidar.

Por el camino de la mar,
con el jazmín y con el toro,
y con la harina y con el hierro,
el negro para fabricar
el oro;
para llorar en su destierro
por el camino de la mar.

¿Cómo vais a olvidar
lo que las nubes aún pueden recordar?

Por el camino de la mar,
el pergamino de la ley,
la vara del malmedir,
y el látigo de castigar,
y la sífilis del virrey,
y la muerte, para dormir
sin despertar,
por el camino de la mar.

¡Duro recuerdo recordar
lo que las nuber no pueden olvidar
por el camino de la mar!

Nicolás Guillén

sábado, 17 de diciembre de 2011

Evangelio del día




En aquel tiempo
un joven se acercó a Jesús
entre a turba.
Por sus ropas y el uso de su hablar
supieron todos que era de otra tierra.

—Señor, ¿qué haré
para salvarme?

—Sé puro.
(¡Oh, lecho sosteniendo barro y llama,
airadas ingles,
lucha sin fin; azada y cúpula!).

El joven contestó:
—Señor, soy puro; ¿basta
con eso?

Y Jesús: —Deja
tus riquezas y sígueme.

(¡Palacios, terciopelos y jardines,
vino en cristal tallado,
joyas para el honor o la delicia,
seguridades de color púrpura!).

Y el joven contestó:
—Soy rico, pero todo
lo dejaría, bien lo sé, por Ti.

Jesús
lo miró dulcemente.
Le preguntó:
—¿En qué país
naciste?

—Señor —respondió el joven—,
nací en España.

Y Jesús: —Deja a España
y sígueme.

(¡La estrella, el patio y el silencio,
la roca entre el olor de la maleza,
la piel herida de la madre,
la entraña y la esperanza y el clavel,
llaga de amor con desamor basada,
patria de fe, glorioso madero!).

El joven
volvió sobre sus pasos,
bajó la frente y empezó a llorar.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Agua de remanso



Ternura: honda manera
cristalina de mi ser.
Agua de remanso, brisa
mansa, luz de amanecer.

Nunca es la pena que muerde.
Jamás la turbia esquivez,
el apego al gris, la fría
concha que enciende en el alma
una brasa de malogro.

Es el gusto de la vida,
amor a la claridad,
canción de fiesta los lances 
triviales de cada día.

Puede ser melancolía:
más serena en su verdad.
Apaciguado conmigo,
mi ser me sabe y me planta
en el fulcro de la vida.

Soy: estoy y canto.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Más que yo mismo



Más que que yo mismo


¡Oh, vida mía, vida mía!, 
agonicé con tu agonía 
y con tu muerte me morí. 
¡De tal manera te quería, 
que estar sin ti es estar sin mí! 

Faro de mi devoción, 
perenne cual mi aflicción 
es tu memoria bendita. 
¡Dulce y santa lamparita 
dentro de mi corazón! 

Luz que alumbra mi pesar 
desde que tú te partiste 
y hasta el fin lo ha de alumbrar, 
que si me dejaste triste, 
triste me habrás de encontrar. 

Y al abatir mi cabeza,
ya para siempre jamás,
el mal que a minarse empieza,
pienso que por mi tristeza
tú me reconocerás.

Merced al noble fulgor
del recuerdo, mi dolor
será espejo en que has de verte,
y así vencerá a la muerte
la claridad del amor.

No habrá ni noche ni abismo
que enflaquezca mi heroísmo
de buscarte sin cesar.
Si eras más yo que yo mismo,
¿cómo no te he de encontrar?

¡Oh vida mía, vida mía!
agonicé con tu agonía
y con tu muerte me morí.
De tal manera te quería
que estar sin ti es estar sin mí.

AMADO NERVO

miércoles, 14 de diciembre de 2011

La casa de la vida




Mi corazón es una vieja casa.
Tiene un jardín y en el jardín un pozo
y túneles de yedra y hojarasca.
En esa casa a la que tiran piedras
los niños cuando pasan al volver de la escuela,
después de haber robado de su huerta
magro botín de unas manzanas agrias.
En su tejado hay nidos de pájaros que cantan
y de noche un cuartel de escandalosas ratas.
La glicina cubrió los viejos arcos
y una verja de lanzas
y una terraza alta a donde llega
la copa de un granado con granadas
y un palomar y en ruinas unas cuadras.
Y un trozo de camino y la lejana
claridad del mundo.
Está fuera del pueblo y es indiana
su arquitectura, ya sabéis:
todo un poco mezclado, pero es blanca,
es grande, es vieja, es solitaria.

martes, 13 de diciembre de 2011



Cuando termine la muerte,
si dicen: ¡A levantarse!,
a mí que no me despierten.

Que por mucho que lo piense
yo no sé lo que me espera
cuando termine la muerte.

No se incorpore la sangre
ni se mueva la ceniza
si dicen: ¡A levantarse!.

Que yo me conformo siempre
y una vez acostumbrado
a mí que no me despierten.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Giralda, madre de artistas





Giralda, madre de artistas, 
molde de fundir toreros, 
dile al giraldillo tuyo 
que se vista un traje negro. 

Malhaya sea Perdigón, 
el torillo traicionero. 

Negras gualdrapas llevaban 
los ocho caballos negros: 
negros son sus atalajes 
y negros son sus plumeros. 

De negro los mayorales 
y en la fusta un lazo negro. 


II 

Mocitas las de la Alfalfa; 
mocitos los pintureros: 
negros pañuelos de talle 
y una cinta en el sombrero. 

Dos viudas con claveles 
negros, en el negro pelo. 

Negra faja y corbatín 
negro, con un lazo negro, 
sobre el oro de la manga, 
la chupa de los toreros. 

Ocho caballos llevaba 
el coche del Espartero. 


domingo, 11 de diciembre de 2011

Carnet de identidad























Nadie avisó. Más tarde o más temprano 
se supusieron que lo aprendería. 
Nadie me dijo: riega a la alegría, 
los muertos son terreno de secano. 


Todo lo que me importa está lejano. 
Si yo hubiera sabido a qué venía 
os juro que vivir —yo qué sabía— 
no me hubiera ganado por la mano. 


Me dijeron vivir a quemarropa: 
siglo XX —acordaron—, en Europa, 
en Málaga, en Enero y en Manolo. 


Todo lo dispusieron: hambre y guerra, 
España dura, noche y día, tierra 
y mares... luego me dejaron solo.


Manuel Alcántara

sábado, 10 de diciembre de 2011

Disyuntiva



La tentación se llama amor
o chocolate.
Es mala la adicción.
Sin paliativos.
Si algún médico, demonio o alquimista
supiera de mi mal
cosa sería
de andar toda la vida por curarme.
Pues tan sólo una droga,
con su cárcel
del olvido me salva de la otra.
Y así, una vez más, es el conflicto:
O me come el amor,
o me muero esta noche de bombones.

(De Alada mía, 1996)

viernes, 9 de diciembre de 2011

Una oscura pradera me convida





Una oscura pradera me convida,
sus manteles estables y ceñidos,
giran en mí, en mi balcón se aduermen.
Dominan su extensión, su indefinida
cúpula de alabastro se recrea.
Sobre las aguas del espejo,
breve la voz en mitad de cien caminos,
mi memoria prepara su sorpresa:
gamo en el cielo, rocío, llamarada.
Sin sentir que me llaman
penetro en la pradera despacioso,
ufano en nuevo laberinto derretido.

Allí se ven, ilustres restos,
cien cabezas, cornetas, mil funciones
abren su cielo, su girasol callando.
Extraña la sorpresa en este cielo,
donde sin querer vuelven pisadas
y suenan las voces en su centro henchido.
Una oscura pradera va pasando.
Entre los dos, viento o fino papel,
el viento, herido viento de esta muerte
mágica, una y despedida.
Un pájaro y otro ya no tiemblan.

jueves, 8 de diciembre de 2011

No me fio de la rosa





No me fío de la rosa
de papel,
tantas veces que la hice
yo con mis manos.
Ni me fío de la otra
rosa verdadera,
hija del sol y sazón,
la prometida del viento.
De ti que nunca te hice,
de ti que nunca te hicieron,
de ti me fío, redondo
seguro azar. 

Pedro Salinas - Fe mía.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Soledad

Bacarisas


Soledad sabe una copla
que tiene su mismo nombre:
Soledad.

Tres renglones nada más:
tres arroyos de agua amarga,
que van, cantando, a la mar.

Copla tronchada, tu verso
primero, ¿dónde estará?

¿Qué jardinero loco,
con sus tijeras de plata
le cortó al ciprés la punta,
Soledad?

¿Qué ventolera de polvo
se te llevó la veleta,
Soledad?

¿O es que, por llegar más pronto
te viniste sin sombrero,
Soledad?

Y total:
¿qué mas da?
Tres versos: ¿para qué más?

Si con tres sílabas basta
para decir el vacío
del alma que está sin alma:
¡Soledad!

martes, 6 de diciembre de 2011

Por más poderoso que sea el que agravia



 



POR MÁS PODEROSO QUE SEA EL QUE AGRAVIA, DEJA ARMAS PARA LA VENGANZA


Tú, ya, ¡oh ministro!, afirma tu cuidado
en no injuriar al mísero y al fuerte;
cuando les quites oro y plata, advierte
que les dejas el hierro acicalado.
Dejas espada y lanza al desdichado,
y poder y razón para vencerte;
no sabe pueblo ayuno temer muerte;
armas quedan al pueblo despojado.
Quien ve su perdición cierta, aborrece,
más que su perdición, la causa della;
y ésta, no aquélla, es más quien le enfurece.
Arma su desnudez y su querella
con desesperación, cuando le ofrece
venganza del rigor quien le atropella.
.

lunes, 5 de diciembre de 2011

La renuncia


He renunciado a ti. No era posible
Fueron vapores de la fantasía;
son ficciones que a veces dan a lo inaccesible
una proximidad de lejanía.

Yo me quedé mirando cómo el río se iba
poniendo encinta de la estrella...
hundí mis manos locas hacia ella
y supe que la estrella estaba arriba...

He renunciado a ti, serenamente,
como renuncia a Dios el delincuente;
he renunciado a ti como el mendigo
que no se deja ver del viejo amigo;

Como el que ve partir grandes navíos
como rumbo hacia imposibles y ansiados continentes;
como el perro que apaga sus amorosos brios
cuando hay un perro grande que le enseña los dientes;

Como el marino que renuncia al puerto
y el buque errante que renuncia al faro
y como el ciego junto al libro abierto
y el niño pobre ante el juguete caro.

He renunciado a ti, como renuncia el loco a la palabra que su boca pronuncia;
como esos granujillas otoñales,
con los ojos estáticos y las manos vacías,
que empañan su renuncia, soplando los cristales en los escaparates de las confiterías...

He renunciado a ti, y a cada instante
renunciamos un poco de lo que antes quisimos
y al final, !cuantas veces el anhelo menguante
pide un pedazo de lo que antes fuimos!

Yo voy hacia mi propio nivel. Ya estoy tranquilo.
Cuando renuncie a todo, seré mi propio dueño;
desbaratando encajes regresaré hasta el hilo.
La renuncia es el viaje de regreso del sueño...

domingo, 4 de diciembre de 2011

Poetica





Escribir o levitar.
El poema es sólo el espejismo del poema que soñamos.
Hondo, al final de la llaga está el poema.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Credo




Creo en las piernas femeninas
que andan muy seguras de sí mismas
creo en las mujeres de pechos rebosantes
casi con toda la vía láctea sobre el torso
y en las que tienen pechos como alondras
alondras que gimen al amanecer
para avisar al mundo que va a salir el sol
creo en las caderas todopoderosas
y en las cinturas flexibles y volátiles
en cuyo cuarto vibra un ombligo parabólico
creo en las espaldas desnudas
que se estremecen como cañas
al ser rozadas con las yemas de los dedos
creo en los glúteos flotantes y fluctuantes
y en su liviana dureza de seda y aluminio
creo en fin en el diamante negro
en el melocotón dorado
y en la encarnada antorcha
que en la entrepierna ocultan las  mujeres.

viernes, 2 de diciembre de 2011

O mio babbino caro






O mio babbino caro
Mi piace è bello, bello
Vo' andare in Porta Rossa
a comperar l'anello!
Sì, sì, ci voglio andare!
e se l'amassi indarno,
andrei sul Ponte Vecchio,
ma per buttarmi in Amo!
Mi struggo e mi tormento!
O Dio, vorrei morir!
Babbo, pietà, pietà!
Babbo, pietà, pietà!



jueves, 1 de diciembre de 2011

El desayuno



Me gustas cuando dices tonterías, 
cuando metes la pata, cuando mientes, 
cuando te vas de compras con tu madre 
y llego tarde al cine por tu culpa. 
Me gustas más cuando es mi cumpleaños 
y me cubres de besos y de tartas, 
o cuando eres feliz y se te nota, 
o cuando eres genial con una frase 
que lo resume todo, o cuando ríes 
(tu risa es una ducha en el infierno), 
o cuando me perdonas un olvido. 
Pero aún me gustas más, tanto que casi 
no puedo resistir lo que me gustas, 
cuando, llena de vida, te despiertas 
y lo primero que haces es decirme: 
«Tengo un hambre feroz esta mañana. 
Voy a empezar contigo el desayuno».