
No conoce el amor la compasión.
Comparados con él,
el mar enloquecido que destroza los buques
con un látigo blanco,
el viento que desgarra las arenas
o el granizo que quiebra los trigales
son benévolos.
No conoce
el amor la compasión.
Y a fuego marca el tiempo que se apropia.
Felipe Benítez Reyes. Escaparate de venenos.
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