martes, 18 de febrero de 2014

Gacela del mercado matutino




Por el arco de Elvira 
quiero verte pasar 
Para saber tu nombre 
y ponerme a llorar. 

¿Qué luna gris de las nueve 
te desangró la mejilla? 
¿Quién recoge tu semilla 
de llamarada en la nieve? 
¿Qué alfiler de cactus breve 
asesina tu cristal? 

Por el arco de Elvira 
voy a verte pasar 
para beber tus ojos 
y ponerme a llorar. 

¡Qué voz para mi castigo 
levantas por el mercado! 
¡Qué clavel enajenado 
en los montones de trigo! 
¡Qué lejos estoy contigo! 
¡qué cerca cuando te vas! 

Por el arco de Elvira 
voy a verte pasar 
para sufrir tus muslos 
y ponerme a llorar.

lunes, 17 de febrero de 2014

Exceso de equipaje






Exceso de equipaje
Si me dejaran llevar todo lo que extraño
si me dejaran cargar la isla y el milagro
no tendría adónde regresar
no volvería a mí
ni a tus recuerdos

domingo, 16 de febrero de 2014

Adivinanzas






ADIVINANZAS
En los dientes, la mañana,
y la noche en el pellejo.
¿Quién será, quién no será?
-El negro.

Con ser hembra y no ser bella,
harás lo que ella te mande.
¿Quién será, quién no será?
-El hambre.
Esclava de los esclavos,
y con los dueños, tirana.
¿Quién será, quién no será?
-La caña.

Escándalo de una mano
que nunca ignora a la otra.
¿Quién será, quién no será?
-La limosna.

Un hombre que está llorando
con la risa que aprendió.
¿Quién será, quién no será?
-Yo.

sábado, 15 de febrero de 2014

MUSA TRAVIESA





MUSA TRAVIESA
¿Mi musa? Es un diablillo
Con alas de ángel.
¡Ah, musilla traviesa,
Qué vuelo trae!

Yo suelo, caballero
En sueños graves,
Cabalgar horas luengas
Sobre los aires.
Me entro en nubes rosadas
Bajo a hondos mares,
Y en los senos eternos
Hago viajes.
Allí asisto a la inmensa
Boda inefable,
Y en los talleres huelgo
De la luz madre;
¡Y con ella es la oscura
Vida, radiante,
Y a mis ojos los antros
Son, nidos de ángeles!
Al viajero del cielo,
¿Qué el mundo frágil?;
Pues ¿no saben los hombres
Qué encargo traen?
¡Rasgarse el bravo pecho,
Vaciar su sangre,
Y andar, andar heridos,
Muy largo el valle,
Roto el cuerpo en harapos,
Los pies en carne,
Hasta dar sonriendo
—¡No en tierra!— exánimes!
Y entonces sus talleres
La luz les abre,
Y ven lo que yo veo:
¿Qué el mundo frágil?
Seres hay de montaña,
Seres de valle,
Y seres de pantanos
lodazales.

De mis sueños desciendo,
Volando vanse,
Y en papel amarillo
Cuento el viaje.
Contándolo me inunda
Un gozo grave;
Y cual si el monte alegre,
Queriendo holgarse,
Al alba enamorando
Con voces ágiles,
Sus hilillos sonoros
Desanudarse,
Y salpicando riscos,
Labrando esmaltes,
Refrescando sedientas
Cálidas cauces,
Echáralos risueños
Por falda y valle;
Así al alba del alma
Regocijándose,
Mi espíritu encendido
Me echa a raudales
Por las mejillas secas
Lágrimas suaves.
Me siento cual si en magno
Templo oficiarse;
Cual si mi alma por mirra
Vertiese al aire;
Cual si en mi hombro surgieran
Fuerzas de Atlante,
Cual si el sol en mi seno
La luz fraguase;
Y estallo, hiervo, vibro;
¡Alas me nacen!

Suavemente la puerta
Del cuarto se abre,
Y éntranse a él gozosos
Luz, risas, aire.
Al par da el sol en mi alma
¡Por la puerta se ha entrado
Y en los cristales:
Mi diablo ángel!
¿Qué fue de aquellos sueños,
De mi viaje,
Del papel amarillo,
De llanto suave?
Cual si de mariposas,
Tras gran combate,
Volaran alas de oro
Por tierra y aire,
Así vuelan las hojas
Do cuento el trance.
Hala acá el travesuelo
Mi paño árabe;
Allá monta en el lomo
De su incunable;
Un carcax con mis plumas
Fabrica y átase;
Un sílex persiguiendo
Vuelca un estante,
Y ¡allá ruedan por tierra
Versillos frágiles,
Brumosos pensadores.
Lópeos galanes!
De águilas diminutas
Puéblase el aire:
¡Son las ideas, que ascienden,
Rotas sus cárceles!
Del muro arranca, y cíñese,
Indio plumaje:
Aquella que me dieron
De oro brillante,
Pluma, a marcar nacida
Frentes infames,
De su caja de seda
Saca, y la blande;
Del sol a los requiebros
Brilla el plumaje,
Que baña en áureas tintas
Su audaz semblante.
De ambos lados el rubio
Cabello al aire,
A mi súbito viénese
A que lo abrace.
De beso en beso escala
Mi mesa frágil;
¡Oh, Jacob, mariposa,
Ismaelillo, ¡árabe!
¿Qué ha de haber que me guste
Como mirarle
De entre polvo de libros
Surgir radiante,
Y, en vez de acero, verle
De pluma armarse,
Y buscar en mis brazos
Tregua al combate?
Venga, venga. Ismaelillo:
¡La mesa asalte,
Y por los anchos pliegues
Del paño árabe
En rota vergonzosa
Mis libros lance,
Y siéntese magnífico
Sobre el desastre,
Y muéstrese sonriendo,
Roto el encaje,
—¡Qué encaje no se rompe
En el combate!—
Su cuello, en que la risa
Gruesa onda hace!
¡Venga, y por cauce nuevo
Mi vida lance,
Y a mis manos la vieja
Péñola arranque,
Y del vaso manchado
La tinta vacié!
¡Vaso puro de nácar:
Dame a que harte
Esta sed de pureza
Los labios cánsame!
¿Son éstas que lo envuelven
Carnes, o nácares?
La risa, como en taza
De ónice árabe,
En su incólume seno
Bulle triunfante:
¡Hete aquí, hueso pálido,
Vivo y durable!
¡Hijo soy de mi hijo!
¡Él me rehace!

¡Pudiera yo, hijo mío,
Quebrando el arte
Universal, muriendo,
Mis años dándote,
Envejecerte súbito,
La vida ahorrarte!
Mas no ¡que no verías
En horas graves
Entrar el sol al alma
Y a los cristales!
Hierva en tu seno puro
Risa sonante;
Rueden pliegues abajo
Libros exangües;
Sube, Jacob alegre,
La escala suave;
Ven, y de beso en beso
Mi mesa asaltes:
¡Pues ésa es mi musilla,
Mi diablo ángel!
¡Ah, musilla traviesa,
Qué vuelo trae!

viernes, 14 de febrero de 2014

Soneto




Porque dejaste el mundo de dolores
buscando en otro cielo la alegría
que aquí, si nace, sólo dura un día,
y eso entre sombras, dudas y temores.

Porque en pos de otro mundo y de otras flores
abandonaste esta región sombría,
donde tu alma gigante se sentía
condenada a continuos sinsabores.

Yo vengo a decir mi enhorabuena
al mandarte la eterna despedida
que de dolor el corazón me llena;

que aunque cruel y muy triste tu partida,
si la vida a los goces es ajena,
mejor es el sepulcro que la vida.

jueves, 13 de febrero de 2014

A una mujer




SI fuese rey, hermosa, ¡con qué placer daría
mi cetro, mi corona, mi pueblo fiel de hinojos,
mis termas, mis carrozas, mi regia pedrería,
mi flota que las ondas del mar fatigaría,
por contemplar tus ojos!
.
Si fuese Dios, daría la tierra y sol fecundos,
el ángel, los espíritus en dura cárcel presos,
del espantoso caos los ámbitos profundos,
el éter, lo infinito, los cielos y los mundos,
¡por uno de tus besos!

miércoles, 12 de febrero de 2014

Renunciamiento.





Renunciamiento.
Perdonadme, Señor, mi semblante afligido;
bajo la feliz frente colocasteis las lágrimas:
de tus dones, Señor, es el que no he perdido.

Don menos codiciado, quizá sea el mejor.
Yo ya no he de morir en vínculos de encanto;
os los devuelvo todos, ¡ay, adorado Autor
para mí sólo tengo la sal que deja el llanto!

A los niños las flores, a la mujer la sal;
para que limpiéis mi vida he de entregaros,
cuando esta sal, Señor, lave mi alma, lustral,
volvedme el corazón, para siempre adoraros.

Toda extrañeza mía del mundo de ha extinguido
y se despidió el alma dispuesta a volar
para alcanzar el fruto, al misterio cogido,
que la púdica Muerte sólo ha de cosechar.

Señor, con otras madres sé tierno mientras tanto,
por la tuya y por lástima de esta pena que ves...
Bautízales los hijos con nuestro amargo llanto
y levanta a los míos caídos a tus pies.

martes, 11 de febrero de 2014

EL REGISTRO





EL REGISTRO
No podía dormirme, oía
como un fragor de manos tanteando
en los cristales, como un advenimiento
furtivo de peligro. Al fondo
de la casa, en los arcones
que nadie registró, crujían
los papeles prohibidos, delataban
su oculta furia al borde
de la noche infantil, entrechocando
con las trémulas sábanas.

¿Todavía
vendrán, irán golpeando
con el fusil los muebles, la ceniza
de las últimas letras desterradas?
¿Vendrán ahora, cuando
ya no podemos encender
más que una sola luz
entre tanta invasión de andar a tientas?

Altas banderas, himnos
de victoriosos fraudes, confundían
sus odios con mi miedo, me marcaban
con no sé qué inminencia
de huérfana verdad.

¿Quién llamaba a las puertas, desatando
iras azules contra las reliquias
clandestinas del sueño,
contra el vituperable
delito de ser libre? (María,
Rafael, ¿estáis dormidos?)

Pero ya resonaban las pisadas
cerca del corredor, ya se sentían
llegar entre una fétida
bocanada de vino
fermentado y subrepticia pólvora.

Oh qué voraces grietas de madera
familiar destruida, qué iracundos
papeles borbotando a chorros
desde el brocal de los arcones.
(María, Rafael, que ya es la hora:
ya todo terminó, ya somos tiempo.)

lunes, 10 de febrero de 2014

En el exilio






EN EL EXILIO
En el exilio...
¡cuántas palabras bastan
para formar un muro transparente
contra el olvido!
¡Cuántas imágenes viviendo en sus mentes
el esplendor de un momento!
¡Cuántas noches de alcohol para no pensar
en los dispersos huesos insepultos!

Y por tu patria y por tus héroes
viste yacer tantos muertos en las calles,
viste las tumbas de tu gente empolvadas,
de aquellos que engendraron en ti un ideal,
aquellos que murieron sin aviso,
sin réplica ni traba;
aquellos que ni la cárcel, ni la muerte, ni el exilio
podrán su voz callar;
aquellos que como tú vivirán en el exilio
y aprenderán a calentarse el corazón tan solo de recuerdos
de una patria que nunca volverán a mirar.

domingo, 9 de febrero de 2014

Hoy que amontona fiestas y alegrías...



Hoy que amontona fiestas y alegrías
la madre más fecunda y la más santa,
dando a sus buenos hijos toda cuanta
honra les dio partida en muchos días,

subid, deseos y esperanzas mías,
donde se goza lo que aquí se canta,
sin temer la grandeza que os espanta
de aquellas celestiales jerarquías.

Penetrad los palacios soberanos
hasta el trono do asiste el Rey que juzga
y gobierna y sustenta a los mortales;

y ved si entre sus nobles cortesanos
habrá por gran favor quien me introduzca
siquiera en el zaguán o en sus umbrales.

sábado, 8 de febrero de 2014

El descenso








Sí, esta tarde no es imagen, 
las nubes son rosas, sí, 
las rosas son vida, sí. 

Esta tarde tú eres tú, 
no es nube el amor en mí, 
es vida la rosa en mí.

viernes, 7 de febrero de 2014

NUESTRA VOZ






NUESTRA VOZ
Para que los pasos no me lloren,
canto.
Para tu rostro fronterizo del alma
que me ha nacido entre las manos:
canto.
Para decir que me has crecido clara
en los huesos amargos de la voz:
canto.
Para que nadie diga: tierra mía!,
con toda la decisión de la nostalgia:
canto.
Por lo que no debe morir, tu pueblo:
canto.
Me lanzo a caminar sobre mi voz para decirte:
tu, interrogación de frutas y mariposas silvestres,
no perderás el paso en los andamios de mi grito,
porque hay un maya alfarero en su corazón,
que bajo el mar, adentro de la estrella,
humeando en las raíces, palpitando mundo,
enreda tu nombre en mis palabras.
Canto tu nombre, alegre como un violín de surcos,
porque viene al encuentro de mi dolor humano.
Me busca del abrazo del mar hasta el abrazo del viento
para ordenarme que no tolere el crepúsculo en mi boca.
Me acompaña emocionado el sacrificio de ser hombre,
para que nunca baje al lugar donde nació la traición
del vil que ato su corazón a la tiniebla inegándote!

jueves, 6 de febrero de 2014

Ciudad Caledonia


"Todo en este país, él y la tierra donde se asienta, parece inconcluso, como si Dios lo hubiera dejado a medio hacer, recelando de la obra. Y tal el país, la ciudad. Esta ciudad ha sido cárcel tuya varios años, excepto para el trabajo, inútiles en tu vida, agostando y agostando la juventud que aún te quedaba, sin recreo ni estímulo exterior, igual aridez en los seres y las cosas. Como la ciudad es, fachadas rojas manchadas de hollín, repitiéndose menudas en la perspectiva, cofre chino que en su cofre encerrara otro, y éste otro, y éste otro, así los seres que ellos habitan: monotonía, vulgaridad, repelente en todo ¿Cómo llenar las horas de esta existencia sin fondo?
Divinidad de dos caras, utilitarismo, puritanismo, es aquella a que puede rendir culto tales gentes, para quienes pecado resulta cuanto no devenga en provecho tangible. La imaginación les es tan ajena como el agua al desierto, incapaces de toda superfluidad generosa y libre, razón y destino mismo de la existencia. Y allá en el fondo de tu ser , donde yacen instintos crueles, hayas que no sabrías condenar un sueño: la destrucción de este amontonamiento de estos nichos administrativos. Acaso fuese ello acción bienechora, retribución justa a la naturtaleza y la vida que así desconocido, insultado y envilecido."
Texto de Luis Cernuda – Ocnos

miércoles, 5 de febrero de 2014

Felix con guitarra



En el bar, la rancia morenez de les gitanos
—mendigos de propinas por su toque y por su cante—
quedó pasmada al ver los fragilísimos dedos
del filiforme Félix mimoseando en la guitarra.

Bares son en los que el pescador no pesca: simples
radas marginales que enajenan al marino,
caldo de cultivo para el ciudadano harto,
desfogue del administrativo emancipado,
de la hija de papá y del forastero ávido,
de protésicos—viajantes—locos—y—mecánicos,
de todo aquel, en fin, ansioso de desbordar
los límites hirientes de sus callosas manos,
su rígida espalda curva —en la cerviz un clavo—
o el molde circunstancial de su conciencia ahormada.
Entonces las entrañas maduran gritos, canciones
que las oes boquiabiertas hacen solidarias
en un vuelco incierto de galáxicas miradas.

Cuando el silencio cundió —un parto del cansancio—
como si fueran los zorros pasos de una araña,
Félix capturó la sumisión de los gitanos
porque sus dedos sapientísimos no tocaban,
sino que dúctilmente acariciaban, besaban,
amorosaban —eso— las cuerdas de la guitarra

martes, 4 de febrero de 2014

A Guido






A Guido
Tú Guido, y yo con Lapo desearía
que fuésemos por alto encantamiento
puestos en un bajel que a todo viento
a nuestra voluntad bogara y mía.


Y ni mal tiempo o tempestad bravía
nos pudiese causar impedimento,
antes creciese en el común contento
el deseo de estar en compañía.


Y allí el encantador condescendiente
también pudiese a nuestras damas bellas,
Beatriz, Juana y la que Safo adora:


¡Y hablando allí mi amor eternamente,
tan satisfechas cual nosotros ellas,
se nos huyese un siglo como una hora!

lunes, 3 de febrero de 2014

El sembrador




EL SEMBRADOR
Es la hora solemne del crepúsculo.
Bajo la parra del portal sentado,
miro el fulgor postrero que ilumina
los últimos afanes del trabajo.
.
En la tierra, que tornan renegrida
la sombra nocturnal y el corvo arado,
conmovido contemplo a un achacoso
sembrador que á los surcos lanza el grano.
.
Sobre el mudo horizonte se destaca
el escueto perfil de aquel anciano,
que deja ver, al rayo del poniente,
sombra en sus ojos y en su cuerpo harapos.
.
Y siento, al ver cuál lanza la futura
mies bendecida entre los surcos anchos,
la fe, la fe profunda que él abriga
en el útil transcurso de los años.
.
Recorre la llanura ilimitada,
pasa, vuelve, prosigue. Los puñados
lanza, y torna á lanzar, de la simiente
entre la vaga oscuridad del llano.
.
Y yo, mudo testigo, lo contemplo
y medito á la vez...La noche en tanto
confunde, al empañar los horizontes,
la negra tierra con el negro espacio.
.
Y parece que el viejo pensativo,
al extender con majestad la mano,
arroja al infinito la semilla
que en el surco del cielo son los astros.

domingo, 2 de febrero de 2014

POR DEBAJO DEL AGUA






Por debajo del agua
te busco el pelo,
por debajo del agua,
pero no llego.
Por debajo del agua
de tu cintura:
tú me llamas arriba
para que suba.
Para que suba al aire
de tu mirada;
mi corazón me enciende,
luego se apaga.
Te busco el pelo
por debajo del agua,
pero no llego.

sábado, 1 de febrero de 2014

El pie ligero


Salvar tiempo y distancia
-moroso empeño siempre a la fatiga-,
milagro es en vosotros de elegancia,
¡oh, pies alados de la dulce amiga!
Pies alados, pies breves,
aquí de mis querellas:
¿cómo pisáis tan frágiles y breves
si dejáis al pisar tan hondas huellas?