viernes, 7 de septiembre de 2012

Mi corazón perdido





En su cuerpo de espuma nacían las espigas
que en ráfagas de viento llenan con sus rumores
mi corazón perdido en el mar de su lengua
mi corazón hallado en medio del desierto
por cadenas de voces en oasis de sangre.


Mi corazón perdido busca entre sus encajes
la llama que devore las ansias de su sombra
y las nieves que bajen de las altas montañas



jueves, 6 de septiembre de 2012

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Rondel de Don Presumido

Granell


Sí. Si tuviera naranjos
de hoja larga, verde viva,
sí, si tuviera naranjos
la calle te rondaría.

Si tuviera olor de patios,
surtidores de agua fina,
arroyo de piedras bajas,
y estrellas de celosías,
si tuviera olor de dulces
la calle te rondaría.

Balcones de resolana,
ventana de anochecida,
y en una quiebra del suelo
una cadena de hormigas
que se me llevará el tiempo
que la espera muy deprisa,
si tu calle fuera así,
la calle te rondaría,
como no es así tu calle
no he de rondarla en la vida.

martes, 4 de septiembre de 2012

Caballo de los sueños




Innecesario, viéndome en los espejos
con un gusto a semanas, a biógrafos, a papeles,
arranco de mi corazón al capitán del infierno,
establezco cláusulas indefinidamente tristes.

Vago de un punto a otro, absorbo ilusiones,
converso con los sastres en sus nidos:
ellos, a menudo, con voz fatal y fría
cantan y hacen huir los maleficios.

Hay un país extenso en el cielo
con las supersticiosas alfombras del arco iris
y con vegetaciones vesperales:
hacia allí me dirijo, no sin cierta fatiga,
pisando una tierra removida de sepulcros un tanto frescos,
yo sueño entre esas plantas de legumbre confusa.

Paso entre documentos disfrutados, entre orígenes,
vestido como un ser original y abatido:
amo la miel gastada del respeto,
el dulce catecismo entre cuyas hojas
duermen violetas envejecidas, desvanecidas,
y las escobas, conmovedoras de auxilios,
en su apariencia hay, sin duda, pesadumbre y certeza.
Yo destruyo la rosa que silba y la ansiedad raptora:
yo rompo extremos queridos: y aún más,
aguardo el tiempo uniforme, sin medidas:
un sabor que tengo en el alma me deprime.

Qué día ha sobrevenido! Qué espesa luz de leche,
compacta, digital, me favorece!
He oído relinchar su rojo caballo
desnudo, sin herraduras y radiante.
Atravieso con él sobre las iglesias,
galopo los cuarteles desiertos de soldados
y un ejército impuro me persigue.
Sus ojos de eucaliptos roban sombra,
su cuerpo de campana galopa y golpea.

Yo necesito un relámpago de fulgor persistente,
un deudo festival que asuma mis herencias.


lunes, 3 de septiembre de 2012

El regreso




El regreso para morir es grande.
(Lo dijo con su aventura el rey de Itaca.)
Mas amo el sol de mi patria,
el venado rojo que corre por los cerro,
y las nobles voces de la tarde que fueron
mi familia.
Mejor morir sin que nadie
lamente glorias matinales, lejos
del verano querido donde conocí dioses.
Todo para que mi imagen pasada
sea la última fábula de la casa.

domingo, 2 de septiembre de 2012

La ceniza no tiene nombre




En el fuego vencido
ya no hay rasgos humanos,
no hay bocas gritando,
no hay huesos destruidos,
ni narices ni rodillas.
todo se transforma
en materia sombría
untuosa y anónima donde intentamos
leer en vano. La ceniza
no tiene nombre.
Sin embargo la conocemos
en lo profundo del esqueleto
sin embargo cae, despacio,
y cubre nuestros rasgos.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Si vienes






Si vienes por ejemplo a las cuatro...
comenzaré a ser feliz desde las tres



viernes, 31 de agosto de 2012

Tristeza





Una tristeza dulce y anterior
al suspiro y las lágrimas,
anterior al idilio de la tarde
azul y jacaranda,
invade la memoria con su música,
su brisa, su nostalgia :
Es la tristeza de mirar el cielo
cautivo entre las ramas



jueves, 30 de agosto de 2012

La transfiguración

Heinz Minsen


El animal muere en los límites de un país conocido
y allí los ojos se le abren: parece que esta nieve
-el silencio, más oscuro en los abetos- y el animal escucha
la significación de los árboles. El animal es un mundo
y sus costumbres discurren en el ámbito natural:
es opaco, transparente ya la vez denso- helado
o soplado el cristal: se trataba del cuerpo,
su olor más acre, cómo respira, los silencios,
lo que tenemos en los brazos, la palpitación intensa
de la que nunca se habla, el secreto de la piel
que no se entrega del todo, el vaho, lo tibio:
el animal acaso acepta el sentido de la vida,
como esta luz en los bosques expirantes
-y el animal, en el límite, y jadeante aún,
las escarchas de invierno-.
Los ojos, muy empañados, apenas ven
más que un verdor muy lejano y difuso,
como un puñado de nieve que nos arrojaran al rostro:
para el animal es dulce sentir ese frío -como cuando, durmiendo, responde
a un movimiento leve, sólo un estremecimiento,
y le palmeamos la espalda, y el animal se mueve,
y quién dirá que aquella cosa tibia nos pertenece,
porque es como si el mundo físico nos perteneciera: cuando muere,
el animal no conoce ni la idea de cambio:
estaba en el mundo y permanece en él. No, nunca puede sentir
como cosa a él ajena al aire helado de invierno
y los copos de nieve caduca en el esgrafiado de abetos:
es como volver al propio país -aunque muy difuso,
lo que ahoga el corazón, la nostalgia del cierzo, el viento, las viejas fábulas,
la llamada de una urraca en los bosques solitarios,
el silencio, las viejas escopetas de caza,
las nieblas en el pantano, los aguaceros de otoño,
un seco sonido de revólveres entre el pajar y la madera,
las tijeras hundidas en el pecho de una sola punzada.
Nunca hombre alguno piensa en la muerte tal como la ven,
los ojos del animal: una oscuridad azul,
los ojos del lobo, las aguas, y, ascendiendo como neblina,
temblorosas fresas en las manos: es la serenidad
de lo que morirá, y también su espasmo,
como cuando un animal buscaba el cuerpo de otro,
cuando se encuentran dos cuerpos, el pasado en los calderos,
como campana de bronce o quemado encinar,
con rumor de difuntos y raídos ropajes,
el badajo que convoca por la noche a las lechuzas,
una hoz en las gavillas de trigo y paja seca.
Y los dos cuerpos se recogen para dormir; cada uno siente el jadeo del otro;
acércate más, acércate más
-el invierno
cerrará las transiciones de los seres naturales,
sin serenidad sin esperanzas, sin
desesperación, sin amor, ni dolor, más allá
de la memoria, del cansancio: sólo
estos dos cuerpos mueren en la oscura fusión
de los metales y la nieve -y la mortaja es de oro.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Apenas la caricia de tu mano.




Apenas la caricia de tu mano.
Mi piel es de cristal cuando me tocas.
¿Qué apaciguada luz, qué temblor hecho brasa
se deslíe en mis ojos si me miras ?
¿Dónde hiere tu risa y por qué hiere
si con ella me abres la mañana del mundo?
Tu existir me hace un dios y tú me creas.
No hay mayor claridad ni otro misterio 

martes, 28 de agosto de 2012

El imposible amor




El imposible amor de nuevo en sus disfraces.
Espera en las esquinas ¿de qué ciudad?
¿En qué ciudad aguarda su mano de mendigo,
su labio aleteante, junto a un cuerpo?


El imposible amor desvanecido
en el triste diván de la rutina,
en el desván del sueño, donde una muchacha
espera un autobús que llega tarde.


El imposible amor se ha disfrazado
con laureles de invierno y se despide



lunes, 27 de agosto de 2012

Yo se





Yo sé que de tu pecho los latidos
están cantados. Corazón, haz lento
tu misericordioso movimiento
y leve tus quejidos doloridos


por ese cuerpo, donde mis sentidos
ponen todo su amor, donde me siento
morir a cada golpe ceniciento
de tus redobles graves y oprimidos.


Y tú, ventana de mi amor, aldea
mía de paz, caricia que sestea,
umbral del mundo, amor de cada día.


Dame tu fe, tu claridad, mi estrella,
dime que existe lo que yo sabía
cuando era niño en la ciudad aquella...


sábado, 25 de agosto de 2012

SÍ QUIERO (Cuento para Gené)





Al principio fue el sueño, como en todo principio.
Al final será el sueño, como en todo final.

Quien teje sentimientos de paciencia y respeto

Será recompensado con el conocimiento,
Con la sabiduría, la suerte y la verdad.

Sí, quiero, pero no fue el verbo en el principio,

La vida, lo mismo que la muerte, es siempre verdad.
El verbo puede esconder una mentira,
Pero no el deseo y la voluntad.

Ya cerrados los ojos y el alma de par en par abierta.

Liberada, al fin, del dolor absurdo la humanidad,
Quedará la razón como la llave de abrir la puerta
Que desveló el misterio que esconden el anhelo y la voluntad de amar.

Sí, quiero, y celebró sus nupcias del mar en el fondo,

Dijo la materia y comenzó a pensar.
Desde entonces prosigue inexorable cu camino en busca del sueño,
Reiterando siempre el ceremonial.

Miró fuera del agua y dijo el pez: sí, quiero;

Quería ir más deprisa, más lejos, más allá,
Y le crecieron alas para alcanzar el cielo,
Se cumplió su deseo, se hizo su voluntad.

Miró el ave al espacio y se dijo: sí, quiero;

Quería ir más deprisa, más lejos, más allá,
Le creció el pensamiento, se transformó en humano,
Ya llega con la idea hasta la eternidad.

Vio el hombre el sufrimiento y dijo, no lo quiero,

No quiero la injusticia, deseo la bondad.
Pensó en la buena muerte y no encontró pecado,
Se cumplió su deseo, se hizo su voluntad.

Ya liberado al fin del sufrimiento absurdo,

Se oye al pelotillero profeta salmodiar:
“Padre, tú que lo sabes todo, perdona nuestras culpas,
castiga mis pecados, sea tu voluntad”

Renunció a su conciencia el falso adorador,

No quiere formar parte del evolucionar,
Por eso se hace esclavo, por ser irresponsable;
Pero no habrá perdón para su crueldad.

Explícame: ¿En qué ley de la vida se refleja lo absurdo,

Tú, ser depositario de la afectividad,
Tú, responsable del verbo, noble, verdad y bueno,
Tolerancia, respeto, justicia y libertad?

Sí, quiero que se cumpla la voluntad y deseo

De ser dos siendo uno para Gené y Joan.
Mientras vayan tejiendo con hilos del amor
La trama de la vida, el amor y la muerte
Con un simple “sí, quiero”, de promesa nupcial,
El sueño en ese día está de buena suerte.

miércoles, 22 de agosto de 2012

El desocupado



Vale lo que su sueño:
lo que pueda valer lo que no sirve.

Vive en un pueblo de preguntas
con torres encendidas
y campanas que tocan siempre solas.
Un pueblo con un río y una casa
y un aire justo para respirarse.

Sin tener que moverse
ha visto, boca arriba, al techo constelado
y al eclipse fatal de la bombilla
que el sueño trae.

Mirando la expansión de la gotera 
le vio la cara a la pobreza…

Sin salir a la calle,
solamente asomándose a la puerta
ha visto
la luminosa raza de los amaneceres,
el crepúsculo y toda su comitiva de colores.
la noche y sus insignias.

Sólo el desocupado
sabe que la pereza es habitable,
que estar tendido tiene parques, puentes,
luna, caminos cortos entre pinos…

Acaso nadie
se dé más cuenta de la vida.

martes, 21 de agosto de 2012

Mi ser vive en la Noche y el Deseo



Mi ser vive en la Noche y el Deseo,
mi alma es un recuerdo que hay en mí.

domingo, 19 de agosto de 2012

CERA VOTIVA EN WESTMINSTER ABBEY



CERA VOTIVA EN WESTMINSTER ABBEY

T.S.E.

Al marchitarse la rosa de la memoria
se adueñaron del jardín la ortiga y la cizaña.
Se vino abajo la pared. La verja
se me quedó en las manos, quebradiza,
y se volvió en el pozo fango fétido
el agua dulce y fresca de otros días.
Poeta de la edad de la penuria,
descendió a los infiernos sin Virgilio.
Ceniza, arena,
arena fugitiva entregada a la muerte.
Sobre la fosa,
la rosa ardiente permanece viva
mientras desgarren zarpas de silencio
la piel lívida del mar de horror. Augur,
sus uñas se adentraron
en la carne vacía de la noche.
Los años pasarán y hasta mil horas
se agotarán también. Pero habrá tiempo
para escribir palabras con sentido,
palabras que revienten de sentido
en cristal empañado y plata sucia.

domingo, 12 de agosto de 2012

Poema Olímpico



Sepárate ahora de la fila
de las mujeres que llenan de flores el país entero,
sales, llevas la consagración
de los llamados a lo alto al fuego del amor.
Sepárate de la estirpe y de los tiempos,
de ancestros, pueblos, mezcla y extinción,
ahora eres tú la figura -serenidades,
expectativa, reclamo llevas tú, pero, ¿a quién
esperas para tu escalofrío?,
¿quién te bebe así y quién te reconoció
en tu eternidad de placer y tristeza? -
¿esperas al dios -? Espérame.

sábado, 11 de agosto de 2012

POR DENTRO




POR DENTRO

Mis ojos grandes, pegados
al aire, son los del cielo.
Miran profundos, me miran
me están mirando por dentro.
Yo pensativo, sin ojos,
con los párpados abiertos,
tanto dolor disimulo
como desgracias enseño.
El aire me está mirando
y llora en mi oscuro cuerpo;
su llanto se entierra en carne,
va por mi sangre y mis huesos,
se hace barro y raíces busca
con las que brotar del suelo.
Mis ojos grandes, pegados
al aire, son los del cielo.
En la memoria del aire
estarán mis sufrimientos.