domingo, 3 de marzo de 2013

A MIS CRÍTICOS




Ardiendo, Zoilo, en cólera inclemente,
contra mis versos, dicen que te irritas,
y que siempre frenético vomitas
de injuriosos dicterios un torrente:


Serena, Zoilo, la arrugada frente,
que se aumente tu mal cuanto más gritas;
y ese excesivo ardor con que te agitas
es de tu frenesí prueba evidente.


No en criticar consiste la cultura,
que para esto es idóneo cualquier labio
del necio que halla en maldecir dulzura;


da otro ejemplo mejor como hace el sabio,
que si escribir no puedes con cordura,
desprecio y risa premiarán tu agravio.

sábado, 2 de marzo de 2013

CÁDIZ








CÁDIZ
Para María Paz y Manolo

Después de tanto tiempo, vastas edades,
siglos, migraciones allí sorprendidas
frente al vocerío de las aguas sin límite
y asentadas en su espera
hasta confundirse con el polvo calcáreo,
hasta no dejar otra huella que sus muertos
vestidos con abigarrados ornamentos
de origen incierto, escarabajos egipcios,
pomos con ungüentos fenicios,
armas de la Hélade, coronas etruscas,
después de tales cosas, la piedra
ha venido a ser una presencia
de albas porosidades, laberintos minúsculos,
ruinas de minuciosa pequeñez,
de brevedad sin término,
y así las paredes, los patios, las murallas,
los más secretos rincones, el aire mismo
en su labrada transparencia también
horadado por el tiempo, la luz y sus criaturas.
Y llego a este lugar y sé que desde siempre
ha sido el centro intocado del que manan
mis sueños, la absorta savia
de mis más secretos territorios,
reinos que recorro, solitario destejedor
de sus misterios, señor de la luz que los devora,
herencia sobre la cual los hombres
no tienen ni la más leve noticia,
ni la menor parcela de dominio.
Y en el patio donde jugaron mis abuelos,
con su pozo modesto y sus altos muros
labrados como madréporas sin edad,
en la casa de la calle de Capuchinos
me ha sido revelada de nuevo y para siempre
la oculta cifra de mi nombre,
el secreto de mi sangre, la voz de los míos.
Yo nombro ahora este puerto que el sol
y la sal edificaron para ganarle al tiempo
una extensa porción de sus comarcas
y digo Cádiz para poner en regla mi vigilia
para que nada ni nadie intente en vano
desheredarme una vez más de lo que sido
“el reino que estaba para mí”.

viernes, 1 de marzo de 2013

Biblioteca particular



Biblioteca particular
(Jack London, The Sea-Wolf)


Comparecen los libros en lugares
anómalos, se juntan
con indolente asimetría:
un tropel
de vestigios locuaces,
pendencieros, irresolutos, lerdos.
He pugnado con ellos
durante muchos años: los he visto nacer,
durar, languidecer. Han resistido
intemperies, saqueos, turbamultas.
Algunos llevan dentro
la ponderada prueba de mi envidia,
los más el distintivo
incorregible de la decepción.
Mi error fue abrir un día un libro.

jueves, 28 de febrero de 2013

A lo lejos,el Luar





[A LO LEJOS EL LUAR]

A lo lejos, el luar,
En el río una vela,
Serena al pasar,
¿Qué me revela?
Yo no sé, mas mi ser
Se me torna ajeno
Y sueño sin ver
Los sueños que tengo.
¿Qué angustia me enlaza?
¿Qué amor no se dice?
Es la vela que pasa
En la noche que sigue.


miércoles, 27 de febrero de 2013

EL HOMBRE DE LAS MARACAS






EL HOMBRE DE LAS MARACAS
A mi buen criterio de niña remito
que no me gustaron nunca los angelitos negros
ni las muñequitas lindas.
Y carecía de total relevancia,
ai las gardenias se morían o no
entre la plata de una pitillera
con iniciales, de un hombre
con fijador y esmoquin,
y la mirada carente de ternura
de una imitadora de la Garbo.

Por lo tanto, Antonio Machin,
estaba reducido al son cubano
de los cucuruchos de maní
y a la camarera aquella.
Seguramente de carne rosa,
que bebía cerveza junto a su corazón
y le servía tragos de ron como si nada

martes, 26 de febrero de 2013

El reino de los beodos


El reino de los beodos


Tuvo un reino una vez tantos beodos,
que se puede decir que lo eran todos,
en el cual por ley justa se previno:
-Ninguno cate el vino.-
Con júbilo el mas loco
aplaudióse la ley, por costar póco:
acatarla después, ya es otro paso;
pero en fin, es el caso
que la dieron un sesgo muy distinto,
creyendo que vedaba sólo el tinto,
y del modo más franco
se achisparon después con vino blanco.
Extrañado que el pueblo no la entienda.
El Senado a la ley pone una enmienda,
y a aquello de: Ninguno cate el vino,
añadió, blanco, al parecer, con tino.
Respetando la enmienda el populacho,
volvió con vino tinto a estar borracho,
creyendo por instinto ¡mas qué instinto!
que el privado en tal caso no era el tinto.
Corrido ya el Senado,
en la segunda enmienda, de contado
-Ninguno cate el vino,
sea blanco, sea tinto,-
les previno;
y el pueblo, por salir del nuevo atranco,
con vino tinto entonces mezcló el blanco;
hallando otra evasión de esta manera,
pues ni blanco ni tinto entonces era.
Tercera vez burlado,
- dijo el Senado;
< o el pueblo es muy zoquete, o muy ladino:
se prohibe mezclar vino con vino>-
Mas ¡cuánto un pueblo rebelado fragua!
¿Creeis que luégo lo mezcló con agua?
Dejando entonces el Senado el puesto,
de ese modo al cesar dió un manifiesto:
La ley es red, en la que siempre se halla
descompuesta una malla,
por donde el ruín que en su razón no fía,
se evade suspicaz...
¡Qué bien decía!
Y en lo demás colijo
que debiera decir, si no lo dijo:
Jamás la ley enfrena
al que a su infamia su malicia iguala:
si se ha de obedecer, la mala es buena;
mas si se ha de eludir, la buena es mala.

lunes, 25 de febrero de 2013

A Rosa II




II

Mas no, que pronto con eterna liga
para siempre mi bien, a ti enlazado
teniéndome a tus pies arrodillado,
me oirás hermosa, sin cesar decir:

A ti mujer, la de cabellos blondos,
de tez de raso, de inspirada frente,
la de ojos lindos, la de boca riente
a ti te amo, no más, no más a ti.

A ti tan fina como bucle de ángel,
tan blanca como hielo de Apenino,
hermosa cual topacio golcondino,
a ti te amo, no más, no más a ti.

A ti, mujer tan noble como el mártir,
a ti más tierno que de alondra el canto,
a ti más pura que del niño el llanto,
a ti te amo, no más, no más a ti.

domingo, 24 de febrero de 2013

A ROSA






A ROSA
A tu lado yo siento, Rosa mía,
que tenemos los dos un alma sola;
si probara una gota de ambrosía
suspendida en tus labios de amapola,

A Dios le pido que mi pobre estrella
alumbre un porvenir de venturanza,
y que siempre resbale tras tus huellas
la inmaculada luz de la esperanza.

Ojalá que en tu senda sin abrojos
nunca el llanto humedezca tu mejilla
ni el brillo apague de tus lindos ojos
donde mi cielo de ventura brilla.

Porque tu goce mi tormento calma
y con tu pena el corazón me hieres;
padece mi alma si padece tu alma,
y soy dichoso si dichosa eres.

Que mi vida, mujer, mi vida entera
se halla en tal grado con la tuya unida,
que la temible muerte no pudiera
arrebatar tu vida sin mi vida.

Te amo, Rosa, como nunca he amado;
a tus pies encadeno mi destino,
y a tu amor es final abrillantado
que encendiera el Señor en su camino.

Tu mirada tiernísima concluye
de mi penar intenso la violencia,
que tú eres el iris que destruye
la horrible tempestad de mi existencia.

A tu lado la dicha me sofoca,
y mi ser se estremece de contento
cuando mi nombre de tu linda boca
embalsamado sale con tu aliento.

Y yo Rosa, te encuentro tan divina,
que un ángel envidiara tus hechizos,
tan pura como el aura vespertina,
jugando de las olas con los rizos.

Eres tú la ilusión de mis amores
y la diosa de mi alma enamorada,
isla preciosa de benditas flores
en un mar de pureza colocada.

Ensueño sacrosanto de ternura,
mi grande aspiración es poseerte;
si se agita la flor de mi ventura
el desengaño me dará la muerte.

sábado, 23 de febrero de 2013

A UNA RAMERA







A UNA RAMERA
Mujer preciosa para el bien nacida,
Mujer preciosa por mi mal hallada,
Perla del solio del Señor caída
Y en albañal inmundo sepultada;
Cándida rosa en el Edén crecida
Y por manos infames deshojada;
Cisne de cuello alabastrino y blando
En indecente bacanal cantando.

II

Objeto vil de mi pasión sublime,
Ramera infame a quien el alma adora.
¿Por qué el Dios ha colocado, dime,
el candor en tu faz engañadora?
¿Por qué el reflejo de su gloria imprime
en tu dulce mirar? ¿Por qué atesora
hechizos mil en tu redondo seno,
si hay en tu corazón lodo y veneno?

III

Copa de bendición de llanto llena,
Do el crimen su ponzoña ha derramado;
Ángel que el cielo abandonó sin pena,
Y en brazos del demonio ha entregado;
Mujer más pura que la luz serena,
Más negra que la sombra del pecado,
Oye y perdona si al cantarte lloro;
Porque, ángel o demonio, yo te adoro.

IV

Por la senda del mundo yo vagaba
Indiferente en medio de los seres;
De la virtud y el vicio me burlaba;
Me reí del amor de las mujeres,
Que amar a una mujer nunca pensaba;
Y hastiado de pesares y placeres
Siempre vivió con el amor en guerra
Mi ya gastado corazón de tierra.

V

Pero te vi… te vi… ¡Maldita hora
En que te vi, mujer! Dejaste herida
A mi alma que te adora, como adora
El alma que de llanto está nutrida.
Horrible sufrimiento me devora,
Que hiciste la desgracia de mi vida.
Mas dolor tan inmenso, tan profundo,
No lo cambio, mujer, por todo el mundo.

VI

¿Eres demonio que arrojó el infierno
para abrirme una herida mal cerrada?
¿Eres un ángel que mandó el Eterno
a velar mi existencia infortunada?
¿Este amor tan ardiente, tan interno,
me enaltece, mujer, o me degrada?
No lo sé… no lo sé… yo pierdo el juicio.
¿Eres el vicio tú? … ¡Adoro el vicio!.

VII

¡Ámame tú también! Seré tu esclavo,
tu pobre perro que doquier te siga.
Seré feliz si con mi sangre lavo
Tu huella, aunque al seguirte me persiga
Ridículo y deshonra; al cabo, al cabo,
Nada me importa lo que el mundo diga.
Nada me importa tu manchada historia
Si a través de tus ojos veo la gloria.

VIII

Yo mendigo, mujer, y tú ramera,
Descalzos por el mundo marcharemos.
Que el mundo nos desprecie cuando quiera,
En nuestro amor un mundo encontraremos.
Y si horrible miseria nos espera,
Ni de un rey por el otro la daremos;
Que cubiertos de andrajos asquerosos,
Dos corazones latirán dichosos.

IX

Un calvario maldito hallé en la vida
En el que mis creencias expiraron,
Y al abrirme los hombres una herida,
De odio profundo el alma me llenaron.
Por eso el alma de rencor henchida
Odia lo que ellos aman, lo que amaron,
Y a ti sola, mujer, a ti yo entrego
Todo ese amor que a los mortales niego.

X

Porque nací, mujer, para adorarte
Y la vida sin ti me es fastidiosa,
Que mi único placer es contemplarte,
Aunque tú halles mi pasión odiosa,
Yo, nunca, nunca, dejaré de amarte.
Ojalá que tuviera alguna cosa
Más que la vida y el honor más cara,
Y por ti sin violencia la inmolara.

XI

Sólo tengo una madre. ¡Me ama tanto!
Sus pechos mi niñez alimentaron,
Y mi sed apagó su tierno llanto,
Y sus vigilias hombre me formaron.
A ese ángel para mí tan santo,
Última fe de creencias que pasaron,
A ese ángel de bondad, ¡quién lo creyera!,
Olvido por tu amor… ¡loca ramera!

XII

Sé que tu amor no me dará placer,
Se que burlas mis grandes sacrificios.
Eres tú la más vil de las mujeres;
Conozco tu maldad, tus artificios.
Pero te amo, mujer, te amo como eres;
Amo tu perversión, amo tus vicios.
Y aunque maldigo el fuego en que me inflamo,
Mientras más vil te encuentro, más te amo.


XIII

Quiero besar tu planta a cada instante,
Morir contigo de placer beodo;
Porque es tuya mi mente delirante,
Y tuyo es mi corazón de lodo.
Yo que soy en amores inconstante,
Hoy me siento por ti capaz de todo.
Por ti será mi corazón do imperas,
Virtuoso, criminal, lo que tú quieras.

XIV

Yo me siento con fuerza muy sobrada,
Y hasta un niño me vence sin empeño.
¿Soy águila que duerme encadenada,
o vil gusano que titán me sueño?
Yo no sé si soy mucho, o si soy nada;
Si soy átomo grande o dios pequeño;
Pero gusano o dios, débil o fuerte,
Sólo sé que soy tuyo hasta la muerte.

XV

No me importa lo que eres, lo que has sido,
Porque en vez de razón para juzgarte,
Yo sólo tengo de ternura henchido
Gigante corazón para adorarte.
Seré tu redención, seré tu olvido,
Y de ese fango vil vendré a sacarte.
Que si los vicios en tu ser se imprimen
Mi pasión es más grande que tu crimen.

XVI

Es tu amor nada más lo que ambiciono,
Con tu imagen soñando me desvelo;
De tu voz con el eco me emociono,
Y por darte la dicha que yo anhelo
Si fuera rey, te regalara un trono;
Si fuera Dios, te regalara un cielo.
Y si Dios de ese Dios tan grande fuera,
Me arrojara a tus plantas ¡vil ramera!

viernes, 22 de febrero de 2013

PLEGARÍA DE CARNAVAL



PLEGARÍA DE CARNAVAL

¡Oh luna! que diriges como sportwoman sabia
Por zodíacos y eclípticas tu lindo cabriolé:
Bajo la ardiente seda de tu cielo de Arabia
¡Oh luna, buena luna!, quién fuera tu Josué.

Sin cesar encantara tu blancura mi tienda,
Con desnudes tan noble que la agraviara el tul;
Oh extasiado en un pálido antaño de leyenda
Tu integridad de novia perpetuara el azul.

Luna de los ensueños, sobre la tarde lila
Tu oro viejo difunde morosa enfermedad,
Cuando en un solitario confín de mar tranquila,
Sondeas como lúgubre garza la eternidad.

En tu mística nieve baña sus pies María
Tu disco reproduce la mueca de Arlequín,
Crimen y amor componen la hez de tu poesía
Embriagadora y pálida como el vino del Rhin.

Y toda esta alta fama con que elogiando vengo
Tu faz sietemesina de bebé en alcohol,
Los siglos te la cuentan como ilustre abolengo,
Porque tú eres, oh luna, la máscara del sol.

jueves, 21 de febrero de 2013

La vaca ciega




En los troncos topando de cabeza,
hacia el agua avanzando vagorosa,
del todo sola va la vaca. Es ciega.
De una pedrada harto certera un ojo
le ha deshecho el boyero, y en el otro
se le ha puesto una tela. La vaca es ciega.
Va a abrevarse a la fuente que solía,
mas no cual otras veces con firmeza,
ni con sus compañeras, sino sola.
Sus hermanas por lomas y cañadas,
por silencio de prados y riberas,
hacen sonar la esquila mientras pastan
hierba fresca al azar. Ella caería.
Topa de morro en la gastada pila,
afrentada se arredra, pero torna,
dobla la frente al agua y bebe en calma.
Poco y casi sin sed; después levanta
al cielo enorme la testuz cornuda
con gesto de tragedia; parpadea
sobre las muertas niñas, y se vuelve,
bajo el ardiente sol, de lumbre huérfana,
por sendas que no olvida, vacilando,
blandiendo en languidez la larga cola.


Versión de Miguel de Unamuno

miércoles, 20 de febrero de 2013

EL QUE SUBIÓ POR SENDAS NUNCA USADAS








«Este soneto hice a la muerte de Fernando de Herrera; y, para entender el primer cuarteto, advierto que él celebraba en sus versos a una señora debajo deste nombre de Luz. Creo que es de los buenos que he hecho en mi vida»



El que subió por sendas nunca usadas
del sacro monte a la más alta cumbre;
el que a una Luz se hizo todo lumbre
y lágrimas, en dulce voz cantadas;

el que con culta vena las sagradas
de Helicón y Pirene en muchedumbre
(libre de toda humana pesadumbre)
bebió y dejó en divinas transformadas;

aquél a quien invidia tuvo Apolo
porque, a par de su Luz, tiene su fama
de donde nace a donde muere el día:

el agradable al cielo, al suelo solo,
vuelto en ceniza de su ardiente llama,
yace debajo desta losa fría.

martes, 19 de febrero de 2013

EXILIO




a Raúl Gustavo Aguirre

Esta manía de saberme ángel, 
sin edad, 
sin muerte en qué vivirme, 
sin piedad por mi nombre 
ni por mis huesos que lloran vagando. 

¿Y quién no tiene un amor? 
¿Y quién no goza entre amapolas? 
¿Y quién no posee un fuego, una muerte, 
un miedo, algo horrible, 
aunque fuere con plumas 
aunque fuere con sonrisas? 

Siniestro delirio amar una sombra. 
La sombra no muere. 
Y mi amor 
sólo abraza a lo que fluye 
como lava del infierno: 
una logia callada, 
fantasmas en dulce erección, 
sacerdotes de espuma, 
y sobre todo ángeles, 
ámgeles bellos como cuchillos 
que se elevan en la noche 
y devastan la esperanza.

lunes, 18 de febrero de 2013

GUERNICA




A Picasso

Aquí estoy
frente a ti Tibidabo
hablando viendo
la tierra que me faltaba para escribir "mi patria
eeeeees también europa y poderosa" 
asomo el torso y se me dora 
paso sorbiendo roma olivo entro 
por el Arc de Bará 
de repente remonto todo transido el hondo 
Ebro 
a brazazos retorno arribo a ti 
Vizcaya 
árbol que llevo y amo desde la raíz 
y un día fue arruinado bajo el cielo 


Ved aquí las señales
esparcid los vestigios
el grito la ira 
gimiente 
con el barabay 
el toro cabreado directamente oíd 
ira escarnio ni dios
oh nunca nunca 
oh quiero quiero que no se trapapelen 
el cuello bajo la piedra 
la leche en pleno rostro el dedo 
de este niño 
oh nunca ved aquí 
la luz equilibrando el árbol 
de la vida

domingo, 17 de febrero de 2013

Santa Teresa



Al vergel se va María ,
se va por flores a coger,
y a Aquél que a quien tanto ama,
un ramo o dos ofrecer.
Por tierra llana no encuentra ,
por la pendiente cogió.
Ya da un tropezón el pie,
que en redondo se torció ;
-¡Ay, Jesús del alma mía,
ayuda espero de Vos!-.

El grito que da su a mada
el buen Jesús escuchó;
risueño se le aparece
y el pie en su sitio dejó.

- Gracias - le dice Teresa- ,
rosamiel de mi dolor .

¿Porqué caer me dejasteis
si trabajaba por Vos?

- Así pago a mis amigos .
- Por eso tan poco son .

sábado, 16 de febrero de 2013

SONETO


Hombre y Dios

Hombre es amor. Hombre es un haz, un centro
donde se anuda el mundo. Si Hombre falla
otra vez el vacío y la batalla
del primer caos y el Dios que grita «¡Entro!»

Hombre es amor, y Dios habita dentro
de ese pecho y profundo, en él se acalla;
con esos ojos fisga, tras la valla,
su creación, atónitos de encuentro.

Amor-Hombre, total rijo sistema
yo (mi Universo). ¡Oh Dios, no me aniquiles
tú, flor inmensa que en mi insomnio creces!

Yo soy tu centro para ti, tu tema
de hondo rumiar, tu estancia y tus pensiles.
Si me deshago, tú desapareces.

viernes, 15 de febrero de 2013

DEBER DE PODREDUMBRE



DEBER DE PODREDUMBRE

(IN MEMORIAM GABRIEL MORAL ZABALA)

Puede ocurrirle a uno que, al contemplar su vida retrospectivamente, reconozca que casi todos los vínculos fuertes que ha padecido en ella tienen su origen en hombres sobre cuyo carácter destructivo está todo el mundo de acuerdo.

Walter Benjamin


Y qué buen sembrador, Gabriel, tú fuiste.

Gabriel Aresti, Lamento por la prisión de Gabriel Moral Zabala.


Con ceño de estilita desdeñoso,
bajo los ocres del invierno, vas
atravesando el bulevar en sombra,
cabe San Nicolás.

(San Nicolás de los Franceses,
sillar desmoronándose a los pies
de colinas de verde podredumbre,
vuelve mis años del revés).

De poco te llevaste la certeza,
maestro que perdí:
una mala milonga es el amor;
la vida, una balada baladí.

(Retablo dieciochesco de los mártires
Santos Justo y Pastor:
devolvedle la palma, pues logramos
saciarlo de dolor).

La llama de un hachón sanguinolenta
quemó tu juventud
ante el ara de un dios intemperante
y duro de testuz

(de esta casta beata y despiadada,
cobarde por demás).
Bajo los ocres del invierno eterno,
cruzando el bulevar de sombras vas.

jueves, 14 de febrero de 2013

Interior tren





INTERIOR TREN

1
  
Los racimos de humo en el vagón de fumadores
atraviesan colgados los campos de la bruma.

Una niña en tus brazos un instante,
un cuchillo en el plato para el queso,
una dulce burbuja que, inyectada en la vena,
en su ruta de sangre, podría pararla toda.

2
  
No veo sino dentro:
guiones de la lluvia como espermatozoides
que organizan carreras a través del cristal.
Los bosques fragorosos, el orden de las casas,
los caminos que cruzan y las gentes que esperan
al pie de los andenes, se desdibujan pronto.

También dejas de verte en el reflejo.

Una gota que tiembla en una zeta,
adelanta y engulle a otra más grande.


3

 El chico de los dedos comidos
de betún,
muerde de lado un bocadillo
de carne confitada.
Despuntan en sus ojos,
que mantiene en el prisma
añil del horizonte,
mientras el tren avanza,
las torres de un país que busca el mar
como razón y espuela del silencio,
los albores de un sueño que desbroza el trabajo,
mañana por mañana sin detenerse un punto
y una cortinilla que vela tu mirada
como de no querer, ahora ni nunca,.
sino tan sólo aquello que ha esperado