GRACIA |
Van a cantar las aves. Lo siento en mis costados.
Porque me tiemblan alas que nunca vi crecer. Y súbitos los árboles sacuden sus mensajes para que yo los coja y lleve por el viento. Van a brotar más fuertes. Escucho que la tierra desliza por mis plantas sus tibias humedades; y un arroyo no nace si una mujer no quiere que le ciña las piernas con su lienzo delgado. Sé que vienen jardines. Sé que brincan corceles. Aprender todo eso me ha costado la vida. Y os la dejo en el mármol, por si alguno la hallara y quisiera saber cómo se olvida tanto. |
viernes, 11 de enero de 2013
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