miércoles, 9 de marzo de 2016

Cuando empecé a apreciarme






Cuando empecé a apreciarme comprendí que en cualquier
circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora
correcta y en el momento exacto y entonces, pude relajarme.

Hoy sé que eso tiene un nombre… AUTOESTIMA

Cuando empecé a apreciarme, pude percibir que mi angustia y
mi sufrimiento emocional, no son sino una señal de que voy
contra mis propias verdades.

Hoy sé que eso es… AUTENTICIDAD

Cuando empecé a apreciarme, dejé de desear que mi vida fuera
diferente y comencé a ver todo lo que acontece y que contribuye a
mi crecimiento.

Hoy sé que eso se llama… MADUREZ

Cuando empecé a apreciarme, comencé a percibir cómo es
ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona, sólo
para realizar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el
momento o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.

Hoy sé que el nombre de eso es… RESPETO

Cuando empecé a apreciarme, comencé a librarme de todo lo que
no fuese saludable…, personas, situaciones, todo y cualquier cosa
que me empujara hacia abajo. De inicio mi razón llamó a esa actitud
egoísmo.

Hoy sé que se llama… AMOR PROPIO

Cuando empecé a apreciarme, dejé de temer al tiempo libre y desistí
de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro.
Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero
y a mi propio ritmo.

Hoy sé que eso es… SIMPLICIDAD

Cuando empecé a apreciarme, desistí de querer tener siempre la razón y
con eso, erré menos veces.

Hoy descubrí que eso es la… HUMILDAD

Cuando empecé a apreciarme, desistí de estar reviviendo el pasado y
preocupándome por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es
donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez.

Y eso se llama… PLENITUD

Cuando empecé a apreciarme, percibí que mi mente puede atormentarme y
decepcionarme. Pero cuando la coloco al servicio de mi corazón, tiene una gran y valiosa aliada.

Todo eso es… ¡SABER VIVIR!

No debemos tener miedo de confrontarnos…
…hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.

martes, 8 de marzo de 2016

Unicornio azul


Mi unicornio azul ayer se me perdió,
pastando lo dejé y desapareció;
cualquier información bien la voy a pagar,
las flores que dejó no me han querido hablar.

Mi unicornio azul ayer se me perdió,
no se si se me fue, no se si se extravió
y yo no tengo mas que un unicornio azul,
si alguien sabe de el, le ruego información:
cien mil o un millón yo pagaré.

Mi unicornio azul,
se me ha perdido ayer,
se fue.

Mi unicornio y yo hicimos amistad,
un poco con amor, un poco con verdad,
con su cuerno de añil pescaba una canción,
saberla compartir era su vocación.

Mi unicornio azul ayer se me perdió,
y puede parecer acaso una obsesión,
pero no tengo mas que un unicornio azul
y aunque tuviera dos, yo solo quiero aquél:
cualquier información la pagaré.

Mi unicornio azul,
se me ha perdido ayer,
se fue.

lunes, 8 de febrero de 2016

EN AQUEL TIEMPO





Yo tuve el corazón capaz de lluvia.
Ocurría febrero con sus alas
y el tiempo digital nos puso juntas
las manos y los ojos y los cuerpos:
toda la tierra que el amor excusa.

Igual que el viento en las banderas altas
se comportó en nosotros esta música.

Me fui quedando acompañado y cierto,
entendido en los bosques de mi jungla,
leñador orgulloso de raíces
que no debieron nunca estar ocultas.
Lo de siempre se puso a ser distinto:
el mar entero cupo en una urna,
el hielo de los vasos provenía
de una lejana nieve, nuestra y única,
mis manos migratorias se quedaron
a vivir en tu tierra más profunda
y en mi boca, de siempre descontenta,
dimitían de pronto las preguntas.

Presenciadas por dos cambian las torres,
la muerte aplaza sus gestiones últimas
y estar vivo se agita y condecora.
La muerte debe ser como un espejo
donde uno mira y mira sin ver nunca.
Ven cerca. Más. Que entre los dos no quepa
ninguna muerte ni ninguna duda.
Te hablo desde febrero y desde siempre:
sabemos del amor por lo que alumbra,
por lo que tuerce y acrecienta y rige,
por su forma de andar en la penumbra...
Y así, sobre semanas perseguidas
izamos con esfuerzo nuestra alma. 

martes, 2 de febrero de 2016

Cardos





Junto a la vía muerta, cubierta ya de yedra, las
sillas remueven las aneas.
La madre, con el pecho estirado que termina
en pezón o pasa malagueña, busca ansiosa la boca que 
le revuelva toda.
El hombre, sudoroso, jadeante arranca los ras-
trojos. Las axilas le sudan y hacen estalactitas en la
negra camisa.
La guerra ha terminado y un albor de cartillas,
cupones, de cucharas ancladas a la calle del Ancla,
anuncian las palomas sin laureles en picos.
La madre se rebulle, canta, la voz se le ha 
sumido y adentro en las cavernas las tripas gorgo-
jean.
El niño escupe leche y la abeja vencida rebusca
las vivencias vertidas de la madre.
La madre no es mujer, ni árbol, ni apenas
paisaje. Atada está al terruño secano, esclavizada
toda, como si fuera nada.
Las estrellas se rompen frente a un mar tarta-
mudo.
Las barcas hacen sombra y los viejos marinos
arañan a las redes.
El viento seca el pecho vencido, agotado. Y en
la camisa negra el sudor se hace gris y la sal deja
huella.
Por fin, la gota sale, blanquecina, las grietas se
revientan y un gozoso lamento enternece a los 
cardos.

lunes, 1 de febrero de 2016

El desocupado




Vale lo que su sueño:
lo que pueda valer lo que no sirve.

Vive en un pueblo de preguntas
con torres encendidas
y campanas que tocan siempre solas.
Un pueblo con un río y una casa
y un aire justo para respirarse.

Sin tener que moverse
ha visto, boca arriba, al techo constelado
y al eclipse fatal de la bombilla
que el sueño trae.

Mirando la expansión de la gotera
le vio la cara a la pobreza...

Sin salir a la calle, 
solamente asomándose a la puerta
ha visto
la luminosa raza de los amaneceres,
el crepúsculo y toda su comitiva de colores,
la noche y sus insignias.

Sólo el desocupado
sabe que la pereza es habitable,
que estar tendido tiene parques, puentes,
lunas, caminos cortos entre pinos...

Acaso nadie
se dé más cuenta de la vida.

domingo, 31 de enero de 2016

No te voy a querer






¿No te voy a querer
si es un diezmo el amor?

¿No sientes el fusil de los recaudadores,
aquí, contra la nuca?

sábado, 30 de enero de 2016

exprópiame





yo no quiero que la poesía se me quede
anquilosada en la boca, que me parta la matriz,
yo quiero que te la lleves, que te la lleves toda,
que me vendimies, que me compres la miel,
que me desdigas, deshagas, liberes,
no la quiero más aquí, rota, afónica,
róbamela, sacia con ella tu sed,
conmigo cualquier derrota, triúnfame
la espalda de amapolas sin palabras.

viernes, 29 de enero de 2016

EL CORTIJO




EL CORTIJO
(Demolido hoy)
Está lleno de blanco y de nostalgia. La casa apenas se parece a sí misma en los años.
El emparrado tibio, se quemó en el verano, la madera huesuda, patinada en colores, caprichos de otros dueños.
Las macetas cubren el enlosado, imitando jarrones pre románicos o arbustos esmaltados.
En la entrada, junto al gato de loza, en la puerta mejor, la niña corretea y persigue milanos.
Más lejos, cortando tanto blanco, un alarido, con sus enormes ojos, el pacífico da color al cortijo. Debajo, la hamaca enguatada en color, marca en su centro el centro de otros huecos humanos.
El periódico se une al paisaje -otoño que se hace- las hojas impresas de noticias se vuelven gorriones, pajaritas de anuncios y raros linimentos. Apenas se remontan y remueven, barriendo, las huellas de los perros.
Y perdido, dejado, abandonado, significando siempre lo que es, el pozo se defiende de la enorme piqueta, de tanto apartamento como se le imagina, y repite de nuevo a aquellos que lo saben, los nombres de otros días: Manuel, Maty, Adrián, Carmen, Rafael, Flor, Jazmín, Amor y sólo…eso.


Málaga 1968, Libro: Valle de los Galanes




jueves, 28 de enero de 2016

Recuerdo




Recuerdo

Una pluma 
ha caído
pero arriba
yace un águila.



miércoles, 27 de enero de 2016

la muerte suma siempre de tres en tres




la muerte suma siempre de tres en tres
en un juego de números absurdo
que no somos capaces de comprender,
por eso acristalamos los labios
-relicarios torpes de nuestro amor-
y entonamos viejas canciones con miedo.

martes, 26 de enero de 2016

Garza





No había salido aún el sol,
y la garza volaba sin su sombra.
Era como la luz de la mañana,
aún no usada.

lunes, 25 de enero de 2016

Barcarola






Ay barcarola, plena canción de atardecida.
Se estremecen los peces del lago al escucharte
y el pinar más oscuro te recibe en silencio.
Un escorzo de cisne en la azulada bruma.
Tulipanes, castillos, el espeso brebaje
del ciprés al ocaso y tus manos de nieve.
¡Oh locura del tiempo adensado en el claustro!
Barcarola: se quiebran las olas en la orilla,
se quiebra el corazón bajo el cielo profundo.

domingo, 24 de enero de 2016

Como un libro





Perdido,
abandonado entre filas extrañas,
rehén de congéneres fortuitos que entienden otro idioma,
víctima del azar de un bibliotecario burlón
o de una mano inexperta,
solo y soslayado,
hasta que alguien me encuentre.

sábado, 23 de enero de 2016

DE Bajo la lluvia equivocada





Lo amargo era la piel.
No lo profundo.

Y tenías que morderla hasta su centro,
hasta sentir la muerte
batiendo en la pared de la garganta,
para encontrar un poco de dulzor.

No lo profundo.

viernes, 22 de enero de 2016

Stella matutina






Estrella de la mañana, brillas,
y la alondra canta.
¿Va a empezar el mundo?

jueves, 21 de enero de 2016

VII Y aquel que bebe agua





VII

Y aquel que bebe agua
a la lluvia se remite, 
al rocío evaporado sobre el pétalo,
a la nieve de perfecta contextura,
al deseo de la nube en mar ardiente,
a la palabra siempre oculta de la fuente.

miércoles, 20 de enero de 2016

mañana creerás





mañana creerás que vuelves a vivir en el infierno
y yo te ofrezco el mundo que he creado
con infinidad de normas nuevas e imposibles
difíciles de memorizar, caóticas, cambiantes,
en fase de pruebas para eliminar tus miedos,
no puedo ser tu héroe ni merezco tu fe,
pero inauguraré la tierra para ti cuando amanezca
porque es mejor mi luz que las galernas 

martes, 19 de enero de 2016

Lo terrible







Lo terrible no es la calle sola,
el andén como un reto,
los trenes que perdimos.

Lo terrible no es ni siquiera el dolor.

Lo que duele terrible y zarandea
es que ya sólo queda
recurrir a la vida por tus ojos
que son una distancia casi absurda,
que son un túnel negro de esperanza.