Busco la paz, y en triste lucha espiro;
espero y temo, abrásome y me hielo;
odio la tierra sin amar el cielo;
vehemente anhelo, exánime suspiro:
Pido la libertad, siervo me miro;
me elevo ardiente, caigo yerto al suelo;
ciego confío, suspicaz recelo,
vivo en el ocio y a la gloria aspiro:
El dogal que circunda el cuello mío
ni me acaba ni libra, y vivo ahogado;
hallo el placer y mátame el hastío,
odio mi ser, te adoro despechado;
lloro sin pena y sin contento río...
Por ti, cruel, me miro en tal estado.
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