domingo, 31 de marzo de 2013
Aires da miña terra
Escribir nada máis pra unha provincia,
ou, como os pobos árcades fixeron,
escribir sobre a casca dos cortizos,
case que todo vén a ser o mesmo.
A nosa voz, na soledá perdida,
morrerá sen deixar sequera ese eco
que a brisa melancólica do outono
deixa na copa azul dos ameneiros.
Non pode ser tampouco doutra sorte:
pasaron xa, pra non volver, os tempos
en que a linguaxe era unha cifra máxica
fácile sólo ó sacerdote hebreo.
As xentes tristes que no verbo humano
procuran os ideales que entreveron,
cando ó vate interrogan, novo oráculo,
queren revelaciós, que non misterios.
E escribir nunha lingua coñecida
daqueles só que onda nós naceron,
¿que é se non responder esas preguntas
en revesgados xeroglifos pérsicos?
Todo tende á unidá, lei de entre todas
a máis inexorable do progreso;
e el, que de cen nacións un pobo fixo,
un idioma fará de mil dialectos.
Como paran no mar tódolos ríos,
como os raios do sol paran nun centro,
tódalas linguas han de parar nunha,
que hemos de falar todos, tarde ou cedo.
¿Por que botar ó público este libro
se a división dialéctica condeno?,
diredes, con razón, os que leades,
se as ledes, estas páxinas. Diréivolo:
Cando tódalas linguas o fin topen
que marca a todo o providente dedo,
e cos vellos idiomas extinguidos
sola unha fala universal formemos,
esa fala pulida, idioma único,
máis ca hoxe enriquecido e máis perfecto,
resume das palabras mais sonoras
que aquelas nos deixaran como en herdo,
ese idioma, compendio dos idiomas,
como unha serenata pracenteiro,
como unha noite de luar docísimo,
será, ¿que outro se non?, será o galego.
Fala de miña nai, fala harmoniosa
en que o rogo dos tristes sube ó ceo
i en que descende a plácida esperanza
ós afogados e doridos peitos;
fala dos meus avós, fala en que os parias,
de tréboa e polvo e de suor cubertos,
piden á terra o gran da cor do sangue
que ha de cebar á besta do laudemio...
Lingua enxebre, en que as ánimas dos mortos
nas negras noites de silencio e medo
encomendan ós vivos as obrigas
que, ¡malpocados!, sen cumprir morreron.
Idioma en que garulan os paxaros,
en que falan os ánxeles ós nenos,
en que as fontes saloucan e murmuran
entre as follosas árbores os ventos.
Non, ti non morrerás, céltica musa
nada da Suevia nos chouzales pechos,
último amor do pálido Macías
atravesado o corazón cun ferro;
fecundo nume do único rei sabio
que no solio de España tivo asento,
arpa inmortal da doce Rosalía,
do infortunado Añón himno postreiro;
ti non podes morrer... ¡Iso quixeran
os desleigados que te escarneceron!
¡Mais ti non morrerás, Cristo das linguas,
non, ti non morrerás, ouh Nazareno!
Apóstol teu, anque o máis ruín de todos,
pra onde quer levarei teu Evanxeo,
o fatelo vestindo da ignominia
que pra mofa nas costas che puxeron.
No teu nome, por terras e por mares,
ofrecerei paz e salú ós enfermos,
falareilles da patria ós desterrados,
de liberdade e redención ós servos.
Anunciarei o día do teu triunfo
por cidades e vilas e desertos,
e se por te anunciar me apedrearen,
¡inda ó morrer te mentarán meus beizos!
sábado, 30 de marzo de 2013
Estancia-club
Estancia-club
El poeta es aquel que se embadurna de aceite
Antes de haber usado las máscaras de supervivencia
Ayer por la tarde el mundo era dócil,
Soplaba una brisa sobre las radiantes palmeras
Y yo estaba a la vez en otra parte y en el espacio,
Conocía el Sur y las tres direcciones
En el cielo empobrecido se dibujaban estelas,
Me imaginaba a los ejecutivos sentados en sus aviones
Y los pelos de sus piernas, muy similares a los míos
Y sus valores morales, y sus amantes hindúes
El poeta es aquel, casi igual a nosotros,
Que menea la cola en compañía de los perros.
Me habría podido pasar tres años junto a la piscina
Sin llegar a distinguir el cuerpo de los veraneantes,
La agitación de los cuerpos atraviesa mi retina
Sin despertar en mí ningún vivo deseo.
viernes, 29 de marzo de 2013
Nel Bosco
Ti penso
ad unghia ad
unghia, mia
piatta di
biscotto, sei
di sfoglia, di
rosso marmellata,
sei burro che
non ingrassa, sei
l’impasto di
ogni mio
pane
Pienso en ti
uña a
uña, mi
llana de galleta, eres
de hojaldre, de
rojo mermelada,
eres mantequilla que
no engorda, eres
la masa de
todos mis
panes.
jueves, 28 de marzo de 2013
Amanece lloviendo.
LXIII
Amanece lloviendo. Bien peinada
la mañana chorrea el pelo fino.
Melancolía está amarrada;
y en mal asfaltado oxidente de muebles hindúes,
vira, se asienta apenas el destino.
Cielos de puna descorazonada
por gran amor, los cielos de platino, torvos
de imposible.
Rumia la majada y se subraya
de un relincho andino.
Me acuerdo de mí mismo. Pero bastan
las astas del viento, los timones quietos hasta
hacerse uno,
y el grillo del tedio y el jiboso codo inquebrantable.
Basta la mañana de libres crinejas
de brea preciosa, serrana,
cuando salgo y busco las once
y no son más que las doce deshoras.
miércoles, 27 de marzo de 2013
AUTO DE TERMINACIÓN
AUTO DE TERMINACIÓN
Una larga sequía
bebe los ríos de la patria mía.
Salgo de casa y miro cómo pasa
la gente. Cómo vive.
Cómo mueren algunos este invierno
(Carlos, Dámaso, Jaime). Tristemente
miro los ríos de la patria mía
que van a dar a la melancolía.
martes, 26 de marzo de 2013
Sobre las palabras
No se puede salir con las palabras, siempre te comprometen.
Hay palabras que tratadas convenientemente acaban por adquirir el brillo único de esos cristales que son como luces abandonadas a la orilla del mar.
Algunas vienen envueltas en la niebla que entorna la melancolía. Se comenta de ellas que nacen en la soledad de los puertos al amanecer.
La palabra nace – afirma Herbert Conway – cuando en el silencio, en el primer silencio, un hombre imita a un papagayo.
El invento de la palabra pez supuso grandes dificultades. La palabra escama (surgió de inmediato) hizo aún más difícil la captura de aquélla. Alguien, tiempo después, dijo: Mereció la pena tanto esfuerzo. Sin embargo, una muchacha se sonrojó ante las imágenes sugeridas por aquella palabra.
Muy estricta en sus gustos, y gran conocedora del poder persuasivo de los sofismas, Gemma Steven declara sin mucho convencimiento: Primero es la palabra, después la rosa.
Nunca escribas estas palabras en una misma línea: tigre y paloma, pues es fácil que la primera devore a la segunda.
lunes, 25 de marzo de 2013
La semana adelantada
La semana adelantada |
Un tío enfermo y en edad anciana
casó con su sobrina (¡muy mal hecho!), doncella alegre, joven y lozana, pronta a cobrar el marital derecho. Díjola el novio: «Te prevengo, Juana, ya que vas a estrenar el nupcial lecho, que yo sólo una vez cada semana podré servirte en algo de provecho.» Conformose la ninfa; y recibiendo en singular aquel tributo frío, repetía entre sí: «Peor es nada.» Mas llamado el anciano reverendo le instaba humilde: «Vaya, tío mío, siquiera una semana adelantada.» |
domingo, 24 de marzo de 2013
ME DESTIERRO...
ME DESTIERRO...
Me destierro a la memoria,
voy a vivir del recuerdo.
Buscadme, si me os pierdo,
en el yermo de la historia,
que es enfermedad la vida
y muero viviendo enfermo.
Me voy, pues, me voy al yermo
donde la muerte me olvida.
Y os llevo conmigo, hermanos,
para poblar mi desierto.
Cuando me creáis más muerto
retemblaré en vuestras manos.
Aquí os dejo mi alma?libro,
hombre?mundo verdadero.
Cuando vibres todo entero,
soy yo, lector, que en ti vibro.
sábado, 23 de marzo de 2013
viernes, 22 de marzo de 2013
ROSA DE MELANCOLIA
ROSA DE MELANCOLIA
Era yo otro tiempo un pastor de estrellas,
y la vida, como luminoso canto.
Un símbolo eran las cosas más bellas
para mí: la rosa, la niña, el acanto.
Y era la armoniosa voz del mundo,
una onda azul que rompe en la playa de oro,
cantando el oculto poder de la luna
sobre los destinos del humano coro.
Me daba Epicuro sus ánforas llenas,
un fauno me daba su agreste alegría,
un pastor de Arcadia, miel de sus colmenas.
Pero hacia el ensueño navegando un día,
escuché lejano canto de sirenas
y enfermó mi alma de Melancolía.
jueves, 21 de marzo de 2013
El abrigo de Gógol
El abrigo de Gógol
Vago con el abrigo de Gógol y no me canso de leer los puentes.
Oigo al gélido fantasma de Europa correr a zancadas por el
hielo. Es la áspera libertad y su frío de rigor. Así miras sintiéndote
responsable los árboles fustigados ayer, en los zapatos los pies
cada vez más pesados. Así piensas sintiéndote responsable en
la basura que es marca del otoño. En el fango que es la historia
de las nubes. No temas al fantasma que reclama tu abrigo. Suele
estar congelado. Y tú deberías pensar que la muerte es un general
alemán que ahora deposita su ojo azul en la mesa y se marcha
cojeando. Es la áspera libertad.
miércoles, 20 de marzo de 2013
Meditación en Lagunitas
Meditación en Lagunitas
El nuevo pensamiento es todo pérdida.
En eso se parece al antiguo pensamiento.
La idea, por ejemplo, de que cada particular borra
la luminosa claridad de una idea general.
Que el pájaro carpintero cara de payaso
que escudriña el esculpido tronco muerto
de aquel abedul es, por su sola presencia,
alguna trágica caída de un mundo primigenio
de luz indivisa. O la otra noción que dice
que, como en este mundo no hay una sola cosa
que corresponda al arbusto de la zarzamora,
una palabra es la elegía de lo que significa.
De esto hablamos anoche ya tarde y en la voz
de mi amigo había un delgado hilo de pena,
un tono casi de queja. Un rato después entendí
que, al hablar así, todo se disuelve:
justicia, pino, cabello, mujer, tú y yo.
Una vez hice el amor a una mujer y recuerdo cómo,
al tomar sus pequeños hombros entre mis manos,
sentí un violento asombro ante su presencia,
una sed de sal, sed del río de mi niñez
con sus cauces insulares, tonta música del barco
del placer, charco donde atrapamos aquel pececillo
naranja y plata llamado semilla de calabaza.
Apenas si tenía que ver con ella. Anhelo, decimos,
porque el deseo está lleno de distancias infinitas.
A ella yo le daba igual seguramente.
Pero cómo recuerdo la manera en que sus manos partían el pan,
lo que su padre le dijo para herirla, lo que soñaba.
Hay momentos en que el cuerpo es tan luminoso como las palabras,
días que son la carne buena prolongándose.
Una ternura tal, aquellas tardes y noches
repitiendo zarzamora, zarzamora, zarzamora
There are moments when the body is as numinous
as words, day that are the good flesh continuing.
Such tenderness, those afternoons and evenings,
saying blackberry, blackberry, blackberry.
martes, 19 de marzo de 2013
lunes, 18 de marzo de 2013
En el estudio del pintor
Para Ahmed el-Yahainy
Todas las tardes
regreso a casa
tras dejar,en el taller,
mi rostro sobre el lienzo.
A la noche
me desprendo del marco de madera
y mis ojos escrutan las galerías de la sala:
los colores duermen en sus palestras,
los pinceles reposan en sus cuencos de aceite
y los cuadros dormitan.
Yo vigilo el lugar.
Mi cometido:
proteger las mortajas de los faraones
con las que el pintor
envolvió las momias de los antepasados,
de blanco;
protegerlas de los caprichos del azul, el verde y el marrón
para que lo blanco siga siendo blanco,
como la historia.
Y al alba,
vuelvo al bastidor
y cierro los ojos un instante
para echar una cabezada
antes de que el rostro impreso en la tela,
que es el mío,
se someta, una vez más, al pincel
de Ahmed el Yanayni.
domingo, 17 de marzo de 2013
Cebo
Cebo
La poesía nunca puede hablar de mí,
ni yo de la poesía.
Yo estoy solo, el poema está solo,
y el resto es de los gusanos.
Me detuve en las calles donde viven las palabras,
libros, cartas, informes,
y esperé.
Siempre supe esperar.
Las palabras, con sus formas claras u oscuras,
me volvieron más oscuro o más claro.
Los poemas me alcanzaron
y se reconocieron como objetos.
Yo pude verlo y verme.
No tiene fin esta adicción.
Escuadrones de poemas están buscando sus poetas.
Vagan sin mando por el amplio
territorio de las palabras
y aguardan el cebo de su perfecta,
hermética, condensada, acabada
e irreductible
forma.
sábado, 16 de marzo de 2013
Oracion
Señor,
Los que lo tienen todo no son felices.
Haz que no tengan nada
Para que sepan lo que es felicidad.
Medardo Fraile en Cuadernos del matemático
viernes, 15 de marzo de 2013
Un amor más allá del amor...
Un amor más allá del amor,
por encima del rito del vínculo,
más allá del juego siniestro
de la soledad y de la compañía.
Un amor que no necesite regreso,
pero tampoco partida.
Un amor no sometido
a los fogonazos de ir y de volver,
de estar despiertos o dormidos,
de llamar o callar.
Un amor para estar juntos
o para no estarlo
pero también para todas las posiciones
intermedias.
Un amor como abrir los ojos.
Y quizá también como cerrarlos.
por encima del rito del vínculo,
más allá del juego siniestro
de la soledad y de la compañía.
Un amor que no necesite regreso,
pero tampoco partida.
Un amor no sometido
a los fogonazos de ir y de volver,
de estar despiertos o dormidos,
de llamar o callar.
Un amor para estar juntos
o para no estarlo
pero también para todas las posiciones
intermedias.
Un amor como abrir los ojos.
Y quizá también como cerrarlos.
jueves, 14 de marzo de 2013
Alegraos
Alegraos con las flores que embriagan,
Las que están en nuestras manos.
Que sean puestos ya
Los collares de flores.
Nuestras flores del tiempo de lluvia,
Fragantes flores,
Abren ya sus corolas.
Por allí anda el ave,
Parlotea y canta,
Viene a conocer la casa de dios.
Sólo con nuestros cantos
Perece vuestra tristeza.
Oh señores, con esto,
Vuestro disgusto se disipa.
Las inventa el Dador de la vida,
Las ha hecho descender
El inventor de sí mismo,
Flores placenteras,
Con ellas vuestro disgusto se disipa.
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