miércoles, 23 de abril de 2014

Vive dices en el presente





Vive, dices, en el presente;
vive sólo en el presente.

Pero yo no quiero el presente, quiero la realidad;
quiero las cosas que existen, no el tiempo que las mide.

¿Qué es el presente?
Es una cosa relativa al pasado y al futuro.
Es una cosa que existe en virtud de que otras cosas existan.
Quiero sólo la realidad, las cosas sin presente.

No quiero incluir el tiempo en mi esquema.
No quiero pensar en las cosas como presentes;
quiero pensar en ellas como cosas.
No quiero separarlas de sí mismas, tratándolas como presentes.

Ni como reales debería tratarlas.
No debería tratarlas como nada.

Debería verlas, sólo verlas;
verlas hasta no poder pensar en ellas,
verlas sin tiempo, ni espacio,
ver pudiendo dispensar todo menos lo que se ve.
Es ésta la ciencia de ver, que no es ninguna.

martes, 22 de abril de 2014

Mutis






Era más romántico quizá cuando
arañaba la piedra
y decía por ejemplo, cantando
desde la sombra a las sombras,
asombrado de mi propio silencio,
por ejemplo: "hay
que arar el invierno
y hay surcos, y hombres en la nieve"
Hoy las arañas me hacen cálidas señas desde
las esquinas de mi cuarto, y la luz titubea,
y empiezo a dudar que sea cierta
la inmensa tragedia
de la literatura.

lunes, 21 de abril de 2014

Poesía


 
No sé si soy así, ni si me llamo
así como me llaman diariamente;
sé que de amor me lleno dulcemente
y en voz a borbotones me derramo.

Lluvia sin ocasión, huerto sin amo
donde el fruto se cae sobradamente
y donde miel y tierra, juntamente,
suben a mi garganta, tramo a tramo.

Suben y ya no sé donde coincide
mi angustia con mi júbilo, ordenando
esta razón sonora y sucesiva.

Y estoy condecorado, aunque lo olvide,
por un antiguo nombre en que cantando
voy a mi soledad definitiva.

domingo, 20 de abril de 2014

El árbol azul





El árbol azul

Un árbol azul ordena el universo.
Sus hojas destilan sobre la tierra lluvia o miel
y nace a su alrededor un espacio indeleble,
la zona donde duerme el pájaro real.

sábado, 19 de abril de 2014

Aquella misma hora







Estabas tras la mesa del despacho
dictando normas, tu verdad estéril,
cuando la asfixia recorrió tu pecho.

Yo, sin verdad alguna, mas siguiendo
con desprecio las leyes que imponías,
morí de asfixia yendo por la calle.

Sobre tí y sobre mí vuelan ahora
las alas lentas de los mismos cuervos.

viernes, 18 de abril de 2014

Los bárbaros







Los bárbaros

Tu queja es inútil. Lo dijeron antes
de nosotros: fuimos los bárbaros
que ignoramos todo del más alto idioma,
y es más: lo mancillamos.

Pero los dogmáticos fueron
bárbaros también, y en su idioma
encendieron fogatas donde ardieron
padres iconoclastas y más antiguos.

Ahora hombres sin fe en nosotros hablan
y así nos niegan. Hijos que nos obligan
a la pócima engañosa de lo viejo.

Igual la plaza no está asediada
ni vencida. Todos ardemos
en el torbellino del fuego del idioma.


Miguel Gaya (Ayacucho, 1953), inédito

jueves, 17 de abril de 2014

Camino




Camino 

Aquí estás, camino de siempre, 
hacia adelante, rota 
la aspiración rosada, luna 
que empalidece toda cosa. 

Aquí estás y debes andar, 
caminar como el agua absorta 
por el torcido cauce, altos 
los muros rojos, y a deshora. 

Como el agua inmóvil transcurres 
hacia un lejos, playa remota, 
ya confusas historia y pena, 
lejana la pena, la historia... 

miércoles, 16 de abril de 2014

Cuchillos en abril





Cuchillos en abril


Odio a los adolescentes.
Es fácil tenerles piedad.
Hay un clavel que se hiela en sus dientes
y cómo nos miran al llorar.
Pero yo voy mucho más lejos.
En su mirada un jardín distingo.
La luz escupe en los azulejos
el arpa rota del instinto.
Violentamente me acorrala
esta pasión de soledad
que los cuerpos jóvenes tala
y quema luego en un solo haz.
¿Habré de ser, pues, como éstos?
(La vida se detiene aquí)
Llamea un sauce en el silencio.
Valía la pena ser feliz

martes, 15 de abril de 2014

Asturias





Asturias, si yo pudiera,
si yo supiera cantarte...
Asturias verde de montes
y negra de minerales.
Yo soy un hombre del Sur
polvo, sol, fatiga y hambre,
hambre de pan y horizontes...
¡Hambre!
Bajo la piel resecada
ríos sólidos de sangre
y el corazón asfixiado
sin venas para aliviarte.
Los ojos ciegos, los ojos
ciegos de tanto mirarte
sin verte, Asturias lejana,
hija de mi misma madre.

Dos veces, dos, has tenido
ocasion para jugarte
la vida en una partida,
y las dos te la jugaste.
¿Quién derribará ese árbol
de Asturias, ya sin ramaje,
desnudo, seco, clavado
con su raíz entrañable
que corre por toda España
crispándonos de coraje?
Mirad, obreros del mundo
su silueta recortarse
contra este cielo impasible
vertical, inquebrantable,
firme sobre roca firme,
herida viva de su carne.

Millones de puños gritan
su cólera por los aires,
millones de corazones
golpean contra sus cárceles.

Prepara tu salto último
lívida muerte cobarde
prepara tu último salto
que Asturias esta aguardándote
sola en mitad de la Tierra,
hija de mi misma madre.


Pedro Garfias.

lunes, 14 de abril de 2014

LUNA





¿ SABÉIS? Sobre las aguas cerradas del sueño,
en medio de la noche, la luna baila
pletórica y obscena, gozada por los pájaros.

La luna baila arriba,
tras de ese tragaluz que da a la muerte. Baila
para el mundo invertido de la noche,
circo negro y azul en que la tierra
dura es trapecio y trampolín. Y donde
un silencio final anuncia el número difícil.

La luna está desnuda, sin enigma,
y se tumba en las aguas, como un faquir.
Desde la estrella el mito aplaude, aplaude.

Los párpados aplauden, niños pobres
a los que el triste muro separa.
Aplauden a la estrella que ríe, a la luna que baila,
a la luna que baila y que no ven
sino en su frío y luminoso eco.

domingo, 13 de abril de 2014

NO ME DEJES VIVIR







NO ME DEJES VIVIR


No me dejes vivir.
Ahógame en lo alto.
Sobre tu cuerpo enfurecido.
No me dejes vivir...
Hay navíos que abaten en el largo descenso
su arboladura amarga.

sábado, 12 de abril de 2014

POEMA DEL NO







                                    Me decías que no. Por tu mirada
                        pasaban barcos lentamente. Había
                        gaviotas en tus ojos, en tus blandos,
                        oscuros ojos grandes,
                        donde iba cayendo la amargura
                        como un anochecer de altas sirenas
                        en los puertos del Sur.
                        Me decías que no serenamente.
                        Era un no original, que ya existía
                        antes que tú, que hablaba por sí mismo
                        mientras que tú, impotente, absorta, fijos
                        en mí tus ojos, lo sentías vivo,
                        palpabas su raíz por tus adentros.
                        Era un no adivinado,
                        mudo, pesadamente silencioso.
                        Tu duro cuerpo tibio
                        me decía que no, sin causas, iba
                        replegándose, como
                        si volviese a la infancia. Tú no eras.
                        Me decías que no, y en tu mirada
                        cabalgaba un dolor que yo diría
                        maternal. Un dolor implorando
                        comprensión. Un no de contenida
                        pesadumbre, pero total, abierto,
                        levemente asomado
                        a las playas del llanto.
                        Me decías que no lejana, sola,
                        terriblemente sola, maniatada,
                        sin un porqué donde apoyarte, pero
                        era no, era no, sin gritos, no...

                                    Los puertos, las sirenas,
                        los barcos en la noche, todo iba
                        perdiéndose, alejándose.
                        Yo, delante de ti, triste, abatido.

viernes, 11 de abril de 2014

RELOJ DE AUTÓMATAS





RELOJ DE AUTÓMATAS

La cúpula redonda y azulada
resume en oro las constelaciones,
y los emblemas de las estaciones
trenzan su alegoría confinada.
Apolo y Dafne miran figurada
la tierra, con sus sierpes y leones;
el mar, con sus nereidas y tritones,
asiste a Venus tersa y acerada.
Así el mundo cifrado en hermosura
ofrece musicada la impostura
para refugio de quien nada espera:
el latir de los flejes y espirales,
el calor de los jaspes y metales,
el consuelo del plano y de la esfera

jueves, 10 de abril de 2014

Poesia catalana






A Joan Vinyoli
Si en el camí perdut entre gatsaules
Trob el repòs en un matí de calç
I consir el passat, en curs de faules
Que m'he compost en inútil trasbals;
I contemple el país, joc de retaules:
El bosquet i el castell, i uns núvols alts
Que em fan present l'hivern, sense paraules,
I el fullam cruix, m'ullprenc dels propis mals.
De quin secà sóc hereu? I en la ment
Debat amb mi la sort que em fa clement
I em crec l'epíleg d'una història feta.
I al desboscat, pel brossall, indolent,
Em són conhort l'ocell que fuig, fuent,
O els ulls d'un carboner en balma secreta.

miércoles, 9 de abril de 2014

Consolación de la literatura




Consolación de la literatura

Por las aguas del cuerpo y de la mente,
la ciudad fluye hacia ninguna parte.
De vivir nos consuela sólo el arte,
que es estar con la gente, sin la gente.

martes, 8 de abril de 2014

Secreto




Secreto

No pesa. No se toca, no se mueve. Nacido
del hueco, del silencio: un hoyo grave,
un monte, un abandono.

¿Se querían?
Silencio.

Vuelan hacia el oeste
lejanos se querían.
Vuelan con llanto y miedo,
con frío y desventaja.
Los labios, despoblados de verbos en desuso,
la palabra, en harapos que los aires esparcen.

No responden las sombras ni los días plegados.
No contesta el espejo ni el armario vacío.
La razón de los pasos se ha borrado en el aire.

lunes, 7 de abril de 2014

Deseé alguna vez que un poeta me amase...




Deseé alguna vez que un poeta me amase...

Deseé alguna vez que un poeta me amase
Ahora duelen sus poemas en mi cuerpo‚
algo de mí que en él se reconoce hasta quebrar la imagen
de todo lo que fui.
Ahora deseo que me amase tanto que dejara de amarme
y sus palabras fuesen nieve
que el sol de junio fundiese entre mis pechos‚
allí donde su aliento insiste en acallar
esta tristeza antigua que siempre me acompaña.

(de "Semillas para un cuerpo", 1988)

domingo, 6 de abril de 2014

Si lloviera



A José María Balcells

Si lloviera estoy seguro que escribiría un poema.
¿Lloverá si empiezo a escribir?
Qué gran silencio ¿Qué es lo que todo parece esperar?
¿Qué será el poema?

***** 


Llovía, y de pronto ha dejado de llover.
Escribía, y de pronto he dejado de escribir.

*****

Jardín de arena:
contempla los dibujos
tras la tormenta.

*****    

Jardín de arena.
Con las últimas lluvias,
flores de piedra.