EPITAFIO PARA UNA MUCHACHA |
Porque te fue negado el tiempo de la dicha
tu corazón descansa tan ajeno a las rosas. Tu sangre y carne fueron tu vestido más rico y la tierra no supo lo firme de tu paso. Aquí empieza tu siembra y acaba juntamente -tal se entierra a un vencido al final del combate-, donde el agua en noviembre calará tu ternura y el ladrido de un perro tenga voz de presagio. Quieta tu vida toda al tacto de la muerte, que a las semillas puede y cercena los brotes, te quedaste en capullo sin abrir, y ya nunca sabrás el estallido floral de primavera. |
sábado, 28 de diciembre de 2013
viernes, 27 de diciembre de 2013
Quiero el día que yo muera
Quiero el día que yo muera
poder donar mis riñones, mis ojos y mis pulmones. Que se los den a cualquiera. Si hay un paciente que espera por lo que yo ofrezco aquí espero que se haga así para salvar una vida. Si ya no puedo respirar, que otro respire por mí. Donaré mí corazón para algún pecho cansado que quiera ser restaurado y entrar de nuevo en acción. Hago firme donación y que se cumpla confío antes de sentirlo frío, roto, podrido y maltrecho que lata desde otro pecho si ya no late en el mío. La pinga la donaré y que se la den a un caído y levante poseído el vigor que disfruté. Pero pido que después se la pongan a un jinete, de esos que les gusta el brete. Eso sería una gran cosa yo descansando en la fosa y mi pinga dando fuerte. Entre otras donaciones me niego a donar la boca. Pues hay algo que me choca por poderosas razones. Sé de quien en ocasiones habla mucha bobería; mama lo que no debía y prefiero que se pierda antes que algún comemierda mame con la boca mía. El culo no lo donaré pues siempre existe un confuso que pueda darle mal uso al culo que yo doné. Muchos años lo cuidé lavándomelo a menudo. Para que un cirujano chulo en dicha transplantación se lo ponga a un maricón y muerto me den por culo. |
jueves, 26 de diciembre de 2013
CÓRDOBA
CÓRDOBA |
A Carlos Castilla
«¿A quién pediremos noticias de Córdoba?» Porque las piedras que amabas a la tarde han sido derribadas, talados los cipreses y su claustro de salmos silencioso, destruidos los arcos, el capitel rodó sobre la ortiga y los artesonados aplastaron blasones, soberbia, yelmos, gules... Corrió la lagartija sobre lises y las manos falaces arrasaron vergeles, enmudeció la esquila en la espadaña, abatieron dinteles, picaron tracerías, hundieron hornacinas y a la venta pusieron atauriques, teselas, surtidores, plata ilustre de ofrendas y cobraron monedas de la traición tus hijos, subastaron tus lágrimas, oh madre, patria mía. No había más belleza en este mundo. Por las calles de cal, cuando furtiva ajena sombra iba enamorada, incansable de sol a sol, tejiendo el embeleso luna a luna, telones de murallas, celosías de altas clausuras, palmas de sombra sobre tapias blancas, era ya sólo amor el escenario, la letanía armoniosa de los nombres: Muro de la Misericordia, Alcázar Viejo, Plaza de los Aguayos, Piedra Escrita, Tesoro, Hoguera, Cidros, Mucho Trigo. ¿Qué ramos de tristeza los naranjos al cielo levantaban? ¿Qué soledad y sus arpas de relente enfriaban heridas como joyas? Fuentes cegadas, oigo vuestros caños por la memoria, vivas gargantas sollozantes. Palpo el mármol, los fustes, las verdinas sobre bronces ecuestres. Aromas como anillos ciñen nupcias, suben por galerías desvaídas: jazmín morisco, lilas, ajedrea. Edén siempre perdido, concédeme el recuerdo y su llave de niebla. Don Luis se alejó por la calleja, el Duque miró el ángel dorado del ocaso, volvió al baño Lucano y tus hijos de la campiña fueron a trabajar a Düsseldorf. Amarillas banderas como présagas aves codiciosas enlutaron terrazas. Usura y avaricia la heredad repartieron destruyéndola, dividieron tu duelo, echaron suertes sobre el solar patricio, fonsque sophiae, mientras te disfrazaban percalinas para un siniestro carnaval turístico, oh inmortal, eterna, augusta siempre, oh flor pisoteada de España. |
miércoles, 25 de diciembre de 2013
Olor de amor
Olor de amor |
Hueles de una manera diferente.
Amar es una forma de olor. El cuerpo impone su presencia de aroma que subleva esa selva, ese bosque que somos. No te veo. No llego a tu contacto. Llegan flores raras, deshechas, invisibles. Certidumbre de ti en medio de la noche. Un salvaje rosal es tu olor. Una paloma es, y su vuelo recorre hasta mí el aire. Una profunda cabellera esparcida en el borde de mi memoria. Tu enredado aroma entre mis dedos algo tuyo esconde. Hasta mi llegas cada día hecha olor enmarañado de azucenas y áloes. Trasminas existencias. Te declaras realidad amorosa que responde a mi busca. Llamada que su contestación en mi recoge. Rastro exhalado, huella reconocible, evanescente torre de olorosa verdad. Humano aroma de mujer junto al hombre. Amar es una forma de olor. Llegas fragante. Llego. Nos acoge la onda que huele a vida enamorada, a claveles que en dos bocas se rompen. |
martes, 24 de diciembre de 2013
ENSALADILLA DE NAVIDAD
ENSALADILLA DE NAVIDAD |
José de Valdivieso
La ñora y la aceña, madroños, la braña, lueñes los rebaños, añil la montaña, armiños que añudan piñas y castaña. El gañán ordeña. Gruñe y acompaña al puño mañoso la pezuña huraña. La campiña tañe zampoñas de caña. Retoña la viña. Pequeña, la araña su pañuelo-enseña ciñe a la espadaña. La dueña, en escaño, corpiños de laña, el paño teñido con alheña extraña, hiñe en los barreños, piñatas apaña, cañutos aliña, gañotes rebaña. Bruñen ruiseñores mañanas que empaña la leña, gañidos, cañada y cabaña. Plañen añafiles: —Señora y Compaña... El Niño soñando la ñorba. Y España. |
lunes, 23 de diciembre de 2013
Si esta especie de piel
Si esta especie de piel
que me divide del mundo no fuera tan sutil, podría aun soportar el peso de tu cercanía, el frío del invierno y mi mudo destino de poeta. |
domingo, 22 de diciembre de 2013
Ella
Ella |
Acecha en los crepúsculos de Turner...
J.L. BORGES . Crece el rojo centauro de cuernos de oro. Nubes sangrientas queman el cobre macizo de las montañas. . El mar sofoca el sueño interminable, hiere la niebla Con malvados esplendores. . El ocaso ya se impone, como un milagro, y enferma La soledad de las postales. El ala salvaje entre las ramas Rompe su vuelo con violeta salvaje. La pupila distante entonces intenta su regreso. Incesante en las secretas palabras que el tiempo Acuñara en la piedra o en la nieve, El crepúsculo es un dios de oro en un mundo oscuro. Yo abro los ojos v brama el desierto Desde sus magníficas arenas. Yo no sov el crepúsculo, pero en mí está su esplendor. . Sobre la hierba gris se elevan torres gigantescas. El mar enciende sus vitr ales. Por las paredes ardientes sube el color de mis ojos, Tiembla el horizonte sobre el mármol amarillo como la cabellera De una mujer,] Empaña de esplendor los espejos y los recios Árboles con sus antiguos cantos en las ramas. ¿Quién puede ser más feliz a esta hora en que duerme el cielo Y sueña con magos y milagrerías? De entre las cenizas de la tarde renacen tigres Que al llegar la noche mueren con los ojos fijos en el mar. Mira el paisaje donde habrás de morir un día, Bajo este resplandor de cien espadas hallarás El último rostro, Los terribles colores, la hermosura infinita de los sueños De aquellos que no sueñan, dispersa por las playas, Y verás mi rostro encendido Y amarás mi música Y colocarás esta flor de fuego en tu pecho. Los labios mortales dirán tu nombre con fulgor En las palabras, William Turner. |
sábado, 21 de diciembre de 2013
LIBRE TE QUIERO
Libre te quiero
como arroyo que brinca de peña en peña, pero no mía. Grande te quiero como monte preñado de primavera, pero no mía. Buena te quiero como pan que no sabe su masa buena, pero no mía. Alta te quiero como chopo que al cielo se despereza, se despereza, pero no mía. Blanca te quiero como flor de azahares sobre la tierra, pero no mía. Pero no mía ni de Dios ni de nadie ni tuya siquiera. |
viernes, 20 de diciembre de 2013
Emoción breve
Emoción breve |
Por la escalera azul de la mañana
el deshollinador. Su piel de escamas y sus cejas serpentinas, felices bailan. Todo podrá cambiarse, dice. Nada me toca. |
jueves, 19 de diciembre de 2013
Viejo País
VIEJO PAÍS |
Qué te puedo decir,
a ti, viejo País, que te yergues altivo sobre tu soledad. Tú que sabes del mar por lo que cuenta el viento y que escuchas las piedras bajo de ti, crepitar. Y que el cielo repite, al final de la tarde todo el gran horizonte donde te pierdes tú: Qué te puedo decir, a ti, mi viejo País. Tú que labras las manos de las gentes antiguas que ene l campo trabajan la simiente del pan, que con ojos cansados lloran por tanta ausencia como piedras y trenes les anuncian que hay. Y al final de sus vidas se cobijan ingenuos en el seno tremendo de tu vientre ancestral. Qué te puedo decir, a ti, mi viejo País. Qué te puedo decir a ti, viejo País, si tu barro me sabe al recuerdo infantil de juegos escondidos, olvidados en ti, en plazas, en callejas, en paisajes sin fin. A tu sed de paloma de barraca de feria y a ese secano humilde que te hace infeliz: Qué te puedo decir, a ti, mi viejo País. Tú que entre tus paredes guardas restos de historias con figuras de piedra sin corona y sin lid, tú, que aúpas el vientre de ese Ebro tremendo que te salva a diario de dejar de existir. Y que con ironía desprecias a los vientos que de tierras lejanas te quieren sonreír: Qué te puedo decir, a ti, mi viejo País. |
miércoles, 18 de diciembre de 2013
ETNOLOGÍA: MUJER
ETNOLOGÍA: MUJER |
HACIA QUÉ INFINITO lugar
lanza sus ojos? En sus manos cabe toda geografía de la Tierra y en su gesto un paisaje lunar se llena de silencios. Queda, guarda el recuerdo. Como una sombra emerge y huye a la cadiera: el tiempo ha dibujado sobre su frágil soledad la difícil ternura de los hijos. |
martes, 17 de diciembre de 2013
YO SÉ QUE YA MI VOZ SE VA PERDIENDO...
A Pedro Camacho
Yo sé que ya mi voz se va perdiendo, yo sé que ya mis ojos vuelan poco, sé que de tanto ya sentirme loco loco me estoy volviendo. Sé que mi amor sé fue sin haber sido, que mi vida se va porque así quiere, y que mi anhelo de vivir se muere en pasmo convertido. Sé que esto ya no cuenta y que no es cuento ni el velo ni el desvelo de la noche. Apenas siento deslizarse el río. Al corazón pongo el oído atento. Como Rubén siento pasar un coche y pasa por mi carne un largo frío. |
lunes, 16 de diciembre de 2013
Fábula de la Rosa y el velocípedo
-Cuidado, Doña Perfecta,
-dijo a la rosa el biciclo-.
¿Por qué me sales al paso?
Si no te apartas, te piso....
-Pasa ya, tonto de acero;
no tienes miedo al ridículo.
-El jaramago te adora.
-¡Mentiroso!
-Yo lo he visto.
-Yo nací con la manzana;
vi a Eva en el Paraíso
y habrá rosas de mi estirpe
en el Día del Juicio.
-No sigas, rosa perfecta,
de eso a mí me da lo mismo;
tienes una vida efímera.
-Todo en la vida es efímero
domingo, 15 de diciembre de 2013
PÍOS DESEOS PARA EMPEZAR EL AÑO
PÍOS DESEOS PARA EMPEZAR EL AÑO |
Pasada ya la cumbre de la vida,
justo del otro lado, yo contemplo un paisaje no exento de belleza en los días de sol, pero en invierno inhóspito. Aquí sería dulce levantar la casa que en otros climas no necesité, aprendiendo a ser casto y a estar solo. Un orden de vivir, es la sabiduría. Y qué estremecimiento, purificado, me recorrería mientras que atiendo al mundo de otro modo mejor, menos intenso, y medito a las horas tranquilas de la noche, cuando el tiempo convida a los estudios nobles, el severo discurso de las ideologías -o la advertencia de las constelaciones en la bóveda azul... Aunque el placer del pensamiento abstracto es lo mismo que todos los placeres: reino de juventud. |
sábado, 14 de diciembre de 2013
A una que se bañó en el Río de la cintura abajo y enfermó del aire que le dio
A echar el ojo en remojo
fuiste, Juana, y con donaire diz que echaste el ojo al aire: ¡Mira tú a qué echaste el ojo! Gallego era el aire y luego se te entró a hacerte mal; que sólo por ojo tal se entrara, Juana, un gallego. |
viernes, 13 de diciembre de 2013
Después del primer sueño
Después del primer sueño |
Se casaron los dos, y al otro día
la esposa, con acento candoroso, al despertar, le preguntó al esposo: -¿Me quieres todavía?- |
jueves, 12 de diciembre de 2013
miércoles, 11 de diciembre de 2013
Doce cerditos
Doce cerditos |
Ocho tetitas
tiene mi cerda, ocho tetitas -y orgullosa de ellas. Doce lechoncitos tuvo mi cerda, ocho están gorditos y los otros dan pena. Cuatro biberones para los lechones prepara la abuela, los cría uno a uno con santa paciencia, con mucho cariño, con leche de oveja. Los cuatro cerditos no pueden crecer (biberón de oveja no les sienta bien). En vez de gruñir sólo dicen ¡beee! |
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