Está la puerta abierta,
la vida está esperando con su eterno presente, con lluvia o bajo el sol. Está la puerta abierta, juntemos nuestros sueños para vencer al miedo que nos empobreció. La vida es encontrarnos, para eso nacemos, porque el punto más alto es llegar al amor. Y no hay amor de uno, sólo hay amor de todos, y por ese motivo estamos hoy aquí. Está la puerta abierta, la vida está esperando con su eterno presente, con lluvia o bajo el sol. Está la puerta abierta, juntemos nuestros sueños para vencer al miedo que nos empobreció. Iremos de uno en uno, después de pueblo en pueblo hasta rodear al mundo con la misma canción. Todas las cosas bellas comenzaron cantando, no olvides que tu madre cantando te acunó. Todas las cosas bellas comenzaron cantando, no olvides que tu madre cantando te acunó. |
sábado, 8 de marzo de 2014
viernes, 7 de marzo de 2014
Elegía a la Marisela
Elegía a la Marisela |
No ha muerto. Ha iniciado
Un viaje atardecido. De azul en azul claro —de cielo en cielo— ha ido por la senda del sueño con su arcángel de lino. A las tres de la tarde Hallará a San Isidro Con sus dos bueyes mansos Arando en cielo límpido Para sembrar luceros Y estrellas en racimos. —Señor, ¿cuál es la senda para ir al Paraíso? —Sube por la Vía Láctea, ruta de leche y lirio, la menor de las Osas te enseñará el camino. Cuando sean las cuatro La Virgen con el Niño Saldrán a ver los astros Que en su infancia de siglos Juegan la Rueda-Rueda En un bosque de trinos. Y a las seis de la tarde El ángel de servicio Saldrá a colgar la luna De un clavo vespertino. Será tarde. Si acaso No te han guardado sitio Dile a Gabriel Arcángel Que te preste su nido Que está en el más frondoso Árbol del Paraíso. Murió la Marisela. Pero aún queda un lirio |
jueves, 6 de marzo de 2014
EL LOCO
He vivido entre los arrabales, pareciendo
un mono, he vivido en la alcantarilla
transportando las heces,
he vivido dos años en el Pueblo de las Moscas
y aprendido a nutrirme de lo que suelto.
Fui una culebra deslizándose
por la ruina del hombre, gritando
aforismos en pie sobre los muertos,
atravesando mares de carne desconocida
con mis logaritmos.
Y sólo pude pensar que de niño me secuestraron para una alucinante batalla
y que mis padres me sedujeron para
ejecutar el sacrilegio, entre ancianos y muertos.
He enseñado a moverse a las larvas
sobre los cuerpos, y a las mujeres a oír
cómo cantan los árboles al crepúsculo, y lloran.
Y los hombres manchaban mi cara con cieno, al hablar,
y decían con los ojos «fuera de la vida», o bien «no hay nada que pueda
ser menos todavía que tu alma», o bien «cómo te llamas»
y «qué oscuro es tu nombre».
He vivido los blancos de la vida,
sus equivocaciones, sus olvidos, su
torpeza incesante y recuerdo su
misterio brutal, y el tentáculo
suyo acariciarme el vientre y las nalgas y los pies
frenéticos de huida.
He vivido su tentación, y he vivido el pecado
del que nadie cabe nunca nos absuelva.
un mono, he vivido en la alcantarilla
transportando las heces,
he vivido dos años en el Pueblo de las Moscas
y aprendido a nutrirme de lo que suelto.
Fui una culebra deslizándose
por la ruina del hombre, gritando
aforismos en pie sobre los muertos,
atravesando mares de carne desconocida
con mis logaritmos.
Y sólo pude pensar que de niño me secuestraron para una alucinante batalla
y que mis padres me sedujeron para
ejecutar el sacrilegio, entre ancianos y muertos.
He enseñado a moverse a las larvas
sobre los cuerpos, y a las mujeres a oír
cómo cantan los árboles al crepúsculo, y lloran.
Y los hombres manchaban mi cara con cieno, al hablar,
y decían con los ojos «fuera de la vida», o bien «no hay nada que pueda
ser menos todavía que tu alma», o bien «cómo te llamas»
y «qué oscuro es tu nombre».
He vivido los blancos de la vida,
sus equivocaciones, sus olvidos, su
torpeza incesante y recuerdo su
misterio brutal, y el tentáculo
suyo acariciarme el vientre y las nalgas y los pies
frenéticos de huida.
He vivido su tentación, y he vivido el pecado
del que nadie cabe nunca nos absuelva.
miércoles, 5 de marzo de 2014
KAVAFIANA
KAVAFIANA |
El deseo aparece de repente,
en cualquier parte, a propósito de nada. En la cocina, caminando por la calle. Basta una mirada, un ademán, un roce... Pero dos cuerpos tienen también su ocaso, su rutina de amor y de sueños, de gestos sabidos hasta el cansancio. Se dispersan las risas, se deforman. Hay cenizas en las bocas y el íntimo desdén. Dos cuerpos tienen su muerte el uno frente al otro. Basta el silencio. |
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María Mercedes Carranza
martes, 4 de marzo de 2014
LA PATRIA
LA PATRIA |
Esta casa de espesas paredes coloniales
y un patio de azaleas muy decimonónico hace varios siglos que se viene abajo. Como si nada las personas van y vienen por las habitaciones en ruina, hacen el amor, bailan, escriben cartas. A menudo silban balas o es tal vez el viento que silba a través del techo desfondado. En esta casa los vivos duermen con los muertos, imitan sus costumbres, repiten sus gestos y cuando cantan, cantan sus fracasos. Todo es ruina en esta casa, están en ruina el abrazo y la música, el destino, cada mañana, la risa, son ruina las lágrimas, el silencio, los sueños. Las ventanas muestran paisajes destruidos, carne y ceniza se confunden en las caras, en las bocas las palabras se revuelven con miedo. En esta casa todos estamos enterrados vivos. |
lunes, 3 de marzo de 2014
The Parade Ends
The Parade Ends |
" Paseos por las calles que revientan,
pues las cañerías ya no dan más por entre edificios que hay que esquivar, pues se nos vienen encima, por entre hoscos rostros que nos escrutan y sentencian, por entre establecimientos cerrados, mercados cerrados, cines cerrados, parques cerrados, cafeterías cerradas. Exhibiendo a veces carteles (justificaciones) ya polvorientos, CERRADO POR REFORMAS, CERRADO POR REPARACIÓN. ¿Qué tipo de reparación? ¿Cuándo termina dicha reparación, dicha reforma? ¿Cuándo, por lo menos, empezará? Cerrado...cerrado...cerrado... todo cerrado... Llego, abro los innumerables candados, subo corriendo la improvisada escalera. Ahí está, ella, aguardándome. La descubro, retiro la lona y contemplo sus polvorientas y frías dimensiones. Le quito el polvo y vuelvo a pasarle la mano. Con pequeñas palmadas limpio su lomo, su base, sus costados. Me siento, desesperado, feliz, a su lado, frente a ella, paso las manos por su teclado, y, rápidamente, todo se pone en marcha. El ta ta, el tintineo, la música comienza, poco a poco, ya más rápido ahora, a toda velocidad. Paredes, árboles, calles, catedrales, rostros y playas, celdas, mini celdas, grandes celdas, noche estrellada, pies desnudos, pinares, nubes, centenares, miles, un millón de cotorras taburetes y una enredadera. Todo acude, todo llega, todos vienen. Los muros se ensanchan, el techo desaparece y, naturalmente, flotas, flotas, flotas arrancado, arrastrado, elevado, llevado, transportado, eternizado, salvado, en aras, y, por esa minúscula y constante cadencia, por esa música, por ese ta ta incesante. " Mi amante el mar (fragmento) " Sólo el afán de un náufrago podría remontar este infierno que aborrezco. Crece mi furia y ante mi furia crezco y solo junto al mar espero el día. " |
domingo, 2 de marzo de 2014
CANCIÓN DE DOMINGO
CANCIÓN DE DOMINGO |
Es inútil escoger otro camino,
decidir entre esta palabra herida y el bostezo, atravesar la puerta tras la cual te vas a perder o seguir de largo como cualquier olvido. Es inútil rociar raíces que sean quimeras, árboles o cicatrices, cambiar de papel y de escenario, ser arco, cuerda, puta o sombra, nombrar y no nombrar, decidirse por las estrellas. Es inútil llevar prisa y adivinar porque no hay tiempo para ver o demorarse la vida entera en conocer tu rostro en el espejo. Los lirios, el cemento, esos ojos zarcos, las nubes que pasan, el olor de un cuerpo, la silla que recibe la luz oblicua de la tarde, todo el aire que bebes, toda risa o domingo, todo te lleva indiferente y fatal hacia tu muerte. |
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María Mercedes Carranza
sábado, 1 de marzo de 2014
ESTA NOSTALGIA
ESTA NOSTALGIA |
Este sueño que vivo,
esta nostalgia con nombre y apellido, este huracán encerrado tambaleando mis huesos, lamentando su paso por mi sangre... No puedo abandonar el tiempo y sus rincones, el valle de mis días está lleno de sombras innombrables, voy a la soledad como alma en pena, desacatada de todas las razones, heroína de batallas perdidas, de cántaros sin agua. Me hundo en el cuerpo, me desangro en las venas, me bato contra el viento, contra la piel que untada está a la mía. Qué haré con mi castillo de fantasmas, las estrellas fugaces que me cercan mientras el sol deslumbra y no puedo mirar más que su disco -redondo y amarillo- la estela de su oro lamiéndome las manos, surcándome las noches, desviviéndome, haciéndome desastres... Me entregaré a los huracanes para pasar de lejos por esa luz ardiendo. Estoy muriéndome de frío. |
viernes, 28 de febrero de 2014
SONETO 5
Soneto 5
Esas horas que con tierno amor hicieron
Aquel bello rostro que los ojos miran,
Serán tiranas con el mismo recelo,
Y lo privarán de hermosa maravilla.
El tiempo infatigable lleva al verano
Al crudo invierno que todo lo destruye,
Savia helada y hojas de jardín sitiado,
Belleza nevada y hermosura que huye.
Y donde no queda esencia del estío
Agua de rosa hay cautiva entre cristales,
Belleza en que de hermosura ya no hay brío
Ni solo recuerdo para ojos mortales.
Flor destilada es bella aunque invierno sea,
Su sustancia aún vive y es dulce quimera.
Sonnet 5
Those hours that with gentle work did frame
The lovely gaze where every eye doth dwell
Will play the tyrants to the very same,
And that unfair which fairly doth excel;
For never-resting time leads surnmer on
To hideous winter and confounds him there,
Sap checked with frost and lusty leaves quite gone,
Beauty o'ersnowed and bareness every where:
Then were not summer's distillation left
A liquid prisoner pent in walls of glass,
Beauty's effect with beauty were bereft,
Nor it nor no remembrance what it was.
But flowers distilled, though they with winter meet,
Leese but their show; their substance still lives sweet.
jueves, 27 de febrero de 2014
De modo que Cervantes era manco;
De modo que Cervantes era manco;
sordo, Beethoven; Villon, ladrón;
Góngora de tan loco andaba en zanco.
¿Y Proust? Desde luego, maricón.
Negrero, sí, fue Don Nicolás Tanco,
y Virginia se suprimió de un zambullón,
Lautrémont murió aterido en algún banco.
Ay de mí, también Shakespeare era maricón.
También Leonardo y Federico García,
Whitman, Miguel Ángel y Petronio,
Gide, Genet y Visconti, las fatales.
Ésta es, señores, la breve biografía
(¡vaya, olvidé mencionar a san Antonio!)
de quienes son del arte sólidos puntuales.
(La Habana, 1971)
miércoles, 26 de febrero de 2014
BAHÍA DE LA HABANA
BAHÍA DE LA HABANA |
Al pie de las murallas
el aire tartamudo desliza sus sirenas, plata mansa sin hoy mana sus lunares entre lunas cansadas sin balcones. ¿Qué será, qué será? Bajo el arco y pestañas, la tarde, -codorniz de Ceilán- rompe en flechas sus colores. Descuidas las islas pie ligero y concha reciente, de sonrisas y flautas, sobre faldas tan lindas pasajeros con cintas y mañanas redondas! Verdinegros incógnitos los celos de la noche ¿Qué será, qué será? El alfiler del rocío redobles del aire tierno, se extingue en ay, ay, ay, ay. La sorpresa de la rosa en el agua, vida entre vidas, la rechazan las olas con heridas sin gritos. Las estrellas se mecen al compás que no existe del agua amanecida, y así puede mecer a los niños de Arabia, con heridas y gritos. Y loca entre balcones la tarde recurvando, empina entre algodones su voz que ni se escucha perdida entre latidos: ¿Qué será, qué será? |
martes, 25 de febrero de 2014
El espejo
Con los ojos vendados nos miramos
cada día delante de un espejo
para ser sólo imágenes
nuestras que no veremos.
Desfilamos, retratos fidelísimos,
copias exactas, calcos o reflejos,
resbalamos por aguas espejeantes
como narcisos ciegos.
Debo de ser la sombra, los perfiles,
la refracción de ese cristal o hielo;
debe de ser el doble repetido,
el náufrago en el fondo de ese sueño.
Qué culto extraño ante el cristal, la luna,
de extraterrestre, de astronauta muerto
girando sin sentido
en la órbita cerrada por el pecho.
Qué culto extraño para
sentirnos sólo luminoso eco
de nuestra propia realidad corpórea,
mitología del agonizamiento
liturgia de pantallas sucesivas,
idolatrización de reverbero.
Sólo somos figuras proyectadas
sobre un cristal, pero jamás nos vemos.
|
lunes, 24 de febrero de 2014
La impaciente Enamorada
Porque si vinieres, y ya ni yo te espero,
quizá se prenderían mis cortezas.
Te pude soñar tanto, estabas luminoso
allá lejos de todos...
¿No era tuyo
un sueño incomprensible al que yo me asomaba
alargando los brazos, que no son de ceniza?
¡Eras tan ágil tú como son los caballos
que corren y se saltan obstáculos de piedra!
Entornando los ojos, si quisieras verías
que alucinada iba a tus propios umbrales
una criatura rápida, con muchos junios firmes,
ardiéndole los pulsos con tensa madurez...
Sería en tu misterio la que soñabas siempre,
que te soñaba vivo, suntuoso de sangre
generosa y audaz: hombre que me vencía
para cogerme suya, sometida y secreta.
Galopando resuelto a través de tus bosques
me llamabas creyendo que tu sueño fui sólo.
Porque no me creíste tan verdad como un ciervo,
no pudimos hallamos, no pudiste ser mío.
domingo, 23 de febrero de 2014
Quisiera huir
Estoy cansado.
Un cuerpo padece mi agonía...
Un cuerpo o multitudes que mi piel no depone.
Un ser que vive y sueña la altitud de mis límites...
¡Quisiera huir: perderme lejos de su olvido!
estoy cansado de ocultarme en las ramas;
de perseguir mi sombra por la arena;
de desnudarme entre las rocas,
de aguardar a las puertas de las fábricas
y tenderme en el suelo con los ojos cerrados:
estoy cansado de esta herida.
Un amigo me dice:
"Hay cuerpos que aún se ofrecen
como jugosas frutas sin sentido"...
Otro amigo me canta:
"¡Vuelan las aves, vuelan!"...
Yo quiero huir, perderme lejos,
allá en esas regiones en que unas anchas hojas
tiemblan sobre el estanque de los sueños que inundan.
sábado, 22 de febrero de 2014
ESE EJERCITO QUE VES
Ese ejército que ves
vago al hielo y al calor,
la república mejor
y más política es
del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda,
sino por la que él adquiere;
porque aquí a la sangre excede
el lugar que uno se hace
y sin mirar cómo nace
se mira cómo procede.
Aquí la necesidad
no es infamia; y si es honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mayor calidad
que el más galán y lucido;
porque aquí a lo que sospecho,
no adorna el vestido al pecho,
que el pecho adorna al vestido;
Y así, de modestia llenos,
a los más viejos verás,
tratando de ser lo más,
y de parecer lo menos.
Aquí la más principal
hazaña es obedecer,
y el modo cómo ha de ser
es ni pedir ni rehusar.
Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,
la fineza, la lealtad,
el honor, la bizarría;
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son,
caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna,
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados.
viernes, 21 de febrero de 2014
SE vino abajo
1
SE vino abajo
el techo,
la música, los sueños,
sus nevadas lagunas.
el techo,
la música, los sueños,
sus nevadas lagunas.
De pronto, cuando nadie lo esperaba
se vino abajo toda la argamasa,
y abajo la censura,
y el puñal asesino de la idea,
su trazo envenenado,
y el sesudo incapaz,
se vino abajo toda la argamasa,
y abajo la censura,
y el puñal asesino de la idea,
su trazo envenenado,
y el sesudo incapaz,
el retorcido
prohombre,
prohombre,
su nefasta necedad.
Se vino abajo el techo.
El peso de la luz
hizo posible la infame negación
del ignorante.
hizo posible la infame negación
del ignorante.
Se vino abajo el techo
con todas sus mentiras.
con todas sus mentiras.
El luto programado de la muerte
clavó el puñal
del miedo
del miedo
en la nómina negra
del censor.
del censor.
De Hago mía la luz, 1977
jueves, 20 de febrero de 2014
Llegada al mar
«Donde acaba el pobre río la inmensa mar nos espera»
Antonio Machado
No hay barcas ya, ni luna, ni pescadores vivos
con las manos huyendo tras los últimos peces.
Muchacho, acércate. Tienes el mar delante
y una tarde cualquiera te hundirás en sus brazo
miércoles, 19 de febrero de 2014
Bovedas
El diván de peluche,
el escabel de marrueco, me acomodan.
Ya tan horizontal como los mares,
al techo ojiva miro circunflejo.
Y se pasean ángeles beodos.
Y al oído me dictan sus proclamas.
Y así la luz encuentro del poema.
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