A echar el ojo en remojo
fuiste, Juana, y con donaire diz que echaste el ojo al aire: ¡Mira tú a qué echaste el ojo! Gallego era el aire y luego se te entró a hacerte mal; que sólo por ojo tal se entrara, Juana, un gallego. |
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario