jueves, 30 de abril de 2009

SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARÉ


















Testigo soy de ti, tierra en los ojos,
patria aprendida, línea de mis párpados,
lóbrega letra que le entró con sangre
a la caligrafía de mis labios.

Y digo el gesto tuyo, doy detalles
del rostro, los regalo
amargamente al viento en estas hojas.
Oh piedra hendida. Tú. Piedra de escándalo.

Retrocedida España,
agua sin vaso, cuando hay agua; vaso
sin agua, cuando hay sed. “Dios, qué buen
vassallo,
si oviesse buen...”
Silencio.

miércoles, 29 de abril de 2009

Frente a frente

















Es cosa de mirarse frente a frente
en tu terrestre espejo cada día.
Es cosa de decir: yo te querría
si te fueras haciendo diferente.

Faltan brazos y pueblo. Sobra gente.
Dicen que no hay manera. Pero habría.
Ruedo ibérico. Sangre en romería.
La piel de un toro de cuerpo presente.

Te estoy diciendo, España, que te cuides.
Nadadora de tanto y tanto río,
a ver si aprendes a guardar tu ropa.

Por lo que quieras más, no te suicides.
Yo digo: ¡qué país!, y luego: ¡el mío,
dejado de la mano de su Europa!

martes, 28 de abril de 2009

Un mundo para dos








Yo también tenía una parte humana
No hagas caso de mi maldad
Yo también tenía aspiraciones
Yo también esperaba algo de la vida
Basta ya no me eches a la cara mi fealdad
Todos los días una mujer llora en mi cara
Mis manos tienen grandes aflicciones
¿No entiendes?
Tú eres así tan bella por haber sido amada
Yo soy tan feo por no haberlo sido

lunes, 27 de abril de 2009

Esperandolo


























ESPERANDOLO
Por la mañana
me alzo como gacela
gozosa entre el monte
esperándote.

Al medio día,
hundida entre flores,
voy dibujando
tu nombre en el vientre de agua del río.

En el crepúsculo,
llena de amor, me doblo
y luego voy a esperarte
a que vengas en la noche,
a que vengas a posarte en mí como un pájaro
y ondees tu cuerpo
como bandera
sobre mi cuerpo.

domingo, 26 de abril de 2009

Reposo

















Una tristeza del tamaño de un pájaro.
Un aro limpio, una oquedad, un siglo.
Este pasar despacio sin sonido,
esperando el gemido de lo oscuro.
Oh tú, mármol de carne soberana.
Resplandor que traspasas los encantos,
partiendo en dos la piedra derribada.
Oh sangre, oh sangre, oh ese reloj que pulsa
los cardos cuando crecen, cuando arañan
las gargantas partidas por el beso.

Oh esa luz sin espinas que acaricia
la postrer ignorancia que es la muerte.

sábado, 25 de abril de 2009

El lector


















" La casa estaba callada y el mundo estaba sereno,
el lector se convirtió en libro; y noche de verano.
Era como el ser consciente del libro.
Las palabras eran habladas como si hubiese libro,
excepto que el lector se reclinaba sobre la página,
quería reclinarse, quería tanto ser
el escolar para quien el libro es verdad, para quien
la noche de verano es como una perfección del pensamiento.
La casa estaba callada porque debía estarlo,
el silencio era parte del significado, parte de la mente,
el acceso de perfección a la página,
y el mundo estaba sereno. La verdad en un mundo sereno,
en el cual no hay otro significado, el mismo
está sereno, el mismo es verano y noche, el mismo
es el lector reclinado tarde y leyendo ahí "

Wallace Stevens

viernes, 24 de abril de 2009

ÁRBOL DE MI ALMA



















ÁRBOL DE MI ALMA

Como un ave que cruza el aire claro
Siento hacia mí venir tu pensamiento
Y acá en mi corazòn hacer su nido.
Ábrese el alma en flor: tiemblan sus ramas
Como los labios frescos de un mancebo
En su primer abrazo a una hermosura:
Cuchichean las hojas: tal parecen
Lenguaraces obreras y envidiosas,
A la doncella de la casa rica
En preparar el tálamo ocupadas:
Ancho es mi corazòn, y es todo tuyo:
Todo lo triste cabe en él, y todo
Cuanto en el mundo llora, y sufre, y muere!
De hojas secas, y polvo, y derruidas
Ramas lo limpio: bruño con cuidado
Cada hoja, y los tallos: de las flores
Los gusanos del pétalo comido
Separo: oreo el césped en contorno
Y a recibirte, oh pájaro sin mancha!
Apresto el corazòn enajenado!

jueves, 23 de abril de 2009

Poesía en lingua galega






















Lume por aquí e acola,
lume por todo,
mares de lapas
quiemando os corpos.

Os nosos corpos:
o teu ardendo,
o meu máis morno.

Unha lapa prendenos na lúa
co mel na boca,
volve a baixar,
fica na roupa.

Os nosos corpos:
o meu ardendo,
o teu máis morno.

Encadeote a min
cunha lapa que me atopa.
Morramos xuntos de pracer
Axiña, moi axiña,
¡xa!, hoxe.

miércoles, 22 de abril de 2009

MI SUEÑO























Sueño a menudo el sueño sencillo y penetrante
de una mujer ignota que adoro y que me adora,
que, siendo igual, es siempre distinta a cada hora
y que las huellas sigue de mi existencia errante.

Se vuelve transparente mi corazón sangrante
para ella, que comprende lo que mi mente añora;
ella me enjuga el llanto del alma cuando llora
y lo perdona todo con su sonrisa amante.

¿Es morena ardorosa? ¿Frágil rubia? Lo ignoro.
¿Su nombre? Lo imagino por lo blando y sonoro,
el de virgen de aquellas que adorando murieron.

Como el de las estatuas es su mirar de suave
y tienen los acordes de su voz, lenta y grave,
un eco de las voces queridas que se fueron...

martes, 21 de abril de 2009
















CON ESA MANÍA DE PREGUNTARME

Había nacido simultáneamente al beso
y lo reconocía
cada tarde pidiendo
que la llevara al cine
a donde tú quieras
y no hacía más que estarse a mí
o se desdecía
sin importarle nada.
A pocos días del final,
cuando reflexionaba,
quedábase hasta el cuello en el agua de las eles
y se le hizo corriente mirar
y no saber lo que miraba.
“pues claro que no
¿por qué tiene que pasarme algo?”
Por las mañanas llegábamos hasta la playa
y las cosas discurrían mejor:
estaba el sol con sus fusiles
el mar completo
y se acidulaba besando
o con esa manía de preguntarme
si de verdad me gustaba mucho.
“pues tú también, de veras”.
Entre la ropa tenía un sexo de dieciocho años
y no pidió nada a excepción de su orgullo,
Desde allí yo observé como extraía
manzanas y lágrimas grandes
así que no tuve otro remedio que quererla,
o, sobre todo, cuando se ponía:
“¡pero cómo va a ser esto
lo mismo para ti que para mí!”

lunes, 20 de abril de 2009

¿Recuerdas...



















¿Recuerdas la alberca verde y serena
de terciopelo tacto y amor ciego,
allí donde tu cuerpo fue mi fuego
y no tenerte, mi amor, fue mi pena?

Miradas y sonrisas que se fueron
difuminando en aquella tarde eterna
anclándome por siempre en la condena,
el lugar donde triste me pusieron.

Mi torpe corazón en ti incidía
ajeno a la razón y a mi cabeza
luchando por tu amor sin cobardía.

Quererte ha sido siempre mi firmeza
mi sueño, mi ambición y mi osadía
y no tenerte ha sido mi tristeza.

domingo, 19 de abril de 2009

Me moriré...


















Me moriré cien veces y otras cien
y mis huesos blancos, polvo y ceniza
conservarán poca alma o casi nada,
una nada carmesí, enamorada.


I Bang Won

sábado, 18 de abril de 2009

Mantilla andaluza























MANTILLA ANDALUZA

Por qué no acaba todo, ora que puedes
Amortajar mi cuerpo venturoso
Con tu mantilla, pálida andaluza!—
No me avergüenzo, no, de que me encuentren
Clavado el corazòn con tu peineta!

Te vas! Como invisible escolta, surgen
Sobre sus tallos frescos, a seguirte
Mis jardines sin mancha y mis claveles:
Te vas! Todos se van! y tú me miras,
Oh perla pura en flor, como quien echa
En honda copa joya resonante,—
Y a tus manos tendidas me abalanzo
Como a un cesto de frutas un sediento.
De la tierra mi espíritu levantas
Como el ave amorosa a su polluelo.

viernes, 17 de abril de 2009

Cuando pienso...

























Cuando pienso que todo cuanto crece
dura en su perfección un breve instante,
como de la mañana el sol radiante
que, al avanzar la tarde, se oscurece;
cuando miro que todo se envejece
como flor mañanera y rozagante
que pronto se deshoja, agonizante,
y al morir el crepúsculo perece;
se aflige mi alma y por tu suerte llora;
mas todo cuanto pierdes en frescura,
con sus matices el ensueño dora,
y a medida que el tiempo tu hermosura
con implacable saña decolora,
con desquite, mi amor te transfigura.

William Shakespeare

jueves, 16 de abril de 2009

Sed de belleza




















Solo, estoy solo: viene el verso amigo,
Como el esposo diligente acude
De la erizada tòrtola al reclamo.
Cual de los altos montes en deshielo
Por breñas y por valles en copiosos
Hilos las nieves desatadas bajan—
Así por mis entrañas oprimidas
Un balsámico amor y una avaricia
Celeste de hermosura se derraman.
Tal desde el vasto azul, sobre la tierra,
Cual si de alma de virgen la sombría
Humanidad sangrienta perfumasen,
Su luz benigna las estrellas vierten
Esposas del silencio! —y de las flores
Tal el aroma vago se levanta.

Dadme lo sumo y lo perfecto: dadme
Un dibujo de Angelo: una espada
Con puño de Cellini, más hermosa
Que las techumbres de marfil calado
Que se place en labrar Naturaleza.


El cráneo augusto dadme donde ardieron
El universo Hamlet y la furia
Tempestuosa del moro: —la manceba
India que a orillas del ameno río
Que del viejo Chichén los muros baña
A la sombra de un plátano pomposo
Y sus propios cabellos, el esbelto
Cuerpo bruñido y nítido enjugaba.
Dadme mi cielo azul... dadme la pura
Alma de mármol que al soberbio Louvre
Dio, cual su espuma y flor, Milo famosa.

miércoles, 15 de abril de 2009

Sueños


























Anoche soñé contigo.
Ya no me acuerdo qué era.
Pero tú aún eras mía,
eras mi novia. ¡Qué bella

mentira! Las blancas alas
del sueño nos traen, nos llevan
por un mundo de imposibles,
por un cielo de quimeras.

Anoche tal vez te vi
salir lenta de la iglesia,
en las manos el rosario,
cabizbaja y recoleta.

O acaso junto al arroyo,
allá en la paz de la aldea,
urdíamos nuestros sueños
divinos de primavera.

Quizás tú fueras aún niña
-¡oh remota y dulce época!-
y cantaras en el coro,
al aire sueltas las trenzas.

Y yo sería un rapaz
de los que van a la escuela,
de los que hablan a las niñas,
de los que juegan con ellas.

El sueño es algo tan lánguido
tan sin forma, tan de nieblas...
¡Quién pudiera soñar siempre!
Dormir siempre ¡quién pudiera!

¡Quién pudiera ser tu novio
(alma, vístete de fiesta)
en un sueño eterno y dulce,
blanco como las estrellas!...

martes, 14 de abril de 2009

LA MAJA Y EL VIEJO



















Para un cuadro de Agustin Ubeda

Greciano el caballero, de luto, y una dama.
El la mira pecando. Por un juego de espejos,
hay más damas -él piensa- que en la cama
desnudas se deleitan en tirarle los tejos.

Delante del camastro de colchas historiadas
el hidalgo mirón cata y mide muriente
la traza a la manola, su bella contendiente
de rostro paliducho y esferas sonrosadas.

El pubis de abanico rizado en miniatura
le tiene embelesado. (Ella mira hacia el techo,
temiendo que esta cita retrase la del cura.)

Y al fin el caballero, su honor en descalabro,
de ardores imposibles se desploma en el lecho.
La maja da un suspiro y apaga el candelabro.

lunes, 13 de abril de 2009

El barco ebrio




















Mientras descendía por Ríos impasibles,
Sentí que los remolcadores dejaban de guiarme:
Los Pieles Rojas gritones los tomaron por blancos,
Clavándolos desnudos en postes de colores.

No me importaba el cargamento,
Fuera trigo flamenco o algodón inglés.
Cuando terminó el lío de los remolcadores,
Los Ríos me dejaron descender donde quisiera.

En los furiosos chapoteos de las mareas,
Yo, el otro invierno, más sordo que los cerebros de los niños,
¡Corrí! Y las Penínsulas desamarradas
Jamás han tolerado juicio más triunfal.

La tempestad bendijo mis desvelos marítimos.
Más liviano que un corcho dancé sobre las olas
Llamadas eternas arrolladoras de víctimas,
¡Diez noches, sin extrañar el ojo idiota de los faros!

Más dulce que a los niños las manzanas ácidas,
El agua verde penetró mi casco de abeto
Y las manchas de vinos azules y de vómitos
Me lavó, dispersando mi timón y mi ancla.

Y desde entonces, me bañé en el Poema
De la Mar, lleno de estrellas, y latescente,
Devorando los azules verdosos; donde, flotando
Pálido y satisfecho, un ahogado pensativo desciende;

¡Donde, tiñendo de un golpe las azulidades, delirios
Y ritmos lentos bajo los destellos del día,
Más fuertes que el alcohol, más amplios que nuestras liras,
Fermentaban las amargas rojeces del amor!

Yo sé de los cielos que estallan en rayos, y de las trombas
Y de las resacas y de las corrientes:
¡Yo sé de la tarde, Del Alba exaltada como un pueblo de palomas,
Y he visto alguna vez, eso que el hombre ha creído ver!

¡Yo he visto el sol caído, manchado de místicos horrores.
Iluminando los largos flecos violetas,
Parecidas a los actores de dramas muy antiguos
Las olas meciendo a lo lejos sus temblores de moaré!

¡Yo soñé la noche verde de las nieves deslumbrantes,
Besos que suben de los ojos de los mares con lentitud,
La circulación de las savias inauditas,
Y el despertar amarillo y azul de los fósforos cantores!

¡Yo seguí, durante meses, imitando a los ganados
Enloquecidos, las olas en el asalto de los arrecifes,
Sin pensar que los pies luminosos de las Marías
Pudiesen frenar el morro de los Océanos asmáticos!

¡Yo embestí, sabed, las increíbles Floridas
Mezclando las flores de los ojos de las panteras con la piel
De los hombres! ¡Los arcos iris tendidos como riendas
Bajo el horizonte de los mares, en los glaucos rebaños!

¡Yo he visto fermentar los enormes pantanos, trampas
En las que se pudre en los juncos todo un Leviatán;
Los derrumbes de las aguas en medio de la calma,
Y las lejanías abismales caer en cataratas!

¡Glaciares, soles de plata, olas perladas, cielos de brasas!
Naufragios odiosos en el fondo de golfos oscuros
Donde serpientes gigantes devoradas por alimañas
Caen, de los árboles torcidos, con negros perfumes!

Yo hubiera querido enseñar a los niños esos dorados
De la ola azul, los peces de oro, los peces cantores.
-Las espumas de las flores han bendecido mis vagabundeos
Y vientos inefables me dieron sus alas por un momento.

A veces, mártir cansada de polos y de zonas,
La Mar cuyo sollozo hizo mi balanceo más dulce
Elevó hacia mí sus flores de sombra de ventosas amarillas
Y yo permanecía, al igual que una mujer, de rodillas...

Casi isla, quitando de mis bordas las querellas
Y los excrementos de los pájaros cantores de ojos rubios.
¡Y yo bogué, mientras atravesando mis frágiles cordajes
Los ahogados descendían a dormir, reculando!

O yo, barco perdido bajo los cabellos de las algas,
Arrojado por el huracán contra el éter sin pájaros,
Yo, a quien los Monitores y los veleros del Hansa
No hubieran salvado la carcasa borracha de agua;

Libre, humeante, montado de brumas violetas,
Yo, que agujereaba el cielo rojeante como una pared
Que lleva, confitura exquisita para los buenos poetas,
Líquenes de sol y flemas de azur;

Yo que corría, manchado de lúnulas eléctricas,
Tabla loca, escoltada por hipocampos negros,
Cuando los julios hacían caer a golpes de bastón
Los cielos ultramarinos de las ardientes tolvas;

¡Yo que temblaba, sintiendo gemir a cincuenta leguas
El celo de los Behemots y los Maelstroms espesos,
Eterno hilandero de las inmovilidades azules,
Yo extraño la Europa de los viejos parapetos!

¡Yo he visto los archipiélagos siderales! y las islas
Donde los cielos delirantes están abiertos al viajero:
-¿Es en estas noches sin fondo en las que te duermes y te exilias,
Millón de pájaros de oro, oh Vigor futuro?

¡Pero, de verdad, yo lloré demasiado! Las Albas son desoladoras.
Toda luna es atroz y todo sol amargo:
El acre amor me ha hinchado de torpezas embriagadoras.
¡Oh que mi quilla estalle! ¡Oh que yo me hunda en la mar!

Si yo deseo un agua de Europa, es el charco
Negro y frío donde, en el crepúsculo embalsamado
Un niño en cuclillas colmado de tristezas, suelta
Un barco frágil como una mariposa de mayo.

Yo no puedo más, bañado por vuestras languideces, oh olas,
Arrancar su estela a los portadores de algodones,
Ni atravesar el orgullo de las banderas y estandartes,
Ni nadar bajo los ojos horribles de los pontones